El sabado -1- JUNIO a las 16:00 por Telecinco , foto,.
Cora Alpha llega a un acuerdo financiero con Agostar Group sobre Elysium City
La empresa asegura que «continúa trabajando dentro las fechas previstas» y que «prevé entrar sobre el terreno a finales de 2019,.
Agostar Group PLC, con la que se consumó el acuerdo el pasado 14 de mayo, es una empresa que cotiza en bolsa en el Reino Unido especializada en el desarrollo e infraestructura de proyectos «de gran envergadura», ha informado este sábado Cora Alpha en un comunicado.
Tanto Agostar Group, como su equipo de asesores financieros, Elite Capital UK y Xafin SA Suiza, «se sienten muy honrados« y agradecen la oportunidad que le han brindado de participar en este »importante proyecto», según manifiesta el director ejecutivo de esta firma, José L. Agostino.
Asimismo, el presidente y el director ejecutivo de Cora Alpha, John Cora y Francisco de Borbon Graf von Hardenberg, respectivamente, están muy satisfechos con el acuerdo financiero logrado «y las perspectivas de esta relación a largo plazo».
En el último trimestre CoraAlpha ha optado por centrarse en «perfeccionar» los planes de viabilidad, las proyecciones financieras, la inversión y los «componentes medioambientales« de la zona de Castilblanco, según indica en la nota.
«El énfasis de Elysium City en la planificación medioambiental y el impacto en la sostenibilidad garantizará que el proyecto preserve la belleza y el patrimonio de la región«, además de mantener »íntegro« su ecosistema, añade.
Cora Alpha afirma además que continúa colaborando «estrechamente» con el presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, con miembros de su administración y con la alcaldesa de Castilblanco, María de los Ángeles Merino, «con el fin de continuar con el progreso de Elysium City».
«Seguimos siendo extremadamente entusiastas sobre el desarrollo de la ciudad de Elysium», indica John Cora, que agradece a estas autoridades y a todo el personal involucrado «su apoyo para hacer que la visión que CoraAlpha tiene de Elysium City se convierta en una realidad«.
La empresa añade también que «continúa trabajando dentro las fechas previstas» y que «prevé entrar sobre el terreno a finales del año 2019«.
Resalta que Elysium City supondrá un «tremendo impulso» para la economía local, regional y nacional y asegurará la creación de 15.000 nuevos puestos de trabajo dentro de los primeros cinco años.
Según recuerda, el proyecto incluye la creación de un parque temático, otro acuático de aventura, un hotel casino de 5 estrellas y otros varios de 3 y 4 estrellas.
También albergará locales de uso mixto, restaurantes y lugares de entretenimiento, un centro de conferencias, un campo de golf, un estadio deportivo de primera categoría, un puerto deportivo «y diversas de atracciones alternativas claves para la creación de un destino turístico de clase mundial».
«Mi visión de Elysium fue la de idear un plan a futuro para levantar la primera ciudad inteligente y sostenible creada desde cero en Europa», apunta su director ejecutivo, para quien «hemos encontrado un lugar precioso y a su vez hemos trabajado en un proyecto creativo que mejoraría la región a través de un enorme impacto económico con la creación masiva de nuevos puestos de trabajo«.
TITULO: VIVA LA VIDA -Cedillo pide un puente que le conecte con Portugal para romper la frontera: . DOMINGO -2- JUNIO.
El domingo -2-JUNIO a las 16:00 por Telecinco , foto,.
Cedillo pide un puente que le conecte con Portugal para romper la frontera,.
El alcalde hace esta petición ante la cercanía de las elecciones europeas
«Cedillo es el Finisterre extremeño», manifestó su alcalde, el socialista Antonio González Riscado, que ese mismo domingo optará a la reelección para seguir gobernando esta localidad de 450 vecinos, un cargo que ocupa desde 1987.
Y pese a los años transcurridos desde entonces, vuelve a reclamar para su pueblo un puente que elimine ese aislamiento en una Europa sin fronteras.
«Somos el pueblo más occidental de Extremadura y de casi toda España exceptuando Galicia», al estar rodeados por el país vecino por el norte, el sur y el oeste. «Somos una extensión de Extremadura que se interna en Portugal», separados por la confluencia del río Tajo y su afluente Sever, que actúan como frontera.
