El viernes -10- Mayo a las 22:00 por La 1, foto.
La escritora Annie Ernaux gana el Premio Formentor,.
El galardón, concedido a toda una trayectoria, abarca en en este caso un corpus literario de unas 20 obras que transitan por el terreno más áspero de la autobiografía,.
La escritora Annie Ernaux (Lillebonne, Francia, 78 años)
ha ganado el Premio Formentor de la Letras. El galardón, concedido a
toda una trayectoria y dotado con 50.000 euros, abarca en el caso de la
premiada un corpus literario de unos 20 títulos que transitan por el
terreno más áspero de la autobiografía. Un fresco de la Francia rural más popular que permite entender algunos de los últimos fenómenos del país, como el enfado de los chalecos amarillos.
El reconocimiento corona el clamor unánime en torno a su obra y el
aprecio entre los lectores. Pero también la tremenda influencia y
magnetismo sobre otros escritores que ha ejercido en los últimos
tiempos.
El jurado, presidido por Basilio Baltasar
y reunido en uno de los salones del Campidoglio romano, anunció por la
mañana la decisión unánime que tomó la noche anterior. En el acta se
destaca su obra como un “implacable ejercicio de veracidad que penetra
los más íntimos recovecos de la conciencia”. El premio se entregará en
septiembre en el marco de las Conversaciones Literarias Formentor,
organizadas por la Fundación Santillana con el mecenazgo de Simón Pedro
Barceló, actual propietario del hotel que da nombre al premio. El
jurado, compuesto por Antonio Colinas, Víctor Gómez Pin, Elide
Pittarello y Marta Rebón, subraya la “elaborada reflexión
autobiográfica” que posee “un estilo entrecortado y áspero y se pone al
servicio de una conmovedora y terrible franqueza”. “Annie Ernaux desvela
sin pudor la condición femenina, comparte con el lector la intimidad de
la vergüenza y refleja con un estilo despojado la desordenada fragmentación de la vivencia contemporánea”, añade el acta.
Ernaux contestó por la tarde la llamada de este diario desde su casa en Cergy-Pontoise, a las afueras de París: “Estoy muy orgullosa. Es un premio muy prestigioso que han recibido escritores que amo. Me he dado cuenta mirando el palmarés que no lo han recibido muchas mujeres y por eso es una doble satisfacción”.
El Formentor, cuya innegable oportunidad reconoce también a una
escritora capaz de romper con la dominación masculina, se entregó entre
1961 –ese año fue para Samuel Beckett y Jorge Luis Borges– y 1967, y
luego fue refundado en 2011. Desde entonces, han sido distinguidos con
el galardón Carlos Fuentes, Juan Goytisolo, Javier Marías, Enrique
Vila-Matas, Ricardo Piglia, Roberto Calasso, Alberto Manguel y Mircea
Cartarescu. Ernaux se convierte así en la primera mujer en ser premiada
en esta etapa (en los años sesenta el jurado escogió a Dacia Maraini,
Nathalie Sarraute y Gisela Elsner).
Sobre su tendencia a ofrecer retratos autobiográficos descarnados, como El lugar, La vergüenza, No he salido de mi noche, El acontecimiento, Memoria de chica, Los años y El uso de la foto, la escritora explicó: “No creo que mis novelas puedan ser consideradas duras, ni que busquen hacer daño. Se trata más bien de tomar conciencia de aspectos de la vida como la vergüenza y el sufrimiento. No son libros que busquen un sentimiento particular sino una verdad que está ahí aunque no sea evidente”. ¿Y teme quedarse sin cosas que contar sobre sí misma? “¡Oh! No es solo mi historia. Leemos y escribimos en un contexto, en una sociedad, y ahí siempre habrá cosas que contar. Además, no soy la misma ahora que cuando tenía 40 años, así que tengo otras historias diferentes”.
Para recordar los orígenes del Formentor, se proyectó durante la conferencia de prensa en el salón Pietro di Cortona del Campidoglio el documental realizado en 1961 por la RAI. En el cortometraje en blanco y negro aparecen Italo Calvino y Alberto Moravia en el hotel enumerando los méritos de los dos primeros ganadores del premio.
TITULO: PUERTA CON PUERTA CANAL EXTREMADURA -Todavía hay quien no analiza la carne en las matanzas domiciliarias ,.
