viernes, 2 de octubre de 2020

La Hora Musa - Cultura inquieta - El Teatro Romano de Mérida se tiñe de rojo ,. Martes -6- Octubre ,. / Cachitos de hierro y cromo - ¿Cuál es el mejor año de la historia del rock? ,. Martes-6- Octubre ,./ SABER Y GANAR ,.

 

 TITULO: La Hora Musa -   Cultura inquieta  -El Teatro Romano de Mérida se tiñe de rojo ,   ,.Martes -6- Octubre .
 





 'La Hora Musa', presentado por Maika Makovski ,a las 22:55 horas, en La 2 martes  -6- Octubre ,    , foto,.


Cultura inquieta - El Teatro Romano de Mérida se tiñe de rojo ,.

 

El Teatro Romano de Mérida se tiñe de rojo

Se trata de una iniciativa de la Asociación Profesional de Técnicos de las Artes Escénicas y Eventos de Extremadura,.

La iniciativa se realizó en apoyo al sector de espectáculos y eventos/Aptaeex
La iniciativa se realizó en apoyo al sector de espectáculos y eventos,.
EUROPA PRESS

El Teatro Romano de Mérida se iluminó de color rojo en la noche de este pasado miércoles, como símbolo de apoyo al sector de los espectáculos y eventos ante la crisis que está atravesando debido al coronavirus.

Se trata de una iniciativa de la Asociación Profesional de Técnicos de las Artes Escénicas y Eventos de Extremadura (Aptaeex), con lo que se sumó a la movilización internacional cultural '#HacemosEventos', '#WemakeEvents', '#Alertaroja' y '#RedAlert'.

Una acción «simbólica, artística y conciliadora» que se celebró a puerta cerrada y sin público, coincidiendo con otras actuaciones similares de profesionales del sector y asociacionesque iluminarán 700 edificios de ciudades de todo el mundo, y que en el caso de Mérida, también iluminó de rojo la fachada del Ayuntamiento de Mérida y la fuente de la Plaza de España.

Cabe recordar que con esta acción, este sector reclama una serie de medidas urgentes, como su reconocimiento entre los «principalmente afectados» por la pandemia de la covid-19, por cese de actividad obligada «incluso antes a la declaración del estado de alarma», y al igual que el turismo sea considerado por administraciones públicas e instituciones un sector «especialmente perjudicado y prioritario».

Además, solicita la «reactivación inmediata» de las agendas culturales y de eventos de las administraciones públicas, en especial las de las entidades locales, bajo el estricto cumplimiento de todos los protocolos de seguridad sanitaria.

TITULO: Cachitos de hierro y cromo -¿Cuál es el mejor año de la historia del rock? ,Martes-6- Octubre ,. 

Martes-6- Octubre a las 22:00 horas en La 2, foto,.

 

¿Cuál es el mejor año de la historia del rock?,.

Que nadie espere una respuesta de validez universal, pero al menos nos divertiremos discutiéndolo,.

¿Cuál es el mejor año de la historia del rock?

Antes de nada, dejemos las cosas claras: el mejor año de la historia del rock no existe. O, mejor dicho, cualquier año puede ser el mejor de la historia para alguien. Si ni siquiera nos ponemos de acuerdo sobre cuál es el mejor disco de un artista, o la mejor canción de un disco, ¿cómo vamos a llegar a conclusiones de validez universal sobre la producción de años enteros, de la que solo llegamos a conocer una mínima parte? La preferencia por un año u otro suele depender de dos factores: por un lado, la edad, ya que nos impresiona especialmente lo que disfrutamos en la adolescencia y la juventud (que no tiene por qué ser estrictamente producto de esas fechas, ya que también podemos engancharnos a joyas del pasado); por otro, cómo no, el gusto personal, porque nos resulta prácticamente imposible disociarnos de nuestras preferencias para establecer un juicio 'objetivo', imparcial, independiente de nuestra colección de discos.

