Entre
los más de 11.000 programas de televisión que se emiten a la semana en
España, hay un único espacio dedicado a la moda, “Solo ...-foto,.
Entre los más de 11.000 programas de televisión
que se emiten a la semana en España, hay un único
espacio dedicado a la moda, “Solo Moda” (TVE).
De la mano de su presentadora, Nieves Álvarez,
descubrimos sus entresijos y por qué un sector que
genera 136.000 empleos y está muy presente en la
vida cotidiana apenas tiene presencia televisiva.
En España se emiten
cada día entre 1.500
y 1.600 programas
de televisión. Las
más de 100 cadenas
generalistas públicas
y privadas, autonómicas
y temáticas TDT
emiten unos 11.000 programas a la semana.
La cifra final es aún mayor, porque en
este cómputo del mapa audiovisual no están
incluidos los canales de pago ni las emisoras
locales, más de 700 en todo el territorio. En
esta abrumadora avalancha televisiva hay un
único espacio dedicado a la moda, “Solo Moda”
(La 1, sábados y domingos a las 14 h). El dato
es muy significativo por reflejar el raquitismo
audivisual español en contenidos relacionados
con la industria textil. Solo la televisión pública
dedica un espacio en su programación a un sector
industrial y cultural que da empleo a
136.000 profesionales, que cuenta
con cerca de 9.000 empresas y en
el que los españoles nos gastamos
23.414 millones de euros en 2012
(506 € por habitante). Valor cultural. “Tratamos una cuestión presente en nuestra vida a todas horas; nos rodea cuando nos acostamos, cuando nos levantamos, cuando nos vestimos para ir a trabajar... La moda nos rodea”, señala Nieves Álvarez, presentadora del programa. Asunto mayor o menor, el hecho es que incluso en TVE es un formato anecdótico en el conjunto de la parrilla. Sirva como botón que Televisión Española dedica 12 programas semanales a asuntos sentimentales de rostros populares de toda índole y dos emisiones de media hora los fines de semana con contenidos sobre moda. “Hemos estado más de ocho años luchando para que el programa se emitiera”, confiesa Jesús María Montes-Fernández, director de “Solo Moda” y veterano periodista que lleva 20 años en la cadena pública realizando cobertura informativa del sector.
“Somos un país de cotillas y mientras en televisión se endiosa a personajes sin ninguna relevancia y sus asuntos amorosos, obviamos y menospreciamos los temas importantes de fondo”, denuncia este profesional que dirige el programa desde su arranque hace año y medio y que ahora ve que otras dos cadenas inician tímidas aproximaciones con “D.lujo” (Divinity) y “Glamour TV” (Nova). “Desde las televisiones –continúa Montes-Fernández– se piensa que la moda debe tratarse desde el terreno social y les interesa solo el champán, actrices en la alfombra roja o modelos sobre la pasarela, cuando es mucho más amplio y un sector cultural de primer orden”. Opinión parecida mantiene el diseñador Ángel Schlesser, uno de los creadores que hemos reunido en esta sesión de fotos en el plató del programa, en los históricos Estudios Buñuel, en Madrid, donde se rodaron películas como “55 días en Pekín” o programas como “Un, dos, tres”. “Las cadenas creen que cubren lo relacionado con la moda a base del “faranduleo” que se produce alrededor.
Pero desde un punto de vista serio y riguroso, desde una perspectiva social e industrial, ni siquiera se dan cuenta, ni siquiera reparan en que deberían hacerse eco de las informaciones que genera”. También Juan Duyos se manifiesta crítico: “Hay una amplia parte de la cultura que a las televisiones no les interesa nada. Incluso cuando hacen programas de apoyo cultural, como ocurre con la música, prima el espectáculo por el espectáculo y los protagonistas tienen que ir a hacer el rídículo si quieren aparecer”.
