Su casa es el espejo de su personal y eclético
estilo. Mobiliario vintage, obras de arte y piezas exóticas configuran
el particular universo de la fundadora de la etiqueta de moda Yellow
& Stone.
Ana Díaz Antolín, creadora de la firma de
moda Yellow & Stone, nos recibe a las puertas de su vivienda, un
clásico piso madrileño situado en la zona de Almagro, de portal
señorial. Lo primero que llama la atención al entrar en esta
casa son sus tres balcones principales, que permiten que el comedor y el
living room se inunden con una tibia luz invernal. Hace siete años,
cuando mi marido el director de arte Mario Vargas y yo empezamos a vivir
aquí, realizamos una mínima reforma, que consistió en tirar algunos
tabiques, comenta.
Un sofá de la conocida interiorista Isabel López-Quesada; una mesa de vid grenier adquirida en un mercadillo de Biarritz; un valioso cabecero de cama del siglo XVIII; o un sillón original de Charles Eames son algunas de las preciadas posesiones que configuran tan singular espacio. El estilo es ecléctico por necesidad. Buscábamos un cierto equilibrio entre economía y derroche. Por eso tenemos algunas piezas recicladas, que conviven con otras que son grandes inversiones. Yo he contribuido a darle más aire a esta casa, aligerar algunos detalles y pulir su lenguaje textil, afirma la diseñadora, mientras señala algunas de sus valiosas obras de arte, como una pintura de Antonio Villanueva, otra de Jorge Diezma y varios cuadros de José Dávila adquiridos en la galería Travesía Cuatro, en Madrid.
Nuestro hogar está lleno de contrastes y de piezas con historia, como una vitrina con flores secas que nos costó tres euros, un escritorio que compramos en El Rastro o unos veladores que encontramos en la calle, cuenta.
Y recuerda una curiosa anécdota que les ayudó a conseguir esta singular decoración: Un problema de humedad en el baño hizo que fuera necesario levantar la pintura de las paredes y, de ese modo, descubrimos que debajo había un sorprendente color verde. Como era muy original, decidimos dejarlo. Esta es la filosofía de la vivienda: la ausencia de reglas, añade Díaz Antolín. Y concluye con una máxima a la hora de abordar cualquier proyecto de interiorismo: Respetar el espacio y, a partir de sus premisas, ordenar un discurso. Un sabio consejo, en su caso con espectaculares resultados.
Las claves de estilo de una creadora
Con 37 años, esta diseñadora que se formó en Londres, que ha trabajado para Levis y ha sido set designer de Zara Home, es la artífice de Yellow & Stone (yellowandstone.blogspot.com). Una etiqueta de producción limitada, con prendas y accesorios de patronaje minimal y aire étnico. Estas son sus claves de estilo:
1. Mi clienta es una mujer cosmopolita, que viaja y que no sigue las tendencias, porque tiene un estilo propio.
2. Fabrico muy pocas prendas de cada modelo. A veces, menos de cinco. De ahí la exclusividad de mi marca.
3. La chaqueta semientallada étnica es uno de mis bestsellers, una prenda comodín perfecta. De día puede resultar estupenda con un cinturón, con falda midi y botas altas de cuero. De noche, con jeans, sandalias y un clutch.
4. Me cuesta definir mi estilo porque es algo que no me paro a pensar, no le concedo mucha importancia. Me gusta vestir con prendas que solo tengo yo.
5. Los tejidos y accesorios antiguos me llaman la atención porque tienen alma. Todo lo que respira nuevo no suele provocarme ningún sentimiento.
6. De mi armario destacaría los kimonos vintage y mi colección de chaquetas de Yellow & Stone realizadas con tejidos antiguos.
7. Dries Van Noten y Martin Margiela son mis diseñadores favoritos.
8. Uno de mis estilismos más recurrentes es un jersey artesanal de lana, jeans pitillo y abrigo masculino.
9. Siento debilidad por las prendas bordadas, los abrigos, los pantalones militares y los sombreros, que nunca faltan en mi guardarropa.
10. Mis zapatos predilectos son de tipo garçon. Adoro los botines masculinos, los mocasines y las botas de estilo gaucho .
Interiorismo normcore
Libertad de elección y gusto exquisito son la suma de su éxito en materia de interiorismo.
1. No hay que buscar, jamás, la perfección, esa es mi primera máxima.
2. Mi lema es la ausencia de normas y mandamientos de estilo. Me gusta una cierta anarquía e improvisación en materia de decoración. Creo que ahí radica el encanto de un espacio.
