domingo, 24 de mayo de 2020

España a ras de cielo - Daniel Innerarity . - PLANETA CALLEJA - DOMINGO -31- Mayo ,. / Ochéntame otra vez - La galeria de la pandemia' . / Cómo nos reímos - Un hilo de plata con valor de oro,. / Aquí la tierra - Libro - Henry Miller y el inicio de su trilogía tropical,.

TITULO: España a ras de cielo - Daniel Innerarity ,. . - PLANETA CALLEJA - DOMINGO-24- Mayo ,.



España a ras de cielo  ,.
 
 España a ras de cielo es un programa de televisión emitido por TVE y se estrenó el 17 de septiembre de 2013. Desde el primer programa, está presentado por Francis Lorenzo Martes a las 22h30,.
 El programa permite conocer lugar de España desconocidos y ya conocidos desde otro punto de vista. , etc.


PLANETA CALLEJA - DOMINGO - 31 -Mayo ,.












 
   Planeta Calleja es un programa de televisión de España que se emite cada domingo a las 21:30, en Cuatro de Mediaset España,. Jesús Calleja enfrentará a rostros conocidos a vivir experiencias únicas e irrepetibles fuera de su contexto habitual y en los lugares más remotos y fascinantes ., etc.
 
 Daniel Innerarity,.
 
 

Daniel Innerarity: «El combate electoral ha invadido toda la esfera política»,.

El filósofo Daniel Innerarity ha escrito un libro sobre las consecuencias de la pandemia./Jesús Garzarón
foto / El filósofo Daniel Innerarity ha escrito un libro sobre las consecuencias de la pandemia.

El filósofo publica un ensayo en el que habla de política, sociedad y coronavirus. Y advierte de lo mal que determinamos nuestros propios intereses más allá del corto plazo

La pandemia ocasionada por el coronavirus no es solo un asunto a solventar por los científicos y el personal sanitario. El filósofo Daniel Inneratity (Bilbao, 1959) ha reflexionado sobre sus consecuencias en la vida política y acerca de los cambios sociales que pueden producirse cuando el virus deje de ser un problema. Lo hace en 'Pandemocracia' (Ed. Galaxia Gutenberg, con prólogo de Meritxell Batet) y su diagnóstico es poco complaciente con la sociedad en su conjunto y con los políticos en particular. «La lógica del combate electoral ha invadido toda nuestra esfera política», advierte.
- Mucha gente se pregunta cómo será el mundo tras la pandemia, y usted habla en su libro de la pereza de las sociedades para afrontar cambios. ¿Significa eso que no confía en que haya muchas novedades?
- Los humanos aprendemos de las crisis, pero los avances son pequeños, se producen de forma lenta y con frecuencia no están a la altura de los retos que luego se plantean. Mi postura es intermedia: no estoy entre los optimistas de los libros de autoayuda que ven en cada crisis una oportunidad ni entre los pesimistas eternos.
- Se acabó el mundo de las certezas, sostiene. ¿El peligro ahora es que los votantes sigan a los populistas que las ofrecen, aunque sean de cartón?
- En tiempo de incertidumbre, o aprendes a gestionar en un entorno de riesgos o te echas en brazos de quienes ofrecen una explicación simple para una realidad compleja. Eso explica lo que está pasando en todo el mundo, y también que esas soluciones simples propicien errores más profundos aún. Es lo que ha sucedido al aplicar un lenguaje y un concepto bélicos a la pandemia, y llenar las comparecencias de uniformes, o al hablar de un virus chino. A partir de ahí se han producido errores en el diagnóstico, claro.
- En descargo de los gobernantes, ¿se puede considerar que nadie pudo prever una crisis así?
- Ya había señales de alerta de que una gran crisis, no esta precisamente, pero sí una de relieve, podía producirse. Hemos desarrollado un modo de vida de un consumo disparatado, que atenta contra la biodiversidad y basado en la desregulación financiera, y eso apuntaba hacia una grave crisis. Los especialistas hablan de cambios discontinuos y frente a ellos cabe elaborar estrategias de anticipación potenciando los organismos que se dedican a su estudio, o improvisar.
- Y optamos más bien por lo segundo.
- Eso revela que las sociedades, no me centraré solo en los políticos porque al fin y al cabo ellos representan el modelo existente, están muy distraídas, ocupadas en lo inmediato y poco atentas a lo latente. Debemos estudiar el futuro con herramientas de prospección para estar más preparados.
- Pero el largo plazo es algo difícil de considerar por políticos que ya no estarán en sus cargos cuando lleguen los resultados. ¿Cómo se mira al futuro?
- Hay que introducir más variables en el proceso político. Mire lo que ha sucedido con el censo electoral. Primero solo votaban los ricos, luego fueron los varones, después se incorporaron las mujeres... Quizá ahora haya que introducir a las generaciones futuras para reequilibrar el pacto intergeneracional, que ahora está muy inclinado hacia los mayores. O a nuestros vecinos, porque nuestras decisiones les afectan, igual que a nosotros las suyas. Incluso habría que dar un papel político a la naturaleza.
- Vivimos en un mundo acelerado que reacción a golpe de euforia o pánico. ¿Era más seguro el mundo lento que existía hasta hace un siglo o menos?
- Sí, pero es irrecuperable, así que hay que buscar un equivalente funcional a la lentitud en un contexto acelerado. Hay que prestar más atención al largo plazo, inventar entidades que contrarresten esas reacciones extremas de pánico y euforia. En el ámbito financiero, por ejemplo, ya se hace algo de eso.
- Defiende que de esta crisis deberían salir gobiernos menos ideológicos. Parece difícil en España lo mismo si se mira a la izquierda que a la derecha.
- Lo digo en el sentido de que deberíamos ver qué lugar corresponde a la ciencia en el discurso público y la toma de decisiones.
- ¿La ciencia encaja en un ambiente de tensión política insoportable.
- El problema es otro. El nivel de confianza entre los políticos y entre estos y la sociedad está en España bajo mínimos. Las crisis parecen la mejor oportunidad para terminar con la oposición o para tumbar al Gobierno. Creo que eso viene de la creencia de que el PSOE ganó las elecciones en 2004 por el 11-M y las perdió luego por la crisis económica. Por otra parte, la aceleración de la vida política hace que sea muy difícil la formación de eso que se llama líderes con sentido de Estado. Solo tienen una oportunidad, dos como mucho, para conquistar el poder, así que salen al campo muy revolucionados y sin paciencia. Y dispuestos a aprovechar cualquier oportunidad, y una grave crisis lo es, al precio que sea.
«Las crisis parecen la gran oportunidad para terminar con la oposición o tumbar al Gobierno» ante la incertidumbre» debate político
«O aprendes a gestionar con riesgos o te echas en brazos de los que prometen soluciones fáciles a temas complejos» ante la incertidumbre
«La confianza entre los políticos y entre estos y la sociedad está bajo mínimos» credibilidad