Pero lo importante es el proceso: lo del mejor año de la historia del rock (entendido como un término comodín que abarca el pop, el rap, la electrónica y, en general, toda la música popular de los últimos 70 años) es un tema de conversación infalible e inagotable, que lleva a los aficionados a enfrentar sus argumentos como si fuesen jugadores de 'Risk' ante un tablero: el ejército de los Beatles contra el de los Clash, Madonna contra Beyoncé, Pink Floyd contra Nirvana o, complicando las cosas, AC/DC contra Lady Gaga. Décadas de discusión han llevado a identificar unos cuantos años que parecen descollar en esta alborotada carrera de caballos, aunque también contra eso se pueden interponer objeciones: la selección suele estar marcada por el perfil dominante entre los críticos, en su mayoría señores con un concepto muy serio de la música, y en ella siempre juegan con desventaja los años más recientes, difíciles de valorar sin la serenidad que da la distancia. Además, se sigue imponiendo el enfoque tradicional de primar los álbumes sobre las canciones sueltas, algo que en nuestros tiempos empieza a parecer cada vez más obsoleto.

Un año que siempre acaba apareciendo en este debate es 1971, que puede presumir de contar con todo un libro a su favor: el periodista musical británico David Hepworth dedicó un volumen entero a defender su año preferido, que 'casualmente' es también aquel en el que él cumplió 21 años. De 1971 dice Hepworth que nos dejó «más álbumes influyentes que ningún otro año» y cita como prueba discos como el cuarto de Led Zeppelin, 'Who's Next' de The Who, 'Aqualung' de Jethro Tull, 'L.A. Woman' de The Doors o 'Tapestry' de Carole King, además de eventos pioneros como el Concierto por Bangladesh que organizaron George Harrison y Ravi Shankar. Incluso llega a afirmar que la canción 'Baba O'Riley' de The Who (que una generación posterior conoció como sintonía de 'CSI') es «la mejor grabación del mejor año de la historia». Por supuesto, su punto de vista resulta perfectamente cuestionable, hasta el extremo de que otros especialistas no solo le han rebatido la conclusión principal de elevar 1971 a lo alto del podio, sino también su idea de lo más valioso de aquel año, en el que arrasaban T. Rex, se publicaba el 'What's Going On' de Marvin Gaye, despegaban estrellas del soul como Al Green y el reggae emprendía una tímida expansión fuera de Jamaica.

Siempre ocurre así, entre eruditos y también entre aficionados de a pie: el mundo, o al menos este mundillo, perdería mucha gracia si todos estuviésemos de acuerdo. En la plataforma de internet Quora plantearon una vez este debate y a casi todos los años les salió algún paladín, incluso a candidatos tan inesperados como 1955, habitualmente relegado con desdén a los puestos de cola. Recientemente, la web Pretty Eight Machine quiso zanjar la discusión con un enfoque 'científico', que asignaba puntos con base en diversas listas de 'lo mejor de la historia' y añadía mecanismos de compensación para corregir los sesgos de esos sondeos. En el primer puesto quedó nuestro viejo conocido, 1971, seguido por 1967, 1977, 1991 y 1969. El último de los últimos fue 1962, justo cuando los Beatles publicaron su primer sencillo y Bob Dylan su álbum de debut.

