TITULO: EL SILENCIO POR FAVOR - DESAYUNO -CENA - DOMINGO -LUNES - EL ARBOL DE TU VIDA - MARTES - 23 - Enero - Carmen Posadas - El valor de un no ,.
EL ARBOL DE TU VIDA - MARTES - 23 - Enero ,.
Conducido por Toñi Moreno, el espacio investiga el árbol genealógico de los personajes más queridos de nuestro país. El martes- 23 - Enero , a las 22:30 por antena 3, etc.
EL
SILENCIO POR FAVOR - DESAYUNO - CENA - DOMINGO - LUNES - Carmen Posadas - El valor de un no ,.
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Carmen Posadas - El valor de un no ,.
Carmen Posadas,.
En este periodo […] de naufragio y ruina, la única fuerza que puede salvar, curar y enriquecer es la del pensamiento claro e inteligente”, escribieron los editores de The New Republic en 1915, dentro de una carta promocional dirigida a sus primeros suscriptores para “exponer de nuevo los propósitos generales de la publicación”. Hay personas que prefieren el pensamiento apasionado al claro y el pensamiento fiel al estricto, que desconfían del pensamiento en
( Desayuno )
general y prefieren la sinceridad irrefutable del corazón individual y colectivo. Hay personas que consideran el pensamiento –según la concepción, al menos, de los editores antes mencionados y de la “razón pública” de la que ahora hablan los filósofos– como la actividad de una élite. Y aunque su recelo esconde cierta verdad sociológica, el origen social de una idea no dice nada sobre su valor. (La adversidad puede hacernos prudentes, pero no listos.) Sin embargo, el ideal de un “pensamiento claro e inteligente”, despojado de su desdén e indiferencia hacia las dimensiones no racionales de la vida humana, merece ser defendido. No tenemos que ser una nación de intelectuales, pero no debemos ser una nación de idiotas.
( Cena,.)
La tarea no consiste en intelectualizar a la humanidad, sino en humanizar a la intelectualidad. Para ello, debe revisarse el prestigio cultural de la razón. La razón es una búsqueda intensamente romántica, en especial si uno encuentra romántico el conflicto. Las victorias de la razón casi nunca son indiscutibles; está rodeada de insensatez, la cual siempre es más popular. La razón es la resistencia tenaz, la lámpara que parpadea en la tiniebla, la que siempre lleva todas las de perder, la conocedora estoica del fracaso, la derrotada que se limpia el polvo y pelea un día más. Si, como afirman sus enemigos, la razón anhela controlar, dicho anhelo es fútil. La mafia antirracionalista del pensamiento contemporáneo puede estar tranquila: la razón jamás llegará a gobernar. Ni de lejos. Alguna vez Thomas Mann comentó, oponiéndose a Nietzsche, que el mundo no ha padecido todavía un exceso de razón. ¡Y eso que nunca estuvo online!
Si el mundo fuera racional, prescindiríamos del racionalismo.
Los sentimientos pueden ser un alivio a la razón, pero ¿en dónde está el alivio a los sentimientos?
Una de las acusaciones más absurdas que se le han hecho a la razón es su autoritarismo. Los intelectuales marxistas de la posguerra, que vincularon la razón a la “razón instrumental” y esta al autoritarismo, ayudaron a perpetuar dicho infundio. La tiranía no tiene nada de racional: es estúpida y rabiosa. Su “racionalidad” –o sea, su coherencia interna y su capacidad de funcionamiento– no equivale a la razón. Al contrario, la razón desenmascara a la racionalidad y muestra lo que realmente es. Más importante aún: la racionalidad, en esencia, es antiautoritaria porque una discusión racional nunca se termina. (Mientras que nada acaba una charla de manera más brusca que una emoción.) Por eso los pensadores modernos siguen conversando con los antiguos. Por eso la ciencia no tiene fin. Las nuevas objeciones y los nuevos descubrimientos siempre son bienvenidos. En la guerra que contra la razón lleva a cabo mucha de la filosofía moderna, uno de los trucos más ingeniosos consiste en plantear el rigor racional, su insistencia sobre lo importante que resulta indagar en la verdad y la mentira, como algo que desalienta el pensamiento. Pero lo que sucede es lo contrario. ¿Qué puede ser más alentador para el pensamiento que creer en la posibilidad del progreso intelectual? Esta es una reunión a la que todas las mentes han sido invitadas. Tan solo deben estar de acuerdo en comportarse como tales. Las mentes no deberían, en principio, comportarse como los corazones.
