sábado, 19 de febrero de 2022

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   Isla Valdecañas: ¿Tiene Extremadura excesiva protección?,.

 

¿Tiene Extremadura excesiva protección?,.

Ecologistas, agricultores y geógrafos opinan sobre que la Red Natura 2000 ocupe el 30% de la región,.

¿Tiene Extremadura excesiva protección?

El gran revés del Supremo que obliga a demoler el complejo de Valdecañas ha puesto sobre la mesa el debate sobre si Extremadura está demasiado protegida medioambientalmente. Es hablar de una refinería, una mina, un complejo turístico... y aparecer dos partes tirando en dirección opuesta de la misma soga mientras surge la pregunta de si la protección de las aves frena el desarrollo de las personas. 

 REVISTA EPOCA Nº 648. 28 DE JULIO DE 1997. MAYOR OREJA LOS JUECES TIENEN  AHORA LA PALABRA. TDKR6: Revista / Publicación | TraperíaDeKlaus

Según datos de la Junta de Extremadura, el 26,1% (sobre un millón de hectáreas) de la superficie de Extremadura es Zona de Especial Protección de Aves (ZEPA), el 19,9% (828.949 has) son Lugares de Importancia Comunitaria (LIC) y el 7,5% (314.110 has) Espacios Naturales Protegidos (ENP). Algunas de estas protecciones se solapan, pero al final entre ZEPA, LIC y ENP suman 1.276.288 hectáreas, el 30,6% de la superficie de la región.

Para Carlos Garrón, miembro de Ecologistas en Acción, «que la Junta crea ahora que esto es exagerado obedece a una pataleta. Aquí ha habido unas personas gobernando durante los últimos cuarenta años que son los que han desarrollado esa Red Natura, no nosotros (los ecologistas)». Además, según Garrón, en España otras comunidades se manejan con unas superficies protegidas naturales similares, de entre el 25% y el 30%. Pone el ejemplo de Cataluña o Andalucía, que tienen un porcentaje similar de protección de su territorio y están más desarrolladas.

Julián Mora Aliseda, catedrático de Ordenación del Territorio y Desarrollo Sostenible en la Universidad de Extremadura, afirma que las ZEPA son más unas figuras jurídicas que científicas. «En Extremadura los espacios naturales como tales no existen, ya advertí de ello hace años, cuando dije que muchas protecciones estaban siendo arbitrarias sin criterios científicos, ya que la directiva europea establece que debían tener los requisitos de singularidad, rareza, excepcionalidad y vulnerabilidad, pero de repente hemos empezado a decir que todo era espacio natural».

Según razona Mora Aliseda, la mano del hombre ya ha transformado antes lo que ahora llaman ZEPA, y pone como ejemplo los Llanos de Cáceres, donde todo era un bosque cerrado hasta que hace siglos el Consejo de la Mesta lo transformó para el ganado porque era lo rentable. Y añade que precisamente zonas fuertemente antropizadas por los cultivos como las Vegas del Guadiana concentran un gran número de aves esteparias porque allí encuentran alimento.

Agricultura y ecologismo

Llegados al complejo de Valdecañas que el Tribunal Supremo acaba de ordenar demoler en su totalidad, este profesor de la UEx opina que la decisión es «un auténtico dislate» pues este lugar se declaró ZEPA sin ser un humedal natural y además se ha demostrado que desde que existe el complejo hay casi el triple de grullas y la cifra de anátidas se ha multiplicado.

Los ecologistas lo ven de otro modo y creen que en lugares de fuerte pendiente y riberas y zonas de pantano no se debe construir. «No hace falta ni que haya una figura legal, es una cuestión de lógica», apunta el representante de Ecologistas en Acción.

En cualquier caso, la Red Natura, que empezó a tejerse alrededor del año 2000 de manera progresiva, no es inamovible. El pasado mes de septiembre una noticia de HOY explicaba que se estaba estudiando una revisión de al Red Natura 2000 con el fin de ampliarla en algunos lugares para que el sisón común no se extinga y reducirla en otros para permitir el desarrollo urbanístico de algunos pueblos, asfixiados por las protecciones. Sobre estas cuestiones se pronuncia inicialmente el consejo asesor de Medio Ambiente, que se creó en 1999, y luego se van elevando administrativamente sus propuestas.