Peso industrial. “Solo Moda”, que cuenta con un equipo de 20 profesionales (entre dirección, redacción, realización y producción), tiene una audiencia superior al millón de telespectadores (un 9% de cuota de pantalla en su franja horaria) y se presenta con el formato de “revista cultural”, una clasificación para la que los estatutos del ente público permiten tener patrocinadores privados, al igual que ocurre con programas como “El cine de La 2”. “Es un escaparate de la moda nacional e internacional con distintas secciones: mostramos diseñadores, fábricas, pasarelas, tendencias...”, dice su presentadora, la modelo Nieves Álvarez.
“Pensamos contenidos que interesan a un público enorme, desde jóvenes de 16 años hasta personas mayores”, concluye. “Y con especial apoyo –interviene el director– a la moda española, porque estamos en una cadena pública que ofrece un servicio al ciudadano y tratamos de mostrarle la actualidad del sector, desde cómo se fabrica un bolso o una corbata hasta cómo una actriz luce sus prendas favoritas. Abarcamos pasarelas, música, cine, personajes, joyas, calzado... La moda es un complicado mundo en el convergen muchas otras actividades”.
Fuerza estética. El sector textil español también es un tejido complejo. Está formado por unas 9.000 empresas que generan el 6,2% del empleo industrial manufacturero y el 6,7% de las exportaciones industriales del país. Las cifras encierran realidades paralelas: grandes grupos con presencia global (Inditex, Mango, Cortefiel...), empresas de tamaño medio (Adolfo Domínguez, Purificación García, Camper, Bimba & Lola, Panama Jack...) que también tienen éxito en el mercado mundial y miles de pymes con menos de 20 empleados que luchan por ampliar su cuota de mercado manteniendo unos niveles de diseño, calidad y precio muy exigentes. Una de las carencias de la moda “made in Spain” es su proyección como marca, prestigio que sí han conseguido, por ejemplo, la gastronomía y los chef españoles.
Los apoyos y campañas oficiales, así como las pasarelas que se celebran desde hace tres décadas, apenas han tenido efecto; y la confección española sigue sin poder beneficiarse de un paraguas común como los productos “made in Italy” o “made in France”, países en los que los programas de moda en televisión sí son conocidos desde hace muchos años. “Son iniciativas muy valiosas para el sector porque la información conduce al conocimiento y al aprecio”, mantiene Ángel Schlesser. Para la diseñadora María Barros, “carecemos de una base cultural de moda arraigada, a pesar de que España tiene una larga e importante historia del vestir, y estos programas contribuyen a que la audiencia se familiarice y entienda mejor el sector”. Para el modisto Miguel Palacio, el análisis es coincidente: “Es necesario algún programa consolidado, con profesionales permanentes que le den continuidad y desde el que se ofrezca una visión completa y seria de la industria, no solo esa parte del marketing que incide en lo superficial”.
La importancia del sector en términos económicos, sociales y de imagen hace que sean muchas las voces que creen que debería tener más presencia en televisión. Alejandro Laquidain, presidente del Consejo Intertextil Español, que aglutina a las empresas del textil de cabecera (hilaturas, tejidos, adornos...), del textil hogar y del textil de confección (mujer, hombre y niños), mantiene que “la Administración debe apoyar con medidas energéticas, fiscales, laborales y de promoción. Y tiene las herramientas para hacerlo, como los medios de comunicación públicos que pagamos todos.
La presencia del textil-moda tiene que estar garantizada en la televisión, porque además es un contenido muy plástico, que entra por los ojos y que la audiencia agradece”. Borja Oria, presidente de ACOTEX y CECOTEX, plataformas que aglutinan a más de 9.000 comercios de toda España, está de acuerdo: “Hay que fomentar la Marca España y la moda es una industria estratégica y relevante por su importancia en el PIB y porque contamos con marcas líderes mundiales”. “Solo Moda” emite nueve reportajes de producción propia en cada edición y su abanico incluye por igual informaciones sobre grandes empresas y sobre jóvenes emprendedores o artesanos. “La acogida en el sector está siendo magnífica –asegura el director–. Y la audiencia también siente cada vez mayor fidelidad”.