La razón aterra a algunos, pero nunca es tan terrorífica como su contrario.
“El Dios de mi corazón es el Dios de mi mente”, escribió Hermann Cohen. Por ahora dejemos a Dios a un lado –nunca he sabido bien cómo leer esa frase–. La unión que ensalza parece eliminar los beneficios de nuestra multiplicidad. ¿Habrá querido decir que la mente es como el corazón o que el corazón es como la mente? En cualquier caso, Cohen hizo una amputación.
El uso de la razón en asuntos públicos se confunde, a veces, con la tecnocracia. Sin embargo, no existen tecnócratas de los principios básicos ni especialistas en lo que hay que creer. Algunos, claro está, se tienen a sí mismos como tales expertos, pero se les concede demasiada autoridad. El buen juicio no puede prescribirse ni subcontratarse. No hay panel de especialistas en la verdad y el bien. La responsabilidad de una creencia recae de manera equitativa en todos nosotros. La búsqueda de valores, y de lo que los sustenta, no tiene reglas escritas: puede llevar a un individuo sensible a los libros, las películas, los viajes, la participación, la charla, la amistad y el amor, mientras en él se desarrolla un largo trabajo de dilucidación mental. Un sentido de lo provisorio sobre nuestra visión del mundo es, generalmente, signo de honradez intelectual: la mayoría de las convicciones tiene lugar en el vasto y frío espacio que hay entre la perfecta oscuridad y la perfecta certeza. Los individuos sensibles están condenados a una existencia llena de correcciones y amplificaciones, ambas analíticas y empíricas, donde los saltos de fe a la William James son las indulgencias egoístas de las mentalidades impacientes.
Una mente abierta no es una mente vacía.
Hay muchas preguntas que exigen expertos en la materia, pero eso no soluciona nada; por el contrario, genera expertos en disputa. A veces, el desacuerdo es sincero; a veces, no. Discrepar de un consenso científico o académico no refleja, en ocasiones, más que la duda que intereses poderosos siembran astutamente para su propio beneficio. (Donde hay expertos, también hay pseudoexpertos.) Pero el trabajo de los científicos naturales y sociales jamás eximirá al ciudadano común de su obligación de establecer las bases para un punto de vista. Nos corresponde a nosotros, los que no somos economistas o biólogos o meteorólogos, tomar partido. Debemos hacerlo por aquello que no podemos verificar a solas.
¿Con qué autoridad escogemos entre distintas autoridades? Pese a ello, una sociedad abierta está cimentada en la fe que se tiene en esa misma elección. La confianza que una sociedad abierta deposita en los intelectos de sus ciudadanos es asombrosa. ¿Alguna vez esa confianza ha sido justificada por completo?
Morton Feldman sostuvo alguna vez una encendida discusión con Stefan Wolpe sobre los fines del arte. El vanguardista Feldman defendía una idea del arte centrado en la búsqueda de la belleza, mientras que el marxista Wolpe insistía en que el arte era para el pueblo. “Para el hombre de la calle, para el tipo que está ahí”, dijo Wolpe mientras señalaba desde la ventana de su austero estudio en Greenwich Village a un transeúnte que esperaba cruzar la esquina. Cuando ambos miraron con más detenimiento, se dieron cuenta de que esa figura al azar que representaba al pueblo era Jackson Pollock. Una historia divertida, salvo porque el sueño de un debate democrático se le parece mucho.
Aquí la versión que Mill tiene de ese sueño: “permitir que el hombre común alcance la estatura mental de la que es capaz”. ¡El igualitarismo del intelecto! El objetivo de la libertad de pensamiento, sostenía Mill, no es “solo, o en general, formar grandes pensadores”, sino crear “personas intelectualmente activas”.
“Personas intelectualmente activas.” ¿Es esto idealismo o una alucinación?
Una democracia impone una responsabilidad intelectual extraordinaria sobre las personas comunes. Al final, nuestro sistema está determinado por lo que piensa la ciudadanía. Este hecho es emocionante y, a un tiempo, aterrador.