La tendencia a la baja mantenida se invirtió a mediados de la presente década, pero la temporada que ha finalizado este año alcanzó la cifra más baja de la serie histórica con 7.024 animales. Es decir, 1.500 cerdos menos que en la campaña anterior, un descenso del 18%, y una reducción de más de 40.000 animales respecto al año 2001, un 85%.
Los periodos en los que está permitida la matanza en el ámbito familiar se extiende desde el 1 de noviembre hasta el 31 de marzo del año siguiente, por lo que las campañas abarcan dos años naturales.
No solo se ha reducido el total de cerdos sacrificados, también el número de matanzas. En la primera década del presente siglo pasaron de más de 26.500 a menos de 9.000 y, pese al repunte en las campañas de 2014/2015 y 2015/2016, en la actualidad el número está en 3.556, exactamente 1,97 animales por cada matanza.
Entre los motivos de que cada vez haya menos familias que sacrifican cerdos para su propio consumo están los cambios sociales que se han vivido o la despoblación del mundo rural, pero también hay quien se queja de la burocracia con la que se debe cumplir antes de realizar esta tarea tradicional.
A pesar de las protestas, la necesidad de los controles sanitarios se ha vuelto a demostrar la semana pasada. Una infección por triquinosis ha afectado a 17 miembros de una familia que consumió los embutidos elaborados tras una matanza domiciliaria realizada en Retuerta del Bullaque, un pueblo de Ciudad Real, durante el pasado mes de enero. «Todavía hay personas que no analizan la carne de las matanzas, porque la sensación que tienen es que no pasa nada», comenta José Carretero, veterinario con una consulta privada de la zona de Salvatierra de los Barros.
Personas que llevan toda la vida realizando esta labor tradicional del mundo agrario nunca han tenido un decomiso de carne. «Los cerdos están cada vez más controlados y no tienen acceso a subproductos de origen animal que eran la causa de algunos problemas», explica Carretero.
Sin embargo, no solo se pueden dar casos de triquina, también hay enfermedades parasitarias que son transmisibles al ser humano. «En estos casos, la carne se puede consumir, pero hay que hacer decomisos de las partes afectadas», indica Fariña, que añade que en estos casos los veterinarios hacen una labor educativa y explican cómo hacer el tratamiento a los animales o las precauciones necesarias para prevenir el contagio.
De esta forma, para reducir al máximo las situaciones de riesgo es obligatorio que un veterinario analice la carne de los cerdos antes de su consumo. El coste del proceso es reducido y si lo realizan los veterinarios del servicio público solo hay que pagar las tasas, que cuestan menos de tres euros, aunque en ningún caso supera los 20 euros.
La legislación marca que un veterinario, ya sea del Servicio Extremeño de Salud (SES) o elegido por el propietario del cerdo, debe examinar de manera visual la canal -el cuerpo del animal ya muerto y eviscerado- y las vísceras para detectar posibles enfermedades que hagan la carne incompatible con el consumo humano. También deben estar presentes, o ser ellos mismos quienes lo hacen, al coger las muestras que se deben analizar en el laboratorio.
«Hacemos la prueba de la digestión artificial, que es larga (una hora y media) pero muy fiable», expone Fariña, en relación a la detección de triquina.
No es el único método permitido y se puede usar el triquinoscopio para observar por separado cada una de las muestras.
Igualmente, es responsabilidad del veterinario comprobar la destrucción, de la manera más adecuada, de los subproductos y residuos de la matanza. Este aspecto tampoco está entre los que se siguen con la máxima severidad, lo cual es un problema a la hora de transmitir enfermedades, tanto zoonosis como epizoóticas.
Son los propietarios de los animales quienes deben notificar la matanza y solicitar permiso, así como el número de colegiado del veterinario si no quieren requerir a los servicios oficiales. Esto debe hacerse con una antelación mínima de 72 horas. Así, los ayuntamiento avisan a los profesionales para que sepan qué volumen de trabajo tienen y puedan organizarse.
Ernaux contestó por la tarde la llamada de este diario desde su casa en Cergy-Pontoise, a las afueras de París: “Estoy muy orgullosa. Es un premio muy prestigioso que han recibido escritores que amo. Me he dado cuenta mirando el palmarés que no lo han recibido muchas mujeres y por eso es una doble satisfacción”.
