fotos / Un trío en la cocina - Chaud Froid de ternera,.
Las claves
- Ingr. prin.: Carne
- Plato: Cócteles
- Estilo: Cocina de fiesta, Cocina francesa.
- Ambiente: Buffet, Celebraciones, Navideña.
- Tiempo: bajo
- Dificultad: bajo
- Comensales: 4
- Programa: Un trío en la cocina
- Episodio: 5
- Le gusta a 7 personas
INGREDIENTES PRINCIPALES
- 600 g de solomillo de ternera
- 30 g de mantequilla
- 30 g de harina
- 500 ml de caldo de carne
- Sal
- Pimienta
- Aceite de oliva
- 6 hojas de gelatina
Preparación de la receta
Esta receta se denomina chaud-froid (caliente-frío) porque es una preparación clásica francesa que se prepara en caliente pero se come en frío.
En primer lugar, cortamos la carne en dados grandes.
En una sartén con un chorrito de aceite cocinamos los dados de carne vuelta y vuelta. Salpimentamos y reservamos en frío.
En otra sartén grande, derretimos la mantequilla, agregamos la harina y cocinamos. Añadimos todo el caldo de carne. Cuando éste espese, tendremos una salsa velouté.
En un bol con abundante agua, hidratamos la gelatina. Incorporamos la gelatina en la salsa velouté y la retiramos del fuego.
Por otro lado, pinchamos la carne en unos palitos de brocheta. Inmediatamente bañamos las brochetas en la salsa. Colocamos las brochetas sobre una bandeja con papel de horno. Llevamos al frío hasta el momento de servir.
TITULO: Un país mágico -Vida de barrio en Madrid , .
El sabado -22- Diciembre a las 18:30 por La 2, fotos.
El sabado -22- Diciembre a las 18:30 por La 2, fotos.
Vida de barrio en Madrid,.
Vivos, en evolución, modernos, sociales y colaborativos. Así son los
barrios donde todavía puedes pedir sal a los vecinos y que muestran el
lado más humano de la capital.
El más acogedor: Lavapiés
El recién
nombrado barrio más ‘cool’ del mundo, según Time Out, es también el más
humano y multicultural de Madrid. Su mezcla de nacionalidades
–africanos, indios y marroquíes sobre todo– se ha transformado en una
comunidad activa donde el espíritu solidario ha cristalizado en
diferentes proyectos autogestionados. ‘Esta es una Plaza’ es un solar
reutilizado como parque donde los vecinos comparten huerto, juguetes,
libros y tiempo. Mientras, los ecos del cercano Museo Reina Sofía se
extienden hasta La Tabacalera, un espacio público con diferentes
exposiciones e iniciativas relacionadas con el arte.
El más verde: Arganzuela
La reurbanización
del Manzanares con el proyecto Madrid Río ha transformado de manera
radical el aspecto y las posibilidades de este barrio en el que los
planes se han vuelto verdes, compartidos y sostenibles. Extensiones de
hierba junto al río, chiringuitos de diseño, como Costello Río, y
pavimentos con aspersores demuestran que en Madrid
sí hay playa, y que además se puede recorrer en bicicleta. El otro
punto de encuentro para los vecinos del barrio (y para visitantes) es
Matadero, uno de los motores culturales de la capital. Aquí puedes desde
escuchar un cuento, bailar swing o patinar, hasta compartir el arte y
gastronomía local en sus diferentes ferias, como la del Mercado de
Diseño.
El más rebelde: Vallecas
Este
reivindicativo barrio obrero, con una profunda tradición de asociaciones
y centros sociales, ha acogido en los últimos años a personas de todas
las procedencias, convirtiéndose en un atractivo ‘soho’ madrileño
rodeado de costumbrismo. En Vallecas hay que recorrer sus calles y
mezclarse con las distintas generaciones de rockeros en la mítica sala
de conciertos Hebe; mojarse en la batalla del agua, organizada por la
única cofradía marinera de interior; pedir unas gildas y un vermú con
sifón en Casa Fernando; o subir hasta la colina de ‘Las 7 tetas’ a
compartir uno de los mejores atardeceres de Madrid.
Foto: Carlos Luján
El más ‘hipster’: Malasaña
Además de los
baristas tatuados que sirven el ‘latte’ más moderno de la ciudad,
Malasaña conserva (y vive) la rebelión que la hizo ser protagonista de
La Movida Madrileña y la contracultura en los años 80. Sus calles, donde
se cruzan vecinos comprando el pan en zapatillas con diseñadores de
vanguardia, se agitan en un perpetuo caos iluminado por el arte urbano
de sus paredes, la radio del barrio (Onda Maravillas) y una imparable
agenda de exposiciones y festivales gratuitos para toda la familia o
eventos gastronómicos como la Ruta de la Croqueta.
El más castizo: Chamberí
Es el barrio
madrileño que mejor representa el ‘slow life’ en sus soleadas calles
rodeadas de árboles y tradiciones. En la plaza de Olavide vecinos y
familias comparten parques, terrazas y mercadillos de intercambio como
HolaVide. Y en la calle Ponzano, epicentro gourmet del barrio, se comparten tapas, vermú y conversación.
Otras iniciativas fomentan el ambiente solidario, como las de la
librería Tuuu, donde a cambio de un donativo te llevas todos los libros
que te quepan en las manos. Y no faltan los lugares donde compartir la
música; la mítica sala de conciertos Clamores es el reflejo del Madrid
más divertido y canalla.
El más suburbano: La Guindalera/Quintana
Después
de pasearse la lujosa “Milla de Oro” del barrio de Salamanca, no hace
falta irse muy lejos para visitar otra de las zonas más auténticas de la
capital. Aún bastantes desconocidos para las guías de viaje, La
Guindalera (cuyo tradicional mercado sorprende con la cocina del
japonés-peruano Hiwakaya Sushi Fusion) y Quintana (con una importante
comunidad latina) son unos animados e inclusivos barrios
que han sabido integrar atrevidas propuestas entre bloques de
viviendas. Muy cerca de esta zona, cultura y naturaleza conectan a los
vecinos en el Espacio Abierto Quinta de los Molinos (situado en el
parque del mismo nombre) con una interesante agenda de actividades
gratuitas para toda la familia.
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