Un miembro irreflexivo de una democracia es un miembro que no cumple con su deber. El antiintelectualismo es una de las características habituales del populismo, pero en ese sentido constituye una ofensa contra las personas porque niega sus capacidades mentales y limita sus acciones mentales. El antiintelectualismo siempre es pseudodemocrático. Al consagrar prejuicios y dogmas, priva al ciudadano de su rigurosa y pertinente labor.
¿Cuál fue el logro de la democracia? Entre otras cosas, el triunfo de la opinión. Nos regimos por lo que pensamos. ¿Acaso está mal tener opiniones propias? La democracia cuenta con que existan opiniones propias. Pero el triunfo de la opinión fue un arma de doble filo o, al menos, un riesgo enorme. Después de todo, la opinión puede manipularse fácilmente. En 1920, Walter Lippmann escribió de manera elogiosa sobre “la fabricación del consenso” –frase que se volvió famosa dos años después gracias a su libro La opinión pública–, pero para nosotros la frase es infame y un tanto siniestra. Por este motivo, nada resulta más importante para el funcionamiento de un orden democrático que sus métodos de formación de opinión. De nuevo Lippmann: “El problema básico de la democracia consiste en proteger sus fuentes de opinión. Todo lo demás depende de ello. Sin una protección contra la propaganda, sin estándares de prueba ni criterios de jerarquización, la sustancia viva de toda decisión popular está expuesta a cualquier tipo de prejuicios y a una explotación sin fin.”
La veleidad de la opinión pública, incluso en torno a los asuntos más cruciales del momento y en tanto guía para hacer política, debería desesperar a los gobernantes. Pero, ¿cómo podría desesperarlos aquello a lo que deben responder? Su error consiste en olvidar que pueden influir sobre dicha opinión. Más que una volubilidad colectiva, el carácter dinámico de la opinión pública es una oportunidad de persuadir. El liderazgo intelectual es un elemento determinante del liderazgo político.
¿Cuál es la diferencia entre una opinión y una convicción? Podría decirse que una convicción es una opinión razonada. Uno de los objetivos del debate público en una democracia debería ser el de transformar la opinión en convicción. Hay que exigir razones, aunque muchos estadounidenses no se sientan cómodos con tal exigencia. “Solo es mi opinión”: esta extraña frase, que parece ofrecer una vía de escape en una discusión acalorada, sugiere que insistir en la defensa de una tesis tiene algo de ilegítimo, incluso de irrespetuoso. Sin embargo, una cosa es que las personas nos merezcan respeto y otra muy distinta que lo merezcan sus opiniones. El respeto político es axiomático, pero el respeto intelectual debe ganarse.
Así fue como Sócrates arrinconó a Gorgias: “¿Quieres, por consiguiente, que admitamos dos clases de persuasión: una que produce la convicción sin la ciencia, y otra que produce la ciencia?” El sofista se viene abajo. Queda expuesto como alguien que no ofrece más que “la persuasión que hace creer”. Yo no puedo dejarme persuadir por el solo hecho de que tú estés convencido. Si buscas coincidir conmigo, tendrás que darme algo más que la mera sensación de estar en lo cierto. La intensidad de las convicciones es independiente del mérito que tengan. La gente ha dado su vida por falsas ilusiones. (Cuando se trata de nuestra gente y de nuestras ilusiones, los llamamos mártires.)
La pasión dice mucho sobre su materia pero poco sobre su objeto. No guarda relación alguna con cómo se justifica una convicción.
En aquella carta a sus suscriptores, fechada en 1915, los editores de The New Republic continuaban diciendo: “La opinión dejó de ser un juego de mesa, un asunto que tocar durante la comida; es una necesidad ineludible si queremos seguir enarbolando la bandera de la cordura en este mundo torturado.” La necesidad no es menos ineludible hoy, y el mundo no se encuentra menos torturado. El refinamiento de la opinión sigue siendo una de las principales obligaciones de la vida intelectual estadounidense. En el número de The New Republic que salió esa misma semana de noviembre, Philip Littell ahondó en este propósito: “Hemos intentado cultivar en nosotros y en nuestros lectores el hábito de analizar las opiniones, de adquirir conciencia sobre el pequeñísimo porcentaje de razonamiento y de conocimientos precisos que penetra en la mayoría de ellos; en qué medida las convicciones, tal cual son albergadas ahora mismo por sus partidarios, son un prejuicio… Esta labor especial exige una técnica especial que estamos lejos de haber dominado, y que debemos inventar por ensayo y error a medida que avanzamos.”