Eficacia y ruido

- En el libro señala que la izquierda antepone valores como libertad y participación a la eficacia. ¿Por qué ese poco aprecio a la eficacia?
- Hay pocos intentos de hacer una síntesis real de esos valores y los modelos que tratan de equilibrarlo todo son demasiado sofisticados para la simplificación actual. No solo sucede con eso. La derecha española, por ejemplo, ha estado formada por muchas familias con rasgos distintos. Pero nunca había sido individualista, y ahora vemos cómo se pone del lado de la libertad de una manera muy peculiar. Estoy pensando en las concentraciones de Núñez de Balboa. O cuando Aznar se preguntaba quién era el Gobierno para decirle a él cuánto era el máximo que podía beber antes de coger el coche.
- Manifestaciones contra el confinamiento no se están dando solo aquí.
- Cierto. En Alemania y en otros lugares se están produciendo apelando a la libertad individual, en todos los casos con gran protagonismo de la extrema derecha. Esa reacción se muestra en otros fenómenos: el veto parental, la afirmación de que todo impuesto es un saqueo, la defensa del derecho de ir a misa por encima de la salud colectiva o los antivacunas...
- Son manifestaciones ruidosas. Pero ruido, y mucho, también lo hay en el Congreso.
- La política es un combate que alterna momentos de hostilidad con otros de colaboración. En los períodos electorales se exagera el antagonismo. Lo que sucede es que la lógica del combate electoral ha invadido toda nuestra esfera política.
- Ha llegado incluso al acoso a ministros en sus casas por parte de unos y a las amenazas que ya creíamos olvidadas en el País Vasco por parte de otros.
- En el caso de las amenazas a Idoia Mendía en su casa y las pintadas en las sedes de algunos partidos vascos, es una vuelta al mundo primitivo en el que algunos se sumergieron en un período oscuro de nuestra Historia. Tienen un tono intimidatorio que va más allá de quienes hacen las pintadas o se manifiestan frente a la casa. Lo que más me preocupa es que se va extendiendo a grupos que ya no son marginales y que afectan a la vida privada; eso es lo más execrable. No es lo mismo manifestarse delante del Parlamento que ante la casa de alguien.
- Y en medio de una crisis mundial llega un filósofo célebre, Zizek, y dice que estamos a un paso del comunismo global. Si es así, no hubo revolución con menos épica.
- Hablo de eso en el libro. Estamos ante un filósofo del pop-leninismo que no da una argumentación seria. Los filósofos no lo hacemos muy bien cuando sustituimos un discurso por una ocurrencia. Creo que hay que ser más modestos al hacer predicciones.
- Zizek anuncia un comunismo inminente y Abascal cita a Paracuellos en el Congreso. Los años treinta han vuelto.
- La vida política se ha instalado en una lógica como la de la moda, que combina la novedad con la recuperación de lo viejo, con un tono de provocación. Es una retórica que bordea el ridículo, un ejercicio histriónico para mantener a sus votantes a gusto.
- ¿Qué opina de esas personas que han sido condenadas por delitos graves, lo mismo económicos que de terrorismo, y que ahora se dedican a dar lecciones de ética?
- La política es un espacio de generación de credibilidad y confianza. Esas personas deberían al menos desvincularse con toda claridad de esos errores que las llevaron a la cárcel. En el caso vasco, quien tiene un pasado oscuro confía en la desmemoria de la gente. Es la misma estrategia que algunos adoptaron tras el levantamiento de 1936.

