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El último 'thriller' de Alberto Rodríguez y dos películas sobre ETA, 'Lasa y Zabala' y 'Negociador', destacan en la programación,.
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Cuatro producciones entran en la sección oficial para luchar la Concha de Oro,.
Con un emocionado recuerdo al fallecido Álex Angulo, el director del Festival del Cine de San Sebastián, José Luis Rebordinos, presentó ayer en la Academia de Cine las representantes del cine español que optaran a la Concha de Oro de la edición número 62. Tres cintas podrán optar al máximo galardón: 'La isla mínima', de Alberto Rodríguez; 'Flores' ('Loreak'), de Jon Garaño y Jose Mari Goneaga y 'Magical Girl' de Carlos Vermut. Esta lista aumentará en agosto, cuando se anuncie una cuarta película a concurso. «Siempre supimos que el festival no tendrán sentido sin el cine español», señaló Rebordinos. También se podrán ver dos proyectos con presupuesto español fuera de concurso: 'Lasa y Zabala' de Pablo Malo, y 'Murieron por encima de sus posibilidades', de Isaki Lacuesta, ganador de la Concha de Oro en el 2011 por 'Los pasos dobles'.
El director sevillano Alberto Rodríguez se mantiene en el 'thriller' policiaco tras 'Grupo 7'. Raúl Arévalo, Javier Gutiérrez y Antonio de la Torre protagonizan 'La isla mínima', donde dos policías expedientados y antagónicos en su ideología, se tienen que desplazar a un remoto pueblo de las marismas a investigar la desaparición de dos adolescentes. Allí se enfrentarán a un salvaje asesino en una comunidad anclada en el pasado. Por otra parte, el festival ha dado una oportunidad (y bien grande) a Carlos Vermut para que pueda presentar su segunda película tras los problemas que tuvo con su ópera prima, 'Diamond Flash'. El director madrileño la rodó en su casa y para estrenarla, se emitió en 'streaming' y se comercializó en DVD. Ahora, en 'Magical Girl' ha podido contar con José Sacristán, Bárbara Lennie y Luis Bermejo para contar esta película de destinos cruzados entre una niña que sueña con los vestidos de una serie japonesa, un padre que intenta conseguirlo, una joven con desórdenes mentales y un profesor con un tormentoso pasado.
La última propuesta española es 'Flores' ('Loreak'), la primera película rodada íntegramente en euskera que luchará por la Concha de Oro. Dirigida por Jon Garaño y Jose Mari Goenaga, es un drama de suspense en el que tres mujeres reciben flores en su casa, a la misma hora, siempre de forma anónima y en memoria de alguien querido, lo que hará que las protagonistas reflexionen «sobre la memoria y los sentimientos», según los realizadores.
Guerra suciaRebordinos cumplió con las quinielas y anunció la proyección de 'Lasa y Zabala', aunque fuera de concurso. Pablo Malo reconstruye, siguiendo los hechos probados de la sentencia, el caso del primer crimen cometido por los GAL en el que los dos presuntos etarras fueron secuestrados en Bayona, torturados, asesinados y enterrados en cal viva en 1983. El ganador del premio Goya al mejor director novel en el 2005 por 'Frío sol de invierno' se ha centrado en el empeño de dos abogados por encontrar a los asesinos de los dos jóvenes vascos. También con ETA de fondo, pero en tono de comedia, llega a Zabaltegi -una de las sección de Zinemaldia- el último trabajo de Borja Cobeaga. 'Negociador' retrata las conversaciones mantenidas por el lado cómico de las conversaciones del presidente del PSE, Jesús Eguiguren, con Josu Ternera y 'Thierry'.
Por último, Isaki Lacuesta presenta 'Murieron por encima de sus posibilidades', una sátira social en la que cinco ciudadanos normales y corrientes, de un país extrañamente parecido a España, ven destrozadas sus vidas por la crisis económica. Sin nada ya que perder, elaboran un plan para salvar la economía española y mundial: secuestrar al presidente del Banco Central y exigirle que todo vuelva a ser como antes. Un peculiar proyecto en el que se han enrolado Sergi López, Ariadna Gil, Emma Suárez, Raúl Arévalo, Imanol Arias, Eduard Fernández, José Coronado, Jordi Vilches, Josep Maria Pou, Ángela Molina y Albert Pla, entre muchos otros.