No se puede alcanzar el refinamiento de la opinión sino a través de un espíritu crítico. Describir y explicar no son suficientes (aunque ambos darían cuenta de géneros periodísticos enteros). Debe llegar el momento de juzgar. Vaya día de luto para Estados Unidos cuando “crítico” se volvió un término de oprobio. En un universo sin juicio crítico, ¿de qué sirve la admiración?
¡Viva la negatividad! Debemos aprender de nuevo a pensar negativamente. Las negativas pueden ser liberadoras y trabajar al servicio de cuanto se afirma. Pero la cháchara televisiva, esa exaltación de la simple y llana positividad, es la retórica del statu quo.
Un temperamento polémico promueve mucho más la agenda de una sociedad honesta y decente que un temperamento propagandístico.
Una aversión a la controversia es una aversión a la democracia. Ya que no todos los puntos de vista coinciden y que su validez supone grandes desafíos, las personas libres deberían ser personas combativas. Las disputas en una sociedad abierta evidencian un extraordinario progreso filosófico y político. Son una prueba de nuestro progreso. Las disputas no son el problema, sino la solución.
Nuestras peleas, ¿son desagradables? Tal vez no tanto como no tenerlas.
El momento más luminoso de la historia de Estados Unidos, su verdadera fundación, no consistió en la redacción de su constitución sino en el magnífico debate alrededor de su ratificación. Las normas de la clase política estadounidense están compuestas por los textos de los Federalistas y Antifederalistas –la totalidad de la discusión–. El conflicto sobre el carácter de la república fue lo que estableció su carácter: la república sería polémica. Fuimos diseñados para el antagonismo. Jefferson detestaba la “uniformidad” y Madison las “facciones”. Las feroces controversias sobre lo que sería Estados Unidos fueron la prueba de que el país ya era tal.
La ferocidad es tan esencial para nuestro sistema como la civilidad. Resulta fácil ser tolerante a ideas que nos provocan indiferencia. Toda imparcialidad constituye un triunfo ahí donde solo hay parcialidad; la objetividad conmueve porque se trata de una superación. Aun así, esta no tiene por qué ser total. Una imparcialidad perfecta, si tal cosa es posible, tiene un efecto deshumanizante. La inhumanidad no es una condición de la responsabilidad intelectual. Aunque sea desagradable, no siempre debemos condenar la dureza de un debate amargo. La amargura puede indicar la adhesión a una causa, y la capacidad para tener causas debe ser siempre fomentada en la población de una sociedad de consumo, que promueve satisfacciones menos diferidas y demandantes.
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Lunes -22 - Enero - Imprescindibles -Muere Patricia Ferreira, destacada directora y guionista del cine español, a los 65 años ,.
Muere Patricia Ferreira, destacada directora y guionista del cine español, a los 65 años,.
Su película 'Sé quién eres' le valió la nominación al Goya a Mejor Dirección Novel y el premio a la mejor música original,.
La triste noticia del fallecimiento de Patricia Ferreira, reconocida directora y guionista del cine español, ha conmovido a la comunidad cinematográfica. Ferreira, conocida por obras como 'Los niños salvajes' y 'Sé quién eres', que le valieron una nominación al Goya a Mejor Dirección Novel, dejó un legado imborrable en la industria del cine. La Academia de Cine confirmó su deceso este miércoles.
Licenciada en Ciencias de la Imagen y Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, Ferreira inició su carrera en el periodismo cinematográfico, participando en medios destacados como RNE, Fotogramas y TVE. Su incursión en la dirección y guion en TVE fue el preludio de su salto al cine con 'Sé quién eres' en 1999. Esta película le valió la nominación al Goya y el premio a la mejor música original.
La destacada cineasta no solo brilló en la ficción, sino también en el documental con obras como 'En el mundo a cada rato' (2004), abordando el virus del Sida en el Tercer Mundo. Su película 'Los niños salvajes' (2012) fue reconocida con la Biznaga de Oro en el Festival de Málaga y el Premio del Público en la Muestra Internacional de Cine y Mujeres en Pamplona.