Supernova ochentera

Por supuesto, aquí también queremos participar en el juego y hemos puesto en marcha una mínima encuesta. Rafa Cervera, figura esencial del periodismo musical español, recurre a su propia biografía para justificar su elección de año favorito: «1980. Por muchos motivos, lo viví con plenitud. Uno de ellos fue el acceso a mucha música nueva, porque me pasaba la vida en una tienda de discos de Valencia. Allí estaba al corriente de lo que sacaban mis artistas favoritos y también estuve expuesto a todas las variantes posibles del postpunk, lo cual incluye la primera oleada de pop electrónico inglés», evoca Cervera, que acaba de publicar la novela 'Porque ya no queda tiempo'. El navarro Jaime Cristóbal, que publica sus canciones como J'aime y es responsable del exquisito 'podcast' Popcasting, está a punto de coincidir: se queda con 1981, el año en el que nació lo que el mundo llama 'synth pop' y España decidió rebautizar como tecnopop. «Fue una auténtica supernova de nuevo pop que deslumbraba: 1981 fue el año de 'Tainted Love' de Soft Cell (y de su estupendo debut 'Non-Stop Erotic Cabaret'), de 'Don't You Want Me Baby' de The Human League (y la totalidad de 'Dare'), del 'Architecture & Morality' de OMD y sus hits 'Joan of Arc' y 'Souvenir', del fascinante primer disco de Spandau Ballet o del increíblemente influyente 'Speak and Spell' de Depeche Mode, sin mencionar infinidad de canciones sueltas o impresionantes álbumes de fuera del Reino Unido, como Telex en Bélgica, D.A.F. en Alemania o Glamour en España. En todos ellos latía la excitación de un sonido radicalmente nuevo», defiende Cristóbal. Y, desde Canarias, Pino Monterrey y Giselle Ramírez, promotoras del colectivo Pimienta Selectoras, renuncian directamente a elegir un solo año: «Pensamos que la mejor epoca del rock fue de mediados de los 60 a mediados de los 70», sostienen, invocando a Beatles, Stones, Animals, Small Faces, Stone The Crows y Derek and The Dominos, aunque recuerdan que ellas siempre pinchan estilos que no suelen tenerse en cuenta en estos balances, como funk, música tropical, afrobeat, cumbia o boogaloo.

Más allá de su bizantinismo, el mayor problema de este debate es que puede conducir al desánimo sobre la evolución de la música popular: rara vez destacará un año posterior al 2000 (en la tabla 'científica' de Pretty Eight Machine, el mejor situado era 2004, en el puesto dieciocho) y se puede reforzar el prejuicio tan extendido de que ya todo es decadencia, de que no se hacen discos como los de antes. «No baja el nivel de calidad –defiende Rafa Cervera–. La cuestión es que ahora todo es más efímero, la atención del aficionado está más fragmentada. Demasiada información a la vez. Las nuevas generaciones ya no están interesadas en conceptos como el del álbum como unidad, escuchan canciones sueltas. Y el mundo en general ya no espera grandes cosas de la música pop occidental, que en los últimos años ha hecho del directo su fuente de subsistencia». Jaime Cristóbal también saca la cara al presente: «Se sigue haciendo una música increíble, de gran calidad y emocionante. No hay más que ver las listas de lo mejor del año para regocijarse con discos de viejos artistas que están en una forma admirable y de nuevas propuestas que apuntan a nuevos parajes sonoros e intentan llevar el pop un paso más adelante».

Así que, para que esta mirada atrás no desemboque en estéril nostalgia, hemos pedido a nuestros melómanos que nos recomienden música de estos cinco últimos años. Las Pimienta Selectoras casi nos montan una sesión completa con Alabama Shakes, Susan Tedeschi, Eli 'Paperboy' Reed, Freedonia y The Mani-Las, «que nos harían un gran regalo si sacasen un disco». Rafa Cervera propone 'Arromanticism', de Moses Sumney: «De haber salido una década antes, ahora sería venerado como el clásico que es», explica. Y Jaime Cristóbal se queda con 'Have You In My Wilderness', de Julia Holter: «Parte de un enfoque vanguardista, pero en sus exploraciones electrónicas hay un componente muy atractivo de pop clásico, de melodías que podrían venir de los 60 -analiza-. Lo que hace al disco esencial es que las composiciones son perfectas, preciosas. Es entonces, como con el tecnopop en 1981, cuando nace algo verdaderamente extraordinario».

