Domingo -2- JUNIO - LIARLA PARDO - Alexis Grohmann: «Quienes no leen a Pérez-Reverte se pierden todo un mundo» ,./ ESPAÑOLES POR EL MUNDO -Guadiana pierde el Caudillo ,./ Escala humana - A sus órdenes, mi páter , Miercoles -29- Mayo,.
TITULO: Domingo -2- JUNIO - LIARLA PARDO - Alexis Grohmann: «Quienes no leen a Pérez-Reverte se pierden todo un mundo» ,. El domingo -2- JUNIO a las 18:00 por La Sexta, foto,.
Alexis Grohmann: «Quienes no leen a Pérez-Reverte se pierden todo un mundo»,.
Alexis Grohmann, ayer en Murcia.
Experto en Literatura Española, presenta hoy en Murcia 'Las reglas del juego', brillante estudio sobre el autor cartagenero,.
Si
le quieren escribir, ya saben su paradero-refugio literario y vital,
esta gloriosa frase húmeda y abierta a todas las aventuras posibles que
encontramos en 'La Iliada' de, llamémosle puestos de rodillas, Homero:
«Llueve en las orillas de Troya mientras zarpan las naves». Arturo
Pérez-Reverte (Cartagena, 1951), escritor aupado por sus libros a la
cumbre del éxito, y académico de la Lengua apasionadamente enamorado del
español, alaba a Homero porque alaba, con certificado de haberlo
disfrutado, todo lo hermoso de la vida. Su producción novelística
conforma un mundo, arrollador y muy personal, que fascina tanto a
lectores como a estudiosos. Es el caso de Alexis Grohmann, catedrático
de Literatura Española Contemporánea en la Universidad de Edimburgo, y
autor de 'Las reglas del juego de Arturo Pérez-Reverte', que publicado
por Edit.um, la editora de la Universidad de Murcia (UMU), en
colaboración con la Cátedra Arturo Pérez-Reverte, presenta hoy en
Murcia, a las 20.00 horas, en el Aula de Cultura de Cajamurcia.
Acompañándole estarán el propio Pérez-Reverte y el profesor, y crítico
literario de 'La Verdad', José Belmonte.
En 'Las reglas
del juego de Arturo Pérez-Reverte', Grohmann analiza -con brillantez,
amenidad y nula pendantería- las novelas 'El húsar' (1986), 'El maestro
de esgrima', 'La tabla de Flandes', 'El club Dumas', 'La piel del
tambor', 'La carta esférica', 'La reina del Sur' y 'El pintor de
batallas' (2006).
Indica Grohmann,
para quien «la literatura de Pérez-Reverte es una de las más originales
y fascinantes que han surgido en España desde el reinicio del período
democrático en los años 70», que el autor de 'El maestro de esgrima'
«acometió la aventura que es la vida cuando, de joven, se despidió de su
ciudad natal, Cartagena, y se embarcó en un petrolero con toda su
memoria lectora intacta y activa, proyectando sobre el mundo y la vida a
los que se lanzaba sus lecturas previas, que no son, por tanto, sino
las historias que fundaron los objetos primarios de su subjetividad, por
decirlo en los términos que esgrimiera Fernando Savater en 'La infancia
recuperada'».
«Los libros», defiende el estudioso, «le ayudaron a
mirar el mundo con aplomo desde el principio, ya que le permitían
moverse por él con la certeza creciente de que cuanto veía o iba a
conocer ya estaba, de alguna forma, en lo que había leído antes».
«Heredero adulto del ánimo infantil y juvenil», añade el profesor,
«fueron los libros los que lo impulsaron a partir en busca de las
aventuras que había leído». 'Las reglas del juego de Arturo
Pérez-Reverte' se abre y se cierra con las ya citadas 'El húsar' y 'El
pintor de batallas', y por supuesto incluye la novela en la que la costa
murciana tiene un gran protagonismo, la también ya nombrada 'La carta
esférica'. -¿Qué se están perdiendo quienes no leen a Pérez-Reverte?