El último trabajo de Patricia Ferreira fue en 2018 con 'Thi Mai, rumbo a Vietnam', donde dirigió a la talentosa Carmen Machi. Además de su impacto en el cine, Ferreira compartió su conocimiento como docente de Dirección de Actores en la ECAM, fue crítica cinematográfica y socia fundadora de CIMA, formando parte de la Junta Directiva de la Academia de Cine. Su legado perdurará en la memoria de quienes valoran su contribución al séptimo arte.
TITULO: ELLA & - Móviles ,.
Móviles ,.
Pueden contribuir a convertir la vida de los niños en un infierno no solo por la dependencia sino porque pueden sufrir un bullying infinito,.
Aún recuerdo con deleite mi primer móvil y cómo disfrute sabiendo que con un aparato tan pequeño podía viajar a través de las ondas a cualquier lado del planeta en tiempo real. Me parecía un auténtico milagro.
Desde entonces hasta ahora se han convertido en máquinas tan inteligentes que somos incapaces de descubrir todas las maravillas que nos pueden ofrecer antes de cambiarlas por un nuevo modelo.
Nos entusiasman, no sabemos vivir sin ellas…, pero también nos provocan un extraño temor, porque sabemos que contienen nuestras vidas completas y creemos que a través de ellas pueden hacernos daño.
Y es cierto: estos artilugios que salvan tantas vidas, pueden arruinar otras tantas; y no solo porque acaban aislando a muchos individuos, sino porque a través de ellas se cometen delitos y maldades de todo tipo.
En realidad, ya son pequeños ordenadores cargados contra toda la sabiduría del mundo. Para lo bueno, pero también para lo malo.
Desde ellos se puede incitar a toda suerte de tropelías contra los demás o contra uno mismo y claro, los más vulnerables son los más pequeños y los que menos formación tienen. A ellos los peores malvados del siglo XXI pueden atraerlos con mayor facilidad a la pornografía, a la delincuencia e incluso al suicidio. Pero más allá de lo más terrible, en lo puramente cotidiano, los móviles también pueden contribuir a convertir la vida de los niños en un infierno no solo por la dependencia sino porque, a través de ellos, las agresiones del patio de antaño, se convierten en un bullying infinito.
Ignoro si prohibir los móviles en los colegios soluciona algo, pero sí sé que algo no estamos haciendo bien para que la tecnología más avanzada, en vez de resolver nuestros problemas, en realidad los agrave,.
TITULO:
EL BAR ESQUINA - REVISTA CAMPO - TAPAS Y BARRAS - UN PAIS PARA
COMERSELO - PESADILLA EN LA COCINA -Jueves - 25 - Enero - Pintada rellena de 'foie' con salsa de boletus, guisantes y patatas salteadas ,.
Jueves - 25 - Enero - Pesadilla en la Cocina es
un programa de televisión español de telerrealidad culinaria,
presentado por el chef Alberto Chicote, emitido habitualmente los jueves
a las 22:30 en La Sexta. Nuevas broncas, enfrentamientos y arcadas; Alberto Chicote regresará con nueva temporada de Pesadilla en la cocina. Tras una temporada de descanso, Pesadilla en la cocina vuelve
Alberto Chicote con las pilas bien cargadas. El chef de laSexta
intentará reflotar nuevos restaurantes y se enfrentará a nuevos retos,
etc.
EL BAR ESQUINA - REVISTA CAMPO - TAPAS Y BARRAS - UN PAIS PARA COMERSELO - Pintada rellena de 'foie' con salsa de boletus, guisantes y patatas salteadas ,.
EL BAR ESQUINA - REVISTA CAMPO - TAPAS Y BARRAS - UN PAIS PARA COMERSELO - Pintada rellena de 'foie' con salsa de boletus, guisantes y patatas salteadas. , fotos,.
Pintada rellena de 'foie' con salsa de boletus, guisantes y patatas salteadas,.
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EL BAR ESQUINA - REVISTA CAMPO - TAPAS Y BARRAS - UN PAIS PARA
COMERSELO - PESADILLA EN LA COCINA -Jueves - 25 - Enero - Pintada rellena de 'foie' con salsa de boletus, guisantes y patatas salteadas ,.
