TITULO: El
Objetivo La Sexta - SALVADOS LA SEXTA - La noche encendida -
Oficina - Economia - La IA, a la espera de unos límites universales ,.
La noche encendida,.
'La noche encendida'
no será solo un programa de charlas, espectáculo, música, comedia,
sorpresas e invitados, presentado por Pedro Ruiz, por La 2,foto,. etc,.
La IA, a la espera de unos límites universales,.
Esta nueva tecnología revolucionará la economía y el mercado laboral, pero sus creadores advierten de «riesgos existenciales»,.
No es la primera vez que la humanidad se ha planteado los límites del desarrollo tecnológico o, al menos, dónde se han de situar para proteger el mundo. Isaac Asimov lo hizo en los años 40 con los principios de la robótica, una década después el Organismo Internacional para la Energía Atómica (OEIA) nació para velar por la seguridad nuclear, a finales de los 90 vieron la luz agencias de protección de datos y ya en el siglo XXI marcos normativos para protegerlos. Ahora, la inteligencia artificial (IA) parece ser el nuevo objetivo, porque «es el riesgo número uno para este siglo», afirmó en 2011 el científico jefe de DeepMind (Google), Shane Legg, y, además, supondría controlar una tecnología que podría elevar la productividad mundial anual entre 2.300 y 4.400 millones de euros.
De «riesgos existenciales» llegan a hablar los padres de la 'criatura'. Todos ellos han pedido regulación y medidas urgentes para abordar los peligros. «Trato de ser sincero. ¿Estoy haciendo algo bueno? ¿O realmente malo?», ha reflexionado Sam Altman, fundador de OpenAI, en varios foros públicos. Y es que los algoritmos que dan vida a esta nueva tecnología se han multiplicado por cien millones y son capaces de resolver desde una ecuación de segundo grado hasta detectar un cáncer de mama precoz. Un universo que alcanza cientos de miles de millones de inversión y que revolucionará la economía mundial. Por poner un ejemplo, Amazon acaba de desembolsar 4.000 millones en una 'startup' que desarrolle sus infinitas posibilidades, pero sus creadores alertan de su otra cara.
Advertencias que han sido recogidas desde el sector público y también del privado. «No podemos dejarla ir sola», advirtió el pasado mes de mayo el presidente de Telefónica, José María Álvarez-Pallete. «Expertos han pedido que el mundo actúe, declarando la IA una amenaza existencial para la humanidad, al nivel del riesgo de guerra nuclear. Debemos tomarnos esas advertencias en serio», afirmó António Guterres, secretario general de Naciones Unidas, meses más tarde. «Será complicado lograr una armonización», apuntan a este periódico fuentes de Digitales.
«Cuando nos enfrentamos a la emergencia de las tecnologías nucleares había mucho miedo y se podían hacer muchas cosas y no todas aceptables», advirtió Álvarez-Pallete. «Hizo falta un acuerdo global y esto también va a pasar con la inteligencia artificial». Así nació el Organismo Internacional para la Energía Atómica (OEIA) y que ahora se propone como germen para una agencia internacional para la inteligencia artificial o «un foro global de cooperación científica y técnica como se hizo en su momento con el desarrollo la energía atómica», apuntó el presidente de Telefónica. Guante recogido por Naciones Unidas, pero «que depende de los estados miembros».
En la última Asamblea General de Naciones Unidas del pasado mes de septiembre, se dejaron escuchar las primeras voces que apoyan esta medida. En 2017, apenas tres oradores mencionaron la IA durante el debate general. Este año, más de 20 portavoces lo hicieron, en representación de países que van desde Namibia hasta Macedonia del Norte, desde Argentina hasta Timor Oriental.
«Corremos el riesgo de que se convierta en una herramienta de destrucción», aseguró el ministro de asuntos exteriores de Islandia, Thórdís Kolbrún R. Gylfadóttir. Los miedos son comunes, pero la forma de afrontarlos difiere: ¿quizás un panel de expertos en evaluación? ¿O una agencia de vigilancia como el Organismo Internacional de Energía Atómica? ¿Una entidad normativa similar a las agencias de la ONU que regulan la aviación civil y el tránsito marítimo?