Al respecto de una posible modificación a favor del sisón común, Marcelino Cardalliaguet, de SEO-Birdlife, negaba que Extremadura estuviera demasiado protegida. «Es falso y a algunos les sirve para echar balones fuera, sobre todo agricultores y ganaderos. Lo que no se puede es poner regadío en toda Extremadura porque no hay ni agua ni mercado para la producción».

Germán Puebla Ovando es empresario agrícola y exdirector del Centro de Investigaciones Científicas y Tecnológicas de Extremadura y, según tiene contrastado, dice, la idea es ir ampliando las ZEPA allí donde se vayan moviendo las especies protegidas, de ahí las tensiones continuas entre la Consejería de Agricultura y la de Transición Ecológica, que muchas veces tienen intereses contrapuestos.

Además, cambiar una ZEPA no es sencillo, la última palabra la tiene Europa con los informes que se remiten desde que aquí. «El problema de esta región es que los políticos que gobiernan la Junta son rehenes de los técnicos, que en la Junta tienen un sesgo demasiado ambientalista, y mientras no haya hechos detonantes como el de la isla de Valdecañas que agravie a los extremeños viste mucho decir que aquí en Extremadura todo es muy verde, aunque esto lo que produce es una parálisis», afirma

Despoblamiento rural

Por su parte, Carlos Garrón, de Ecologistas en Acción, habla de que, en materia medioambiental, la Junta «echa balones fuera muchas veces» y recuerda cómo las plantas fotovoltaicas se están multiplicando por la región, lo que considera «una barbaridad».

Sobre reducir la superficie protegida dice que «cuando se nos presentan proyectos se estudian, pero no es lo mismo hablar de que hacen falta 10.000 hectáreas para un proyecto especulativo». Y añade que culpar a los territorios protegidos del despoblamiento de las zonas rurales «es una falacia» y lo justifica apuntando que «abandonar los pueblos para concentrarse en las ciudades es una problemática mundial, no solo de aquí, donde habría que potenciar los usos de esa Red Natura con proyectos como el turismo rural, el avistamiento de aves o vender productos que cobran valor por el lugar donde se producen», señala. 

 

 TITULO:  Natural -  Las mantas del Guadiana retienen el nenúfar, pero afloran el helecho de agua   ,.

 Natural  La Sexta emite este miércoles - 16, 23 - Febrero a las 22:30 horas, fotos.

 

Las mantas del Guadiana retienen el nenúfar, pero afloran el helecho de agua,.

Los responsables esperarán a mayo para valorar la instalación de estas fibras vegetales para contener la planta invasora,.

Aún faltan las temperaturas suaves de la primavera para saber si las mantas de fibras vegetales que la Junta extendió sobre el Guadiana a mediados de septiembre dan resultado y ahogan al nenúfar mexicano. De momento, el resultado es satisfactorio, explica Kiko Hueso, de la Dirección General de Sostenibilidad y responsable del dispositivo.

Quienes pasean junto al río por el azud se han visto sorprendidos estos días por otra planta que forma un tapiz verde y rojizo en la misma zona donde las mantas están sumergidas. Se trata del helecho de agua, también llamada azolla, que es la tercera plaga del Guadiana por detrás del camalote y el nenúfar. Una vez que el nenúfar ha quedado retenido por las mantas, este helecho ha quedado a la vista.

A pesar de que es muy llamativo, Kiko Hueso no le da importancia porque esta planta lleva en el río desde 1964. Procede de los cultivos de arroz y está presente en toda la región desde antes que el nenúfar, que se vio por primera vez en los años 80, y el camalote, que se documentó en el 2005.

Esta última, sin embargo, perjudica a las instalaciones hidráulicas y se extiende rápidamente. De ahí que las administraciones hayan invertido más esfuerzos en su erradicación, que solo se ha logrado en el cauce urbano, que ante el resto de especies invasoras.

Las pruebas se hacen ahora para frenar al nenúfar mientras la azolla, que está relacionada con los cultivos y purines por el fósforo, está asumida desde hace años. «En las charcas ganaderas, por ejemplo, no impide que el ganado beba». Además, su erradicación es muy cara.