-Quienes
no leen a Pérez-Reverte se pierden un mundo entero, una cosmovisión muy
rica, enriquecedora y en cierta medida única, nutrida por la
experiencia de corresponsal de guerra, y también por la de gran lector;
Pérez-Reverte se ha leído todos los clásicos y conoce el mundo
contemporáneo a la perfección; no solo sabe interpretarlo sino que,
también, se anticipa a cosas que sucederán. Se pierden mucha sabiduría, y
muchos juegos, quienes no disfrutan de sus libros. -¿Qué nos muestra?
-Nos
presenta el mundo afrontado como un juego que va muy en serio, el mundo
visto como un juego con sus reglas; un mundo que se ha de interpretar y
se ha de vivir según ciertas reglas que ayudan a descifrar su realidad y
a entenderlo mucho mejor y, sin duda, de un modo más profundo. -¿Es usted tan pesimista como él?
-No tanto, no [sonríe].
«En
'El húsar'», explica Alexis Grohmann, «asistimos al nacimiento del
héroe cansado, que será una figura constante y un concepto clave en toda
la narrativa de Pérez-Reverte». En efecto, «prácticamente todos los
héroes o protagonistas revertianos pertenecen a esta estirpe y todos
descienden en cierta medida del linaje del héroe que nace en 'El
húsar'». El propio autor cartagenero se refiere así al héroe cansado en
un artículo sobre la saga de -¡otros tíos a los que ama!- los tres
mosqueteros, que tituló precisamente 'Cuatro héroes cansados':
«Cumpliendo la ley de la vida se van acercando a su ocaso cansados,
escépticos, con la memoria llena de ingratitudes y desengaños; pero
también de los buenos momentos vividos juntos, del valor y heroísmo
compartidos, y de la amistad que sobrevivió a todo lo demás como un hilo
de acero constante bajo la trama». Como bien recuerda Alexis Grohmann,
«para Pérez-Reverte estos mosqueteros nos muestran un ejemplo admirable
de fidelidad y constancia, de valor generoso y abnegación».
Pérez-Reverte se desvive por sus amigos, y si no que se lo pregunten,
donde quiera que esté por los siglos de los siglos, al que fuese su gran
camarada, el maestro de Gramática murciano José Perona.
En
cuanto a 'La carta esférica', «donde veremos como Pérez-Reverte retorna
literariamente a su tierra de origen, el héroe cansado que la
protagoniza es Manuel Coy -oficial de marina mercante con veinte meses
de suspensión por delante-, quien en un eco lejano de Lucas Corso tiene
algo de perro de caza, con mirada leal. Ha sido Jim Hawkins y ahora es
Ismael, es Lord Jim, es Corto Maltés, es Popeye y tiene algo de capitán
Haddock; es asimismo, y sobre todo, Ulises».
Sonrisa poco esperanzada
Es,
qué duda cabe, otro héroe cansado revertiano, que con su «sonrisa poco
esperanzada y amarga» -¿les suena?- y su falta de fe en la condición
humana -¿les sigue sonando?- no se hace ilusiones. Otro héroe cansado al
que, al igual que al propio Pérez-Reverte, «el mar le ayuda a imponer
orden en su mundo». Coy es «un héroe griego en tanto en cuanto se tiene
que enfrentar a una travesía decretada por los dioses, al que Tánger
Soto [personaje al que interpretó Aitana Sánchez-Gijón, ¡uuuummm!] ha
seducido con su canto de sirena». -¿Conoce la costa de Cabo de Palos en la que se ambienta 'La carta esférica'?
-¡No, y me encantaría! [Que tome nota Pérez-Reverte, vamos, digo yo]
Por
lo que respecta al capítulo final dedicado a 'El pintor de batallas',
Grohmann lo abre con esta cita del escritor: «Si no conviertes el
espanto en algo científicamente observable, no puedes afrontarlo». Ya
saben que Pérez-Reverte fue reportero de guerra durante 21 años, y que
en 'El pintor de batallas' anida gran parte de la experiencia vital,
filosofía existencial y saber artístico de su autor. Estamos ante un
pintor de palabras que construye frescos que consiguen atrapar la mirada
del lector y hacer que éste emprenda viajes alrededor del mundo y de la
condición humana: divertidos, sorprendentes, desoladores, iniciáticos,
poblados por aventureros que ponen en juego sus cuerpos y sus almas, que
arriesgan y que, en su mayoría, no se conforman con ver partir las
naves hacia Troya, sino que se embarcan en ellas. Ya saldrá después el
sol o aparecerá para tocarles las narices la más fiera de las tormentas o
de las sirenas.
