Analizamos el euroescepticismo en Italia,.
- El resultado de las elecciones europeas marcará el rumbo de Italia en la Unión
- Con testimonios de ciudadanos sobre los asuntos que más preocupan Addio dolce vita',.
‘En Portada’
viaja a Italia para mostrar el desencanto que viven sus ciudadanos ante
las elecciones europeas del próximo domingo. Según el último
eurobarómetro, es el país más euroescéptico de la Unión.
Un recorrido por el sur y por el centro del país, en el que los ciudadanos de a pie, y no los políticos, hablan sobre los asuntos que más les preocupan: la inmigración, la crisis económica o el desempleo juvenil. Todo, en el marco de la compleja relación entre Italia y la Unión, marcada en los últimos años por duros enfrentamientos a cuenta de la llegada de inmigrantes a las costas italianas o de los ajustes presupuestarios que Bruselas exige a Roma.
‘Addio dolce vita’ es el retrato de una sociedad desencantada, que propició hace un año un vuelco electoral sin precedentes. Los italianos enterraron a los viejos partidos y alzaron al poder a una coalición sorprendente: a los antisistema del Movimiento 5 Estrellas y a los ultraderechistas de la Liga. Dos formaciones distantes, pero con ideas comunes, sobre todo, el euroescepticismo.
En este escenario, Roma debe decidir ahora qué camino tomar en su relación con Bruselas: tender puentes o cortarlos.
‘Addio dolce vita’ es un reportaje con guion de Luis Pérez; realización de Ángel Barroso; imagen y sonido de José María Ballano y Alberto López; montaje de Ana Sancho; sonorización de Senén Feito; producción de Andrés García de la Calera y Lourdes Calvo; y producción Italia de Beatriz Picatoste.
Un recorrido por el sur y por el centro del país, en el que los ciudadanos de a pie, y no los políticos, hablan sobre los asuntos que más les preocupan: la inmigración, la crisis económica o el desempleo juvenil. Todo, en el marco de la compleja relación entre Italia y la Unión, marcada en los últimos años por duros enfrentamientos a cuenta de la llegada de inmigrantes a las costas italianas o de los ajustes presupuestarios que Bruselas exige a Roma.
‘Addio dolce vita’ es el retrato de una sociedad desencantada, que propició hace un año un vuelco electoral sin precedentes. Los italianos enterraron a los viejos partidos y alzaron al poder a una coalición sorprendente: a los antisistema del Movimiento 5 Estrellas y a los ultraderechistas de la Liga. Dos formaciones distantes, pero con ideas comunes, sobre todo, el euroescepticismo.
En este escenario, Roma debe decidir ahora qué camino tomar en su relación con Bruselas: tender puentes o cortarlos.
‘Addio dolce vita’ es un reportaje con guion de Luis Pérez; realización de Ángel Barroso; imagen y sonido de José María Ballano y Alberto López; montaje de Ana Sancho; sonorización de Senén Feito; producción de Andrés García de la Calera y Lourdes Calvo; y producción Italia de Beatriz Picatoste.
TITULO: Más Vale Tarde La Sexta - Festival de Cannes ,.
Festival de Cannes ,.
Quentin Tarantino: "Prefiero cualquier época anterior a los móviles",.
Hay un jardín doblemente minado que Quentin Tarantino no quiere pisar ni de broma: el asesinato de Sharon Tate a cargo de la familia Manson; uno de los hilos de Érase una vez en Hollywood,
la película con la que compite por la Palma de Oro de Cannes. Primero,
porque podría estropear el artefacto narrativo para los futuros
espectadores. Y, segundo, porque no quiere ni media polémica forzada con
una cinta que es puro amor al cine y su historia.
"He investigado un montón, como lo ha hecho mucha gente", ha explicado en rueda de prensa. "¿Cómo puede ser que estás jóvenes fueran sometidas? Cuanto más investigas, es más oscuro. La imposibilidad de entenderlo es lo que causa tanta fascinación".
Los periodistas que han buscado esas cosquillas en la rueda de prensa han salido escaldados. Mr. Tarantino, ¿le ponía nervioso utilizar una historia real? Respuesta: “No”. ¿Por qué le interesaba hacer algo con una figura tan controvertida como Roman Polanski? “No lo he hecho”. El director ha aflojado cuando se trata de hablar de la figura de Polanski como cineasta. “He coincidido con él un par de veces. En 1969 no es que fuera el mejor cineasta vivo, era un fenómeno vivente. Soy un fan, especialmente de La semilla del diablo”, ha reconocido.
