La situación era dramática porque o se ponía freno al gasto o se entraba en ... La suerte está echada y ya veremos si los Reyes Magos hacen .-foto,.
Carta a los Reyes Magos
LOS RESPECTIVOS gobiernos autonómicos tienen la oportunidad cada año de fijar el rumbo de su política a través de los presupuestos anuales. Los de 2015 son los últimos de una legislatura marcada por los vaivenes de una crisis económica que en Baleares ha culminado con dos excelentes temporadas turísticas y, por tanto, el aumento de los ingresos tanto en impuestos directos como indirectos.José Ramón Bauzá comenzó la legislatura con la caja vacía y una deuda millonaria que la administración autonómica tenía contraída con los proveedores y entidades sociales. El Govern gastaba entonces una media de 1.000 millones de euros más de lo que ingresaba y la deuda había escalado hasta la cota de los 4.135 millones de euros anuales. La situación era dramática porque o se ponía freno al gasto o se entraba en bancarrota.
El segundo año del Govern de Bauzá, quinto de la crisis, la administración autonómica seguía gastando 500 millones de euros más de lo que ingresaba, pero es obvio que el esfuerzo por recortar el dispendio estaba dando los primeros resultados, aunque resultaba todavía insuficiente. Los recortes que habían movilizado a las organizaciones clientelares -dejaban de percibir sus subvenciones-, sindicatos y a los partidos de la oposición no permitían todavía reducir la deuda que ya teníamos acumulada en aquel momento, sino todo lo contrario: no paraba de engordar y se acercaba peligrosamente a los 4.500 millones de euros.
Un buen amigo me recordaba esta semana la desaforada y frustrada subida de impuestos que planteó en su momento el entonces vicepresidente del Govern, Josep Ignasi Aguiló, para tratar de enderezar el rumbo de unas cuentas imposibles. Aquello no fue viable y la apuesta se llevaría por delante al brillante economista que es, además de uno de los admiradores más fervientes de Margaret Thatcher, tal como dejó escrito en este periódico en un artículo de abril de 2013. Tampoco hace tanto tiempo.
En su artículo, Aguiló hacía constar que Thatcher se encontró con una país donde el «intervencionismo estatal en los mercados se tornaba asfixiante; los déficits públicos se disparaban y con ellos, la presión fiscal». Aguiló también recuerda que la desaparecida Dama de Hierro «tuvo que cambiar las estructuras burocráticas y productivas, enfrentarse al status quo y a los grupos de presión» para sacar a Gran Bretaña del pozo en el que se encontraba. Ella, la estadista, acabó convertida en uno de los grandes personajes del siglo XX.
Ahora que viene al caso, me pregunto si Aguiló habría firmado los presupuestos que ha presentado el Govern para 2015. Quiero pensar al menos que en el capítulo del gasto corriente el ex vicepresidente habría sido más comedido. Enemigo del dispendio en este capítulo, recuerdo sus críticas contra el primer presupuesto de Carles Manera cuando incrementó en la primera ocasión que tuvo un 17% el gasto corriente. Marí lo ha disparado un 22,92%.
Con las cifras en la mano, el gasto aumenta en todos los departamentos y a mí sinceramente, esto ya no es opinión de Aguiló, el pretexto del gasto social no me sirve para justificar unos presupuestos que han roto la barrera psicológica de los 4.000 millones. No comparto en absoluto que el aumento de la recaudación no se destine a la amortización de una deuda que, agárrense, ya alcanza los 7.695 millones de euros, 3.195 millones más que cuando el Govern del PP llegó al Consolat de Mar. Que la razón de este brutal incremento resida en el déficit y en que las facturas sin pagar del Pacte se han transformado en deuda financiera sirve de muy poco para unos ciudadanos que si no han perdido el empleo, han visto cómo se reducían sus nóminas y, por ende, sus gastos.
Ya hemos señalado desde estas páginas que con una previsión de crecimiento para el año que viene del 2,1% del PIB, el Govern tenía todo a su favor para lanzar a los mercados un mensaje de austeridad sin renunciar a las inversiones estratégicas, como la improrrogable modernización de las depuradoras. La bonanza económica permitirá al Govern disponer de un colchón extra de 300 millones de euros, entre subida de la recaudación y reducción del pago de intereses, que podría haberse destinado a cerrar la hemorragia de la deuda. En cambio, la receta ha corrido en dirección contraria: sorprendente incremento del sector público, más dinero para el Parlament y más dinero para los Consells insulars. Siguen, por tanto, los solapamientos institucionales de siempre; no se ha cortado el marasmo institucional y burocrático, y los políticos guardan celosamente sus privilegios de toda la vida.