TITULO: ESPAÑOLES POR EL MUNDO - Guadiana pierde el Caudillo ,.
Guadiana pierde el Caudillo,.
Francisco Moreno (PSOE) ha ganado por mayoría absoluta y su primera medida será retirar los vestigios franquistas, fotos,.
Francisco Moreno Pagador acaba de cerrar su empresa de albañilería. El 15 de junio se convertirá en alcalde de Guadiana del Caudillo
y tiene claro su primera medida: acabar con las rémoras franquistas del
pueblo y que vuelvan a llegar subvenciones provinciales a las arcas del
Ayuntamiento.
«Lo tengo súper claro. Lo primero que voy
a hacer es quitar los vestigios y el apellido del pueblo», dice el
futuro alcalde, que le ha dado la victoria por mayoría absoluta al PSOE (logrando seis concejales frente a los cinco que ha sacado la lista de Vox) después de 16 años en la oposición.
Las tres últimas legislaturas han sido con Antonio Pozo Pitel
al frente. El alcalde saliente ha hecho una defensa férrea del
mantenimiento de los símbolos franquistas hasta el punto de abandonar el
PP–el partido con el que había concurrido a las sucesivas elecciones– y
afiliarse a Vox en la recta final de su último mandato.
«En el primer pleno le quito el apellido a Guadiana del Caudillo»
Por eso, Moreno siente que su
victoria electoral es también el respaldo de los vecinos para acabar con
todo lo que recuerde al dictador en el pueblo. «Alguien que
medianamente lo haga bien es muy difícil echarlo de la Alcaldía, pero él
–en referencia a Pozo Pitel– emprendió una cruzada personal y dejó al
pueblo sin subvenciones por incumplir la Ley de la Memoria Histórica. Y los ciudadanos han querido un cambio».
Kiko,
como le llaman en Guadiana, seguía hoy recibiendo apretones de manos y
abrazos. A los enhorabuenas, le acompañaba una coletilla: 'acaba con lo
del caudillo'.
El próximo alcalde, de 52 años, tiene prisa por
cerrar una cuestión que ha puesto en el foco mediático nacional a este
pueblo pacense de casi 2.600 habitantes. Dice que el sambenito de Guadiana como pueblo franquista lo perdió el domingo en las urnas. «Hemos elegido ser un pueblo demócrata», dice orgulloso.
Antes de que termine junio
Ahora
toca formalizar el cambio y ya ha hecho sus cábalas:«En cuanto tome
posesión, convoco un pleno para aprobar la retirada de la placa –en la
fachada del Ayuntamiento que conmemora la visita de Franco en 1951–, el
águila –el escudo preconstitucional de la fachada– y el apellido del
pueblo. Eso tiene que estar resuelto antes de que termine junio».
Con
la placa y con el escudo aún no sabe qué va a hacer. «No lo he pensado,
si se lo llevan del pueblo, perfecto, no los quiero aquí». También
tendrá que hacer un trabajo minucioso para quitar la referencia al
dictador en la puerta de la casa de la cultura, en el cementerio, en la
valla de entrada al pueblo e incluso de todas las papeleras que lucen el
topónimo franquista. «La verdad es que está por todos lados», bromea.
Acto seguido –continúa– «abriremos una ventanilla única para que los ciudadanos puedan arreglar su documentación desde el Ayuntamiento y no se tenga que mover nadie de Guadiana».
Eliminada
la referencia al dictador, el futuro alcalde se reunirá con las
asociaciones para decidir si Guadiana se queda como Guadiana o le ponen
un nuevo apellido. «Veremos si tienen propuestas de nuevo nombre y si es
así, haremos una consulta popular para que el pueblo elija», explica.
Señal de tráfico con el 'Caudillo' tachado,.Moreno,
casado y con dos hijos de 21 y 26 años, no tiene ninguna preferencia.