Además, el festival de San Sebastián realizará una proyección especial del último documental de Iciar Bollain. 'En tierra extraña' refleja la situación de varios españoles que se han visto obligados a buscar trabajo en el extranjero. Como Gloria, una de los 700.000 españoles que han dejado nuestro país desde el inicio de la crisis. Almeriense de 32 años, maestra sin plaza y dependienta en una tienda en Edimburgo desde hace dos años.
TÍTULO: CILISMO, LA BANDA SONORA DE ' TIBURÓN' ASUSTA EN HAUTACAM,
- Quién no recuerda la música de 'Tiburón'. La pantalla llena de agua, arriba la silueta de un bote flotando mientras un par de piernas ...
Nibali gana tras otra exhibición, mientras Valverde se queda cuarto y Rojas es expulsado por agarrarse a un coche,.foto,
Quién no recuerda la música de 'Tiburón'. La pantalla llena de agua, arriba la silueta de un bote flotando mientras un par de piernas chapoteaban haciendo de cebo. El compositor John Williams le puso música al miedo. Simple, intensa. Crecía a medida que se acercaba el ataque del escualo. Imparable. 'Tiburón' fue el gran éxito del cine en 1975. Las secuelas ya tuvieron menos eco. Ya se sabía más o menos lo que venía tras la música. A este Tour le pasa igual. En cada pase, en cada etapa, a medida que se acerca la montaña final sube la intensidad de la música. Pero la sala de cine conoce el desenlace. El Tiburón de Messina, que así apodan a Nibali, se zampa todas las piernas de la playa. El Tour ha acabado siendo una carnicería, una película gore. Ayer, como en Hautacam se terminaba la montaña y se le acababa el festín, Nibali no se dejó nada en la reserva. Lo dio todo. Y pasó la plancha sobre sus pobres víctimas, allí braceando impotentes en sudor. Ganó su cuarta etapa y dejó los restos de la matanza para que Pinot, Peraud y Valverde, que ayer por solo dos segundos se bajó del podio, discutan mañana en la crono quién sube al cajón de París junto al Tiburón. A John Williams le dieron el Oscar; a Nibali, el domingo, le darán el Tour. Suyo desde que empezó el rodaje.
El guion de este Tour ha cambiado de escenarios pero no de final. Nibali desgarró la segunda etapa, en Shefield. Cazó en los Vosgos. Jugó con la carnaza en los Alpes. Y se ha ventilado hasta las raspas en los Pirineos. Es el único que ha permanecido a flote todo el Tour, pues al murciano Valverde se le atraganta.
En Pau, en la salida y a cuatro días del final, casi todo el mundo se había desprendido de sus sueños. A Mikel Nieve, rostro pálido de Buster Keaton, le quedaba uno: subir el Tourmalet abriendo la cremallera de la afición vasca y ganar en Hautacan. Así que se metió en la fuga con Kadri, Chavanel, De Marchi... y dos fieles a Valverde, el conquense Herrada y el guipuzcoano Izagirre. La táctica del Movistar es secreta. Su director, José Luis Arrieta, hermético él, parece siempre proteger una caja fuerte. Para su desgracia, el ciclismo se corre al aire libre. Se ve. Ayer, de nuevo, todo estaba listo para defender la segunda plaza de Valverde en un Tour que ya lleva el nombre de Nibali.
