sábado, 17 de abril de 2021

A vivir que son dos días - A vivir - Cadena SER - La culpa difusa ,. / LA BRUJULA ONDA CERO - La Linterna La Cope - Estallido en Irlanda del Norte,.

 

 TITULO:  A vivir que son dos días - A vivir -  Cadena SER - La culpa difusa,.

 A vivir que son dos días - A vivir -  Cadena SER,.
 

Escucha 'A vivir', con Javier del Pino, el programa líder de las mañanas del fin de semana en la Cadena SER.

 La culpa difusa,.

 

El perfeccionista obsesivo se mueve entre el papel de víctima y el de verdugo,.

El lenguaje no verbal de la culpa. Club del Lenguaje No Verbal | Club del  Lenguaje no Verbal

foto / Cuando las cosas se ponen mal, hay dos maneras de reaccionar: o hacerles frente y tratar de resolverlas, o echar la culpa a los demás. Esta segunda fórmula es estéril, evidentemente, pero debe de consolar mucho a juzgar por la frecuencia con que recurrimos a ella en situaciones de fracaso, crisis o simple contrariedad. ¿Se trata de una manifestación más de la extendida tendencia a escurrir el bulto, a quitarse responsabilidades, a responder distraídamente a los problemas como si de esa manera fueran a encontrar solución por arte de magia? No sólo eso. Pensemos en uno de los miembros de una pareja que encuentra insatisfactorias sus relaciones y, en vez de examinar sus errores y pensar qué puede hacer para enmendarlos, descarga todas las culpas en la otra parte. O en el empleado que una vez tras otra encuentra frustradas sus aspiraciones de ascenso y en respuesta rumia a todas horas una desgracia melancólica cuyo origen atribuye a un jefe déspota que le tiene ojeriza. El masoquismo existe, cierto. Recrearse en la propia desdicha asumiendo el papel de víctima y focalizando los pensamientos en el verdugo produce una cierta complacencia morbosa. Pero a menudo también es un indicio de la personalidad obsesivo-compulsiva regida por patrones mentales y de conducta de orden perfeccionista. Sin necesidad de llegar al grado patológico del trastorno (donde las pequeñas manías son ya obsesiones insuperables), mucha gente sucumbe a la tentación de echar las culpas a los otros debido a que está sometida a la tiranía del perfeccionismo. Como sobrevalora el sentimiento de la culpa, hace todo lo posible para no cargar con él y para eso no hay nada más sencillo que crearse chivos expiatorios y cabezas de turco a quienes atribuírsela. El obsesivo-compulsivo se maneja muy bien entre las culpas. Las gestiona, las administra, las adjudica y se las encaja a unos y a otros con una extraordinaria habilidad. En el perfeccionista obsesivo hay una obstinada confusión semántica entre mérito y sufrimiento. Las personas normales y sanas consideran que no existe superioridad moral ni intelectual en el hecho de ser desgraciado. El dolor no nos da la razón. Pero el obsesivo no opina de la misma manera. Acumula en su historial un largo y nutrido currículum de agravios, daños, sacrificios y esfuerzos no recompensados que le permite sentirse libre de culpa. Y entonces lanza señales a quienes le rodean. Son señales recriminatorias, dedos acusadores que denuncian la imperfección ajena. Miradas de resentimiento. Reproches directos o más difusos. Facturas de pasadas deudas. Juicios de severo inspector hábil para observar la paja en el ojo ajeno pero incapacitado para ver la viga en el propio. Técnicamente los profesionales definen esta personalidad obsesivo-compulsiva a partir de la detección de cinco o más factores en una relación de ocho: 1) la marcada preocupación por los detalles, las listas, los inventarios, los horarios y las reglas, hasta acabar perdiendo la noción de lo principal; 2) el perfeccionismo paralizante que impide avanzar en los proyectos; 3) la devoción excesiva por el trabajo, en perjuicio de las relaciones sociales y familiares y las actividades de ocio; 4) la actitud escrupulosa e inflexible en asuntos de moral o valores, al margen de los imperativos culturales o religiosos; 5) la tendencia a guardarlo todo, a acumular objetos inservibles; 6) la incapacidad para trabajar en equipo y para delegar tareas, a no ser que los demás se sometan a los dictados propios; 7) la acumulación de dinero de forma avariciosa, en previsión de futuras desgracias, y 8) la rigidez, la obstinación y la terquedad en todos los órdenes de la vida. Cuidado con ellos. Cuando se presentan es que estamos cerca del trastorno, si no es que hemos caído ya en él. Una personalidad así no puede en modo alguno mostrar flancos débiles de cara a los demás. Si es pequeño, tendrá que dar la talla del niño modélico, que saca las mejores notas en el colegio y tiene un comportamiento ejemplar en la casa y con los vecinos; si es adulto, deberá convertir las situaciones en competiciones para luego pugnar por ser el vencedor en todas ellas. Hay que meterse presión. Hay que tomar siempre la decisión acertada. No hay que dejar ni el más mínimo hueco al error, a la emoción, al descuido o al abandono. Siempre con la guardia alta y la mirada vigilante, demostrando que somos superiores. Que nadie pueda recriminarnos nunca no haber dado la talla. Porque, naturalmente, los únicos autorizados para recriminar y echar culpas sobre las cabezas ajenas somos nosotros, los sufridos y perfectos individuos obsesivo-compulsivos.