3. Admiro a decoradores como Axel Vervoordt e Isabel López Quesada. La casa que más me ha impactado es una diseñada por el arquitecto Mies Van Der Rohe en Berlín.
4. Me apasionan los mercadillos de antigüedades de Francia y Portugal para fichar piezas únicas. Cuando veraneo en Comporta (Portugal), aprovecho para hacer un pequeño tour por la zona en busca de grandes piezas de décadas pasadas.
5. En la entrada de mi casa, detrás de la puerta principal, tengo un perchero siempre cargado de sombreros de Yellow & Stone y algunos otros vintage. Me encanta rematar mi estilismo a última hora con alguno de ellos.
6. Definiría el ambiente de mi hogar como familiar, cómodo y cambiante. Con una niña de cinco años a la que le gusta jugar por todas partes es imposible tener un orden metódico.
7. Mi casa es una extensión de mi etiqueta de moda, en el más literal de los sentidos, porque está llena de mis diseños. Siempre encuentras en un rincón una prenda o un accesorio mío.
8. Mezclamos obras de artistas consagrados y emergentes.
9. En nuestros viajes a Marruecos y a otros destinos remotos adquiero textiles (colchas antiguas, manteles, mantas, etc.).
10. Adoro los arreglos florales de la tienda Margarita se llama mi amor, en Madrid. Son modernos, sencillos y delicados.
TÍTULO: NOCHE SEXO, TENGO PSICOLOGO,.foto,.
No tengo novio, tengo psicólogo”. Así, tal cual, se lo solté a Natalia, una vieja amiga que sigue muy interesada mis desventuras amorosas, cuando nos encontramos para tomar una copa y reírnos de la vida y de nosotras mismas. Natalia estalló en carcajadas, y yo también. Lo malo es que es verdad. En lugar de novio, en estos momentos, tengo psicólogo. Y no por mis genes argentinos, que algo habrán infl uido, no lo niego. Al fin y al cabo, todas mis amigas de la infancia van al psicólogo como aquí vamos al dentista.
Hasta mi amiga Elke, una de las personas más equilibradas que conozco y con pareja estable y feliz, practica psicólogo desde que era jovencita, y con muchísima más fidelidad que el gimnasio. Pero yo soy mucho más española y lo del psicólogo ha sido una respuesta expeditiva, y un poco desesperada, a mis últimos desastres amorosos. Llevo varios este año y he llegado a la conclusión de que necesito un experto.
¿Y sirve de algo un psicólogo para arreglar los problemas del amor? Bueno, no te da grandes soluciones pero te explica lo que haces mal, que es lo que hacen los expertos. En su caso, te explica tus condicionantes infantiles, que son algo así como los genes. Al menos, a juzgar por la obsesión que tienen los psicólogos con la infancia.
Todo viene de la relación con tu padre y tu madre, y no hay manera de sacarlos de ahí. En nuestro caso, en el de las mujeres, de las vinculaciones con el padre. Y por si os puedo ahorrar el diagnóstico, según mi psicólogo, un padre frío y distante da lugar a dos tipos de comportamientos con los hombres. La actitud distante, o la dependiente, que es la mía. La de las mujeres que buscamos en los hombres, me dice, el cariño que nos faltó de nuestro padre y que nos lleva a desarrollar con ellos un comportamiento autocrítico y dependiente para ganar y conservar su amor. O algo así.
Ah! ¿Entonces, el 90% de la humanidad que quiere vivir en pareja y busca el amor ha tenido un problema de padre o madre frío y distante? Le pregunto. ¿Y la cultura no cuenta? ¿El amor como el sentido de la vida? ¿O las difi cultades de las mujeres profesionales para ser aceptadas por hombres incómodos con la igualdad? Insisto. Pero no hay manera de sacar a mi psicólogo de la teoría del padre y de la infancia. El resto de mi vida no cuenta.
Me rindo y le pregunto por la terapia. “Sé menos perfeccionista y autocrítica”, me recomienda. Que es algo así como que el médico te invite a fumar o a comerte todas las galletas de mantequilla que te apetezcan. O sea, que la culpa es de ellos. Que yo soy fantástica y no tengo que justifi carme todo el tiempo. Voy a obedecer a mi psicólogo, a ver si ellos se dan cuenta de que soy maravillosa mientras fumo y me como las galletas de mantequilla. Ya os contaré el resultado.
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