TITULO: Un país en la mochila -Talavera la Real alberga este sábado la 1ª edición de 'La Tomatá',.
Talavera la Real alberga este sábado la 1ª edición de 'La Tomatá',.
Esta fiesta pretende ser "un homenaje" al cultivo del tomate y su relevancia económica y social para Extremadura,.
foto / Todo está listo ya en Talavera la Real (Badajoz) para celebrar su primera “Tomatá”, una divertida batalla de tomates que tendrá lugar este sábado, 3 de septiembre, en el recinto ferial de esta localidad pacense y en la que los asistentes se lanzarán tomates maduros, ya de desecho, no aptos para consumo humano.
En concreto, esta fiesta pretende ser "un homenaje" al cultivo del tomate y su relevancia económica y social para Extremadura, tal y como informa la organización del evento en una nota de prensa.
Así pues, según el programa oficial de actos, el evento comenzará a las 12:30 horas con talleres infantiles temáticos en los que los más pequeños conocerán la realidad del tomate como cultivo y también como tesoro gastronómico. Estos talleres incluyen la elaboración de mermeladas de tomates, tomates rellenos y otros platos.
Posteriormente, la organización ofrecerá a todos los asistentes una degustación gratuita de sopa de tomate, con tortilla y gazpacho, cuya elaboración se realizará también en vivo y en directo y correrá a cargo de Luis Romero, chef del restaurante pacense El Jardín de Auri, y también del mediático cocinero Antonio Granero.
Ya en la sobremesa la asociación de Mujeres Rurales de Talavera llevará a cabo una degustación gratuita de dulces tradicionales de la localidad.
BATALLA DE TOMATES Y ANIMACIÓN MUSICAL
En cuanto a la tarde, a las 19:00 horas está previsto que empiece 'la tomatá' infantil con una batalla de tomates solo para menores y una hora después, sobre las 20:00 horas, comenzará la gran batalla de tomates que quiere ser el divertido colofón a toda la jornada de actividades.
Para esta batalla de tomates se han preparado unos 12.000 kilos de tomates maduros y el encargado de amenizar musicalmente los tomatazos será el showman, Carlos Moreno 'El Pulpo'.
FIESTA PARA TODOS LOS EXTREMEÑOS
Cabe destacar que esta primera edición de “La Tomatá” o batalla de tomates, ha sido organizada por el Ayuntamiento de Talavera la Real, cuya alcaldesa, Manuela Sancho, se ha mostrado convencida de que esta fiesta y sus actividades paralelas se mantendrán en el tiempo como "homenaje a toda la gente que trabaja y vive del cultivo del tomate en Extremadura".
En este sentido, la primera edil ha explicado que “teníamos muchas ganas de organizar actividades para el conocimiento y la divulgación del cultivo de tomate y creemos que una buena fórmula va a ser la de unir gastronomía y diversión en un mismo evento”.
Y es que, según sus palabras, “la tomatá no solo es una fiesta de Talavera, sino que esperamos que acudan a ella gente de toda la región con ganas de divertirse de una forma sana y diferente, ya que el tomate extremeño se merecía algo así”.
Para que todo salga a la perfección, en la organización del evento también ha participado el grupo de comunicación de COPE en Extremadura con sus emisoras de radio: COPE, CADENA 100 y ROCK FM. De hecho, el showman Carlos Moreno, 'El Pulpo', es comunicador de COPE y dirige y presenta el programa diario 'Poniendo las Calles' que empieza a las 4:00 horas de la mañana y antecede al de 'Herrera en COPE'.
A este respecto, el propio Carlos Moreno ya ha dicho que Extremadura se merecía tener una fiesta del tomate y se ha mostrado convencido de que con el paso de los años esta “tomatá” de Talavera será una fiesta de referencia nacional e internacional.
LA SEGUNDA HORTALIZA QUE MÁS SE CONSUME EN EL MUNDO
Además del grupo COPE, esta 1ª edición de la Fiesta de la Tomatá cuenta con la colaboración del grupo CONESA, que es el principal grupo nacional de transformación de tomate y cuyo Consejero Delegado, Manuel Vázquez Calleja, también ha defendido esta iniciativa como "un merecido homenaje" a un cultivo "fundamental" para la economía de Extremadura como es el tomate, la segunda hortaliza que más se consume en el mundo después de la patata.