Jueves - 25 - Enero - Pesadilla en la Cocina es
un programa de televisión español de telerrealidad culinaria,
presentado por el chef Alberto Chicote, emitido habitualmente los jueves
a las 22:30 en La Sexta. Nuevas broncas, enfrentamientos y arcadas; Alberto Chicote regresará con nueva temporada de Pesadilla en la cocina. Tras una temporada de descanso, Pesadilla en la cocina vuelve
Alberto Chicote con las pilas bien cargadas. El chef de laSexta
intentará reflotar nuevos restaurantes y se enfrentará a nuevos retos,
etc.
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Pintada rellena de 'foie' con salsa de boletus, guisantes y patatas salteadas,.
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COMERSELO - PESADILLA EN LA COCINA -Jueves - 25 - Enero - Pintada rellena de 'foie' con salsa de boletus, guisantes y patatas salteadas ,.
Jueves - 25 - Enero - Pesadilla en la Cocina es un programa de televisión español de telerrealidad culinaria, presentado por el chef Alberto Chicote, emitido habitualmente los jueves a las 22:30 en La Sexta. Nuevas broncas, enfrentamientos y arcadas; Alberto Chicote regresará con nueva temporada de Pesadilla en la cocina. Tras una temporada de descanso, Pesadilla en la cocina vuelve Alberto Chicote con las pilas bien cargadas. El chef de laSexta intentará reflotar nuevos restaurantes y se enfrentará a nuevos retos, etc.
EL BAR ESQUINA - REVISTA CAMPO - TAPAS Y BARRAS - UN PAIS PARA COMERSELO - Pintada rellena de 'foie' con salsa de boletus, guisantes y patatas salteadas ,.
EL BAR ESQUINA - REVISTA CAMPO - TAPAS Y BARRAS - UN PAIS PARA COMERSELO - Pintada rellena de 'foie' con salsa de boletus, guisantes y patatas salteadas. , fotos,.
Pintada rellena de 'foie' con salsa de boletus, guisantes y patatas salteadas,.
Ingredientes,.
Para la salsa:
- una lata de boletus en aceite
- 3 cucharadas de cebolla frita de bote
- dos tazas de caldo de pollo jamón o similar
- una taza de nata ligera para cocinar
- sal y pimienta,.
Para los guisantes:
- un bote de guisantes muy finos (muy importante)
- agua o caldo de verduras
- 100 gramos de mantequilla
- una pimienta cayena
- sal y pimienta
Para las patatas salteadas:
- una cucharada de aceite de oliva
- 75 gramos de mantequilla
- un bote de patatas cocidas
- sal y pimienta
Preparación,.
Para preparar esta receta, compramos en la sección de embutidos o platos preparados de cualquier gran superficie o delicatesen 4 lonchas de 1,5 centímetros de grosor de cualquier ave rellena que nos guste. Cuanto mayor sea su calidad, mejor resultará el plato. Puede ser pularda, pintada, pavo… Echamos en un cazo la cebolla, los boletus y el caldo, que dejamos reducir hasta un tercio o hasta que se evapore casi por completo. Entonces se añaden la nata, la sal y la pimienta y se bate todo con la batidora. Se vuelve a pasar a un cazo y lo calentamos todo junto 5 minutos sin dejar que hierva. Ponemos en un cazo al fuego los guisantes, con el jugo del bote, medio vaso de agua, la mantequilla y la pimienta cayena. Dejamos hervir todo junto hasta que los guisantes estén blandos y se forme una salsa espesa con el caldo y la mantequilla. Se salpimienta. Escurrimos bien las patatas de bote, las lavamos bajo el grifo y las secamos. Calentamos en la sartén la mantequilla con el aceite y, cuando se haya disuelto la mantequilla, añadimos las patatas. Las cocinamos a fuego medio hasta que estén blanditas. En este momento subimos el fuego y las doramos. Se salpimienta.
Presentación
En cada plato colocamos la rodaja de pintada, un poco de salsa en un lateral, unos guisantes y las patatas. El resto de la salsa lo servimos en una salsera y lo sacamos a la mesa. En principio, no hace falta calentar la pintada, puesto que la salsa debe estar caliente, pero sí es recomendable que la saquemos de la nevera por lo menos con dos horas de antelación.
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