foto-- Ana Boyer y Chábeli Iglesias hablan de Vargas Llosa,.
Chábeli Iglesias y Ana Boyer, rivales ante los medios,.
Las hijas de Isabel Preysler protagonizarán
esta semana dos «photocalls» diferentes el mismo día y a la misma hora,.
Mucho se ha rumoreado sobre cómo lleva Ana Boyer la relación de su madre Isabel Preysler con Mario Vargas Llosa. Un noviazgo que nos sorprendía a finales de este verano y que por supuesto ha aceptado a pesar de que eche de menos a su padre. Y también ha hablado Chabeli Iglesias.
El viaje de Isabel Preysler a Nueva York ha servido no sólo para reencontrarse con su novio, Mario Vargas Llosa, sino para reunirse con sus hijos. Por separado prácticamente ya habían estado todos con el escritor peruano, pero faltaba que la mayor de la saga, Chábeli Iglesias, y su hermano Enrique se sentaran en la mesa junto a la pareja de enamorados. El día de Acción de Gracias sirvió precisamente para que se produjera esa primera gran reunión, que tendrá su segunda parte la próxima Nochebuena en la casa de Puerta de Hierro.
Arropando a su madre, y encantados de que vuelva a sonreír como antaño, todos han querido acompañarla y bendecir así un noviazgo que no ha sentado bien en otros círculos, especialmente en el entorno de Patricia Llosa, mujer del escritor. Algunos medios peruanos afines a quien consideran la mujer «abandonada» culpabilizan a Preysler de desestabilizar un matrimonio que ya alcanzaba los 50 años. De ahí las descalificaciones que han dedicado a Isabel y que el escritor no piensa tolerar. Él se mantiene firme no sólo en su decisión de divorciarse y pasar el resto de su vida junto a la reina del azulejo, sino también en defender su nombre.
La vuelta a Madrid ha sido escalonada, pues Vargas seguirá unos días más en Nueva York. Isabel ya ha regresado junto a sus hijas. Precisamente dos de ellas, Chábeli Iglesias y Ana Boyer, compiten el jueves en cuanto a atención mediática, puesto que ambas serán las madrinas de dos actos diferentes, aunque a la misma hora y el mismo día. Chábeli acudirá en Barcelona al encendido del árbol de Navidad de Swarovski, mientras que Ana presentará en Madrid la colección de Caramelo.
TÍTULO: SI TIENES MINUTOS Y DESCANSO -Los efectos (¿perversos?) de la 'Shopping terapia',.
foto- Los efectos (¿perversos?) de la 'Shopping terapia',.
- Salir de compras funciona como un bálsamo tranquilizante. Te atrapa porque su efecto placebo alivia estados de ansiedad y provoca delirios de grandeza. Pero ¡ojo!, tiene efectos secundarios.
Aunque para ser honestos, y centrándonos en mi caso, hace 10 años que no necesito nada. Todo lo compro por placer. Una satisfacción que viene seguida por un sentimiento de culpa que forma parte del maravilloso mundo de la shopping adicta. El placer culpable es la mezcla de emociones que me embarga cuanto decido dejar la mitad de las bolsas ocultas en el maletero del coche y entrar a casa ligera como una gacela. Para evitar preguntas incómodas, se entiende. El maletero y el altillo de casa están llenos de tesoros que algún día verán la luz.
Por ahora vivo en un nirvana provocado por mis largas sesiones de compras. Mis niveles de relajación y serenidad son los de un maestro yogui. Expiro... Inspiro... Paso la tarjeta. La vida es así de sencilla, solo hay que fluir y no oponer resistencia. Expiro... Inspiro... Paso la tarjeta.
A veces me gusta retarme a mí misma, salir de mi zona de confort. En esos días hago terapia de choque y me demuestro que puedo exponerme al peligro, ponerme de perfil y pasar indiferente ante los restos de la colección de Balmain para H&M. La miro indiferente, con condescendencia y superioridad moral.
También me pongo a prueba mientras desayuno y las tiendas virtuales bombardean mi correo electrónico con las compras del día. Entro, cliqueo sobre cada una de las prendas, las examinó en 3D, las dejo pasar, dejo la página abierta un par de horas ... ¡y no compro nada! En esos días, me siento un usuario avanzado de AA, Austeros Anónimos, una organización que toma sus siglas de la legendaria Alcohólicos Anónimos. Sin que esa coincidencia de siglas signifique absolutamente nada.