Por incentivos

- Vayamos ahora a los comportamientos personales. Usted habla de una sociedad movida por incentivos y muy centrada en el corto plazo.
- Todo lo que sea pensar en la gente moviéndose sin incentivos es no entender la sociedad en la que vivimos. Me parece que las sociedades democráticas son poco inteligentes en la definición de sus propios intereses. Se hacen demasiadas pequeñas estupideces que sumadas pueden producir una catástrofe. Y luego está el sistema en sí mismo. En la crisis de 2008 unos echaron la culpa a gente que había vivido por encima de sus posibilidades, y otros a un puñado de canallas que lo saquearon todo. Pocos hablaron de que el sistema había facilitado las condiciones para que todo eso ocurriera. En lugar de moralizar y lanzar exhortaciones, deberíamos identificar bien nuestros propios intereses, y eso nos llevaría a esquemas de vida compartida mucho más seguros.
- ¿Gobernar a golpe de encuesta es un problema para esa definición de fines a medio y largo plazo?
- Sin duda. Desentenderse de las encuestas es una estupidez, pero tomarlas como el único o el primer criterio también lo es porque hay grandes corrientes de cambio que las encuestas no recogen. Creo que se trata de situarse en un punto intermedio entre un programa rígido, que no se adapta a las circunstancias, y la improvisación continua.
 
 

TITULO:  Ochéntame otra vez  - La galeria de la pandemia' .

Ochéntame otra vez -   La galeria de la pandemia'   .

Jueves -28- Mayo a las 22:35 por La 1, foto,.

  La galeria de la pandemia' .

Klimt, Schiele y cómo el arte reflejó la letal pandemia de gripe de 1918 

El pintor Egon Schiele trazó los últimos retratos de su maestro, Gustav Klimt, el 7 de febrero de 1918 en una morgue de Viena. El autor de «El beso» falleció un día antes por una neumonía que muchos historiadores vinculan con la llamada «gripe española».
Esos carboncillos reflejan -con el descarnado estilo expresionista de Schiele- la agonía de su mentor, que murió con 55 años tras contraer una neumonía en el hospital al que había acudido por una apoplejia.
Ese mismo año, Schiele, que con apenas 28 años era ya uno de los artistas más apreciados de su tiempo, comenzó a trabajar en un cuadro titulado «Familia», en el que aparecería junto a su mujer y su futuro hijo.

Una obra trágica

Antes de que pudiera terminar la obra murió de gripe su esposa Judith, embarazada de seis meses. Apenas tres días más tarde, el 31 de octubre de 1918, la pandemia también quitó la vida al propio Schiele.
La obra muestra el cuerpo desnudo y encorvado de Schiele detrás de su mujer, que mira a un lado, mientras un niño se acurruca entre sus pies. La mirada de los tres rebosa melancólica.
«Familia» es una de las muchas joyas del museo Belvedere de Viena, que reabrió este viernes parcialmente después de cerrar a mediados de marzo por las restricciones para luchar contra la COVID-19.
Los visitantes pueden visitar parte de las instalaciones pero tendrán que aguardar al 1 de julio para admirar obras maestras como «Judith» o «El beso» de Klimt, así como algunos de los autorretratos más conocidos de Schiele o el mismo «Familia».
Otras importantes pinacotecas vienesas, como la galería Albertina, el Museo de Historia del Arte o el Leopold, reabrirán también en las próximas semanas de forma paulatina.
El Belvedere cuenta con las obras más destacadas de Klimt, que con sus dorados, su pulsión sexual y sus figuras estilizadas y torsionadas sigue siendo unos de los artistas más conocidos del mundo.
El erotismo es un aspecto que une al maestro, que pasó del modernismo a la antesala del expresionismo, y al discípulo, con una estética más sombría que ahondaba en la exploración psicológica del individuo.