A pesar de ello «no podemos pasar a Portugal», subraya el alcalde, una situación que a su juicio «carece de toda lógica».
Y para ponerle fin propone una solución también «lógica», la construcción de un puente aguas arriba del río Sever «que nos comunique de manera permanente» con Portugal.
Esta infraestructura favorecería el desarrollo de un territorio «que ha evolucionado poco» pues, argumenta González Riscado, «el desarrollo tiene que pasar por las posibilidades de relacionarse». «Creo que Europa debería ser sensible», confiesa.
Además, advirtió de que el problema de la despoblación es más acuciante en municipios fronterizos como Cedillo, un pueblo que pese a estar situado geográficamente en el centro entre Madrid y Lisboa, «a día de hoy es el final».
«¿Quién va a apostar por algo en Cedillo si después no puede pasar a Portugal?», se preguntó tras insistir en que el primer paso deben ser las comunicaciones, el puente, para atraer posteriormente las inversiones.
Entretanto, de lunes a viernes, los vecinos de Cedillo deben realizar un rodeo de más de 100 kilómetros por carretera, bajando hasta Valencia de Alcántara, para cruzar la raya y llegar a Montalvao, pese a que los cascos urbanos de estas dos poblaciones están separados por tan solo 14 kilómetros.
TITULO: Ese programa del que usted me habla con - Si uno se propone las cosas, se pueden hacer realidad»,.
El martes -28- Mayo por La 2 a las 21:30, fotos,.
Si uno se propone las cosas, se pueden hacer realidad»,.
Una bacteria arrebató a José María Riñones sus manos y sus pies, pero dos años después siente que vuelve a ser normal | Este guardia civil de Tráfico tuvo que dejar su trabajo, pero ahora camina, maneja su brazo bioeléctrico y afronta el reto de volver a conducir
«O
me levanto, o me tiro todo el día en la cama». Esas han sido, durante
los últimos 24 meses, las dos alternativas a las que se ha enfrentado
cada día José María Riñones Romero, un agente de la Guardia Civil de
Tráfico al que una endocarditis infecciosa le arrebató sus cuatro
extremidades, y con ellas, la posibilidad de continuar con su vida de
siempre. «Muchos días tengo que hacer lo contrario de lo que me pide el
cuerpo, pero merece la pena», afirma ilusionado.
José María nació hace 58 años en Puebla de la Calzada (Badajoz), el lugar en el que creció hasta su ingreso en la Guardia Civil. Tenía 21 años y poco tiempo después se incorporó al Subsector de Tráfico, una especialidad que ha venido ejerciendo en Badajoz desde 1982.
«Mi vida era bastante normal. Es cierto que tuve un problema cardíaco y se vieron obligados a colocarme una válvula mitral en el corazón, pero eso no me supuso ningún problema hasta que un día, después de viajar a Castuera para entregar unas diligencias en el juzgado, comencé a encontrarme mal». Eso sucedió el 1 de julio de 2017 y después de ingresar en la clínica médica Clideba, que está en Badajoz, le diagnosticaron una endocarditis infecciosa por stafilococo aureus. «Desgraciadamente, los médicos descubrieron que la bacteria había anidado en la válvula de mi corazón» .
Desconectarlo en ese momento fue una de las opciones que barajaron los especialistas. Pero finalmente, por decisión de la familia, le administraron un medicamento que, además de salvarle la vida, podía causarle secuelas de todo tipo. «Ese medicamento lo que hace es llevarse la sangre hacia el corazón para que se ponga en marcha. Pero al llevarse toda la sangre, las extremidades se quedaron sin riego sanguíneo y eso me provocó una necrosis en las extremidades».
El 13 de septiembre de 2017, traspermanecer un mes en la UCI, le fueron amputados los dos pies y las dos manos. «En un primer momento yo estaba muy tranquilo, me imagino que por el efecto de los medicamentos que me administraban para que no sufriera dolores, pero a medida que pasaban los días iba dándome cuenta de lo que había sucedido».
Con el paso de las semanas, el riesgo vital desapareció. Pero cuando en noviembre le dieron el alta no había sitio para él en el hospital de parapléjicos de Toledo, por lo que decidió ingresar en la Casa Verde de Mérida, un centro especializado en la recuperación de pacientes que necesitan un proceso de rehabilitación intensivo.