«Europa está a la cabeza de este asunto y en España hemos sido pioneros y ya tenemos la AESIA, la primera agencia estatal de supervisión de la IA de la Unión Europea. De este modo España se adelanta al requerimiento que sabemos que vendrá», explican fuentes de Digitales a este periódico.
Desde el 22 de agosto, La Coruña (Galicia) es la sede del supervisor de esta nueva tecnología. Una entidad que será clave en gestionar y liderar el ecosistema español de inteligencia artificial responsable gracias a la supervisión de forma voluntaria hasta la entrada en vigor de la normativa europea. Además, estará encargada de crear entornos de pruebas regulados que permitan desarrollar proyectos innovadores con esta base tecnológica.
De la ética a la regulación
España, con esta iniciativa, se adelanta a la legislación comunitaria que establece que cada Estado miembro de la Unión deberá contar con un organismo supervisor. «Yo lo veo poco realista», contrapone Lorena Jaume-Palasí, fundadora de The Ethical Society y antigua asesora del Gobierno español para la inteligencia artificial. «Estamos en una tecnología transversal y es como mezclar tocino con la velocidad», añade. «No me niego a una regulación, solo que estamos hablando de varias disciplinas y le pides a un ingeniero que se convierta en la vaca que da leche, huevos y bacon».
Por el momento, la Unesco ha desarrollado un marco ético voluntario, pero este mismo carácter es su debilidad. «Es conveniente tener un marco regulatorio», explica Antonio Cimorra, director de Agenda Digital y Estudios Sectoriales de Ametic.
En ese trabajo está inmersa la Unión Europea, que quiere regular esta tecnología para garantizar mejores condiciones de desarrollo y uso de esta tecnología innovadora. Sin embargo, esta asociación es consciente de los retos: «Será complicado lograr una armonización», apunta Cimorra en este periódico.
No obstante, el primer paso se dio el pasado mes de mayo en Hiroshima (Japón) tras la cumbre del G7. En la foto de familia estaban Estados Unidos, Japón, Alemania, Gran Bretaña, Francia, Italia, Canadá y la UE. Sobre la mesa de negociación, una posible alianza para encauzar esta tecnología. «Trabajaremos con empresas de tecnología y otras partes interesadas relevantes para impulsar la innovación responsable», expresaron en un comunicado conjunto.
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La
hora de los Fósforos - La Cope - CARLOS HERRERA - El señor de los
bosques - Valle de Pineta (Huesca) .,
La hora de los Fósforos - La Cope - CARLOS HERRERA - El señor de los bosques - Valle de Pineta (Huesca) ,fotos.
Valle de Pineta (Huesca),.
El grupo de Rutas por la Provincia de Peña Guara realizó la última excursión hasta el mes de septiembre,.
El pasado domingo pasadas las nueve de la mañana, 47 senderistas iniciábamos la ruta que desde el aparcamiento que hay antes de entrar a Bielsa, sube hacia Pineta. La senda gana altura con rapidez entre avellanos, bojes, pinos y paneles informativos de las especies ornitológicas que conviven en este bosque húmedo. Tras unos veinte minutos la subida se dulcifica y tras cruzar el desvío que señala a Tella por el Canal del Cinca se llega al Mirador de Pineta.
Tras atravesar bosques de pinos rojos, una maraña de vegetación arbustiva, caminando por encima de la cubierta acequia que alimenta la central hidroeléctrica de Lafortunada y superando algún que otro repecho, a las diez de la mañana nos sentábamos a almorzar en las gradas de la presa del embalse de Pineta.