De pandemia a pandemia

Las medidas obligatorias para visitar desde ahora los museos -mascarillas, aforo reducido y un espacio de 10 m2 por persona- dan una inusual actualidad a Schiele y Klimt, fallecidos durante la pandemia que hace un siglo acabó con la vida de al menos 50 millones de personas.
La llamada gripe española de 1918 -en realidad surgió en EEUU y sus soldados la llevaron en la I Guerra Mundial a Europa- es la mayor epidemia sufrida por la humanidad desde la peste negra medieval.
Como en España, país neutral durante la contienda, se informó de la pandemia, al contrario que otros estados combatientes que impusieron la censura para no desmoralizar a sus tropas, se le dio el nombre de gripe española.
Pese a su devastadora destrucción, «Familia» es una de las escasísimas obras que testimonian, si bien sin haberlo deseado, la ciega crueldad de una pandemia de gripe que mató a más personas que la Gran Guerra.
Alexander Klee, comisario del Belvedere, reconoce el «simbolismo» de «Familia», pero ese aspecto lo adquirió a posteriori debido a la muerte de todos los retratados.

Censura

Pese a que la gripe española fue un acontecimiento tan dramático, apenas tuvo reflejo en el mundo del arte.
«Era un enemigo invisible, era difícil de visualizar y además había una enorme censura», explica Klee a Efe.
La pandemia de gripe coincidió con el último año de la I Guerra Mundial y la enfermedad mataba sobre todo a personas de entre 20 y 40 años, justo los que debían ir al frente.
«Ningún bando quería informar sobre la gripe» para no desmoralizar a su población, resume el experto.
«La mayoría no supo siquiera que la pandemia había sido tan mortal, eso se supo más tarde», sostiene Klee, lo que contrasta con la situación de la COVID-19, en la que el mundo puede seguir minuto a minuto lo que sucede.
«No era tampoco el tema del que hablaba la población y tampoco los artistas, los asuntos más influyentes eran la I Guerra Mundial y la situación de las hambrunas que empezaban», concluye.
De esta forma, la gripe española se recordó más como vivencia personal que como experiencia colectiva, no se vio como un desastre internacional sino como millones de pequeñas tragedias privadas, como la de Schiele.

Munich

El pintor noruego Edvard Munch, autor de «El grito», ha sido el otro gran artista que legó cuadros vinculados a una enfermedad que también sufrió, aunque pudo sobreponerse a ella.
Cuando se recuperó de la gripe española creó «Autorretrato con la gripe española» y «Autorretrato después de la gripe española», ambos de 1919 y conservados en el Museo Munch de Oslo.
En el primero se ve a Munch envuelto en una bata, sentado en una silla de mimbre y con la cama deshecha al fondo. Tonalidades amarillas y ocres lo envuelven todo y hay una sensación de aislamiento y enfermedad.
Poco más tarde pintó la secuela, en la que se le ve en primer plano y su rostro tiene un tono cetrino que parece reflejar los estragos de la enfermedad.
Algunos historiadores sostienen que estas pinturas muestran una depresión posviral, mientras que otros arguyen que Munch era ya propenso a las reflexiones sobre los traumas de la existencia humana.
Pero lo que sí reflejan ambas pinturas es la soledad de la enfermedad y, al igual que ahora, aunque una pandemia puede ser un fenómeno colectivo, el padecimiento es siempre íntimo y privado.


TITULO:  Cómo nos reímos  - Un hilo de plata con valor de oro.

El domingo-24- mayo a las 21:30 por La2, foto,.

 Un hilo de plata con valor de oro,. 


El 'Velázquez de la tapicería' fue el más reputado de los maestros flamencos del Renacimiento y trabajó para todas las casas reales del siglo XVI Una exposición de tapices saca del olvido el trabajo de Willem Pannemaker,.


