lunes, 23 de septiembre de 2019

Documental - Aquí la protesta se hizo guerra,. / Días de cine clásico - Cine Víctor o Victoria., , Miercoles -25- Septiembre ,./ Un país para escucharlo - Las mujeres que se darán el abrazo de 'Patria',.

TITULO: Documental - Aquí la protesta se hizo guerra,.


Aquí la protesta se hizo guerra,.

Aquí la protesta se hizo guerra

Un recorrido por la ciudad siria de Daraa, donde prendió la chispa que arrasó el país. Las ruinas y el silencio recuerdan el precio pagado,.


foto / Ochenta kilómetros, esa es la distancia que separa Damasco de Daraa, una ciudad fronteriza con Jordania que saltó a los titulares de todo el mundo en 2011 por ser escenario de las primeras protestas contra el Gobierno sirio. Fue la población de Siria donde antes se notaron los efectos de la denominada 'Primavera Árabe', que por aquellos días recorría Egipto, Túnez y Yemen, donde se vivieron importantes movilizaciones antigubernamentales. Ochenta kilómetros, que transcurren por la autopista internacional que conecta Damasco con Ammán, cuyo paso fronterizo estuvo cortado durante tres años debido a la situación de inseguridad. Recorrerlos en 2019 obliga a viajar mentalmente al pasado, a aquellos primeros días de enorme inestabilidad en que los activistas colgaban en las redes vídeos de edificios públicos atacados, fuerzas del ejército abriendo fuego o la estatua central de Hafez Al Assad, arrancada de cuajo.
Después, durante años, la ciudad señalada como el lugar en el que prendió la chispa de las protestas pasó a un segundo plano informativo, eclipsada por Homs, Alepo, Palmira y Deir Ezzor, pero la guerra se cebó con ella y grupos como el Frente Al Nusra, brazo de Al Qaeda en Siria, y el Estado Islámico se hicieron fuertes en sus calles y en diferentes partes de la provincia homónima. Hasta el pasado verano las armas no callaron.
La parte vieja de la ciudad, el antiguo centro de todo el comercio, es hoy puro escombro. En esta especie de 'zona cero' las ruinas y el silencio recuerdan a todos los vecinos el precio pagado. Es una gran herida abierta en el corazón de una Daraa donde «hemos ganado en tranquilidad, pero no se puede hablar de estabilidad ya que los acuerdos de reconciliación han permitido a distintos grupos conservar sus armas ligeras y hay amplias zonas en las que no entra el Ejército, son los propios grupos armados quienes están al mando y hay constantes ajustes de cuentas», explica Abu Mohamed, funcionario del ayuntamiento al que desde 2013 la violencia ha obligado a desplazarse junto a su familia en cinco ocasiones.
La ONU estima que en Siria hay 6,6 millones de desplazados internos, que sumados a los 5,6 millones de refugiados suman más de la mitad de la población del país obligada a moverse por la violencia. La estadística del Gobierno sirio apunta a que 4,3 millones de esos desplazados habrían podido regresar a sus hogares desde 2016.
Abu Mohamed vive con su mujer y sus cuatro hijos en un piso de alquiler en el centro. Afirma que «es imposible pensar en reconstrucción si no hay apoyo internacional» y reduce a «una cesta de alimentos cada dos meses» toda la ayuda que reciben tras perderlo todo. Su casa ya no existe por lo que no puede soñar volver a ella y tampoco tiene ahorros para intentar reconstruirla. Su sueldo es de 40.000 libras sirias (66 euros al cambio) y el alquiler, «que es una ganga», es de 30.000 libras (50 euros), un problema al que se enfrentan los desplazados y los miles de refugiados que regresan al país, tan solo a Daraa son 25.000 los retornados desde Jordania en los últimos ocho meses, según los datos de la gobernación. La economía de guerra ha hundido la moneda nacional, y el dólar es diez veces más fuerte que en 2011.