Las claves

  • Cortar el nenúfar. En los últimos años, la CHG ha segado la planta, pero está enraizada en el fondo. De ahí que se busquen otras fórmulas para acabar con la plaga. La CHG confía en una obra para colocar espuertas en los azudes y permitir que pasen los sedimentos como una forma de luchar contra el planta. Las obras están pendientes de empezar.

  • Mantas vegetales. Su colocación es una prueba de la Dirección General de Sostenibilidad de la Junta, encargada de luchar contra especies invasoras.

  • Yute y coco. El material de esas mantas es natural para que se desintegre en el caso de que la corriente se las lleve.

«La gente se puede preguntar de qué se trata al verla, pero lleva muchos años y convive con el camalote y el nenúfar. Tapiza si tiene oportunidad». Es lo que ha ocurrido cuando han extendido las mantas. La azolla ha logrado crear una alfombra que resulta llamativa para los transeúntes.

«No pasa nada. Terminará hundiéndose, sacará las esporas y volverá a salir cuando las condiciones le sean favorables de nuevo. Esto ya pasó en Monfragüe hace dos años. Es muy escandalosa porque es muy rojiza, pero desaparece en 15 días». No se hundirá toda a la vez, señala, porque el tapiz está tan tupido que unos helechos descansan sobre otros.

A su llamativa presencia se suman los carteles que balizan la zona donde se han extendido las mantas biodegradables, así como los carteles advirtiendo de que el baño y la pesca están prohibidos.

De momento, la azolla se ve más porque las mantas están ayudando a contener al nenúfar en el fondo. Esto significa que, por el momento, han funcionado. Pero Kiko Hueso insiste en que la efectividad se verá cuando las retiren y entonces comprueben si las que había han muerto asfixiadas por falta de luz y oxígeno.

Para eso es necesario esperar a que el frío se vaya. El nenúfar está enraizado en el fondo y vive sus mejores tiempos con altas temperaturas, que es cuando se ven las flores amarillas. Baja durante el invierno y se queda rezagada hasta que llega el buen tiempo. Ahora está contenida.

Por eso en la Junta quieren esperar hasta abril y mayo, cuando el termómetro sea más estable, para valorar si estas mantas son una solución para el cauce del río a su paso por Badajoz. «Mientras hay mantas no sale la planta, su efectividad se verá posteriormente, cuando las retiremos», afirma el responsable del dispositivo.

Colocación de las mantas sobre el Guadiana en septiembre.

800 metros de yute y coco sobre 420 metros de orillas

Los 800 metros de fibras de coco y yute se extienden en 420 metros lineales del Guadiana, en la margen derecha, junto al puente Real hacia el azud, y en este último sitio.

Se encuentran en las orillas y solo en zonas con una profundidad máxima de 1,5 metros. El motivo es que su colocación exige que operarios entren en el río. Los trabajadores de Tragsa lo hicieron de manera rápida, en cinco días de septiembre, y eso contribuye a que las plantas no tuvieran tiempo de moverse. Lo hicieron vestidos con trajes de vadeadores para clavar unos postes de hierro y anclar los tejido al fondo.

Esto hace que su despliegue sea muy complicado en las zonas más profundas del río, que las hay. Por lo que, en el caso de que las mantas funcionen y querer extenderlas por todo el cauce, aunque sea por partes, tendrían que buscar otro método de instalación.

Una de las cosas que está comprobando la Dirección General de Sostenibilidad es cuál de las dos fibras que se usan, yute y coco, son más resistentes a las condiciones del Guadiana. Las de yute son más tupidas que las de coco y secas daban la sensación de ser moquetas.

Los técnicos supervisan las mantas periódicamente. En la inspección del 17 de enero, advirtieron algunas más débiles a la que le han salido pequeños agujeros por el paso de ovejas. Ahora vigilarán si otras especies de plantas salen a flote por esos pequeños orificios.

Los peatones ven los postes de hierro y ahora la azolla. Al andar por este camino junto al puente Real se aprecian dos pasillos, el del tapiz rojizo (azolla) es donde las mantas aguantan al nenúfar en el fondo. Junto a este, hacia el centro del cauce, se ve el nenúfar en todo su esplendor donde no hay mantas. Por lo que, de momento, sujeta a la planta en el fondo. 

 

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