Contador, que vive una «pesadilla», no será operado y tratará de estar listo para la Vuelta, aunque lo ve «complicado»,.
-foto-Alberto Contador Ciclista del Tinkoff,.
Poseer un jet privado no supone evitar siempre las esperas. El avión de Oleg Tinkov, patrón del equipo Tinkoff, dormía en Londres. El multimillonario ruso dio orden el lunes por la noche de que viniera a recoger a su líder caído, Alberto Contador. Había que trasladarle cuanto antes a Madrid para ver el alcance de la fractura de la meseta tibial que le ha apartado del Tour. Pero en Londres no estaba el piloto. Y el vuelo que le llevaba a la capital inglesa se retrasó. Así que Contador tuvo que aguardar en el hotel Zenitude de Besanzón hasta pasada la una del mediodía de ayer. No salió, claro, con sus compañeros a dar el paseo en bici obligatorio en los días de descanso del Tour. Su puesto al frente de la escuadra lo ocupó el que paga, Tinkov. La estrella. Apareció vestido con la ropa de su equipo. Impecable. A voces. Que se le vea. «Todavía somos el número uno», aseguró. «Ahora el líder soy yo», dijo en broma. Lo gritó, más bien.No paraba quieto. Hablaba y tecleaba en su móvil. Como, por fin, ha salido el sol en Francia, el reflejo de la luz le molestaba para leer los mensajes en la pantalla. Philippe Maudit, uno de los directores del equipo, le hizo sombra con una de sus manos. Que no se queje el patrón. Tinkov dejó el teléfono y cogió la bicicleta. Roche, Benatti, Morkov, Majka, los gregarios de Contador, se fueron a rueda del gesticulante siberiano. Hasta Bjarne Riis, verdugo de Induráin y director del Tinkoff, se sumó al pelotón fosforito. Tinkov, protagonista, cabrioleaba con la bicicleta. El equipo es su juguete. Sólo antes de iniciar la ruta cerró su sonrisa y admitió estar «triste». «Se nos va nuestro campeón».
Contador estaba en la habitación con el masajista. Con la maleta lista para alejarse de este Tour que veía a su alcance y que le tiró en un bache del Petit Ballon. Las cámaras formaban un racimo impaciente a la entrada del hotel, situado lejos del casco de Besanzón. Es un barrio nuevo, con el tranvía a medio hacer. Nada que ver con la vieja Ciudadela fortificada de esta ciudad rica, cuna de la relojería. Tic, tac. Y Contador que aún no bajaba. De Besanzón es Víctor Hugo, que en un poema así se definió: «Un niño sin color, sin mirada y sin voz». Ya viene Contador. Terremoto entre las cámaras. Salió del fondo del pasillo cojeando, bien peinado, con una férula agarrándole la fractura. Le faltaba color, bajaba la mirada y, por momentos, se le quebraba la voz. Le costaba hablar de esta pesadilla real. Es como cuando tras toda una noche soñando con comida, te despiertas con hambre. Dos hileras de periodistas se cerraron sobre él y le cubrieron de preguntas antes de subirse al coche e ir al aeropuerto de Dole, donde ya había aterrizado el avión de Tinkov.
¿Ha podido dormir algo?
He pasado la noche bastante mal, pero no sólo por el dolor en la
pierna, que no puedo ni girarla. Lo peor ha sido despertarme por la
noche y comprobar que todo era verdad. Este año había preparado el Tour
más minuciosamente que nunca. Por eso, en las semanas previas me
despertaba a veces tras una pesadilla en la que me había visto con algún
problema en el Tour. Soñaba que la carrera se me había ido al traste.
Al abrir los ojos veía que todo era una pesadilla y respiraba. Esta vez
no. La pesadilla es de verdad. Es duro. Me he sacrificado muchísimo.
Tenía una gran oportunidad. Iba disfrutar mucho en este Tour. Pero así
es el ciclismo.
Ya por la tarde, en Madrid, tras ser sometido a pruebas médicas, los especialistas le confirmaron que su lesión no necesitará intervención quirúrgica, que no le quedarán secuelas y que será complicado que esté listo para la Vuelta a España, que comienza el 23 de agosto. No obstante, el ciclista no tira la toalla y anunció que intentará estar en la salida de Jerez.
¿Qué va a hacer ahora?
Quiero subirme a una bicicleta lo antes posible. Me dicen que lo más
normal es que esté entre cinco y seis semanas de baja. Los más
optimistas hablan de tres semanas. Pero aún así es mucho tiempo sin
bicicleta. Veremos.
¿Otro Tour que se le escapa?
Sí. Estaba deseando correr la etapa de La Planche des Belles Filles.
Estaba todo planificado. A partir del tercer puerto, íbamos a ir a tope.
Queríamos endurecer la carrera. Deseaba llegar al último puerto porque
me encontraba muy bien. Pero así es el deporte. Iba a decir que ahora me
tocará ver los toros desde la barrera, pero la verdad es que no creo
que sea capaz de ver el Tour en casa.
¿Cómo cree que será la carrera sin usted?
No sé ni cómo terminó ayer (lunes). Sé que ganó Nibali y supongo que ahora lo tendrá todo muy a favor.TÍTULO:EL DIARIO LIBRETA, LOLA SALVADOR, UN VERSO SUELTO DEL CINE,.
EL DIARIO LIBRETA, LOLA SALVADOR, UN VERSO SUELTO DEL CINE,.fotos,.
- Lola Salvador es un brillante verso suelto del cine español. Guionista magistral, colaboradora de Pilar Miró y Jaime Chávarri, novelista, ...
La catalana, de la que el jurado destaca «su compromiso constante con el cine en el ámbito educativo», gana el Premio Nacional de Cinematografía por unanimidad,.
Lola Salvador es un brillante verso suelto del cine español. Guionista magistral, colaboradora de Pilar Miró y Jaime Chávarri, novelista, productora y profesora, se adjudicó ayer por unanimidad el Premio Nacional de Cinematografía, que concede cada año el Ministerio de Cultura. Dolores Salvador Maldonado en su DNI, nacida en Barcelona el 22 de septiembre de 1938 y reconocida en el planeta de las letras como Salvador Maldonado, autodidacta creadora de ficciones, sucede a Juan Antonio Bayona en la distinción con este galardón institucional dotado con 30.000 euros.
El jurado resaltó tanto su «singular aportación a la creación cinematográfica» como «su larga trayectoria como maestra de cineastas», y «su compromiso constante con el cine en el ámbito educativo». También su «contribución decidida a la defensa colectiva del sector y los derechos de los creadores». «Encantada de la vida y muy contenta con la distinción», alabó Lola Salvador entre jocosa e irónica «el buen gusto del jurado» y recordó con emoción a Rafael Azcona, amigo muy querido, colega y «alma gemela», fallecido en marzo de 2006 y que recibió el mismo galardón que ella en 1982. Lamentó que la concesión del premio «no vaya a cambiar el negro panorama que soportamos tanto la gente del cine como la de a pie».
Siempre con varios frentes abiertos, hace equilibrios estos días entre una treintena de proyectos, alternando novelas, documentales y largometrajes. Muy respetada y querida en la profesión, referencia para los mejores guionistas, ya disponía de la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes (2011). El nuevo galardón lo recibirá en septiembre, como es tradición, durante el Festival de Cine de San Sebastián.
No hay comentarios:
Publicar un comentario