El jurado destaca la obra literaria de
Annie Ernaux como un "implacable ejercicio de veracidad que penetra los
más íntimos recovecos de la conciencia"
Sobre su tendencia a ofrecer retratos autobiográficos descarnados, como El lugar, La vergüenza, No he salido de mi noche, El acontecimiento, Memoria de chica, Los años y El uso de la foto, la escritora explicó: “No creo que mis novelas puedan ser consideradas duras, ni que busquen hacer daño. Se trata más bien de tomar conciencia de aspectos de la vida como la vergüenza y el sufrimiento. No son libros que busquen un sentimiento particular sino una verdad que está ahí aunque no sea evidente”. ¿Y teme quedarse sin cosas que contar sobre sí misma? “¡Oh! No es solo mi historia. Leemos y escribimos en un contexto, en una sociedad, y ahí siempre habrá cosas que contar. Además, no soy la misma ahora que cuando tenía 40 años, así que tengo otras historias diferentes”.
Familia de tenderos
Ernaux es hija de una familia de modestos tenderos normandos y gran parte de la Francia que retrata tiene que ver con ese mundo. Tanto el paisaje sociocultural, como en el lenguaje que utiliza para construirlo. En parte por eso, muchos de los autores que anticiparon parte del malestar que se vive actualmente en el país —desde el filósofo Didier Eribon, responsable del ensayo memorialístico Regreso a Reims (Libros del Zorzal), a Nicolas Mathieu, recién premiado con el Goncourt en 2018 por la brillante Leurs enfants après eux– han recurrido a su inspiración, a esa manera de retratar los resortes periféricos, para hablar de esa Francia que ahora representan, entre otros fenómenos, los chalecos amarillos.Para recordar los orígenes del Formentor, se proyectó durante la conferencia de prensa en el salón Pietro di Cortona del Campidoglio el documental realizado en 1961 por la RAI. En el cortometraje en blanco y negro aparecen Italo Calvino y Alberto Moravia en el hotel enumerando los méritos de los dos primeros ganadores del premio.
TITULO: PUERTA CON PUERTA CANAL EXTREMADURA -Todavía hay quien no analiza la carne en las matanzas domiciliarias ,.
Todavía hay quien no analiza la carne en las matanzas domiciliarias,.
En la última campaña se sacrificaron poco más de 7.000 cerdos en la región, cuando a principios del siglo eran más de 48.000,.
En las cinco últimas campañas de matanzas domiciliarias se han sacrificado menos cerdos juntos en la región que los que se mataron en la campaña 2001/2002. 47.106 frente a 48.191.La tendencia a la baja mantenida se invirtió a mediados de la presente década, pero la temporada que ha finalizado este año alcanzó la cifra más baja de la serie histórica con 7.024 animales. Es decir, 1.500 cerdos menos que en la campaña anterior, un descenso del 18%, y una reducción de más de 40.000 animales respecto al año 2001, un 85%.
Los periodos en los que está permitida la matanza en el ámbito familiar se extiende desde el 1 de noviembre hasta el 31 de marzo del año siguiente, por lo que las campañas abarcan dos años naturales.
No solo se ha reducido el total de cerdos sacrificados, también el número de matanzas. En la primera década del presente siglo pasaron de más de 26.500 a menos de 9.000 y, pese al repunte en las campañas de 2014/2015 y 2015/2016, en la actualidad el número está en 3.556, exactamente 1,97 animales por cada matanza.
Entre los motivos de que cada vez haya menos familias que sacrifican cerdos para su propio consumo están los cambios sociales que se han vivido o la despoblación del mundo rural, pero también hay quien se queja de la burocracia con la que se debe cumplir antes de realizar esta tarea tradicional.
A pesar de las protestas, la necesidad de los controles sanitarios se ha vuelto a demostrar la semana pasada. Una infección por triquinosis ha afectado a 17 miembros de una familia que consumió los embutidos elaborados tras una matanza domiciliaria realizada en Retuerta del Bullaque, un pueblo de Ciudad Real, durante el pasado mes de enero. «Todavía hay personas que no analizan la carne de las matanzas, porque la sensación que tienen es que no pasa nada», comenta José Carretero, veterinario con una consulta privada de la zona de Salvatierra de los Barros.