Cinco candidatos habituales

1967.
En el año del 'Verano del amor' se editaron dos discos icónicos que, cada uno a su manera y con medios y ventas muy dispares, abrían nuevos caminos: el 'Sgt Pepper's' de los Beatles y el debut de The Velvet Underground con Nico. Hubo otros hitos como los dos primeros álbumes de Jimi Hendrix y The Doors (aquello sí que era ritmo de producción), 'Forever Changes' (Love) o el debut de Pink Floyd.
1969.
El ser humano llegó a la luna y se celebró el festival de Woodstock (y también el de Altamont, que hirió de muerte el sueño hippie). Salieron 'Abbey Road' (The Beatles), 'Tommy' (The Who) o el primero de King Crimson (piedra angular del rock progresivo), junto a discos de menos eco comercial pero también influyentísimos, como los debuts de The Stooges y MC5.
1971.
Es el año en el que cristalizó una manera de entender el rock que marcaría el resto de la década y todavía hoy conserva su peso, con hitos como 'Led Zeppelin IV' o 'Who's Next', de The Who, pero en 1971 también se publicaron 'What's Going On' (Marvin Gaye), Electric Warrior' (T. Rex), 'Sticky Fingers' (The Rolling Stones), 'Hunky Dory' (David Bowie) o 'Imagine' (John Lennon).
1977.
Ha quedado como el año emblemático del punk, con Sex Pistols, The Clash, Buzzcocks o Ramones, pero también con debutantes como Talking Heads o Elvis Costello, que usaban ese impulso como punto de partida. Triunfaba la música disco (es el año de 'Fiebre del sábado noche' y 'I Feel Love'), David Bowie experimentaba en Berlín y Bob Marley rompía internacionalmente con 'Exodus'.
1991.
Es el favorito de muchos nacidos en los 70. El fenómeno más recordado es la fiebre del grunge, con el 'Nevermind' de Nirvana y el debut de Pearl Jam, pero entre los superventas destacan el álbum negro de Metallica y los dos volúmenes de 'Use Your Illusion', de Guns N' Roses. Además, U2 viraron hacia la electrónica con 'Achtung Baby' y hubo una cosecha muy notable de hip hop.

 

TITULO: SABER Y GANAR ,. 

 

 

Juan de la Cosa


Juan de la Cosa - foto,.
Juan-de-la-cosa.jpg
Información personal
Nacimiento c. 1450 o c. 1460 Ver y modificar los datos en Wikidata
Santoña
Fallecimiento 28 de febrero de 1510jul. Ver y modificar los datos en Wikidata
Turbaco (Colombia) Ver y modificar los datos en Wikidata
Causa de la muerte Combate con indígenas
Residencia El Puerto de Santa María
Información profesional
Ocupación Explorador, cartógrafo y militar Ver y modificar los datos en Wikidata
Obras notables Mapa de Juan de la Cosa
Firma Firma Juan de la Cosa AHP Sevilla.jpg

Juan de la Cosa (Santoña, entre 1450 y 1460-Turbaco, 28 de febrero de 1510)1​ fue un navegante y cartógrafo español conocido por haber participado en siete de los primeros viajes a América y por haber dibujado el mapa más antiguo conservado en el que aparece el continente americano.

Juan de la Cosa tuvo un papel destacado en el primer y el segundo viaje de Cristóbal Colón a las Antillas y en 1499 participó como piloto mayor en la expedición de Alonso de Ojeda a las costas del continente sudamericano. A su regreso a Andalucía dibujó su famoso mapamundi y poco después volvió a embarcarse hacia las Indias, esta vez con Rodrigo de Bastidas. En los años siguientes alternó viajes a América bajo su propio mando con encargos especiales de la Corona, incluyendo una misión como espía en Lisboa y la participación en la Junta de pilotos de Burgos de 1508. En 1509 emprendió la que sería su última expedición, de nuevo junto a Ojeda, para tomar posesión de las costas de la actual Colombia. La Cosa murió en un enfrentamiento armado con indígenas antes de poder llegar a ejercer su cargo de alguacil mayor de Urabá., etc,.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario