sábado, 3 de octubre de 2020

MAS QUE COCHES - Kia XCeed y Ceed Tourer híbrido enchufable, tendencia imparable ,. / Para Todos La 2 - 'Puigdemont persigue un pacto electoral en cataluña entre su nuevo partido y el PDeCAT'. / Gigantes de La 2 - Alicia Giménez Bartlett. ,.- Jueves -8- Octubre./ ¡ Atención obras ! - Cine - César Rendueles:,.

    TITULO: MAS QUE COCHES - Kia XCeed y Ceed Tourer híbrido enchufable, tendencia imparable ,.

 

Kia XCeed y Ceed Tourer híbrido enchufable, tendencia imparable,.

Kia presenta sus nuevas variantes de bajas emisiones que aplica por primera vez en la familia Ceed, fotos,.

Kia XCeed y Ceed Tourer híbrido enchufable, tendencia imparable

La introducción de motorizaciones híbridas enchufables en los modelos XCeed y Ceed Tourer con carrocería 'familiar' marca el siguiente paso en la estrategia de electrificación de vehículos de Kia. Con estos dos nuevos modelos, por primera vez la marca surcoreana implementa sistemas de propulsión electrificados en sus turismos compactos. La garantía de siete años o 150.000 km de Kia se ofrece de serie y también cubre la batería y el motor del nuevo sistema de propulsión.

El nuevo sistema de propulsión combina una batería de polímero de litio con 8,9 kWh, un motor eléctrico de 44,5 kW y un eficiente motor GDI (inyección directa de gasolina) de cuatro cilindros y 1,6 litros de cilindrada. La potencia y el par motor total del conjunto es de 141 caballos y 265 Newton metro, lo que permite al Ceed Tourer acelerar de 0 a 100 km/h en 10,8 segundos y al XCeed en 11 segundos.

Los motores están combinados con una caja de cambios automática de tipo 'doble embrague' de seis velocidades. Esto brinda la posibilidad de realizar una conducción más activa que otros vehículos híbridos equipados con transmisiones electrónicas de variador continuo (estos últimos convierten una parte de la potencia del motor a través del motor eléctrico, lo que provoca pérdidas de potencia). La caja automática de Kia se diferencia en que permite que la potencia total de los motores térmico y eléctrico se transfiera en paralelo, con una pérdida mínima de energía.

Mediante el sistema de frenado regenerativo, los nuevos modelos híbridos enchufables recuperan energía cinética y recargan sus baterías en retención o frenada, lo que mejora aún más la eficiencia general del sistema de propulsión.

Hasta 50 km en modo eléctrico

En un enchufe doméstico convencional, la carga completa de la batería puede efectuarse en algo menos de cuatro horas; en un cargador público rápido, inferior a media hora. El Ceed Tourer puede recorrer hasta 50 km con energía eléctrica y cero emisiones, mientras que el XCeed dispone de una autonomía de 48 km. Esta capacidad permite realizar la mayoría de los trayectos diarios y los desplazamientos cortos únicamente con energía eléctrica.

Por seguridad, ambos vehículos están equipados con el nuevo sistema virtual de sonido del motor, un dispositivo de advertencia acústica que se activa en modo eléctrico a bajas velocidades o al dar marcha atrás. El sistema genera niveles de sonido virtual de hasta 59 decibelios para notificar con seguridad de la presencia del coche a los peatones.

El sistema de suspensión totalmente independiente de los nuevos XCeed proporciona a los conductores una respuesta al volante ágil e inmediata. En todos esos casos resulta cómoda y, al mismo tiempo, proporciona la confianza de un estrecho control de la carrocería en las curvas y una máxima estabilidad a altas velocidades.

Como en las versiones gasolina y diésel, los XCeed híbridos enchufables están dotados con topes de extensión hidráulicos en los amortiguadores delanteros. Los topes elásticos van sumergidos en el fluido hidráulico dentro de los amortiguadores, lo que proporciona una gran suavidad de marcha sobre superficies irregulares.

Ficha técnica Kia XCeed y Ceed Tourer

Modelo:
XCeed / Ceed Tourer
Combustible:
Gasolina-eléctrico
Cilindros:
4 en línea
Cilindrada:
1.580 cm3
Potencia:
141 caballos
Cambio:
Automático 6 marchas
Tracción:
Delantera
Velocidad:
160 km/h. / 171 km/h.
0 - 100 km/h.:
11 segundos / 10,8 segundos
Consumo:
1,4 litros / 1,3 litros
Emisiones:
32 gr/km. / 29 gr/km.
Largo:
4,39 m. / 4,60 m.
Ancho:
1,82 m. / 1,80 m.
Alto:
1,49 m. / 1,46 m.
Maletero:
291 litros / 437 litros
Precio (con descuento y financiación por la marca):
desde 26.300 euros / desde 25.950 euros

También contribuyen a mejorar la respuesta de la dirección y a controlar más los movimientos de la carrocería, a la vez que reducen el ruido de suspensión al pasar sobre baches. Ambos modelos cuentan de serie con sistemas de control y gestión electrónica de la estabilidad, así como con la función de vectorización del par de frenado, que actúa de forma inteligente sobre las ruedas interiores para reducir el subviraje en las curvas.

Equipados de serie con llantas de aleación de aluminio de 16 pulgadas, en cada caso hay un nuevo diseño de llantas y, opcionalmente, están disponibles en 17 pulgadas (para el Ceed Tourer) y 18 pulgadas (para el XCeed). El Ceed Tourer cuenta además con los paragolpes de las versiones GT-Line, que facilitan a la circulación del aire y proporcionan un aspecto general más deportivo.

En el interior, el diseño deportivo mantiene el mismo salpicadero orientado al conductor, la posición baja de los asientos y la ergonomía de la actual gama Ceed. Sin embargo, los nuevos modelos híbridos enchufables presentan una serie de nuevas funciones para mejorar la facilidad de uso a quienes buscan sacar el máximo provecho del nuevo sistema de propulsión.

Ambos vehículos están equipados con un indicador de carga, una ayuda visual para mostrar al conductor que su coche se está cargando o que ha finalizado el proceso de carga. Su ubicación en la parte superior del salpicadero hace posible comprobar instantáneamente el estado de carga del automóvil desde fuera del coche (por ejemplo, cuando está aparcado en la entrada de su casa y el propietario aún no ha salido de ella).

Sistema de información

Los dos modelos ofrecen un sistema de información con pantalla táctil de 8,0 pulgadas (20 cm), y opcionalmente una pantalla táctil de 10,25 pulgadas (26 cm) con el sistema telemático UVO Connect. De manera exclusiva para las nuevas variantes híbridas enchufables, los sistemas incorporan nuevas funciones para ayudar a los propietarios a localizar los puntos de carga disponibles en sus proximidades o en ruta hacia su destino de navegación.

Las pantallas también pueden mostrar información relevante relacionada con el sistema de propulsión, como los niveles de carga restantes en la batería o gráficos de uso de energía. Además, los usuarios pueden utilizar el sistema de pantalla táctil para programar el momento en que su vehículo debe cargarse cuando está enchufado en casa, lo que permite aprovechar las tarifas reducidas de energía.

El sistema de información permite conectarse con Apple CarPlay y Android Auto, mientras que el sistema de navegación con pantalla táctil de 10,25 pulgadas opcional cuenta con conexión múltiple Bluetooth para conectar dos dispositivos móviles a la vez. Disponible como opción, la nueva instrumentación 'Supervisión' de 12,3 pulgadas (31 cm) totalmente digital sustituye con una pantalla única y continua a los indicadores convencionales de velocímetro y tacómetro, presentes actualmente en los modelos de la marca.

La nueva gama Ceed se diseñó para alojar nuevos sistemas de propulsión híbridos. Esto significa que implementar un sistema híbrido enchufable en el XCeed y el Ceed Tourer ha tenido un impacto mínimo en el espacio, dado que la estructura estaba adaptada desde el principio para contener la batería.

La batería de 8,9 kWh está situada debajo del asiento trasero, junto al depósito de gasolina de 37 litros. Eso lo diferencia de muchos otros vehículos híbridos enchufables en los que la batería ocupa un valioso espacio de carga.

El Ceed Tourer híbrido enchufable dispone de 437 litros de volumen para el equipaje, hasta 1.506 litros con los asientos traseros abatidos. El volumen de maletero del XCeed es de 291 litros y aumenta hasta 1.243 litros con el asiento trasero abatido. Hay un espacio debajo del piso del maletero de cada coche específico para guardar el cable de carga cuando no se usa.

  TITULO:  Para Todos La 2 - Puigdemont persigue un pacto electoral en cataluña entre su nuevo partido y el PDeCAT'.
 
 Puigdemont persigue un pacto electoral en cataluña entre su nuevo partido y el PDeCAT'.
 
 

Puigdemont insta a explorar un pacto de JxCat y PDeCAT,.

Ha resaltado que entre los cargos de uno y otro partido existe «una buena relación personal y algunas sintonías», algo que cree que deben «aprovechar» para intentar buscar puntos de consenso,.

Carles Puigdemont /Kenzo Triboullard 
 
Carles Puigdemont / fotos,.

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El expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont ha instado a explorar un pacto electoral entre JxCat y PDeCAT porque considera que las bases de ambos partidos no desean que concurran por separado a las próximas elecciones catalanas, aunque ha rechazado la coalición como posible solución.

En declaraciones a Efe, Puigdemont ha manifestado así su voluntad de explorar acuerdos pese a la ruptura entre su anterior formación, el PDeCAT, y la nueva JxCat que él lidera, una crisis que ha llegado a los tribunales por el uso de la marca «Junts per Catalunya».

A pesar de esta situación, Puigdemont ha resaltado que entre los cargos de uno y otro partido existe «una buena relación personal y algunas sintonías», algo que cree que deben «aprovechar» para intentar buscar puntos de consenso.

Además, «el deseo mayoritario de las bases de JxCat y diría que también del PDeCAT es que no haya listas diferentes» en las próximas elecciones catalanas, ha señalado.

«Si preguntamos a la gente de JxCat y PDeCAT si le gusta que haya varias listas o una sola lista, creo que la respuesta es muy clara: quieren que haya una alternativa sólida que pueda garantizar un gobierno netamente independentista», ha destacado el expresidente catalán.

En este sentido, ha enfatizado que, si ese es el «deseo» de las bases, sería pertinente «encontrar la mejor manera de satisfacerlo».

Si bien ha manifestado su disposición a explorar fórmulas de colaboración -que ha resaltado habría que discutir «fratenal y lealmente»-, ha dejado claro que «la solución no pasa por una coalición» entre los dos partidos.

Preguntado por si, como alternativa, sería posible integrar a personas del PDeCAT dentro de la lista de JxCat sin que sea una coalición, Puigdemont ha evitado concretar si sería una de las fórmulas por las que apostaría.

En todo caso, ha puntualizado que Junts per Catalunya, desde su nacimiento como candidatura electoral en 2017, «nunca ha dejado de ser un espacio donde ha habido gente del PDeCAT, gente que no era del PDeCAT y gente que no militaba en ningún partido».

Puigdemont ha asegurado que todavía no se ha planteado si va a presentarse como candidato de JxCat a las elecciones catalanas alegando que aún no están convocadas y que el proceso constituyente de su partido todavía no ha culminado (el acto final es el 3 de octubre),

«Cuando llegue el momento y nos encontremos en esa tesitura, tomaremos entre todos decisiones al respecto; es una decisión personal pero también de equipo y de proyecto», ha afirmado.


TITULO:   Gigantes de La 2 -   Alicia Giménez Bartlett .  ,Jueves -8- Octubre ,.

Gigantes de La 2 - Programa de entrevistas, de cincuenta minutos de duración y emisión semanal, para La 2  Jueves -8- Octubre .  - 23:50 de Televisión Española. Presentado por Mari Cruz Soriano,.  

  Alicia Giménez Bartlett.

foto / Alicia Giménez Bartlett: "¿Tenemos que ser las mujeres la mitad buena del mundo? No apetece mucho",.

 

 Alicia Giménez Bartlett.

 

Escritora, ganadora de los premios Nadal y Planeta y creadora de Petra Delicado, la primera mujer policía de la novela negra europea. Su nueva obra, Sin muertos (Destino), es la autobiografía del personaje

.- Me parece que Petra es de esas mujeres de los 50 y 60 para las que fumar y beber como un tío, hacer bromas de tío, trabajar como un tío... era su manera de liberarse.
¿Qué significa eso de «como un tío»? ¿Significa que eres fuerte, que haces lo que te apetece? Si es eso, lo reivindico. Me gusta beber, me encanta decir tacos, y los digo muy bien, con elegancia, me gusta hacer cosas que antes eran típicamente masculinas. ¿Qué pasa, que ahora tenemos que ser las mujeres la mitad buena del mundo? La idea de ser buena no me apetece mucho. Es como la maternidad, por ejemplo: para mí ha sido importantísima, pero no ha sido la única cosa importantísima en mi vida. No creo que haya sido un error ser fuerte, un poco brusca.
Entonces, el desencanto de Petra, ¿en qué consiste?
Petra es una mujer que sigue peleando por liberarse.Tiene mala uva, lengua larga, arrebatos... Su desencanto consiste en que esperaba más de la vida. Pero ése es el desencanto que tenemos todos, hombres y mujeres.
Otro rasgo que descubrimos en Petra es que el problema emocional lo tiene con su madre, no con el padre. Sospecho que eso también es algo generacional.
Mi generación y la de Petra no se llevaba nada bien con nuestras madres. Pasábamos de una época muy coercitiva a unos años de libertad.Nuestras madres tenían la idea de la madre guardiana e invasiva. Y nos revelábamos contra ellas.
¿Más que contra el padre?
Cada una tiene su historia. Yo puedo hablar de mi padre, que era un hombre tranquilo, bondadoso, encantador. Quizá por eso tengo buen concepto de los hombres.No creo que seáis horrorosos como colectivo.
¿Qué le gusta de los hombres?
Me gusta el lado infantil que conservái toda la vida.Jugáis con coches, con pelotas de fútbol. Competís como niños que echan carreras. Entiendo que haya mujeres a las que eso les carga pero a mí me resulta entrañable. Es divertido.También me gusta que os estáis convirtiendo en otro tipo de hombres. Veo el tipo de padres que son mis hijos y no tiene nada que ver con los padres que vi en mi generación.
¿Por qué le sale este libro ahora?
Me apetecía variar, hacer algo biográfico.Le dije a mi editor que pensaba en hacer una autobiografía. Y me contestó: ¿Tú crees que eso le va a interesar a alguien? Haz la autobiografía de Petra.
Ah, entonces, ¿escribió la vida de Petra porque no le dejaron escribir la suya?
Exacto. La cruel realidad.
Y es un tema aspiracional. O sea que Petra tiene los amantes que a usted le gustaría tener, por ejemplo.
Los amantes nunca vienen mal. Tener buenos compañeros como el subcomisario Garzón nunca vienen mal. Pelear como pelea ella es estupendo. Pero no me veo de policía. Me hubiese puesto del lado del investigado siempre.
Y ahora le están haciendo una serie de Petra Delicado en Italia. ¿Tiene buena pinta?
Vi en un ordenador el primer episodio. Está muy bien hecha, la producción es muy lujosa y la actriz que lo hace es una estrella muy conocida en Italia.
Busqué su nombre: Paola Cortellesi. Lo que es es un bellezón. No sé si demasiado.
A ver: es un bellezón y es muy alta, pero no es una Barbie. Es irónica, es inteligente, es buena actriz. Está bien elegida.
Pregunta.- Me parece que Petra es de esas mujeres de los 50 y 60 para las que fumar y beber como un tío, hacer bromas de tío, trabajar como un tío... era su manera de liberarse.
¿Qué significa eso de «como un tío»? ¿Significa que eres fuerte, que haces lo que te apetece? Si es eso, lo reivindico. Me gusta beber, me encanta decir tacos, y los digo muy bien, con elegancia, me gusta hacer cosas que antes eran típicamente masculinas. ¿Qué pasa, que ahora tenemos que ser las mujeres la mitad buena del mundo? La idea de ser buena no me apetece mucho. Es como la maternidad, por ejemplo: para mí ha sido importantísima, pero no ha sido la única cosa importantísima en mi vida. No creo que haya sido un error ser fuerte, un poco brusca.
Entonces, el desencanto de Petra, ¿en qué consiste?
Petra es una mujer que sigue peleando por liberarse.Tiene mala uva, lengua larga, arrebatos... Su desencanto consiste en que esperaba más de la vida. Pero ése es el desencanto que tenemos todos, hombres y mujeres.
Otro rasgo que descubrimos en Petra es que el problema emocional lo tiene con su madre, no con el padre. Sospecho que eso también es algo generacional.
Mi generación y la de Petra no se llevaba nada bien con nuestras madres. Pasábamos de una época muy coercitiva a unos años de libertad.Nuestras madres tenían la idea de la madre guardiana e invasiva. Y nos revelábamos contra ellas.
¿Más que contra el padre?
Cada una tiene su historia. Yo puedo hablar de mi padre, que era un hombre tranquilo, bondadoso, encantador. Quizá por eso tengo buen concepto de los hombres.No creo que seáis horrorosos como colectivo.
¿Qué le gusta de los hombres?
Me gusta el lado infantil que conservái toda la vida.Jugáis con coches, con pelotas de fútbol. Competís como niños que echan carreras. Entiendo que haya mujeres a las que eso les carga pero a mí me resulta entrañable. Es divertido.También me gusta que os estáis convirtiendo en otro tipo de hombres. Veo el tipo de padres que son mis hijos y no tiene nada que ver con los padres que vi en mi generación.
¿Por qué le sale este libro ahora?
Me apetecía variar, hacer algo biográfico.Le dije a mi editor que pensaba en hacer una autobiografía. Y me contestó: ¿Tú crees que eso le va a interesar a alguien? Haz la autobiografía de Petra.
Ah, entonces, ¿escribió la vida de Petra porque no le dejaron escribir la suya?
Exacto. La cruel realidad.
Y es un tema aspiracional. O sea que Petra tiene los amantes que a usted le gustaría tener, por ejemplo.
Los amantes nunca vienen mal. Tener buenos compañeros como el subcomisario Garzón nunca vienen mal. Pelear como pelea ella es estupendo. Pero no me veo de policía. Me hubiese puesto del lado del investigado siempre.
Y ahora le están haciendo una serie de Petra Delicado en Italia. ¿Tiene buena pinta?
Vi en un ordenador el primer episodio. Está muy bien hecha, la producción es muy lujosa y la actriz que lo hace es una estrella muy conocida en Italia. 
 
 

TITULO: ¡Atención obras ! - Cine - César Rendueles,.

César Rendueles,.

foto / César Rendueles: "La meritocracia es el cuento que nos contamos aquellos a los que nos va bien",.

 

 

 Girona, 1975) Filósofo, sociólogo e investigador. Su nuevo ensayo, Contra la igualdad de oportunidades (Seix Barral), analiza a lo largo de 364 páginas las lacras que tiene la meritocracia y las ventajas del igualitarismo

Dice que la meritocracia, la idea de que haya igualdad de oportunidades, es injusta e incluso perversa. ¿Por qué?
Tiene dos problemas. El primero es que es una especie de premio de consolación cuando los proyectos igualitaristas más profundos desaparecen de la esfera pública. Y el segundo es que no funciona, la meritocracia acaba reproduciendo el poder de las élites sociales y económicas.
Su libro recoge en ese sentido datos muy interesantes, como que el 56% de los hijos de profesionales de clase media que en la enseñanza obligatoria tiene notas malas o regulares da el paso a la educación universitaria, frente al 20% de los hijos de trabajadores...
Exactamente. La meritocracia es un poco el cuento que nos contamos aquellos a los que nos va bien para decirnos que merecemos nuestros privilegios, que tenemos lo que tenemos porque nos lo hemos ganado, porque lo valemos. Pero la realidad es que quienes estamos en una posición más privilegiada nos podemos permitir muchísimos más tropiezos en el camino. A lo mejor no vivimos en una orgía de lujos decadentes como los súper millonarios, pero nos podemos permitir muchos más errores.
La desigualdad empezó a crecer exponencialmente a partir de los años 70. Antes, el estado de bienestar en su visión más keynesiana, tenía herramientas para luchar contra las desigualdades. ¿Qué ocurrió en los 70?
En los años 70 lo que pasó es que triunfó un proyecto político dirigido explícitamente a aumentar la desigualdad, eso que llamamos neoliberalismo, un término que cada vez me gusta menos. Uno de los ejes de ese proyecto era precisamente aumentar la competitividad y el individualismo de nuestras sociedades para beneficiar a las élites.
En España ahora mismo las 20 personas más ricas tienen tanto como los 15 millones de personas más pobres. Una de las fórmulas que usted propone para conseguir una sociedad igualitarista es que todos los ciudadanos reciban la renta ciudadana. ¿Qué argumentos hay a favor de esta medida?
Yo creo que es casi de sentido común que en una democracia digna de tal nombre el derecho a la subsistencia esté garantizado. Una sociedad democrática no puede dejar tirado por el camino a quién se queda atrás, como si fuera culpa suya. El derecho a la subsistencia debería ser incorporado a nuestras legislaciones fundamentales, a las constituciones, igual que lo está la libertad de expresión o de asociación.
Pero esa renta, al ser universal, la recibirían también las personas con más medios económicos, ¿no? ¿Eso no sería injusto?
No. Esa renta se daría inicialmente a todos los miembros de una sociedad. Pero posteriormente, a la hora de recaudar impuestos, se harían los ajustes necesarios, de forma tal que quienes tienen ingresos por encima de cierto nivel tendrían que devolver una parte de esa renta o toda ella. Así que no, no es un salario para los millonarios como por ahí dicen. De todos modos, aunque lo fuera, yo estaría dispuesto a regalarle a Amancio Ortega la renta básica si así conseguimos que cinco millones de personas que viven en la miseria en nuestro país salgan de ella.
¿Y de qué cifra hablamos cuando hablamos de renta básica ciudadana?
No soy experto en renta ciudadana, pero los cálculos que se hacen habitualmente apuntan a una cifra que sea suficiente para garantizar la subsistencia de un individuo en una gran ciudad. Así que, para hacernos una idea, podemos poner como horizonte deseable, al que habría que llegar por fases, una cantidad de dinero cercana al salario mínimo, que es lo que la negociación colectiva ha establecido
omo mínimo que uno necesita ganar en el mercado de trabajo para tener una vida digna.
Otro argumento que da usted a favor de esa renta ciudadana universal es que, ahora mismo, el 20% de la de la población española con más ingresos recibe la mayor parte del gasto social directo. ¿Cómo es posible eso?
Porque en España la mayor parte de las ayudas están estructuradas a través del mercado de trabajo. Lo que te da derecho a acceder a esas ayudas es el haber participado de alguna manera en el mercado laboral. Haber cotizado da derecho por ejemplo a cobrar una pensión o el subsidio de desempleo. En otros países hay ayudas que no dependen de tu participación en el mercado de trabajo, ayudas por ejemplo a las familias con niños, a personas dependientes y a gente que no ha cotizado. Eso prácticamente no existe en España, y lo que ocurre aquí es que las ayudas sociales acaban privilegiando clarísimamente a las personas con trabajo estable y con salarios más altos, y perjudicando a quienes no tienen trabajo estable o no tienen empleo.
Habrá quien objete que recibir una renta ciudadana puede desmotivar a la gente a trabajar...
Para empezar, es una renta de subsistencia, no hablamos de yates y caviar precisamente. Pero, sobre todo, a mí me parece que el factor que desmotiva a la gente a trabajar, y lo veo en el día a día, es la precariedad, el no saber si dentro de un mes vas a estar en ese trabajo o no. Y de eso sí que tenemos estudios. El malestar en los centros de trabajo en las últimas décadas de precariedad ha aumentado muchísimo. La gente cada vez está más desmotivada en su puesto de trabajo, cada vez se fía menos de sus jefes, de la empresa en la que trabaja. Esta competitividad extrema, esta especie de carnicería darwiniana, sí que desmotiva a la gente
para trabajar. No quiero infravalorar la necesidad de recompensar el esfuerzo. Ese es un problema real que un proyecto igualitarista tiene que afrontar. Pero tampoco deberíamos despreciar la motivación intrínseca, que puede ser muy poderosa. Me refiero a que también hay muchísima gente que a la que le gusta hacer bien su trabajo, incluso si es un trabajo poco reconocido, mal pagado o incluso no remunerado.
Otra de las herramientas que plantea para conseguir una sociedad igualitarista es la de un trabajo garantizado, una idea que a algunos les sonará un poco soviética...
Lo que planteo es utilizar en el debate político mayoritario una pluralidad de propuestas que está en los debates académicos y activistas en las últimas décadas. Yo simplemente propongo incorporarlas a nuestra caja de herramientas, a la caja de herramientas de los estados del bienestar. Y una de esas herramientas es la capacidad de los
estados, de las administraciones, para crear buen empleo. No creo que tenga que ser un programa exhaustivo que garantice a cada persona un puesto de trabajo, pero sí creo que debe haber un compromiso activo de las administraciones en la creación no sólo del trabajo, sino de buen trabajo, de trabajo socialmente útil. Porque el mercado no sólo lo hace muy mal a la hora de garantizar un empleo para todos, sino que muchas veces los empleos que crea son lo que el recientemente fallecido antropólogo David Graeber llamaba técnicamente "trabajos de mierda", trabajos que hacen peor la vida de quien desarrolla esos trabajos y la del conjunto de la sociedad.
Cita en ese sentido en su libro un estudio de la New Economic Foundation que en 2009 desveló que algunos de los trabajos mejor pagados son socialmente muy destructivos, mientras que muchos empleos imprescindibles tienen remuneraciones miserables...
Así es. No hay ninguna relación entre la importancia social de un trabajo y su remuneración. Yo creo que en el contexto del coronavirus lo hemos visto perfectamente. De repente nos hemos dado cuenta de que el trabajo de los empleados de limpieza, y en particular de los empleados de limpieza hospitalaria, un trabajo muy mal pagado y muy precario, es literalmente un asunto de vida o muerte. Sin embargo, nos podríamos pasar unos cuantos meses sin el trabajo de los especuladores inmobiliarios.
Otra de las opciones que plantea para conseguir una sociedad igualitarista es la obligatoriedad de que todos realicemos algún trabajo comunitario, algo que aporte a la sociedad...
Sí. El igualitarismo no puede consistir sólo en un sistema de derechos, sino que también tiene que ser un sistema de obligaciones. El igualitarismo no sólo nos da derecho a recibir ciertas cosas del Estado, de la colectividad, sino que nos debería comprometer con una serie de deberes. Y en ese sentido, creo que aquellas tareas demasiado penosas y desagradables para pedirle a nadie que se encargue de ellas deberíamos asumirlas de forma compartida. A mí no me asusta nada la idea de que existan trabajos comunitarios obligatorios. Eso, por cierto, era algo completamente normal en muchísimas sociedades tradicionales, donde había trabajos colectivos, como la limpieza de los caminos, que se asumían entre todos. Creo que recuperar y modernizar algo así es digno de ser discutido. No sólo como una manera más justa de realizar esos trabajos sino porque crea espacios de socialización igualitaria, lugares y tareas donde conviven distintos grupos sociales, como ocurre hoy con la escuela o la sanidad pública.