José María recuerda que cuando volvió a Extremadura era una persona totalmente dependiente. En su cabeza flotaban todavía las conversaciones que había escuchado cuando permanecía ingresado en la UCI sin posibilidad de hablar –tuvieron que hacerle una traqueotomía– ni de escribir. «Los médicos me dijeron que mi futuro estaba en una silla de ruedas, no confiaban en una recuperación como la que he conseguido».
El primer logro fue erguirse en la cama. Tras varios meses con los músculos atrofiados, peleó con todas sus fuerzas por recuperar el vigor. Y más tarde comenzó a entrenar sus extremidades incompletas para realizar un mayor número de acciones cada día. «Es duro ver que te tienen que colgar de un arnés del techo para que se te vayan adaptando los muñones».
En su evolución influyeronlas dos prótesis que le han permitido volver a caminar. Cada uno de los implantes ortopédicos cuesta 6.000 euros y está compuesto por un pie de fibra de carbono, un soporte de acero quirúrgico y un 'liner' de silicona que facilita en encaje con la pierna y evita rozaduras.
La casualidad quiso que el especialista que le colocó esos nuevos pies fuera José Seco, un ortopeda de Badajoz con el que coincidió durante años en el restaurante Palomo, un local en el que acostumbraba a desayunar José María cuando trabajaba en Tráfico. «Lo saludaba a diario, hablábamos de fútbol y de mil cosas, pero no tenía ni idea de cuál era su trabajo».
Sus primeros pasos los dio en abril de 2018. Habían transcurrido nueve meses y las tres horas diarias de gimnasio habían dado sus frutos. «Ahora me puedo mover un poquito, desplazarme. No son más de 300 o 400 metros, porque me canso, pero sí tengo una cierta independencia para andar por la casa y dar pequeños paseos».
En su vuelta a la vida normal le ayuda el brazo bioeléctrico que, al igual que los pies, le han colocado en la Clínica Ortosec de Badajoz. El dispositivo incorpora un microprocesador capaz de 'leer' los estímulos nerviosos del brazo.
Eso le permite abrir y cerrar la mano con un nivel de sensibilidad suficiente para manipular la cremallera de una mochila. «Ahora puedo hacerme el desayuno, poner la tostadora, peinarme, ir al baño, ducharme... Pero todavía dependo de que me lleven y me traigan, hay cosas que aún no puedo hacer».
En total lleva invertidos unos 44.000 euros que tuvo que poner de su bolsillo, aunque ha recibido una subvención del Isfas (Instituto Social de las Fuerzas Armadas) que le ha permitido recuperar la mitad del dinero.
La vuelta a la «normalidad» no ha sido un camino fácil, pero José María valora todos y cada uno de los logros conseguidos y afronta estos días un nuevo reto: recuperar el carné de conducir para poder desplazarse en coche. «Ahora veo que puedo. Si uno se propone las cosas, se pueden hacer realidad».
José María ha sufrido también por su mujer y sus dos hijas, especialmente la pequeña, que ahora tiene 13 años. Antes de la enfermedad acostumbraba a llevarla por las tardes al conservatorio, una tarea cotidiana que ahora no puede realizar. «Ella no se explicaba lo que me estaba pasando, pero cuando me ha visto mejorar la situación ha cambiado. Mi objetivo siempre ha sido que mi familia no me viera decaído».
Recuperado en su estima y satisfecho con su progresión, el próximo objetivo es hacer que la experiencia traumática por la que ha pasado y la milagrosa recuperación posterior puedan ser de utilidad a personas que, como él, se enfrentan a situaciones difíciles. «Estoy a disposición de cualquier persona o asociación para contar mi experiencia. Cuando ocurre una cosa así hay que echarle ganas a la vida y pensar en positivo».
José María sabe que hay cosas que nunca más volverá a hacer, como montar en moto, una de sus pasiones. «Pero no puedo pensar en lo que no puedo hacer, sino en lo que sí voy a conseguir. Ahora echo de menos salir de casa cuando quiero, quedar con los amigos en un sitio, ir de compras, llevar a mi niña al cole... Por eso pido a Dios con todas mis fuerzas dar un paso más cada día, fijarme una meta para el día siguiente. Ahora quiero obtener el permiso de conducir, porque sé que cada día se abre el telón para que siga haciendo cosas que me ayuden a mí y ayuden a los demás».
