lunes, 8 de abril de 2019

La hora de los Fósforos - La Cope - CARLOS HERRERA - Karina Sainz Borgo - Ruta de escape de un país «violento y bello,. / RADIO - TELEVISION - Hablar mucho para vivir más tiempo,. / EL TRANVÍA DEL TIEMPO - Charlotte Petri: «Necesitamos ser más transparentes»,.

TITULO: La hora de los Fósforos - La Cope - CARLOS HERRERA -  Karina Sainz Borgo  - Ruta de escape de un país «violento y bello,.
 

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 Karina Sainz Borgo  - Ruta de escape de un país «violento y bello,.

Ruta de escape de un país «violento y bello»,.

Karina Sainz Borgo. /Teresa García (Vozpopuli)
Karina Sainz Borgo.

Karina Sainz Borgo narra la historia de una mujer que escapa de la tragedia venezolana en 'La hija de la española',.


Resultat d'imatges de La hora de los Fósforos  La Cope  CARLOS HERRERA¿De qué es capaz una mujer que dispuesta a sobrevivir en un país sumido en el caos? ¿Puede ser juzgada quien en unas horas entierra a su madre y es desalojada de su hogar por un grupo de okupas profesionales? ¿La moral puede pervivir en medio de la persecución generalizada de bandas armadas que saquean lo que queda y niegan el valor de la vida? Estas preguntas emergen de las líneas de la novela 'La hija de la española', en la que Adelaida Falcón, su protagonista, narra cómo se mantiene a flote en una ciudad que se hunde en la violencia: Caracas. «Vivir se había convertido en salir a cazar y regresar vivo», dice Falcón, que narra su historia desde una lejanía temporal, indefinida en los años transcurridos.
En esa memoria no hay lecciones, sólo distancia. Una distancia que también podría ser la de su autora, Karina Sainz Borgo, que le presta su edad y algunos de sus recuerdos a la narradora; también «ese apego por algo que ya no es» y el temor. «En Caracas he sentido mucho miedo y se lo he transmitido a Adelaida Falcón», dice Sainz Borgo, ojos verdes y piel morena; hija de venezolana y español. «La explicación de la situación venezolana está ligada a la historia de una gran pérdida. La escribí porque necesitaba ver qué había pasado en estos 20 años de demolición. Contar con imágenes una tragedia muy larga que la gente no termina de entender».
En 'La hija de la española', primera novela publicada de Sainz Borgo de la que se han vendido los derechos a 22 países, cabe la ignominia, cuando en un funeral con reggaetón una chica baila encima del féretro; el miedo, cuando las hijas de una mujer agredida dicen no conocerla; la resignación iracunda, cuando la protagonista escucha cómo las okupas destrozan lo que no se pueden llevar de su casa; o la venganza, cuando se alegra de que la tragedia alcance a otros.
Pero también existe una redención en la huida de Adelaida Falcón y en su propia culpabilidad. «Prefiero contar con alegorías y rehúso la falsa sinonimia entre chavismo y venezolanidad. Quería rescatar un espíritu violento y bello, como en una parte de la novela, en que ella va a la tumba de su madre y le dice: 'mamá, venía a decirte que te amaba'. Eso he hecho yo con mi país. La madre es el país», afirma Sainz Borgo, que dejó Venezuela hace doce años para radicarse en Madrid, donde ejerce de periodista. «Conservo dos olores: el de la naranja que se pudre en una bolsa y la del césped recién cortado».

Sin luz ni cordura

En España, donde Sainz Borgo escribió su novela, encontró el equilibrio del lenguaje propio, con un vocabulario que mezcla expresiones castizas (ir tirando, aparcado) con palabras caraqueñas (mecate, motorizado, puya, revirar), dentro de una trama universal acotada por los límites de un país que acapara primeras planas de los diarios. «Creo que nunca me fui, pero no quería que el país me tragara», dice Sainz Borgo. «Los recuerdos que escribo pertenecen a un entorno cercano y vivido».
Aunque en las ediciones internacionales se titule con la frase final («En Caracas, siempre sería de noche»), el título original de la novela, 'La hija de la española', evoca a un personaje secundario, una vecina «tímida y con poca gracia» de la protagonista, con la que nunca llegó a amistar aunque ambas, según descubre años más tarde, coinciden en la obsesión por un soldado asesinado durante una asonada militar, cuyo retrato apareció en los periódicos. «Un príncipe azul con los ojos anegados de sangre».
El azar llevará a Falcón hasta el cadáver de aquella mujer con pasaporte europeo y que le mostrará una vía de escape. Una forma de salvación y de posible reconstrucción como ser humano. Ella huye del país. ¿Irse es la única forma de salvar su integridad física o de no corromperse? «Sintetizo una circunstancia personal de quien está en la guerra y no tiene por qué padecer las demoliciones tan profundas que suceden», asegura Sainz Borgo, que hizo una investigación periodística, a través de decenas de testimonios, para las escenas que narra. «El que vive en Venezuela ahora es un preso, un oprimido en una enorme cárcel. Falta luz y cordura». Y sin embargo, en esa prisión hay espacio aún para el dulce de ciruela, que Sainz Borgo comía de niña en la costa de Ocumare y cuyo sabor describe junto a un paisaje todavía hermoso. «Quise utilizar ese paisaje para pulir y rescatar algo que ha sido bonito», dice sobre el lugar donde también moraron el poeta Eugenio Montejo, la actriz Doris Wells o el pintor Arturo Michelena, que encuentran reconocimiento en sus líneas.