También colaboran con la primera edición de la fiesta de “La Tomatá” las bodegas Coloma, Agroferaguila y Publimovil.
TITULO : AQUI HAY TRABAJO -Calviño anuncia que no irá a debates donde sea la única mujer,.
Calviño anuncia que no irá a debates donde sea la única mujer,.
foto / La vicepresidenta primera del Gobierno advierte de que las empresas que quieran representar a España deben integrar en sus ejes la agenda feminista,.
La vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, ha asegurado este jueves que no volverá a participar en un debate en el que sea la única mujer. La titular de Economía ha hecho estas declaraciones en un encuentro organizado por la agencia internacional de comunicación y asuntos públicos Hill+Knowlton Strategies (H+K), en donde se ha referido a la igualdad de género y a la necesidad de tomarse este tema muy en serio. “Son muchos los eventos en los que soy la única mujer porque soy la ministra”, ha lamentado.
A su juicio, el riesgo de involución en este tema y de perder el foco de uno de los “vectores de modernidad, de transformación y de progreso” de España desde que llegó la democracia es “muy elevado”, ha subrayado, al tiempo que defendía que no podía seguir considerando normal que en los debates no esté presente el 50% de la población. “Eso, por no hablar de otro tipo de declaraciones y expresiones que se han escuchado esta semana, que son consideradas jocosas, pero que son absolutamente denigrantes y agresivas contra las mujeres”, ha añadido.
Son varios los foros a los que asiste Calviño en los que la mayoría de los participantes son hombres. Entre los 19 miembros del Eurogrupo, el órgano que reúne los ministros de Finanzas de la zona euro, por ejemplo, solo hay seis mujeres, ella incluida. Calviño ha hecho hincapié en que las empresas que quieran representar a España deben integrar en sus ejes la agenda feminista, ya que, según ha apuntado, en el país todos quieren una participación paritaria y una representación adecuada del 50% de la población.
TITULO : 80 cm - Simon Clarke vence sobre el pavés y Pogacar muestra su poderío en el Tour de Francia,.
Simon Clarke vence sobre el pavés y Pogacar muestra su poderío en el Tour de Francia,.
foto / El ciclista esloveno, de 23 años, no falla en el tramo adoquinado hacia Arenberg y aprovecha el día gris de los Jumbo para presentar candidatura a la victoria final,.
Miradas sombrías, demasiado serias, y el polvo les envejece el rostro, las arrugas de preocupación en la frente. Los Jumbo están en todas partes menos delante. Están fuertes, la energía les desborda, el paisaje les acompaña. Es su terreno. El polvo que les tiñe el rostro, la ropa, que se hace barro con su sudor, es el loess ubérrimo que hace crecer fuertes las remolachas, que al cocerse da ladrillos hermosos para hacer casas rojiblancas, que embarra los caminos y los agricultores los cubren de pedruscos de Avalonia, granito sin cuarzo, para que tropiecen todos, para que baile Pogacar de puntillas, solo, cara de niño, alegría infantil, un chico de blanco, limpio, y mejillas de adolescente, y el mechón rubio asomando por las rendijas del casco.
Todos sufren salvo él, que la goza en los 11 tramos de pavés de las tierras llanas del norte de Francia, Colorado Ryan en Río Bravo cabalgando despreocupado, descarado, disparando rápido y certero junto a John Wayne, viejo y preocupado. Y el maillot blanco, impoluto, brillante como las piedras calizas, como sería el sol si las nubes no lo escondieran, como brillaría el maillot amarillo si el ganador de los últimos dos Tours, 23 años, hubiese llegado hasta el final.
Debería ser el día grande del Jumbo, el segundo golpe colectivo tras el de Calais de la banda de Van Aert, caído, Vingegaard, pinchado, Roglic, herido.