Sinceramente, creo que el Govern de Bauzá se ha desviado del camino marcado por Josep Ignasi Aguiló en los presupuestos de 2011-12. Desde el Consolat de Mar han optado por la senda fácil del gasto intentando contentar a los sindicatos educativos, al personal sanitario y a los funcionarios con el guiño inútil de la devolución del 25% de la extra de 2012.
El reto de los dos primeros años de gobierno de Bauzá se ha dejado teñir por el electoralismo facilón de los últimos presupuestos de la legislatura. Las reformas estructurales se han quedado a medias y alguno de sus proyectos estratégicos, aparcados hasta nueva orden. El cambio ha sido radical y Bauzá ha claudicado, aparentemente, de unos principios que yo personalmente creía firmes. Desconozco si con ello intenta prorrogar la confianza otros cuatro años de aquellos que creyeron en su proyecto en 2011 para retornar a su programa original si gana en mayo de 2015. Es una jugada muy arriesgada porque corre el peligro de no contentar a nadie y dejar a todo el mundo indiferente. Y no hay peor enemigo que la incertidumbre y la indiferencia cuando enfrente tienes unas formaciones que manejan mucho mejor la demagogia y el clientelismo que el Partido Popular. La suerte está echada y ya veremos si los Reyes Magos hacen acuse de recibo de la carta del president de Baleares.
TÍTULO : EL TIEMPO, EL INVIERNO SERA MÁS LLUVIOSO Y CALIDO DE LO NORMAL EN LA REGIÓN,.
El delegado territorial de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en Extremadura, Marcelino Núñez, apuntó ayer que lo más probable es ...-foto,.
Según las predicciones que maneja Meteorología, el tiempo seguirá la tendencia de este otoño,.
El delegado territorial de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en Extremadura, Marcelino Núñez, apuntó ayer que lo más probable es que el próximo invierno que arranca el próximo día 22 sea más lluvioso aunque a la vez más cálido de lo habitual en la región, siguiendo la tendencia de estos tres últimos meses de otoño, el tercero más húmedo y el noveno más cálido en los últimos 30 años.Núñez concretó que hay una mayor probabilidad de que tanto las temperaturas como las precipitaciones alcancen valores superiores a lo normal en Extremadura, ante lo cual consideró que la justificación del aumento de las temperaturas puede responder a la tendencia clásica de incremento y al «ruido o variaciones» propias del sistema.
Acompañado del delegado del Gobierno en Extremadura, Núñez concretó que para los próximos días se espera ausencia de precipitaciones, y en concreto para este viernes día 19 cielos muy nubosos con temperaturas sin cambios y vientos flojos, para el sábado día 20 cielos poco nubosos y despejados y nieblas y para el domingo día 21 predominio de atmósfera estable.
Otoño
En la comparecencia, tanto Núñez como López Iglesias coincidieron en
destacar que los pasados meses de septiembre, octubre y noviembre han
sido muy húmedos en general y especialmente en la provincia cacereña al
haberse recogido 322 litros por metro cuadrado de media cuando lo
habitual son 206.Así se generó un superávit positivo de 116 litros por metro cuadrado que equivalen a un 156 por ciento, de modo que ha sido el tercer otoño más lluvioso de las tres últimas décadas debido a que septiembre y noviembre han sido muy húmedos.
En el caso de las temperaturas, indicó que lo normal en el otoño en Extremadura son unos 17 grados pero que la media de este pasado trimestre ha sido de 17,8 grados, por lo que se ha registrado una anomalía positiva de 0,8 grados. Es el noveno otoño más cálido de los últimos 30 años.
En relación a situaciones notables, el delegado de la Aemet en Extremadura citó las tormentas del 17 de septiembre con actividad de descargas eléctricas y las granizadas del 2 de noviembre en Trujillo y del 3 de diciembre en Puebla del Maestre, esta última de menor intensidad que la anterior.
Respecto al conjunto del año, el 2014 está siendo hasta el momento muy húmedo y en concreto el sexto más lluvioso de los últimos 30 años en la comunidad extremeña, dado que en la mayor parte de los observatorios la precipitación registrada se sitúa entre el 100 y el 150 por ciento del valor normal, precisó Marcelino Núñez.
En este sentido, resaltó que la precipitación media en la región han sido 765 litros por metro cuadrado, un 126 por ciento más de la media histórica de 608 litros por metro cuadrado.
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