“Hay poca gente que tenga no ya solo el conocimiento de cine y
música, sino también de televisión. Es una computadora de datos”,
explica DiCaprio, “La película es una carta de amor hacia la industria a través de dos personajes marginales”.
Dos outsiders, un actor en decadencia y su doble, interpretados por dos de las mayores estrellas del planeta. “Me identifiqué porque crecí en la industria y también siento que el tiempo pasa”, dice DiCaprio. “También me ha servido para apreciar inmensamente mi posición. Tengo muchos amigos en la industria y sé lo afortunado que soy”:
Brad Pitt explica que hay que interpretarlos como un mismo personaje. “Y el asunto es aceptar tu vida y tus problemas. Rick Dalton (Leonardo DiCaprio) no lo hace. Y Cliff Booth (Brad Pitt) acepta lo que le sucede”.
La química de ambos (la película es una peculiar historia de amistad) ha sido natural. “Hemos crecido en la misma generación y comenzado a la vez”, explica DiCaprio. Y Pitt se la devuelve: “Cuando sabes que tienes lo mejor de lo mejor, hay mucho reláx”.
Pero el espectáculo vuelve al idolatrado Tarantino, que no deja de escupir sus mil referencias, con bromas que a veces sólo él ríe. Preguntado por si prefería vivir y hacer películas en una época como 1969, lo tiene claro: “Prefiero cualquier tiempo anterior a los móviles”. De hecho, su última que puede considerarse pegada a la realidad es Jackie Brown (1996). Desde entonces no ha hecho sino jugar. Para fortuna de los espectadores.
"He investigado un montón, como lo ha hecho mucha gente", ha explicado en rueda de prensa. "¿Cómo puede ser que estás jóvenes fueran sometidas? Cuanto más investigas, es más oscuro. La imposibilidad de entenderlo es lo que causa tanta fascinación".
Los periodistas que han buscado esas cosquillas en la rueda de prensa han salido escaldados. Mr. Tarantino, ¿le ponía nervioso utilizar una historia real? Respuesta: “No”. ¿Por qué le interesaba hacer algo con una figura tan controvertida como Roman Polanski? “No lo he hecho”. El director ha aflojado cuando se trata de hablar de la figura de Polanski como cineasta. “He coincidido con él un par de veces. En 1969 no es que fuera el mejor cineasta vivo, era un fenómeno vivente. Soy un fan, especialmente de La semilla del diablo”, ha reconocido.
"La película es ridículamente autoconsciente"
Pero Polanski es un personaje muy periférico (apenas tiene una línea de diálogo) y Érase una vez en Hollywood es un lujo que Tarantino se ha dado para celebrar sus pasiones. “La película es ridículamente autoconsciente. Y hay algo de ir sumando cosas que he hecho. Cuando mi agente leyó el guion me dijo: tu película número nueve es como las ocho anteriores juntas”, resume Tarantino.Dos outsiders, un actor en decadencia y su doble, interpretados por dos de las mayores estrellas del planeta. “Me identifiqué porque crecí en la industria y también siento que el tiempo pasa”, dice DiCaprio. “También me ha servido para apreciar inmensamente mi posición. Tengo muchos amigos en la industria y sé lo afortunado que soy”:
Brad Pitt explica que hay que interpretarlos como un mismo personaje. “Y el asunto es aceptar tu vida y tus problemas. Rick Dalton (Leonardo DiCaprio) no lo hace. Y Cliff Booth (Brad Pitt) acepta lo que le sucede”.
La química de ambos (la película es una peculiar historia de amistad) ha sido natural. “Hemos crecido en la misma generación y comenzado a la vez”, explica DiCaprio. Y Pitt se la devuelve: “Cuando sabes que tienes lo mejor de lo mejor, hay mucho reláx”.
Pero el espectáculo vuelve al idolatrado Tarantino, que no deja de escupir sus mil referencias, con bromas que a veces sólo él ríe. Preguntado por si prefería vivir y hacer películas en una época como 1969, lo tiene claro: “Prefiero cualquier tiempo anterior a los móviles”. De hecho, su última que puede considerarse pegada a la realidad es Jackie Brown (1996). Desde entonces no ha hecho sino jugar. Para fortuna de los espectadores.
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