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Hablar mucho para vivir más tiempo,.

Luis Rojas Marcos./EFE
Luis Rojas Marcos.

Luis Rojas Marcos afirma que es «fundamental que los niños pequeños crezcan en ambientes parlanchines»,.

Resultat d'imatges de RADIO - TELEVISIONEl tenista se mueve al fondo de la pista. El punto ha terminado y él habla en voz alta para animarse o para recriminarse una acción determinada. En el túnel de vestuarios, un jugador habla para sí mismo lanzando gritos de cara al partido que va a disputar. Un corredor, en medio de un maratón, se da ánimos para completar los 42.195 metros de distancia. «Eso es buenísimo», destaca Luis Rojas Marcos (Sevilla, 1943). «En equipos de béisbol o de fútbol, cuando alguien dice sus cosas en alto, esa acción es tan buena como para quien lo expresa como para el que lo recibe. Hay un efecto contagio», añade el psiquiatra que defiende la necesidad de hablar, tanto hacia los demás como a uno mismo. «No nos enseñan a hablar con nosotros mismos. Y, cuando lo hacemos, muchos piensan que hay un problema de salud mental», añade.
Rojas Marcos defiende las virtudes de una buena comunicación en el libro 'Somos lo que hablamos' (Grijalbo) desde la cuna. «Hablar estimula el cerebro. En los primeros cinco años en la vida es fundamental que el niño esté rodeado de personas habladoras, que escuche palabras. Sabemos que los niños que crecen en ambientes parlanchines, funcionan mejor en el colegio no solo en los primeros años sino también en la adolescencia», afirma el profesor de Psiquiatría de la Universidad de Nueva York. Y a los más pequeños les da igual que sus padres le digan 'perro' o la imitación de un ladrido. «Lo ideal es usar las dos formas. Porque el niño escucha más palabras, más variedad», apunta.
Una variedad de vocabulario que se amplía si es en varios idiomas. «Un niño o una niña puede aprender dos y tres idiomas a la vez porque lo ve normal. Tiene la capacidad mental para lograrlo», indica Rojas Marcos. «También sabemos que al diversificar esa parte del cerebro que controla el habla, te facilita la memoria», recalca el psiquiatra.
Rojas Marcos razona que hablar mucho está relacionado con la extraversión y la longevidad. «Quien es extrovertida, es una perdona que socializa», explica. Pero hay que añadir una matiz: «Si solo es extraversión, esa persona bebe más, fuma más y suele ser más impulsiva. Para que funcione hay que añadirle una dosis de conciencia». Y esa conexión con más personas provoca más felicidad. «La mayoría de las personas a las que le preguntas que te hace feliz contesta que la familia o los amigos, el trabajo. Son los lazos afectivos», razona Rojas Marcos, que pone como ejemplo la anécdota que le ocurrió a Charles Darwin. El padre del evolucionismo le preguntó a un niño de cuatro años que era para él la felicidad. «Reírme, hablar y dar besos», le contestó.
El máximo responsable del sistema de salud público de Nueva York entre 1995 y 2002 también alerta de la tecnología. No porque esté en contra, ya que es obvio que la humanidad vive en la época mejor conectada, sino por el mal uso que se haga de ellas.


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EL TRANVÍA DEL TIEMPO - Charlotte Petri: «Necesitamos ser más transparentes» ,. , fotos,.

Charlotte Petri./Efe

Charlotte Petri: «Necesitamos ser más transparentes»,.

 

Resultat d'imatges de el tranvia del tiempo«Hemos puesto en marcha procedimientos rigurosos para reportar los casos de abusos. Son inaceptables», asegura la directora ejecutiva adjunta de Unicef,.