Le gusta Guadiana, pero admite que muchos le piden que pase a llamarse Guadiana de los colonos.
Eso
no le preocupa demasiado. Su interés es que la Diputación le levante el
veto. Sobre esto, Moreno asegura que el presidente de la Diputación
está dispuesto a resarcir a Guadiana de las ayudas que ha dejado de recibir
en 2018 y en este año: «Miguel Ángel Gallardo se ha comprometido a que
si cumplo la ley, el dinero que se ha perdido lo recuperaremos los
guadianeros. Y así va a ser porque es un hombre de palabra», cuenta,
desvelando que fue uno de los primeros que le llamó el domingo para
felicitarle por su victoria.
También lo hizo Pozo Pitel, antes
incluso de que acabara el recuento de votos. «En la tercera urna me
llamó –se pusieron cuatro en el pueblo– y me dio la enhorabuena. Ha sido
muy elegante».
El futuro alcalde está feliz y no lo disimula.
«Hemos trabajado mucho y tengo muchas ganas de darle una aire nuevo a mi
pueblo, que necesita muchas inversiones que no se han podido hacer por
incumplir la ley».
TITULO:
Escala humana -A sus órdenes, mi páter . , Miercoles -29- Mayo ,.
El miercoles -29- MAYO a las 21:00 por La 2, fotos.
A sus órdenes, mi páter ,.
El
capitán-capellán Juan Luis García, junto a una lanzadera de misiles
Patriot, en la base turca de la OTAN en la que presta servicio.
Ochenta
capellanes prestan sus servicios en las Fuerzas Armadas. Juan Luis
García, un cura de Guadix desplegado con la OTAN en una base turca, es
uno de ellos,.
Acababa
de cumplir 8 años, sus padres estaban separados y no eran creyentes, y
la abuela era la única que se preocupaba de hablar al chaval de Jesús.
Sólo gracias al empeño de la mujer y a la manga ancha de un cura que
pasó por alto que los padres del niño no pisaran la iglesia, pudo hacer
la primera comunión. Fue la abuela quien le dijo que ese día, cuando
comulgara, cerrara los ojos y pidiera el regalo que quisiera porque el
cielo se lo concedería. Así que él rezó para que sus padres se juntaran
de nuevo. Era el 26 de mayo de 1985. Cinco años después aquel matrimonio
roto volvió a recomponerse y hasta le dieron un hermanito. Dios se hizo
de rogar, pero no dejó mal a la buena señora. «Lo más bonito fue que se
rehízo la unidad familiar. Que mi madre perdonara a mi padre fue
hermoso, pero que sus suegros le acogieran de nuevo sin rencores y con
los brazos abiertos, ¡eso sí que fue milagroso!».
Aquel
niño se llama Juan Luis García Rodríguez, tiene ahora 42 años, lleva 16
ordenado sacerdote y desde hace cinco meses es el páter (así se conoce
coloquialmente a los religiosos que prestan sus servicios en el
Ejército) de un contingente español desplegado con la OTAN en la base
aérea de Incirlik, cerca de Adana, al sur de Turquía. Más que en las
casualidades de la vida, este granadino de Guadix cree firmemente en la
causalidad y, como él dice, en la providencia de Dios, «que va haciendo
todo para que el ser humano pueda cumplir con lo que Él quiere».
Del
mismo modo que a los 8 años se cruzó con aquella promesa de su abuela
que cambió el rumbo de su vida (pues a partir de entonces empezó a
acariciar la idea de convertirse en cura), fue otra «providencia» la que
le llevó a acabar compaginando la sotana con el uniforme.