Amores 'tejidos en oro y seda'
Nunca antes el museo del Prado había expuesto tapices. Para su primera muestra dedicada a este género ha rescatado y reunido la delicada y hasta ahora dispersa colección de 'Los amores de Mercurio y Herse', una de las más espectaculares de la historia de la tapicería. Son ocho gigantescos tapices mitológicos elaborados por Willem Pannemaker, el gran maestro de la tapicería flamenca renacentista y autor de un delicado y espectacular trabajo en hilo, oro y seda para esta serie desperdigada desde principios del siglo XX y ahora rescatada. Se podrán ver en la ampliación del Prado hasta el 26 de septiembre.
Se reúnen por primera vez las ocho escenas que integraron la magnífica serie de Pannemaker dedicada a esta historia mitológica de amor y celos. Los tapices proceden de la fundación Ducal Medinaceli, la Casa de Alba, el Metropolitan Museum of art de Nueva York y el propio museo, que atesora dos piezas de Pannemaker entre los 13 tapices que posee. La serie que narra los amores del dios mensajero, hijo de Zeus, y la hija del rey de Ática a partir de los versos de Ovidio en 'La metamorfosis'.
Concha Herrero, conservadora de tapices de Patrimonio Nacional -primera colección de tapices del mundo-, y Leticia Azcue, jefa de conservación de escultura y artes decorativas del Prado, son las comisarias y artífices del rescate y «puesta en valor» del olvidado talento de Willem de Pannemaker 'el Velázquez de la tapicería'.
Para reyes y papas
Activo de 1535 a 1581 y miembro de la más afamadas familia de tejedores de Bruselas, fue el gran tapicero del Renacimiento flamenco. Trabajó para la nobleza, el papado y las principales casas reales europeas del siglo XVI y surtió de obras maestras a la corte de Carlos I de España y V de Alemania y a su hijo Felipe II.
Para Carlos I tejió los 12 paños de la famosa serie de la Conquista de Túnez (1548) a condición de que sólo emplease sedas de Granada y para la trama, las lanas más finas y mejores de Lyon, además el hilo de plata y oro sería el que le proporcionase el propio emperador. Su monograma de tapicero y la marca de calidad de la ciudad de Bruselas y del ducado de Brabante, obligatorias desde 1544, figuran en la serie de Mercurio y Herse.
«El tapiz tiene importancia clave en las colecciones de los nobles y las cortes más poderosas del Renacimiento, y estos paños son quizá la cima de Pannemaker, tapicero de las dos ramas de la Casa de Austria», destaca la comisaria Concha Herrero. «Es el objeto de lujo por excelencia, más caro que los 'tizianos' y las piezas más valiosa del colecciones de la época. Eran además como el cine del siglo XVI, con una sucesión de escenas con final feliz», apostilla Azcue.
El siempre magistral Pannemaker conseguía que el dibujo y el color del paño reprodujeran fielmente los del cartón original -de autores desconocidos pero magistrales de la escuela de Rafael y Giulio Romano- en unas calidades que, según Herrero, «recuerdan una realidad pictórica muy exquisita». La conservadora destaca también la excepcional calidad de los materiales que han hecho posible su conservación. «Tejer con hilos de oro -además de lana y seda- exige una precisión y un control exhaustivo del color y esta serie tiene una riqueza cromática y de brillos excepcional». Se usaron más de 160 kilos de hilo dorado para tejer estas maravillas que suman más de 200 metros cuadrados.
Los ocho tapices de la serie han sido restaurados y limpiados para la ocasión por los experto del Prado en colaboración con la Real Fábrica de Tapices, lo que ha devuelto a las pieza que su esplendor original. Disgregados por herencia desde 1909, dos de las ocho escenas están en el Salón del Torreón de la Casa de Pilatos. Los otros seis forman parte de notables colecciones institucionales y particulares: la Fundación Alba, el Metropolitan Museum of Art de Nueva York, el Museo del Prado, una colección privada de Barcelona y la colección de la Duquesa de Cardona.

TITULO: Aquí la tierra -Libro - Henry Miller y el inicio de su trilogía tropical,.
 
Todos los libros del autor Henry Miller Henry Miller y el inicio de su trilogía tropical,.
 
 Henry Miller (1891-1980) es uno de los autores que, quizá sin proponérselo, más hicieron por el triunfo de la libertad de expresión en literatura y por la distinción entre los juicios morales y los juicios estéticos. Tras su paso por el City College de Nueva York y después de aceptar los empleos más diversos, en 1930 se estableció en París, donde se dedicó de lleno a la creación literaria y llevó una vida independiente y anticonvencional que lo convirtió en el ejemplo más conocido de bohemia moderna y en un modelo para la beat generation (Burroughs, Kerouac, Ginsberg...) y para autores como Bukowski o Norman Mailer.

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