sábado, 12 de abril de 2014

ENREDATE, DESPIDIENDO A DON, CANCIÓN,./ SU LADO FEMENINO,.

TÍTULO: ENREDATE, DESPIDIENDO A DON,.CANCIÓN,.

 Cuando la tierra este en mis pies
Y en mi sendero vuelva la luz
Llegare hasta este lugar
Me parece estado ayer
Sentado espero que alguien llegue
El mismo amigo que nunca se fue
Picando faso entre historias
Ahora escucho música gospel
El mismo viejo sale y dice
Hace mucho que no andáis
Y mientras voy
Despidiendo un amigo
Que tengas una buena vida hermano
Voy a añorarte hasta morir
Si me parece haber estado ayer
O fueron mil canciones
Y una mas
Cuando mi sombra este en la luz
Y nada quede por hacer
Llegare a hasta este lugar
Me parece estado ayer
Me dirás cuanto paso
Y fueron mil canciones
Y una mas
Un juicio justo no quiero tener
Pasado el tiempo mucho me equivoque
Miedo tengo que esta vida un dia
Venga a cobrarse lo buena que fue
Historias buenas historias nuevas
Recuerdo siempre dias del ayer
Mándale chispa y sigamos
Tal vez hay algo que olvide
La chica ya no vive ahí
El cielo esta loza cubrió
Y mientras pienso
Se despide una amigo


TÍTULO: SU LADO FEMENINO,.


Cuando un hombre presume de un lado femenino significa sobre todo que está muy seguro de su masculinidad, tan seguro que hasta hace ...
 
Cuando un hombre presume de un lado femenino significa sobre todo que está muy seguro de su masculinidad, tan seguro que hasta hace exhibición de feminidad. Y, después, que probablemente quiere conquistar a la mujer a la que se lo dice con el mensaje indirecto de “soy muy sensible”. Claro que si hacemos un esfuerzo de recopilación de los diferentes conceptos de feminidad usados por los hombres, comprobaremos que ellos, lo mismo que nosotras –al menos yo–, tienen cierto lío sobre qué es eso de ser femenino. 

El actor Vicent Cassel afirmaba hace poco ser un tipo femenino “porque sé usar mi instinto, miento muy bien y tengo unos pechos hermosos”. O sea, que femenino equivaldría a instintivo y mentiroso. El cocinero Ángel León, poseedor de una estrella Michelín, contaba en otra entrevista: “Soy un hombre con matices de mujer, extremadamente sensible”. O sea, sensible. Y un amigo mío me decía que su lado femenino explicaba sus llamadas a los amigos para averiguar datos sobre una mujer que le interesaba. O sea, fisgón y cotilla.  En resumen, según esta breve muestra, lo femenino significaría ser instintivo, mentiroso, sensible, fisgón y cotilla. Lo que no está tan lejos de muchas afirmaciones más o menos científicas de psicólogos y expertos varios sobre diferencias entre hombres y mujeres. Por ejemplo, un muy ilustrado colega mío y su teoría de que los hombres son más agresivos y competitivos, tienen mayor control verbal de las emociones y más inclinación a la vida económica y política, mientras que las mujeres seríamos menos agresivas y competitivas, con menor control verbal de nuestras emociones y con más inclinación hacia la vida social, estética y religiosa. En definitiva, que la sensibilidad y las emociones distinguirían lo femenino frente a agresividad y la dureza, propias de lo masculino. 
Pero no importa la insistencia, que es mucha, en tales diferencias, que yo sigo con mi escepticismo y mi sospecha de que se trata de diferencias sociales más que biológicas. Y pienso, por ejemplo, en la música romántica, uno de esos asuntos con los que se cae estrepitosamente todo lo anterior. En las mejores canciones románticas del último siglo. En mi preferida, “She”, o en otras dos que están entre mis 10 favoritas: “Arráncame la vida” y “Pra Sempre”. Tan bellas, tan emocionantes, tan desgarradoras, tan extremamente sensibles, tan eternas. Y todas... compuestas por hombres. “She”, por Charles Aznavour; “Arrancáme la vida”, por Chico Novarro; y “Pra Sempre”, por Roberto Carlos. Y cantadas por ellos mejor que por ellas, sobre todo “She” en la que nadie puede igualar la sensibilidad de Aznavour, o “Pra Sempre”, exquisita en la voz de Roberto Carlos.
No sé si Aznavour, Novarro y Roberto Carlos dirán que lo suyo viene de su lado femenino. Pero ocurre que casi toda la música más romántica y más bella ha sido compuesta por hombres. Escucho “She” y siento que la sensibilidad de Aznavour y la mía son muy semejantes.

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