¿Me puede poner un ejemplo de esos trabajos que deberían de ser comunitarios?
Por ejemplo, los trabajos relacionados con el cuidado de las personas dependientes, creo que sería importante que todos contribuyéramos a ellos. Son trabajos importantes para esas personas pero creo que también hacen mejores a las sociedades que los comparten.
¿Cómo es posible que el igualitarismo no esté en el programa de ningún partido político, que no sea un tema de debate público, que hayamos asumido que la desigualdad es algo normal?
Porque quienes han defendido proyectos y programas políticos elitistas han triunfado. Y lo han hecho además de una manera inteligente, han colonizado nuestras vidas, han conseguido que la desigualdad se nos meta en el cuerpo y olvidemos cómo se soluciona. De alguna forma han mutilado nuestra imaginación política y han naturalizado la desigualdad. Pero deberíamos hacer un ejercicio retrospectivo, de mirar atrás, justamente para abrir nuestra imaginación política. Porque sabemos que se puede cambiar esto, y se puede cambiar cuando una sociedad asume que la igualdad no es un proyecto sólo de la izquierda, no es un proyecto de ciertos partidos de extrema izquierda, sino que son políticas y valores transversales que deben formar parte del ADN de una sociedad democrática. También se puede ser igualitarista desde posiciones conservadoras, del mismo modo que se puede defender la libertad de expresión siendo de derechas. De hecho, durante mucho tiempo, después de la II Guerra Mundial, se establecieron impuestos altísimos a las rentas más altas que hoy nos parecerían iniciativas bolcheviques pero que en su momento fueron promovidos no sólo por gobiernos de izquierdas sino también por gobiernos de derechas. La igualdad puede ser también un proyecto de la derecha más razonable y comprometida con el bienestar público.
Hablando de ADN... Durante el 90% de nuestra historia, hasta el Neolítico, los seres humanos hemos vivido en sociedades bastante igualitarias, ¿no?
Sí. La igualdad es una característica antropológica profunda, somos mucho menos jerárquicos que otros primates. Por eso, precisamente, la desigualdad no sólo genera problemas materiales entre los muy pobres, sino que es el origen de muchos conflictos sociales, incluso de problemas psicológicos. Las sociedades más desiguales padecen por ejemplo mucha más delincuencia, más enfermedades mentales y tienen menor esperanza de vida: no sólo entre los más pobres sino también, en menor medida, entre los más ricos. Y por eso creo que el proyecto igualitarista puede ser muy, muy transversal; creo que mucha gente de la derecha política es mucho más igualitarista de lo que ella misma se cree. Hay algo que nos repugna no sólo en estar por debajo de otros sino también en nuestros propios privilegios. A lo mejor por eso cuando las encuestas del CIS preguntan a la gente por su percepción de su propia posición social prácticamente nadie se autodefine como de clase alta y muy pocos como de clase media-alta. Nos imaginamos de clase media porque nos repugna estar por encima de los demás.
Usted es optimista y considera que en estos momentos existen condiciones para avanzar en el igualitarismo, ¿verdad?
Sí. Yo creo que en la última década, a medida que el proyecto neoliberal ha ido haciendo aguas desde la crisis de 2008, han ido apareciendo por todo el mundo cuestionamientos de la desigualdad cada vez más fuertes. Lo que pasa que es que esta clase de transiciones históricas -y sería realmente una transición histórica, un cambio que afectaría a la estructura misma de nuestra sociedad- son muy difíciles de poner en marcha porque hay muchas adherencias, muchas inercias que contrarrestar. La desigualdad tiene que ver con una enorme cantidad de problemas que preocupan hoy a la gente y me parece que, sencillamente, hay que unir los puntos del dibujo para tener una perspectiva más amplia y darnos cuenta de que todos esos microproblemas que nos hacen la vida imposible, que nos asustan y que hacen nuestras vidas peores tienen que ver en el fondo con esa ausencia de proyectos igualitaristas.

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