Desde hace más de 70 años, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) provee ayuda humanitaria a niños y madres en países en vías de desarrollo. Charlotte Petri, directora ejecutiva adjunta de la organización, explica cuáles son los retos de futuro en materias como la lucha contra el hambre o el auge de los discursos antiinmigración y antivacunas.
-Hace poco más de un año, el director ejecutivo de Unicef dimitía por protagonizar un caso de abuso, justo cuando se desvelaban más escándalos en varias ONG. ¿Hay alguna forma de evitarlos?
-Es una de las mayores prioridades para Unicef. Es algo inaceptable. La organización, a través de nuestra directora ejecutiva, está liderando un comité de Naciones Unidas que está trabajando en ello y hemos puesto en marcha procedimientos rigurosos para reportar estos casos. Hoy sabemos mejor cómo actuar ante ellos. Se reportan a personal externo, con un límite de tiempo, y se ponen en marcha investigaciones independientes. Hemos descubierto, además, que no se trata solo de acoso sexual sino de abuso de poder, que yo diría que es incluso más común. Hemos invertido once millones de dólares para luchar contra esto y hemos contratado personal. Nos lo estamos tomando muy en serio.
-¿Cómo pueden recuperar la confianza de los ciudadanos y de las instituciones?
-Necesitamos ser más transparentes y hacer justicia, y necesitamos asegurarnos de que actuamos cuando las cosas ocurren. Esto no hará que el problema desaparezca completamente. No somos perfectos pero vamos por el buen camino. Los gobiernos que dan dinero a Unicef quieren que los procedimientos y las acciones sean claros. Sería inaceptable no hacer nada porque perderíamos la confianza.
-¿Cómo se está viviendo en la organización el auge de los discursos antiinmigración en formaciones políticas de Europa y EE UU?
-Lo que estamos viendo es que el desarrollo y los derechos humanos son problemas que no están en lo alto de la agenda alrededor del mundo y tenemos que luchar para mantener los derechos humanos y los de los niños en la agenda política, tanto en la retórica como en la acción. Mientras algunos niños están viviendo en una situación mejor, muchos otros conviven con conflictos en Yemen o Siria y desde Unicef tenemos que hacer más en esas circunstancias.
-Unicef es una de las organizaciones que más esfuerzo hace por llevar las vacunas a los países con menos recursos, ¿cómo se afronta desde dentro la corriente de antivacunas?
-Ahora estamos defendiendo las vacunas en los países desarrollados. Advertimos a los padres de que el riesgo de no vacunar a sus hijos no solo les afecta a ellos sino también a los demás. Estamos tratando de explicar a las personas por qué uno debe vacunarse y lo hacemos poniendo el foco en los países donde vemos mayor vacilación al respecto. Lo que hacemos es traer datos, hechos y evidencias. No se trata solo de que pensamos que es mejor, es que lo basamos todo en hechos.
-Después de las inundaciones de Mozambique, ¿cómo está la situación ahora y cómo están coordinando la ayuda?
-La situación todavía es muy crítica para muchas personas y no solo en Mozambique sino también en los países que lo rodean. Naciones Unidas coordina la ayuda y los fondos a través de la Ocha, que es la agencia humanitaria, junto a otros actores que están en la zona, que son el programa de alimentos, Unicef y la Cruz Roja. Al principio de una emergencia siempre hay problemas de coordinación, pero ahora las cosas están funcionando bien.
-¿Cuáles son los retos al respecto?
-El gran reto es que cuando la prensa abandona la cobertura, si no hemos conseguido el suficiente dinero durante la primera semana, luego todo resulta más complicado. Necesitamos ser mejores con los medios de comunicación y mantenerles interesados durante más tiempo. Creo que este tema tiene mucha relación con el cambio climático y con los desastres y la preparación en torno a ellos no es muy buena, así que es una situación dura. Unicef se está enfocando en los problemas del agua, saneamiento e higiene y en que los niños estén junto a sus familias, tengan espacios seguros y puedan ir a la escuela.
-¿Por qué cree que la sociedad se olvida rápido de estas catástrofes?
-Ojalá tuviera una respuesta. Pienso mucho al respecto sobre este tema, pero si soy sincera conmingo misma diría que los que trabajamos en temas de desarrollo necesitamos hacer entender a los donantes y a los gobiernos el tiempo que se tarda en dar respuesta a una situación así. Está el primer mes de emergencia, pero luego se trata de ver cuánto tiempo lleva reconstruir Mozambique y qué podemos hacer para que si algo así vuelve a pasar el país pueda reaccionar mejor.
-¿Cree que hay un verdadero compromiso para acabar con el hambre?
-Creo que es uno de los compromisos reales y fuertes. Aunque aún no lo hayamos logrado, estamos en el buen camino. Lo que pasa es que a veces se dan retrocesos. Ahora dos de los problemas son la malnutrición y la desnutrición crónica. Es un tema amplio y complejo y se debe tratar de esa misma manera.

 

 

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