Es el día de Pogacar acelerado, loco, que sobrevalora sus fuerzas, que desprecia el peligro de unos adoquines sobre los que nunca ha corrido, que se lanza con su calma aparente a un ataque insensato, y, por tanto, hermoso, de los que aceleran el pulso, junto al especialista en piedras flamenco Stuyven, y ni Dylan van Baarle, el último ganador de la Roubaix, la prueba madre de todos los pedruscos, puede seguirle. Vingegaard, el más fuerte de los jumbos, y Roglic, su segundo, están ya lejos, atrás. Pogacar no calcula. Ataca y se deja llevar por el impulso. Lo hace en el tramo tres, el más difícil, cuatro estrellas, adoquines bicornes desiguales, desparejados, y una emoción. Quedan 20 kilómetros para la meta. El objetivo es triple. Distanciar a los jumbos, alcanzar a los fugados y ganar la etapa, alcanzar el maillot amarillo. Pelea por todo y no alcanza ninguno. Llega a meta y se dobla sobre la bici mientras se bebe de un solo trago medio litro de agua, y tose, tose, la fatiga machacándole los pulmones. Aparentemente está más cansado que nunca. No parece el Pogacar de las Strade Bianche ni el de Flandes ni el del Gran Bornand. La impresión es falsa. Ha ido más lejos de lo que podía, pero se recupera rápido y ya sonríe en el podio, blanco impoluto, el chico del traje blanco al que todos persiguen.
Se ha quedado a 51s del ganador de la etapa, el sorprendente australiano Simon Clarke, del Israel, el más hábil en la llegada de entre los de una fuga que mantuvieron viva los EF del inevitable Magnus Cort y Neilson Powless. Clarke es el último que se mueve. Sigue a la perfección las lecciones de los más viejos, espera, espera, espera, espera hasta que te vuelvas loco de esperar, solo entonces, acelera. Y gana por media rueda a uno no tan paciente, el neerlandés Van der Hoorn.
La acción hermosa e insensata de Pogacar también podría ser juzgada como inútil, si solo se mirara la vida por el resultado. Solo ha logrado una ventaja de 13s sobre Vingegaard, el rival, al que aventaja en 21s en la general la víspera de los primeros montes, las Belles Filles, el viernes, Châtel, junto a Morzine, el domingo. Roglic está más lejos, a 2m 17s en la general, y está herido, con una luxación de hombro.
Vingegaard ha pinchado a 38 kilómetros y ha tardado en cambiar de bicicleta. Por delante, aún seis tramos de piedras, que ya no son del lugar, sino que las importan de Suecia para renovar los caminos, 12 kilómetros de vibraciones, de temor a una avería, de encomendarse a la rueda de Van Aert, generoso, compañero. Unos kilómetros más tarde, antes del siguiente tramo, en una rotonda, Roglic cae contra las protecciones de paja. Solo el espíritu colectivo del Jumbo, y Van Aert, que encuentra una misión solo a su alcance, salvan el equipo.
El caos del pavés puede hasta con las mejores organizaciones armadas de grandes intenciones. Hay una fuerza superior, espiritual, en todo lo que es el Tour, que elige a sus amantes, y no se deja enamorar, y así, el pavés. Afortunado Pogacar, superstar, el elegido. Apiadémonos de Roglic, y aplaudamos su valor, que se traga una bala de paja de seguridad que una moto al pasar ha golpeado y ha dejado en mitad de la rotonda. Al esloveno se le sale el hombro. No es la primera vez que le pasa. Se para un poco más adelante. Le pide una silla a un espectador. Se sienta. Agarra la rodilla y tira fuerte. Y el hueso vuelve a su sitio. Consolemos a Vingegaard. Admiremos a Van Aert.
El maillot amarillo se ha caído a 97 kilómetros de la meta, al principio de la etapa, antes del comienzo de los tiempos. “Me quedé atontado”, confiesa luego, “y no me veía ni con energías para subir a la cabeza, para meterme en la pelea por la posición y la victoria”. Solo la desgracia de sus compañeros le agita y le despierta. Mediada la etapa, se siente perdido en un grupo en medio de la nada. Ya ni piensa en conservar el maillot amarillo. Entonces recibe la orden de pararse, de esperar a Vingegaard, retrasado, de trabajar para que su danés no perdiera el Tour antes de empezarlo. El trabajo solidario le da tanta energía y motivación que él solo carga, vagones pesados tras su rueda, con todos los rezagados de entre los mejores, Mas, Vlasov, Bardet, Thomas, Yates… Y a todos les acerca a Pogacar, ya agotado. Y como premio, salva, por 13s un maillot amarillo que creía perdido. Y es tan ambicioso, y tan curo, que se lamenta. “Tenía grandes planes y solo pude perseguir”, dice. “Estoy decepcionado por no haber podido hacer más en la caza final”.
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