Se toma el camino contiguo a la presa y al llegar al bosque hemos de girar en dirección al río pues junto a uno de sus brazos vamos a caminar. El cómodo paseo se ve alterado cuando la senda queda encajonada entre un espolón rocoso y la exuberante vegetación de la ribera por lo que el tramo es una umbría con alta humedad e irregularidades en el suelo. Para andar con cuidado y disfrutar de su tenebroso encanto. Se termina saliendo a una pista.
Tras un buen tramo de pista llegamos a El Cornato. Allí se ha diseñado un circuito para que puedan recorrerlo personas con movilidad reducida y así atravesar los bonitos bosques de pinos y abetos de la zona.
Llegar lo antes posible a cruzar el Cinca era nuestro objetivo pues eso nos permitiría tener una ruta de escape en caso de que “cayera la mundial” y el cielo estaba para eso. Hasta el momento se había contentado con asustar con algún que otro trueno y cuatro gotas.
Con el espectacular Circo de Pineta enfrente y a la derecha la sierra de Espierba por delante de nosotros sólo nos quedaba por superar el imprevisible barranco de la Fuen Blanca. Pues bien, ¡“bajaba desmandao”!
Ante esta eventualidad el buen senderista elige entre: pasar haciendo “pinganetas” entre las piedras cubiertas o encubiertas por el agua; descalzarse y pasito a pasito cruzarlo o caminar sobre las aguas. Hubo de todo, eso sí, entre risas y bromas. Cruzado el barranco hay que descender a la derecha para cruzar el río por el “inestable puente” de El Pratet de la Rosca.
El metálico puente tiene su pilona central inclinada por lo que el segundo tramo solo apoya un tercio de su estructura así que lo fuimos pasando de tal forma que en esos ocho metros solamente hubiera dos o tres personas a la vez.
Ya en la orilla orográfica izquierda del Cinca la senda discurre entre bojes, en ocasiones pegada a la orilla del río, en otras se separa pues el río se la ha tragado. Atraviesa el Bosque de los Árboles Ilustrados (en una treintena de pinos hay colgados carteles con poesías de renombrados poetas), salva algunos estrechos brazos del río, que dan un toque de emoción a la marcha, cruza praderas, en esta ocasión con abundantes fresas silvestres y variadas flores y llega entre pinos al refugio de Pineta que fue nuestro restaurante.
Este bellísimo recorrido final puso un broche de oro a una auténtica jornada senderista pues tuvimos todo tipo de eventos, salvo el que esperábamos, la lluvia. Ésa la disfrutamos en el autobús durante todo el viaje de regreso. ¡Qué manera de diluviar!
Distancia recorrida 12 kilómetros. Desnivel acumulado 350 metros. Tiempo neto 4:40 horas.
Este domingo, día 18, se cierra la primera parte de la temporada de senderismo y por ello Turismo por el Alto Aragón ha preparado una espectacular travesía por los ibones de Riueno, Estany Fe y Anglios en la Ribagorza Oriental.
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RADIO - TELEVISION - EL TRANVÍA DEL TIEMPO - EL BOTIJO - Cine Bigote
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Pasión por el infinito ,.
En «Toy Story», Andy recibía un juguete de su película favorita, y un cuarto de siglo después, Angus McLane y Pixar estrenan esa película,.
Según contaba el propio Steve Jobs, uno de los fundadores de Pixar y principal socio capitalista durante varios años, para crear «Toy Story» (1995) se necesitaron hasta 400 ordenadores trabajando a la vez y sin descanso. La película, prodigio de la animación, provocó incluso que los Oscar crearan una nueva categoría y se convirtió en piedra filosofal de la compañía, comprada por Disney en 2006 por 7.400 millones de dólares. Un cuarto de siglo, tres secuelas y varios millones después, el agotamiento de la saga de los juguetes que tenían su propia vida parece inagotable. Así es como se explica el estreno, esta semana, de «Lightyear», precuela y demostración de músculo visual Pixar que nos lleva hasta la película que, en el universo de «Toy Story», inspiró la creación del juguete de Buzz que sale en el primer filme. Si se han perdido en tal orgía de acaparamiento de propiedad intelectual, no desesperen, puesto que la propia Disney ha tenido que explicar qué es «Lightyear» revelando el cartel que sirve de bienvenida a los espectadores en la película: «En 1995, un niño llamado Andy recibió un juguete de su cinta favorita. Esta es esa película».