 

TITULO: LA BRUJULA ONDA CERO - La Linterna La Cope - Estallido en Irlanda del Norte,.
 
LA BRUJULA ONDA CERO,.


 La Brújula es un programa de radio de la emisora española Onda Cero, presentado y dirigido por David del Cura. Es el tercer espacio en audiencia en la franja nocturna, retransmitiéndose entre las 20 y las 24 horas, tiempo que dedica a un análisis de la actualidad, el deporte, la economía (con el espacio denominado La Brújula de la Economía) y el debate político., etc,.
 

 
La Linterna La Cope ,.
 
  'La Linterna' es el programa de radio informativo, político y económico, cultural y de debate nocturno de la Cadena COPE. Dirigido y presentado desde 2009 por Ángel Expósito, se emite de lunes a viernes de 19:00 a 23:30 horas, correspondiendo la última hora de los viernes a 'La Linterna de la Iglesia', dirigida y presentada por Faustino Catalina.

 

Estallido en Irlanda del Norte,.

La tardanza del primer ministro en reaccionar ahora a la crisis avala la acusación de abandono, no solo a los leales a la Corona sino a todos los habitantes de Ulster,.

El estallido de violencia en Irlanda del Norte sorprende al Gobierno de  Johnson | Internacional | EL PAÍS

foto / Irlanda del Norte alcanzó ayer el 23 aniversario de los Acuerdos de Paz de Viernes Santo después de doce noches consecutivas de violencia. Instigan los disturbios sectores protestantes que se dicen traicionados por el anexo al Pacto de Retirada de Reino Unido de la Unión Europea y los controles burocráticos fronterizos para evitar una línea de demarcación física en la isla. La rabia unionista tiene un destinatario bien definido: Boris Johnson y las mentiras con las que envolvió su obsesión por separarse de la UE sin preparar a los ciudadanos para las consecuencias. La tardanza del primer ministro en reaccionar ahora a la crisis avala la acusación de abandono, no solo a los leales a la Corona sino a todos los habitantes de Ulster. El estallido ha deparado una reacción reconfortante, la condena de la violencia por parte del Gobierno de poder compartido de Belfast. Pero es quizá el único aspecto positivo de unos altercados en los que se intuye la inspiración de delincuentes escindidos de grupos lealistas y se constata el inquietante protagonismo de menores. Las decenas de agentes heridos demuestran además que la Policía se ha visto sorprendida por la subida de temperatura en el polvorín norirlandés.

 

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