Mohamed Jaled Al Hanuse lleva ocho años como gobernador de esta ciudad histórica, que ya aparece en la Biblia con el nombre de 'Edrei'. Assad le designó en el momento de mayor tensión que jamás ha vivido Daraa y permanece en su despacho blindado, situado en un edificio que ha sido blanco de numerosos ataques.
«Reconciliación en marcha»
Exgeneral del Ejército, sus palabras son órdenes para los funcionarios. «Me da igual que la gente se acuerde de que aquí comenzaron las protestas. En 2011 calculo que teníamos al 70 por ciento de la población en contra del Gobierno y hoy es todo lo contrario. Queda mucho trabajo por hacer, pero hay una reconciliación en marcha y vuelven los servicios, ya no queda una sola localidad de la provincia sin pan y avanzamos en la reparación de escuelas, centros médicos y carreteras», asegura Al Hanuse, orgulloso de que Daraa vuelva a acercarse a las cifras de producción agrícola que le sirvieron para ser conocida como 'la despensa' de Siria. El gobernador habla de todos los planes que tienen para rehabilitar y reconstruir escuelas, hospitales, edificios públicos... pero lamenta la falta de recursos.
Para el dirigente baazista todo lo que ocurrió a comienzos de 2011 respondía a «un plan para dividir y debilitar a Siria. Eligieron Daraa para empezar por su cercanía a Israel y Jordania, por cuya frontera llegaban a los terroristas las armas enviadas por el Golfo. Decían que Assad caería en dos días, pero se equivocaron». Cuando se le pide permiso para visitar la mezquita de Al Omari, epicentro de las protestas en 2011, responde con evasivas. Finalmente, la visita no se produce debido a «motivos de seguridad» ya que se debe coordinar cualquier movimiento allí con los grupos armados que permanecen en el interior de la zona.
Al Hanuse llegó al cargo en sustitución de Faisal Kalthum, relegado por no haber sabido gestionar el comienzo de las movilizaciones.
Una nueva estatua
Con la vuelta de Daraa al control del Gobierno, las autoridades han restituido también los símbolos que destruyó la oposición. Una nueva estatua de Hafez Al Assad, anterior presidente de Siria y padre del actual, Bashar Al Assad, se alza en mitad de la ciudad sobre un pedestal que llevaba ocho años vacío. La efigie fue motivo de protestas en marzo, cuando «cientos de personas», según activistas de la oposición, salieron a protestar para mostrar su desacuerdo por invertir dinero en estatuas cuando media ciudad es puro escombro. Al otro lado de la carretera hay una foto enorme de Bashar. En apenas unos minutos se accede a la 'zona cero', donde se encuentra el antiguo palacio de Justicia, uno de los primeros edificios públicos atacados por manifestantes en Siria junto a las oficinas de la televisión nacional. La escolta se detiene al llegar al puesto de control que da acceso a Daraa Al Balad y dice que no se puede seguir. «Los civiles pueden pasar, pero para que entre una delegación hace falta coordinarlo con los grupos armados», aclara un miembro de la seguridad. Es uno de los bastiones en los que las armas siguen estando en manos de los opositores.
A ambos lados del camino se suceden los esqueletos de edificios. Una imagen idéntica a la que se puede ver en barrios enteros de lugares como Homs, Alepo, Gouta (el cinturón rural de Damasco), Deir Ezzor o Raqqa. La cifra de muertos y desaparecidos es imposible de calcular, más de la mitad de la población del país se ha convertido en desplazada o refugiada y más de la mitad del país está en ruinas. A muchos sirios les gustaría detener el reloj en marzo de 2011, antes de que las protestas de Daraa se convirtieran en guerra, pero la pesadilla no ha terminado.