Los
jinetes Sergio Galán y Andy Cartagena cortaron ayer una oreja cada uno
en el primer festejo ecuestre de San Isidro, premios de distinto valor y
peso, la del primero avalada por una gran faena de rejoneo en su
acepción más pura, la del otro consecuencia de los efectos especiales de
su toreo.
La tarde de Galan fue extraordinaria de principio a fin. El cenit llegó en el quinto, un buen toro de Bohórquez al que cuajó extraordinariamente bien, en una labor clásica, sin alharacas. Con Embroque fijó al animal con unos templadísimos galopes de costado, y batidas de pitón a pitón, y ceñidos cambios por los adentros.
El toreo más
puro llegó sobre Ojeda, con el que pegó auténticos muletazos con los
pechos, con mucha torería y expresión, para clavar también muy reunido y
arriba. Faena muy de verdad del conquense, al que se le vio
tremendamente seguro y muy a gusto. Un par a dos manos sobre Apolo fue
el acabose.
El rejón final hizo rodar al de Bohórquez sin puntilla, y para él fue la oreja de más peso de la tarde. Quizás hubiera merecido las dos si se comparan los méritos de la que había logrado su compañero en el toro anterior.
Pero es que antes, en el segundo, ya había estado Galán muy bien teniendo en cuenta que éste fue un manso sin paliativos, con el que tuvo que hacer el esfuerzo para, tirando de oficio, conocimientos y técnica, aprovechar la querencia del astado para imponerse y lucir sobre Embroque, Titán y, nuevamente, con Apolo en otro sensacional par a dos manos de poder a poder en los medios.
Pero la gente aquí, fría en demasía, no quiso o no supo valorar en su justa medida la meritoria labor de Galán, que, además, mató de forma certera.
El otro triunfador de la tarde fue Andy Cartagena, que estuvo muy fácil con un primero noble, de poco celo y con el defecto de ponerse siempre por delante. Los momentos más estimables llegaron sobre Picasso, con el que clavó al estribo después de templarlo de costado, proyecto de 'hermosina' incluida.
Pero la gente no acabó de entrar en la faena, y por eso tuvo que recurrir a los adornos en los preparativos y a las piruetas, «efectos especiales» que no acabaron de dar su fruto y que repitió con Cafetero antes un epílogo sobre Pinta, con el que colocó tres cortas y un certero rejonazo. Pagó la frialdad de abrir plaza.
Con el cuarto, en cambio, sí logró meterse a la gente en el bolsillo merced a una labor alejada de la heterodoxia de lo que es el auténtico toreo a caballo, pero que le valió para empezar a levantar una tarde que, hasta ese momento, no acababa de despegar.
Con Apolo hubo quiebros a los que, a decir, verdad les faltó ajuste, pero lo gordo llegó con Luminoso, sus levantadas y esa manera tan espectacular de recorrer la plaza a dos manos, y dos vibrantes 'violines'. No entró el rejón de muerte hasta el segundo envite, pero no fue óbice para que cortara una orejita.
Andrés Romero llevó a cabo una primera labor repleta de altibajos ante un toro que ya de salida a aparentó buena condición.
El onubense apostó por dejárselo crudo y eso pudo ser el detonante para que después no acabara de compactar las suertes. Hubo demasiadas pasadas en falso, rectificaciones, además de clavar con notable desigualdad. Dos quiebros de mucha exposición sobre Chamán fue lo más loable de una labor de poca historia.
Algo más entonado estuvo Romero ante el sexto, con el que tiró de su versión más efectista para llegar a la gente, destacando con varias piruetas sobre Jerjes. Poco más.
José María nació hace 58 años en Puebla de la Calzada (Badajoz), el lugar en el que creció hasta su ingreso en la Guardia Civil. Tenía 21 años y poco tiempo después se incorporó al Subsector de Tráfico, una especialidad que ha venido ejerciendo en Badajoz desde 1982.