El programa no obstante, despierta algunas críticas por la puesta en escena de los contenidos o porque la presentadora se cambia de ropa tres veces en cada emisión. “Es una plataforma de moda, así que Nieves, que es una de las mejores modelos que tenemos, tiene que mostrar distintas opciones. En los medios de comunicación escritos son habituales las páginas con distintas propuestas de ropa o las entrevistas en las que los personajes lucen varios diseños”, defiende Montes-Fernández. Para el diseñador Juan Duyos, el futuro es prometedor. “Ahora están de actualidad los programas sobre gastronomía, pero la televisión se vestirá de moda”.
Jesús María Montes-Fernández
Pionero televisivo
Fue pionero en introducir una sección de moda en el programa “Corazón, corazón”, que mantuvo en pantalla durante ocho años. “La televisión pública debe dar cobijo a todos los contenidos que interesan a la sociedad española; y la moda es un sector de gran calado económico y cultural”.
Nieves Álvarez
Modelo de constancia
“En los años que llevo desfilando he visto que en otros países sienten más respeto por la moda que aquí. La consideran un valor económico, cultural y social. Por eso en Francia, Italia o Estados Unidos tienen larga trayectoria en televisión”.
La opinión de los diseñadores
Juanjo Oliva
-Me sorprende que un tema que tiene tanta difusión y éxito en las redes sociales no anime a las televisones. Bravo por “Solo Moda” y TVE”.
-Juan Duyos
A las cadenas les parecerá que no es rentable. Pero pasaba lo mismo con la cocina y ahora están como locos, con mil programas sobre gastronomía.
-Mosiés Nieto
El deporte y, en particular, el fútbol tienen una cobertura sobredimensionada, mientras otros sectores apenas aparecen”.
-María Barrios
Es incomprensible que la moda sea inexistente en televisión. No entiendo a los programadores ni su falta de nuevas propuestas.
-Miguel Palacio
Echo en falta un programa con continuidad en el tiempo y buenos profesionales, como existe en otros países con una industria solida
-Ángel Schlesser
En deportes se cubre hasta el color de los calcetines de los jugadores. La moda debería tener una presencia más significativa.
TÍTULO: EN DIRECTO, TENDENCIAS, .¿Es pop o es porn?,.
La provocación se ha convertido en la ley del pop. ... El sexo es dinero (en Estados Unidos el porno consigue el doble de beneficios que las ...Miley Cyrus se desnuda, Rihanna se contonea en una barra de “striptease” y Lady Gaga se baja la ropa interior en pleno concierto. La provocación se ha convertido en la ley del pop. La polémica está servida.
Wolfgang es demasiado confiado, pasivo e ingenuo, demasiado poco resuelto como para elegir el camino adecuado hacia el éxito. Para impresionar a alguien hay que ser astuto, emprendedor, atrevido. Ojalá tuviera la mitad de talento y el doble de picardía”. Es un fragmento de una carta que uno de los mecenas de Mozart le escribió al padre del compositor. Y en él se condensa, en opinión de Rob Asghar, experto de la revista Forbes y asesor de altos ejecutivos, el secreto del éxito.
Mozart fue admirado en vida, pero buena parte de sus obras fueron ignoradas y pocas veces su genio fue debidamente remunerado. “No se puede tener mejor imagen que Mozart. En el otro extremo, pocas personas desearían tener la reputación de Miley Cyrus. Sin embargo, en lo que se refiere al éxito, muchos la elegirían a ella”, sentencia Asghar. El argumento no es nada novedoso: es el clásico que hablen de ti, aunque sea horriblemente mal.
El sexo vende
El talento no lo es todo. Hace falta impactar, estar presente como sea. Es necesario estar dispuesto a ir a por todas para atraer la atención del público. Y más en el mundo de la música, en el que vender discos es una proeza. Ahora el éxito se mide en seguidores de Twitter, en “likes” de Facebook y en las visitas que reciben los videoclips en YouTube. Las cuentas de ídolos del pop como Miley Cyrus, Lady Gaga, Rihanna o Britney Spears, suman millones en estos aspectos. Y para alcanzar estas cifras, las buenas canciones, la conexión con el gusto musical del público y las cualidades artísticas no parecen tener tan buenos resultados como la provocación, el escándalo y la sorpresa.