Confianza
Esa confianza viene dada porque hay una tasa muy baja de positivos. en carnes no aptas para el consumo «Este año no hemos tenido ningún caso de triquinosis», expone Tomás Fariña, veterinario de los Servicios Oficiales de la Junta de Extremadura, en lo que se refiere a la zona de Jerez de los Caballeros en la que trabaja.Personas que llevan toda la vida realizando esta labor tradicional del mundo agrario nunca han tenido un decomiso de carne. «Los cerdos están cada vez más controlados y no tienen acceso a subproductos de origen animal que eran la causa de algunos problemas», explica Carretero.
Sin embargo, no solo se pueden dar casos de triquina, también hay enfermedades parasitarias que son transmisibles al ser humano. «En estos casos, la carne se puede consumir, pero hay que hacer decomisos de las partes afectadas», indica Fariña, que añade que en estos casos los veterinarios hacen una labor educativa y explican cómo hacer el tratamiento a los animales o las precauciones necesarias para prevenir el contagio.
De esta forma, para reducir al máximo las situaciones de riesgo es obligatorio que un veterinario analice la carne de los cerdos antes de su consumo. El coste del proceso es reducido y si lo realizan los veterinarios del servicio público solo hay que pagar las tasas, que cuestan menos de tres euros, aunque en ningún caso supera los 20 euros.
La legislación marca que un veterinario, ya sea del Servicio Extremeño de Salud (SES) o elegido por el propietario del cerdo, debe examinar de manera visual la canal -el cuerpo del animal ya muerto y eviscerado- y las vísceras para detectar posibles enfermedades que hagan la carne incompatible con el consumo humano. También deben estar presentes, o ser ellos mismos quienes lo hacen, al coger las muestras que se deben analizar en el laboratorio.
«Hacemos la prueba de la digestión artificial, que es larga (una hora y media) pero muy fiable», expone Fariña, en relación a la detección de triquina.
No es el único método permitido y se puede usar el triquinoscopio para observar por separado cada una de las muestras.
Se cumple
A grandes rasgos, la normativa se cumple. Son pocas las familias que se arriesgan a consumir los productos sin un análisis veterinario. Pero hay aspectos que no se siguen con todo el rigor que se debiera, como la presencia del veterinario a la hora de coger las muestras. En ocasiones lo hacen los propietarios de los cerdos y las llevan hasta el lugar del análisis. Además, los veterinarios consideran conveniente que se revisen los guarros cuando todavía están vivos y la normativa marca que, siempre que sea posible, así se debe hacer.Igualmente, es responsabilidad del veterinario comprobar la destrucción, de la manera más adecuada, de los subproductos y residuos de la matanza. Este aspecto tampoco está entre los que se siguen con la máxima severidad, lo cual es un problema a la hora de transmitir enfermedades, tanto zoonosis como epizoóticas.
Son los propietarios de los animales quienes deben notificar la matanza y solicitar permiso, así como el número de colegiado del veterinario si no quieren requerir a los servicios oficiales. Esto debe hacerse con una antelación mínima de 72 horas. Así, los ayuntamiento avisan a los profesionales para que sepan qué volumen de trabajo tienen y puedan organizarse.
TITULO: Trastos y tesoros - CANAL EXTREMADURA - El artista extremeño de los efectos especiales,.
El artista extremeño de los efectos especiales,.
El extremeño Nacho García trabaja en Canadá en unos estudios famosos por sus creaciones para películas taquilleras, foto,.
Su destino actual, en el que asegura haber encontrado «lo que iba buscando, incluso con las expectativas superadas», empezó a labrarse hace mucho, y tuvo un punto de inflexión en el año 2000. Tenía entonces 25 años, y decidió dar el paso de irse a Madrid, «currículum bajo el brazo y aprovechando el 'boom' de la informática que se había estado viviendo tan solo dos o tres años antes», rememora. «Mi intención entonces –recuerda García– era encontrar mi primer trabajo profesional en el que utilizara tecnología 3D para hacer infografías, animaciones, infoarquitecturas, vídeos o cualquier otro producto relacionado con la animación por ordenador, que en aquella época no era una tecnología tan popular como hoy».