«Me dijeron que mi futuro estaba en una silla de ruedas, no confiaban en la recuperación»
Las frases
Su entrega y sus conocimientos
terminaron convirtiéndolo en una pieza clave para el Grupo de
Investigación de Accidentes de Tráfico (GIAT) del Sector de Tráfico de
Extremadura, cuyo cometido es esclarecer los delitos contra la seguridad
vial de mayor gravedad.«Mi vida era bastante normal. Es cierto que tuve un problema cardíaco y se vieron obligados a colocarme una válvula mitral en el corazón, pero eso no me supuso ningún problema hasta que un día, después de viajar a Castuera para entregar unas diligencias en el juzgado, comencé a encontrarme mal». Eso sucedió el 1 de julio de 2017 y después de ingresar en la clínica médica Clideba, que está en Badajoz, le diagnosticaron una endocarditis infecciosa por stafilococo aureus. «Desgraciadamente, los médicos descubrieron que la bacteria había anidado en la válvula de mi corazón» .
«Es duro ver que te tienen que colgar de un arnés del techo para que se vayan adaptando los muñones»
Las frases
El problema era serio y José María
Riñones fue evacuado a Madrid, donde le administraron durante 40 días
un antibiótico que podía curarlo. Pero justo el día que iba a recibir el
alta le sobrevinieron unas fiebres altísimas y mareos fuertes. «Vieron
que esos 40 días no habían hecho efecto y detectaron de nuevo la
bacteria, que en mi caso se comió la válvula mecánica que ya tenía
puesta, la válvula que estaba sana y la base de la válvula aórtica. Alos
dos o tres días me tuvieron que intervenir, pero me había hecho tal
avería que entré en parada cardíaca una y otra vez». Desconectarlo en ese momento fue una de las opciones que barajaron los especialistas. Pero finalmente, por decisión de la familia, le administraron un medicamento que, además de salvarle la vida, podía causarle secuelas de todo tipo. «Ese medicamento lo que hace es llevarse la sangre hacia el corazón para que se ponga en marcha. Pero al llevarse toda la sangre, las extremidades se quedaron sin riego sanguíneo y eso me provocó una necrosis en las extremidades».
El 13 de septiembre de 2017, traspermanecer un mes en la UCI, le fueron amputados los dos pies y las dos manos. «En un primer momento yo estaba muy tranquilo, me imagino que por el efecto de los medicamentos que me administraban para que no sufriera dolores, pero a medida que pasaban los días iba dándome cuenta de lo que había sucedido».
«Mi mayor preocupación no era yo, sino mi familia. Pensaba en mi mujer, en mis dos hijas, en mi madre»
Las frases
«Mi mayor preocupación no era yo,
sino mi familia. Pensaba en mi mujer, en mis dos hijas, en mi madre...
Yo aceptaba lo que me había sucedido, pero sufría al pensar lo que
supondría mi nueva situación para todos ellos», prosigue en su relato.Con el paso de las semanas, el riesgo vital desapareció. Pero cuando en noviembre le dieron el alta no había sitio para él en el hospital de parapléjicos de Toledo, por lo que decidió ingresar en la Casa Verde de Mérida, un centro especializado en la recuperación de pacientes que necesitan un proceso de rehabilitación intensivo.
José María recuerda que cuando volvió a Extremadura era una persona totalmente dependiente. En su cabeza flotaban todavía las conversaciones que había escuchado cuando permanecía ingresado en la UCI sin posibilidad de hablar –tuvieron que hacerle una traqueotomía– ni de escribir. «Los médicos me dijeron que mi futuro estaba en una silla de ruedas, no confiaban en una recuperación como la que he conseguido».
«Ahora puedo hacerme el desayuno, poner la tostadora, peinarme, ir al baño, ducharme...»
Las frases
Pero este agente curtido en mil
batallas no se resignó. Su condición de guardia civil le había imprimido
a fuego el valor del sacrificio y sus fuertes creencias religiosas le
hacían confiar en una rehabilitación que pocos veían posible.El primer logro fue erguirse en la cama. Tras varios meses con los músculos atrofiados, peleó con todas sus fuerzas por recuperar el vigor. Y más tarde comenzó a entrenar sus extremidades incompletas para realizar un mayor número de acciones cada día. «Es duro ver que te tienen que colgar de un arnés del techo para que se te vayan adaptando los muñones».