Una polémica homófoba
Con miedo no confeso al desgaste, y librándose del purgatorio de Disney+ en el que la Casa del Ratón ha ido estrenando aquello de lo que todavía tiene miedo pueda contagiarse, «Lightyear» llega a nuestras salas envuelta en la enésima polémica provocada por la censura homófoba de las dictaduras asiáticas: un beso entre dos personas del mismo sexo, ahora claves en la trama y no accesorias, ha provocado que la película no vaya a estrenarse en varios territorios.
«Era una cuestión de tiempo. La diversidad de los personajes siempre fue algo extremadamente importante para nosotros. Contar con un personaje “queer” estuvo ahí desde el principio, desde los propios cimientos de la historia. Además, ella tiene una importancia significativa en la trama, no es un personaje secundario. Pero lo más importante en la narrativa era, realmente, que ella y Buzz no estarían relacionados románticamente, sino más como un hermano y una hermana, o un mentor y su estudiante. Y eso fue realmente útil para nosotros, porque pudimos normalizar sus dinámicas en la película e introducir al personaje de su nieta, sin que ello significara que era una especie de segunda oportunidad o algo así, como hemos visto en otras películas», explica meridiano y sin temor Angus McLane, director de «Lightyear» y talento local de Pixar, al haber trabajado ya en «Buscando a Dory».
Así, sin más polémica que la ficticia o la generada por aquellos que ven agenda política donde no quieren ver su intolerancia, la nueva «Lightyear» fija sus referentes en «Star Wars», tal y como se podía intuir en el personaje de Buzz de las anteriores películas, pero también se vuelve existencial, mirando de manera obvia hacia «2001: Una odisea del espacio», «Solaris» o la misma «Capitán América: el primer vengador», de la que coge prestado a su protagonista en la versión original, el anabólico Chris Evans. «Además de su voz y de su manera de ser, Evans nos aportó la encarnación perfecta de la figura del héroe de acción, el corazón y el pathos, quizá. También el humor. Es un actor excepcional a la hora de redondear personajes que podrían parecer unidimensionales en primera instancia», revela a LA RAZÓN Galyn Susman, productora del filme.
Poco combustible
McLane y Susman, director y productora, se ponen de acuerdo por videoconferencia para explicar qué fue lo más complicado, el reto en «Lightyear»: «Parecerá poco emocionante, pero creo que el mayor desafío con esta película fue hacerla de manera remota por culpa del covid. Levantar una sin apenas recibir comentarios, o dejándote llevar por la intuición, con la casi desaparición del espíritu de equipo, fue un auténtico desafío. Mucho del proceso de producción y de dirección pasa por ser crítico, por ser analítico, y ser así a través de una videollamada resulta absurdamente complicado. Te sientes como un cretino diciéndole a la gente cómo quieres las cosas, o si quieres más o menos de algo. Además, parece más personal, no lo puedes matizar o aparcar, todo se ha vuelto mucho más grave, por así decirlo», explican sinceros.
La película, visualmente impecable pero a veces repetitiva sobre un argumento al que le pesa demasiado acercarse a las dos horas de metraje, termina siendo una especie de drama en tres actos sobre qué significa realmente fracasar: Lighyear, moral y cabal, se siente culpable por no haber completado su misión y lo arriesga todo para conseguirlo. Su pasión, su decepción y su esperanza, eso sí, parecen insuficientes para reflotar un drama que, pensado para un público infantil, se antoja demasiado dubitativo en su ética. ¿Para quién es realmente «Lightyear»? «Para todo el mundo», acaba por responder Susman, pero la gasolina del Mando Interestelar y de la propia saga de «Toy Story» ya se antoja combustible fósil más allá de cualquier resultado económico.
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