A las dos semanas de llegar a Madrid encontró trabajo en una empresa de servicios de diseño y recreación 3D por ordenador. Era un negocio pequeño, pero que fue creciendo y le permitió conocer mejor otros softwares y técnicas. Un año y medio más tarde, Nacho García pasó a una empresa privada que trabajaba para la unidad de nuevas tecnologías de la Agencia Tributaria. Él se ocupaba de desarrollar vídeos cortos infográficos en tres dimensiones, que el organismo público utilizaba para, a través de inteligencia artificial y los algoritmos, detectar posibles fraudes fiscales. Estaba a gusto, pero «echaba de menos la tranquilidad de los sitios pequeños y el modo de vida más sosegado, como el que conocía de mis años en Extremadura, que me encantaba».
En Badajoz y en Cáceres
Aunque nació en Jerez de la Frontera (Cádiz), afirma sentirse extremeño. Su familia es de Malpartida de Cáceres y de Villasbuenas de Gata, y él ha vivido en Malpartida de Cáceres, Cáceres y Badajoz, ciudad esta última que define como «una de las más cómodas y manejables en las que he vivido». Por eso la eligió para su nueva etapa tras dejar Madrid, donde estuvo seis años. Volvió a la región que siente como suya, «a montar mi propio estudio de servicios 3D y diseño digital para empresas, y así vivir la experiencia de ser autónomo», explica. Así estuvo casi cinco años, hasta que circunstancias personales le movieron a dar un giro a su vida. «Pensé –apunta– que si no saltaba al extranjero en ese momento, no lo haría nunca, y me apetecía enfrentarme a la experiencia de hablar por primera vez en inglés con nativos, algo que no había hecho nunca antes».Era junio de 2014 cuando Nacho García llegó a Bournemouth (Inglaterra), donde consiguió integrarse bien, tanto laboral como socialmente. Allí trabajó primero en Kondor LTD y luego en Outpost VFX. A esta última compañía llegó en enero de 2016, y «desde entonces –resume–, la palabra trabajar se ha convertido en mi diccionario en sinónimo de diversión». Con ella participó en creaciones para filmes tan conocidos como 'Jason Bourne' o 'Life'.
Al año y medio decidió que era el momento de intentar dar el salto a algún «estudio grande, con proyectos importantes, donde estuviese rodeado de cientos de artistas y trabajase para películas de alto presupuesto en lo que a efectos especiales se refiere». Con esta premisa, centró la búsqueda en Vancouver y Montreal, «dos de las ciudades con más empresas de la industria de los videojuegos y los efectos especiales, junto a Londres». Así es como García llegó a Atomic Fiction, que ahora es Method Studios Montreal. «El trato que nos brindan aquí es excelso –comenta–. Trabajamos para películas muy interesantes en lo que se refiere a efectos especiales, y es un lugar en el que puedo aprender, evolucionar e intentar mejorar cada día, y en el que tengo la suerte de estar rodeado de artistas de un talento espectacular».
En concreto, él pertenece al departamento de FX, en el que ahora tienen entre manos trabajos para dos películas. En la oficina a la que él pertenece se dedican a crear y desarrollar sistemas procedurales, que son aquellos que les permiten «simular por ordenador comportamientos masivos y complejos, y obtener resultados lo suficientemente creíbles, física y matemáticamente hablando, como para que el efecto especial pueda pasar por verdadero a ojos de la audiencia». Es un campo «en el que ciencia y arte se dan la mano estrechamente», ilustra García, que para sacar adelante estas recreaciones tiene que recurrir a la programación informática, las matemáticas y las simulaciones físicas.
Con estas herramientas consigue recrear casi cualquier cosa. La lluvia, la nieve, un tornado, la destrucción con todo lujo de detalles de un edificio o una ciudad entera, fuegos, explosiones, columnas de humo, tsunamis, las nubes, la electricidad, el comportamiento del pelo, ropa, paisajes... También, añade él, «el proceso de crecimiento de un árbol o la forma real que tienen las hojas o sus raíces con sus diferentes ramificaciones, o cómo se mueve dicho árbol cuando le afecta el viento, o cómo se caen sus hojas tras una sacudida». «Son –resume– diferentes ejemplos de patrones matemáticos y físicos presentes en la naturaleza que podemos reproducir en forma de efectos especiales».
En definitiva, un mundo casi inabarcable, de posibilidades infinitas, en el que el experto extremeño se sumerge cada día. Un sueño de niño que ha conseguido hacer realidad.
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