En su evolución influyeronlas dos prótesis que le han permitido volver a caminar. Cada uno de los implantes ortopédicos cuesta 6.000 euros y está compuesto por un pie de fibra de carbono, un soporte de acero quirúrgico y un 'liner' de silicona que facilita en encaje con la pierna y evita rozaduras.
La casualidad quiso que el especialista que le colocó esos nuevos pies fuera José Seco, un ortopeda de Badajoz con el que coincidió durante años en el restaurante Palomo, un local en el que acostumbraba a desayunar José María cuando trabajaba en Tráfico. «Lo saludaba a diario, hablábamos de fútbol y de mil cosas, pero no tenía ni idea de cuál era su trabajo».
Sus primeros pasos los dio en abril de 2018. Habían transcurrido nueve meses y las tres horas diarias de gimnasio habían dado sus frutos. «Ahora me puedo mover un poquito, desplazarme. No son más de 300 o 400 metros, porque me canso, pero sí tengo una cierta independencia para andar por la casa y dar pequeños paseos».
En su vuelta a la vida normal le ayuda el brazo bioeléctrico que, al igual que los pies, le han colocado en la Clínica Ortosec de Badajoz. El dispositivo incorpora un microprocesador capaz de 'leer' los estímulos nerviosos del brazo.
Eso le permite abrir y cerrar la mano con un nivel de sensibilidad suficiente para manipular la cremallera de una mochila. «Ahora puedo hacerme el desayuno, poner la tostadora, peinarme, ir al baño, ducharme... Pero todavía dependo de que me lleven y me traigan, hay cosas que aún no puedo hacer».
En total lleva invertidos unos 44.000 euros que tuvo que poner de su bolsillo, aunque ha recibido una subvención del Isfas (Instituto Social de las Fuerzas Armadas) que le ha permitido recuperar la mitad del dinero.
La vuelta a la «normalidad» no ha sido un camino fácil, pero José María valora todos y cada uno de los logros conseguidos y afronta estos días un nuevo reto: recuperar el carné de conducir para poder desplazarse en coche. «Ahora veo que puedo. Si uno se propone las cosas, se pueden hacer realidad».
Ahora quiere sacarse el carné y ayudar a otras personas
José María es un luchador nato. En sólo dos años, dos largos años, ha logrado dar la vuelta a su situación y ahora mira al futuro con optimismo. Pero la energía que rebosa no es infinita y reconoce que también ha tenido momentos difíciles. El peor, en marzo pasado, cuando falleció su madre a los 89 años de edad. «No se me olvida el día que me vio por primera vez después de que me operaran. Cuando entró en la habitación no me miró a las extremidades, me miraba a los ojos, sin apartar la vista un instante. Yo sé que al principio ella lo llevaba mal, sufría mucho por mí; pero ahora me queda el consuelo de que se ha marchado con la satisfacción de ver que ando y que me desenvuelvo en la vida».José María ha sufrido también por su mujer y sus dos hijas, especialmente la pequeña, que ahora tiene 13 años. Antes de la enfermedad acostumbraba a llevarla por las tardes al conservatorio, una tarea cotidiana que ahora no puede realizar. «Ella no se explicaba lo que me estaba pasando, pero cuando me ha visto mejorar la situación ha cambiado. Mi objetivo siempre ha sido que mi familia no me viera decaído».
Recuperado en su estima y satisfecho con su progresión, el próximo objetivo es hacer que la experiencia traumática por la que ha pasado y la milagrosa recuperación posterior puedan ser de utilidad a personas que, como él, se enfrentan a situaciones difíciles. «Estoy a disposición de cualquier persona o asociación para contar mi experiencia. Cuando ocurre una cosa así hay que echarle ganas a la vida y pensar en positivo».
José María sabe que hay cosas que nunca más volverá a hacer, como montar en moto, una de sus pasiones. «Pero no puedo pensar en lo que no puedo hacer, sino en lo que sí voy a conseguir. Ahora echo de menos salir de casa cuando quiero, quedar con los amigos en un sitio, ir de compras, llevar a mi niña al cole... Por eso pido a Dios con todas mis fuerzas dar un paso más cada día, fijarme una meta para el día siguiente. Ahora quiero obtener el permiso de conducir, porque sé que cada día se abre el telón para que siga haciendo cosas que me ayuden a mí y ayuden a los demás».