En una procesión que organizó la pasada Semana Santa en la base de la OTAN con soldados y oficiales españoles. Juan
Luis era el típico párroco de pueblo, con sus clases de Religión en el
instituto local, sus catequesis camperas para acercar la figura de
Cristo a los jóvenes del Fortnite y el Instagram, con su pastoral de
matrimonios y su irreductible corro de viudas y beatas fijado al ADN de
las iglesias rurales. Era un cura feliz con vocación de servicio las 24
horas del día a cualquier vecino que le requería para buscar consuelo,
reconfortar enfermos u oficiar bodas y funerales. Huéscar y Puebla de
Don Fadrique, dos tranquilas localidades del norte de Granada con
inviernos glaciares y veranos tórridos, fueron sus destinos antes de
convertirse en capellán castrense, uno de los ochenta que hoy forman
parte de las Fuerzas Armadas. Nuestro cura, que ni hizo la mili (pidió
prórrogas de estudios y luego dejó de ser obligatoria) ni proviene de
familia de militares, se cruzó por casualidad con otro páter que acudió a
su parroquia a casar a un teniente. «Antes de la misa hablamos un rato y
le pregunté en qué consistía su acción sacerdotal pensando que me
resultaría bastante anodino. Mi sorpresa fue que conforme hablaba me
quedé impresionado por toda la actividad que desarrollaba y por la
pasión con la que vivía su sacerdocio entre los militares. Justo por
aquellos días –prosigue–, un amigo mío de la época del instituto me
llamó para decirme que había ingresado en el Ejército y que le había
hablado a su páter de mí. El caso es que nos puso en contacto y un día
fui a visitarle a la base aérea de Armilla, en Granada, donde estaba
destinado como capellán coronel. Fue la primera vez que conocí el mundo
militar y reconozco que ese primer contacto fue tan bueno que salí
decidido a pedirle permiso a mi obispo (el de Guadix) para que me dejase
ingresar como capellán de las Fuerzas Armadas Españolas».
Junto a un jeep en la base aérea de Incirlik, en Turquía. Con
el visto bueno de su jefe, Juan Luis se preparó las oposiciones y el
año pasado aprobó los exámenes de ingreso, que incluyen pruebas médicas y
psicotécnicas. En septiembre fue destinado a una base de Artillería en
Sevilla en la que apenas ha permanecido cuatro meses, los justos para
aprender el argot militar y distinguir a un coronel de un comandante
mirándole la galleta bordada en la pechera. En enero fue enviado por el
Arzobispado Castrense (el que mueve a este 'ejército' de sotanas) a
Turquía. Sólo recibió una orden: «Gasta zapatilla». O sea, habla con
todos los soldados, creyentes o no, y estate disponible siempre.
Seis meses fuera de casa
Las
misiones en el extranjero duran seis meses, así que Juan Luis regresará
a su cuartel sevillano en julio. Luego, le pueden volver a mandar a
cualquiera de los destacamentos internacionales: Líbano, Irak, Malí, el
'Juan Sebastián Elcano', la fragata 'Navarra' (que lucha contra la
piratería en el Índico dentro de la Operación Atalanta) o la fragata
'Méndez Núñez', integrada hasta hace unos días en el grupo de combate
del portaviones norteamericano 'Abraham Lincoln', que navega rumbo a
Irán.
«La primera vez que te saludan y te dicen 'A sus órdenes, mi páter' o 'A sus órdenes, mi capitán' impone»
juan luis garcía, capellán castrense
Como
capellán, el sacerdote accitano tiene el grado asimilado de capitán y
en la guerrera luce sus galones con las tres estrellas de seis puntas
(rodeadas de un círculo por ser clérigo) junto al emblema del
Arzobispado Castrense, una cruz orlada por dos ramas de laurel. En la
base turca, que comparten con tropas de otros países, es uno de los
oficiales españoles de mayor rango, con lo que cada pocos pasos hay un
'armario' con botas cuadrándose ante él, un modesto curita que no
mandaba ni entre las palomas que le tenían el campanario de Puebla de
Don Fadrique hecho unos zorros. «A sus órdenes, mi capitán» o «A sus
órdenes, mi páter» es una frase que escucha con frecuencia. «La primera
vez impone, pero luego te vas acostumbrando. Cuando estás dentro
descubres que el saludo no se trata de ver quién manda, sino que es un
gesto que potencia las virtudes militares, la educación, el respeto y el
compañerismo», ilustra el capitán García.