   TITULO:   Días de cine clásico -Cine Víctor o Victoria  ., , Miercoles -25- Septiembre ,.
 

  Este miércoles  -25- Septiembre  a las 22:00 en La 2 de TVE, foto,.

 

Reparto
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¿Víctor o Victoria?  
París, años treinta. Tras el fracaso de una audición en un cabaret, Victoria Grant (Julie Andrews) camina hambrienta y desolada por las calles de la ciudad. Acuciada por el hambre, decide utilizar una estratagema para disfrutar de una suculenta comida sin tener que pagar. En el restaurante, conoce a Toddy (Robert Preston), un homosexual que no sólo le ofrece hospitalidad, sino que tiene la brillante idea de convertirla en Víctor, un travesti cuyo éxito será inmediato y espectacular. Pero la situación de Victoria se complica cuando King Marchan (James Garner), el dueño de una cadena de cabarets de Chicago, se siente irresistiblemente atraído por Víctor. 
 
 
 
 
 
TITULO:   Un país para escucharlo  - Las mujeres que se darán el abrazo de 'Patria',.
 
Un país para escucharlo,.

  • Martes -24- Septiembre a las 23:00 horas en La 2, foto,.
 
 

Las mujeres que se darán el abrazo de 'Patria',.

Durante mucho tiempo, las películas formaron parte de las trincheras construidas en torno a la violencia de ETA. Documentales y ficciones, de uno y otro lado, hicieron su aportación al paisaje de enfrentamiento y dolor. Pero algo parece haber cambiado, si se atiende a lo sucedido ayer en el Festival de Cine de San Sebastián. De un lado, se presentaron las primeras imágenes de Patria, la adaptación de la novela de Fernando Aramburu al formato de serie por parte de HBO que ha realizado Aitor Gabilondo. Del otro, se proyectó Zubiak (Puentes) , documental de Jon Sistiaga y Alfonso Cortés-Cavanillas que forma parte de la serie ETA, el final del silencio (Movistar +) y que cuenta la reunión de Maixabel Lasa, viuda de Juan Mari Jauregui, y del etarra que lo asesinó, Ibon Etxezarreta.
Dos enfoques, uno desde la ficción y otro desde fuera de ella, pero una misma idea: acercarse al otro para acabar con el dolor. En el caso de Patria, esta responsabilidad recae en la pareja de actrices, Ane Gabarain y Elena Irureta, que en la serie dan vida a las dos amigas en torno a las cuales se cimenta la historia. Ambas han hecho un trabajo muy intenso, como ha detallado Gabarain: "Para nosotras, es muy fuerte, porque hemos trabajado con todo el amor y todo el dolor. Hemos construido entre todos los personajes. Y hemos tratado de humanizarlos más de lo que aparecían en el libro".
Dos mujeres que "empiezan separadas por una bala y acaban con un tímido abrazo", en palabras de Gabilondo, para decidir "cerrar con el ciclo de la venganza". Según el showrunner, "la violencia destruye todo, al que que la ejerce y al que la sufre". De ahí la necesidad de mirarse en el que está enfrente porque "cuando se desprecia el dolor ajeno, se envenenan las relaciones".
En el caso de Zubiak, el objetivo es aportar "pausa" y "reflexión" a través de este encuentro tan particular en torno a una mesa, como apunta Sistiaga, para construir "el futuro de una Euskadi donde exista una convivencia natural y no una coexistencia no violenta".
La mesa en la que comen víctima y verdugo hace pensar en esa otra, en torno a la cual una fotografía reunió a varios líderes políticos vascos con Arnaldo Otegui, las pasadas navidades. "En aquella fotografía había figuras políticas actuales, una de ellas cuestionada por el resto de fuerzas, que es Otegi. Pero es que en esta mesa las personas que están sentadas sí que han hecho un tránsito ético. Maixabel superando su odio y su rencor para darle una oportunidad a un delincuente que es el asesino de su marido. Y, a la vez, ese delincuente ex terrorista ha hecho un tránsito de arrepentimiento de toda su carrera y asume sus errores, la maldad que ha producido".
Y, de ahí, la importancia de las palabras. "Lo siento" en vez de "perdón". "Ibon no quiere poner la pelota en el tejado de Maixabel pidiendo perdón", apunta Cortés-Cavanillas. "Lo que he hecho es imperdonable", dice en un momento. "Lo siente, pero él mismo no se perdona".
Para Sistiaga, "perdón" es "una palabra alrededor de la cual hemos estado girando durante los últimos 10 años. Más concretamente, su exigencia. Y cuando escuchas a Ibon decir que lo ha hecho es imperdonable, te replanteas por qué muchas fuerzas políticas se enrocan en ciertas palabras".
"Llevo años 30 años metiéndome en charcos", relata Sistiaga. "Cuando lo hago en Colombia con las FARC, en Irlanda del Norte con el IRA, en Palestina con las Brigadas de los mártires de Al-Aqsa o en Irak con Daesh... no pasa nada. Porque te pilla muy lejos. Cuando lo haces aquí, estás expuesto a que en este país de linchamientos y ordalías, seamos sometidos al fuego de una cierta inquisición. Pero esto no es más que la historia de una víctima de ETA contada por su viuda y su verdugo".
"Que sigamos teniendo dudas de quién ha matado a quién es casi estúpido", lamenta el periodista. "Obviamente, aquí ha habido alguien que se ha dedicado a matar sistemáticamente durante 50 años a casi 900 personas. ¿Quienes son los malos? Esos, los que matar. A partir de ahí puede haber matices que se pueden explorar en la ficción y, a partir de ahora, por fin, también en la realidad".

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