Pero todo fármaco tiene efectos adversos. La shopping terapia, que parecía segura y de baja toxicidad, ha revelado ser un arma de doble filo, con su síndrome de abstinencia y su efecto rebote. Aunque mi intención es donar a la ciencia mi cuerpo (y mi tarjeta de crédito) para que se investigue a profundidad este régimen terapéutico, puedo adelantar algunos efectos secundarios que ya sufro en mis propias carnes.
Si alguna de las lectoras se identifica con las situaciones que a continuación describiré, puede ponerse en contacto con una servidora y pedir ser cobaya del mayor ensayo clínico que jamás se haya diseñado para detectar los efectos secundarios de ese gran placer que es irse de compras.
- Shopping atracón
Mi experiencia. En el caso que nos ocupa, se trata de comprar a alta velocidad todo lo que se pueda. Arrasar, literalmente, en la mínima unidad de tiempo posible. De este modo parecerá que no nos hemos ido de compras, o nos quedará mucho más tiempo para explorar nuevas áreas de intervención (centros comerciales y mercadillos varios). El objetivo es entrar en una espiral incontrolada de optimismo, brotes verdes y recuperación económica sólida, consistente y definitiva.
Las dimensiones del atracón están directamente relacionadas con la categoría de la tienda. Si los inescrutables caminos de la shopping terapia te ponen ante las puertas de Prada (¡Que Dios no lo quiera!) el atracón se saldará, como mucho, con una colonia. Eso sí, un vistazo en una tienda de alta gama, incompatible con un atracón, servirá para afinar el ojo.
Un cuarto de hora más tarde serás capaz de identificar (y cazar) el clon perfecto en una firma low cost. Lo arrancarás de la percha y lo llevarás contigo hasta la muerte. Por el camino cogerás una camiseta de aquí, unos vaqueros de allá, aquella bufanda ... No te quedarán manos para sacar la cartera y pagar.
Balance personal. ¡Nunca más! Esto ha sido una excepción. La shopping terapia no es una acción compulsiva. Las compras deben hacerse en un estado zen, de tranquilidad absoluta y paz interior. Es un ejercicio de grandeza, generosidad y superación personal. Irse de compras es como el vino tinto: una copa al día, bebida sin prisas y entre amigos, es buena para la salud. ¡Mañana lo devuelvo todo! Bueno, el clon de Prada es el equivalente a esa copa de Rioja de la que hablan los médicos.
- Negación sistemática de la realidad
Mi experiencia. Para minimizar el impacto del precio de un abrigo, he llegado a aplicar conocidos métodos de lectura rápida a la etiqueta. Y luego he repetido la misma metodología ante el datáfono y el ticket de compra. También me he hecho amiga de la vendedora de una tienda muy cara, que visito a menudo. Soy mucho de ver a mis amigos. Y ya si eso me pruebo algún vestido y ella es tan amable y se porta tan bien que, al final me lo llevo, porque hay una cosa que se llama "karma" y otra que se llama "Hoy por ti y mañana por mí".
Balance personal. Si el cerebro se resiste a interpretar la realidad tal y como es hay que fluir. Inspira... Espira... Pasa la tarjeta. En caso de emergencia, toda persona sometida a esta terapia sabe que no hay que tirar todos los tickets a la vez porque, si la realidad se manifiesta crudamente en forma de extracto bancario circunstancia frecuente, siempre se podrá hacer una campaña masiva de devolución.
- Interés inesperado en el Ibex 35 y el índice Nikkei
Los implicados se interesan repentinamente por los asuntos bursátiles, las caídas del IBEX 35, las subidas del índice Nikkei y la cotización en bolsa de determinados gigantes del lujo, como LVMH. Todo el mundo sabe que un argumento financiero es irrebatible y gana cualquier discusión.
Mi experiencia personal. Puedo escribir una tesis doctoral que avale la compra de mi último par de botas: son fluidas -sí, las hay rígidas, fluidas y medianamente fluidas-; están firmadas por un diseñador que en unas décadas será un gran valor de la moda; y en 30 años tendré un ejemplar incunable en casa. Algo así como la primera edición del Quijote.
La gente que invierte bien es aquella que supo ver el valor de las piezas cuando nadie daba un duro por ellas. No se trata de si necesito o no un nuevo par, sino de no dejar pasar la oportunidad de hacer crecer mi dinero, de tener un fondo de armario con piezas sostenibles, bien diseñadas, de un valor artesanal intrínseco... Inspiro... Espiro... Paso la tarjeta.
Balance personal. La riqueza de vocabulario y la capacidad de argumentación son atributos que hay que cultivar. En medio de la sequía cultural en que nos encontramos satisface encontrar un territorio que inspire argumentos poderosos y lúcidos.
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