Juan Luis García junto al teniente coronel Javier Vázquez Hermoso, que dirige el destacamento español. Prácticamente
durante toda su jornada viste con el 'mimeta', como llama al uniforme, y
sólo se enfunda la sotana en la misa diaria que oficia a las siete de
la mañana en una pequeña camareta habilitada como oratorio, y en
celebraciones de Semana Santa y Navidad. Su día a día junto a los 130
militares de la base incluye gimnasia, maniobras, prácticas de tiro...
actividades complicadas para ejercitarlas envuelto en una túnica. «El
'mimeta' es más cómodo y fácil de limpiar, pero sobre todo es más seguro
porque no se engancha y evita caídas», explica Juan Luis, que se
compadece de sus colegas de las fragatas, a los que imagina tratando de
manejarse con la sotana en pleno balanceo de un temporal.
Con algunos compañeros de la base. Juan
Luis recuerda perfectamente el día en que le asignaron su fusil de
asalto HK G36 (el que jubiló al Cetme) y su pistola de combate, y le
pusieron a disparar a cien metros de distancia contra esas dianas con
forma de 'enemigo' que la tropa utiliza para entrenarse. «¡Imagínate, me
quedé perplejo!». Tanto que se lo comentó a su coronel. La respuesta
del superior se le ha quedado grabada: «Claro que sí, páter, tienes que
aprender a disparar bien para que, en caso de que tengas que usar las
armas, si no para defender tu propia vida sí, al menos, defiendas las de
tus compañeros».
En los ejercicios de tiro le han enseñado a
disparar a puntos no vitales con idea de herir y no de matar. Y aunque
confía en no tener que entrar nunca en el cuerpo a cuerpo, llegado el
caso no dudaría en apretar el gatillo. Avisa, eso sí, que es «muy malo»,
que si apunta a la pierna puede dar a la nada o al corazón, así que
¡todos a tierra, que viene el páter!
«Imagínate el día que me dieron el fusil y la pistola. ¡Me quedé perplejo»
Juan Luis García, capellán castrense
Como
religioso, confiesa que ha tenido problemas de conciencia que, «gracias a
Dios», ha superado, y que esos dilemas morales también asaltan a
algunos soldados que acuden a él para buscar unas veces respuestas,
otras confort espiritual y otras muchas una palabra de aliento o un
hombro en el que apoyarse. «La distancia con España y la familia hace
que se pueda agrandar cualquier problema personal y siempre es bueno
contar con alguien que te oiga». Cuando la duda es sobre matar al
enemigo, él, sin querer hacer de psiquiatra, les habla de la legítima
defensa «y de que es un derecho y un deber defenderse si de ti depende
la vida de otros. No hace mucho leí que un soldado tuvo que disparar a
un niño de seis años que sujetaba una granada y que ese soldado todavía
podía ver los ojos de aquel niño. Tiene que ser durísimo, pero si sabes
que has salvado muchas vidas, quizás acuses menos el golpe». - ¿Y dónde queda páter lo de poner la otra mejilla que dice el Evangelio?
Un
militar en las ofensas personales debe «poner la otra mejilla» cómo
cualquier cristiano pero en lo que se refiere a su trabajo y siempre en
la defensa del bien común, puede y a veces debe usar las armas. Por eso
cuando unos militares le preguntaron a Jesucristo qué tenían que hacer
para salvarse no encontraron en Él (que es una Persona pacífica) una
discurso pacifista sino que les dijo: «contentaos con la paga y no
hagáis estorsión a nadie».
Juan Luis y el teniente coronel Javier Vázquez Hermoso, con la ciudad turca de Incirlik al fondo.
«Nos cuida el alma y la mente»
El
destacamento español en Incirlik, con unos 130 militares, está dirigido
por el teniente coronel Javier Vázquez Hermoso, que resalta el trabajo
del páter en el plano religioso «y más aún en el apoyo psicológico que
puede necesitar cualquier miembro del contingente a lo largo de los seis
meses que estamos desplegados». Cuenta Vázquez que el sacerdote
accitano ha sabido ganarse al personal, dándole el aliento moral
necesario «para levantar el ánimo y continuar al pie del cañón cuando la
añoranza de la familia o el propio cansancio de la misión hacen mella y
surgen momentos de flaqueza». Y habla también de la labor «silenciosa y
continua» que desarrolla Juan Luis con todos los miembros del
contingente, creyentes y no creyentes. «Somos afortunados de contar con
el páter. Está haciendo un trabajo increíble».
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