Los estrafalarios vestidos de Lady Gaga y sus exageradas puestas en escena tuvieron el efecto deseado en su momento: todo el mundo anhelaba ver lo siguiente. Hoy pertenecen a un pasado que se antoja cándido. Pulverizada la barrera de lo políticamente correcto, la competición entre las “reinas” del pop se ha tornado obscena. T
Todas han posado desnudas, de forma más o menos explícita, en revistas o en las carátulas de sus discos y se han marcado numeritos eróticos en vídeos o escenarios. Si Miley se restriega provocativa, Britney se convierte en dominatrix, Rihanna se contorsiona semidesnuda en una barra de “striptease” o acaricia a Shakira en el último vídeo de esta, y Ke$ha se arranca la ropa y le hace la peineta al espectador. Solo Beyoncé parece haber salido impoluta de estas salpicaduras: mantiene un estatus ejemplar, de madre de familia entregada y profesional seria, sin renunciar a una imagen sexy, pero que no molesta.
“Money, money”
El sexo y la provocación son estrategias tan antiguas como efectivas. Evidencia nº 1: el vídeo en el que Miley se balancea desnuda sobre una bola de derribo y lame un martillo, consiguió 19,3 millones de visitas en sus primeras 24 horas (hoy van cerca de 510 millones).
Evidencia nº 2: su actuación en la última gala de los premios MTV, en la que su vestuario (o ausencia de él), sus movimientos y su descaro dejaron a medio planeta con la boca abierta, acaparó 360.000 tuits por minuto, batiendo el récord histórico de una actuación, la de Beyoncé en la Super Bowl 2013. Evidencia nº 3: si el primer disco de Miley en la era pos- Hannah Montana pasó sin pena ni gloria, este último, “Bangerz”, en el que ha sacado la artillería para enterrar su pasado Disney, vendió 250.000 copias en una semana y se prevé que su gira americana recaude más de 100 millones de dólares.
El sexo es dinero (en Estados Unidos el porno consigue el doble de beneficios que las películas más taquilleras de Hollywood) y la estrategia de las estrellas está trazada al milímetro en una industria que reclama renovarse cada cinco minutos. Artistas como Britney Spears han recurrido a directores de cine para adultos para sus vídeos.
Katherine N. Kinnick, experta de la Universidad de Kennesaw (EE.UU.) en asuntos de género y en la imagen de las mujeres en los medios, explicaba en uno de sus ensayos que “el contenido de los videos ha evolucionado en una especie de “Darwinismo social”, en el que la supervivencia del más sexy es el nuevo estándar para el éxito comercial. Esto quiere decir que los artistas continuarán usando el sexo y la violencia para hacerse notar”.
Con este cóctel de provocación, insultos, contoneos y cuerpos desnudos, las discográficas venden millones y las estrellas se forran. Todos ganan. ¿Todos? Al otro lado de las pantallas, hordas de fans observan y absorben. Niñas y adolescentes tararean letras, imitan la forma de vestir de sus ídolos y reproducen sus coreografías. Quieren ser como ellas. Algunas madres célebres han alzado la voz contra esta escalada. “No hay nada malo con la sensualidad, incluso con la sexualidad. En muchos casos, lo que hacen es fantástico, pero hay que considerar la edad de su público. Se trata de devolver al debate público la voz de la razón, que dice: queremos proteger a nuestros niños”, ha declarado la cantante Annie Lennox.
Sexualización infantil
M ª Carmen Moreno , catedrática de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Universidad de Sevilla, y también madre, expone su preocupación: “La rebeldía es consustancial al relevo generacional: una generación necesita mostrar sus señas de identidad respecto a la anterior. El atrevimiento y la desfachatez en determinadas dosis son necesarias y las manifestaciones del sexo son algunas de esas cosas que toman formas diferentes.
Pero en este momento hay indicadores preocupantes, sin ser mojigatos, porque utilizan a la infancia o hipotecan el desarrollo de la adolescencia. Indicadores como la sexualización de las niñas, en ese afán por hacerlas adultas, por vestirlas como mayores y promover poses o maneras de mostrarse públicamente que no se corresponden con su edad”.
¿Las consecuencias? Un estudio publicado en la revista Pediatrics, advertía de los posibles efectos de la hipersexualización de la infancia. Según sus conclusiones, la sobreexposición a contenidos sexuales en televisión, películas, música y revistas de chavales de entre 12 y 14 años aceleraba su actividad sexual en los siguientes dos años. “Y, mientras a los chicos la relación coital les provoca satisfacción, no solo física, sino en su identidad, sospechamos que el inicio temprano de las chicas responde más a esa sexualización generalizada del entorno y al deseo del otro más que al propio”, apunta Moreno, que coordina en España un estudio internacional sobre salud en escolares.
Viejos estereotipos
Britney Spears azota con un látigo el trasero de otra mujer atada con una correa mientras canta “Work, bitch” (trabaja, zorra). Lady Gaga, se quita el vestido y se queda desnuda en concierto y ofrece un primer plano de su culo como portada de su último single, titulado “Do what u want” (haz lo que quieras). Tacones de vértigo, látigos, billetes, cochazos... Los videoclips exhiben la parafernalia de las fantasías masculinas clásicas. “Todo lo que el feminismo rechazó por denigrante, está siendo aceptado por mujeres jóvenes como supuestos símbolos de empoderamiento personal y liberación”, advierte la escritora Ariel Levy en su libro “Female Chauvinist Pigs”.
La excusa es la libertad, una apertura de mente y una modernidad mal entendida. “Lo ven como un ejercicio de libertad, pero están siendo esclavas de otras variables que probablemente no alcanzan a analizar”, dice Moreno. Mientras, las “popstars” reniegan de su papel ejemplificador y achacan las críticas a ideologías conservadoras. ¿Quién es el conservador aquí?, debaten los expertos. Más bien los que perpetúan estereotipos machistas y ponen trabas al avance de las mujeres. “Es irónico que la imagen de las mujeres inspirada en el porno prolifere cuando han alcanzado nuevas cotas de poder en el trabajo, la política y la familia.
"La versión porno de las mujeres crece porque reafirma, más que amenaza, el dominio masculino”, se lamenta la profesora Katherine N. Kinnick. Y la catedrática de Psicología está de acuerdo: “Es un paso atrás. Uno de los cambios más importantes del siglo XX ha sido el del papel de la mujer. Las que tenemos de 40 a 60 años, creíamos que se había llegado a un punto de no retorno, pero es posible volver hacia atrás. Nos hemos relajado, nos hemos creído que había cosas de las que ya no había que estar pendientes y estamos viendo a chicas que se dejan controlar con el móvil, que permiten que su novio les impidan hacer cosas o vestirse de cierta manera”.
¿A qué precio?
¿Hemos llegado al límite? Parece que no. La sobreexposición nos hace insensibles y atrofia la capacidad de reacción. Igual que con las imágenes de guerras o miseria, el espectador necesitará cada vez dosis más altas y emociones más fuertes para recibir el impacto. Eso, y que Miley Cyrus ha asegurado su lengua por valor de un millón de dólares... así que no parece que vaya a dejar de sacarla.
Por la boca...
-“Estás eclipsando tu talento al permitir que te prostituyan. Al negocio de la música no le importas una mierda tú o ninguno de nosotros. Te prostituirá y muy inteligentemente te harán creer que es lo que tú querías”. Sinnead O’Connor, cantante, a Miley Cyrus.
-“Es triste solo recurrir a ese recurso para vender discos. Yo misma me he desnudado y por eso es obvio que no estoy juzgando a nadie. Lo único que quiero decir con esto es que a veces es bueno jugar esa carta, pero también es bueno jugar otras”. Katy Perry, cantante.
-“El sexo vende y, por alguna repugnante razón, el sexo joven vende aún más. Algunas personas se ven mejor de esa manera, se sienten sexys”. Jennifer Lawrence, actriz.

No hay comentarios:
Publicar un comentario