TITULO: TOROS - TENDIDO CERO -Dos maneras de cobrar orejas,.
El Sabado -1- Junio a las 14:00 por La 2, foto,.
Dos maneras de cobrar orejas,.
Sergio Galán tira del rejoneo más puro y Andy Cartagena de efectos especiales para triunfar en la primera corrida de rejones de San Isidro,.
La tarde de Galan fue extraordinaria de principio a fin. El cenit llegó en el quinto, un buen toro de Bohórquez al que cuajó extraordinariamente bien, en una labor clásica, sin alharacas. Con Embroque fijó al animal con unos templadísimos galopes de costado, y batidas de pitón a pitón, y ceñidos cambios por los adentros.
FICHA DEL FESTEJO
- uToros
- Toros reglamentariamente despuntados para rejones de Fermín Bohórquez, correctos de hechuras, mansitos y de juego desigual. Los mejores, tercero y quinto. Nobles y con poquito celo, primero, cuarto y sexto. Manso y muy distraído, el segundo.
- uToreros. Andy Cartagena, de chaquetilla color champán
- rejón (ovación tras leve petición); pinchazo y rejón caído (oreja). Sergio Galán, de chaquetilla azul marengo: rejón (ovación tras petición); rejón caído (oreja). Andrés Romero, de chaquetilla azul eléctrico: pinchazo y rejón bajo con derrame (silencio); medio rejón (ovación).
- uPlaza
- Las Ventas registró algo menos de tres cuartos de entrada, 15.568 espectadores, según la empresa.
El rejón final hizo rodar al de Bohórquez sin puntilla, y para él fue la oreja de más peso de la tarde. Quizás hubiera merecido las dos si se comparan los méritos de la que había logrado su compañero en el toro anterior.
Pero es que antes, en el segundo, ya había estado Galán muy bien teniendo en cuenta que éste fue un manso sin paliativos, con el que tuvo que hacer el esfuerzo para, tirando de oficio, conocimientos y técnica, aprovechar la querencia del astado para imponerse y lucir sobre Embroque, Titán y, nuevamente, con Apolo en otro sensacional par a dos manos de poder a poder en los medios.
Pero la gente aquí, fría en demasía, no quiso o no supo valorar en su justa medida la meritoria labor de Galán, que, además, mató de forma certera.
El otro triunfador de la tarde fue Andy Cartagena, que estuvo muy fácil con un primero noble, de poco celo y con el defecto de ponerse siempre por delante. Los momentos más estimables llegaron sobre Picasso, con el que clavó al estribo después de templarlo de costado, proyecto de 'hermosina' incluida.
Pero la gente no acabó de entrar en la faena, y por eso tuvo que recurrir a los adornos en los preparativos y a las piruetas, «efectos especiales» que no acabaron de dar su fruto y que repitió con Cafetero antes un epílogo sobre Pinta, con el que colocó tres cortas y un certero rejonazo. Pagó la frialdad de abrir plaza.
Con el cuarto, en cambio, sí logró meterse a la gente en el bolsillo merced a una labor alejada de la heterodoxia de lo que es el auténtico toreo a caballo, pero que le valió para empezar a levantar una tarde que, hasta ese momento, no acababa de despegar.
Con Apolo hubo quiebros a los que, a decir, verdad les faltó ajuste, pero lo gordo llegó con Luminoso, sus levantadas y esa manera tan espectacular de recorrer la plaza a dos manos, y dos vibrantes 'violines'. No entró el rejón de muerte hasta el segundo envite, pero no fue óbice para que cortara una orejita.
Andrés Romero llevó a cabo una primera labor repleta de altibajos ante un toro que ya de salida a aparentó buena condición.
El onubense apostó por dejárselo crudo y eso pudo ser el detonante para que después no acabara de compactar las suertes. Hubo demasiadas pasadas en falso, rectificaciones, además de clavar con notable desigualdad. Dos quiebros de mucha exposición sobre Chamán fue lo más loable de una labor de poca historia.
Algo más entonado estuvo Romero ante el sexto, con el que tiró de su versión más efectista para llegar a la gente, destacando con varias piruetas sobre Jerjes. Poco más.
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