Mientras Nieve y Kadri desenrollaban el Tourmalet, empezó a sonar la música de 'Tiburón'. El Astana, el equipo de Nibali, marcó el ritmo. No hacían falta subtítulos para entender lo que ocurría: el líder tenía más hambre. Iba a cazar para agradecerle a los suyos el trabajo de tres semanas. Les iba a invitar a su playa preferida, la montaña. Con la nube a ras de cima, doblaron todos juntos el Tourmalet. Ahí, Valverde puso en evidencia su fragilidad al atacar cuesta abajo. Eran las brazadas de un desesperado. Herrada e Izagirre, náufragos de la fuga, le esperaron. Le guiaron por las curvas del Tourmalet. No les valió. Había demasiados rivales detrás. El Movistar no había eliminado a los gregarios de Van Garderen, Pinot y Peraud en la subida. Ni lo intentó siquiera. En el descenso ya era imposible.
Las dudas de Valverde
Cuando en el inicio de Hautacan subió el volumen de la banda sonora de 'Tiburón', ya todos sabían que Valverde dudaba de sus piernas. «Llevo días sufriendo», dijo el murciano. La orquesta de Nibali ocupó la tarima. A toda marcha. Primero Scarponi y luego Kangert. En eso, apareció un fantasma de Nibali, el viejo Horner, el ciclista con combustible a base de hamburguesas y Coca-Cola, el que le quitó la pasada Vuelta, el que se atrevía a meterse en esta película con un ataque fuera del guion. El Tiburón tiene buena memoria. Faltaban aún 10 kilómetros. No era lo previsto para esta secuencia, pero Nibali decidió irrumpir en la pantalla. La ocupó por completo. Lleva decorado el cuadro de su bicicleta con el dibujo de unos dientes de escualo.
«Me he divertido en este Tour», dijo Nibali. Supersticioso, solo ha tenido miedo a la mala suerte. Por eso ha llevado siempre o el maillot amarillo que ganó en Shefield o el del pavés de Arenberg. Se los lavaban a mano a diario. Con agua fría, el elemento natural del tiburón. «De chaval, como era muy pequeño, un amigo de mi padre me llamaba la 'pulga de los Pirineos'», contó feliz y con la 'Grande Boucle' en el bolsillo. La pulga ha resultado ser un depredador que se ha quedado sólo en el océano del Tour.
Detrás, muy lejos, Pinot vio sufrir a Valverde, gastado, resistente. Y le metió la cabeza bajo el agua. En la lancha de Pinot se subieron Van Garderen, que ha despertado tarde, y Peraud, el más beneficiado, el contrarrelojista que mañana se sentirá en su charco. Con 30 años, Peraud ni soñaba con el Tour. Con 37 acaricia el podio, quizá la segunda plaza. En apenas 15 segundos están los tres: Pinot, en plena forma; Peraud, ante la ocasión de su vida, y Valverde, tocado física y psicológicamente. Lleva desde 2005 nadando para llegar al podio del Tour y, pese a su empeño y entrega, puede quedarse otra vez en la orilla. Es cuarto, a nada de Pinot y Bardet. Aún les puede sacar de la foto final en París. Valverde merece estar al menos una vez en esa imagen de los tres mejores del Tour, la carrera con la que nunca ha podido.
La etapa dejó además la expulsión del ciezano José Joaquín Rojas. El corredor fue expulsado del Tour por agarrarse de forma prolongada al coche de un equipo y haberse refugiado detrás del mismo en el descenso del Tourmalet.
Además de su expulsión, el ciclista fue multado con 200 francos suizos. La misma sanción fue impuesta al coche del segundo director del Movistar, Vicente García Acosta, que también fue excluido definitivamente de la carrera y deberá pagar la misma multa.
El director deportivo del Tour, Thierry Gouvenou, explicó a Efe que «fueron los miembros del jurado de la UCI quienes vieron la infracción y decidieron la sanción».
«Le han visto agarrarse a un coche de su equipo durante un buen rato y luego refugiarse detrás. Es una práctica que puede hacerse si no es muy prolongada», indicó Gouvenou.
viernes, 25 de julio de 2014
RELOJ BOTELLA, EL CINE ESPAÑOL NUTRE SAN SEBASTIAN,./ CILISMO, LA BANDA SONORA DE ' TIBURÓN' ASUSTA EN HAUTACAM,.
TÍTULO: RELOJ BOTELLA, EL CINE ESPAÑOL NUTRE SAN SEBASTIAN,.
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