ENTREVISTA
El aventurero ha escrito un libro sobre sus experiencias como alpinista,.
-foto--Jesús Calleja: 'No puedo tener pareja. viajo demasiado',.
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'Un hijo natural no me hubiera podido salir tan bueno como Ganesh. Me cuida mucho',.
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'No hay mayor placer, tampoco sexual, que alcanzar la cima del Everest',.
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'La Historia pondrá a Zapatero en mejor lugar del que está ahora',.
A sus 49 años, sorprende que Jesús Calleja siga vivo. Más pequeño en persona de lo que uno pensaría, él se ríe al escucharlo. Pero su historial como aventurero estremece. La primera vez que intentó escalar un 8.000 metros, el Cho Oyu, en Himalaya, vio cómo un escalador griego «en cuatro horas se volvió loco y en cinco se murió. Para mi desgracia, presencié el proceso de su muerte». Sin embargo, el aventurero no renunció. «No me gusta dejar cosas pendientes». Al año siguiente, coronó el pico. Después llegarían el mítico Everest, su expedición al Vinsón, la montaña más alta de la Antártida donde «el frío es tan intenso que tienes dolor de cabeza constantemente», o su descenso a la sima Kúbera-Voronya (Rusia), la cueva más profunda del mundo. Allí una lluvia torrencial le mantuvo aislado en un agujero sin luz ni alimentos durante varios días. «Intentaba que mi cabeza no diera vueltas al hecho de que aquel podía ser nuestro final».
El aventurero leonés cuenta con minuciosidad todas sus aventuras en su libro 'Si no te gusta tu vida, ¡cámbiala!', que se publica el martes 23 de septiembre. Un apasionante recorrido por sus desafíos extremos y también una ventana a la cara más íntima y desconocida de este explorador que de niño soñaba con ser Neil Armstrong.
- Tras leer su el libro parece un milagro que siga vivo...
- Yo nunca he pensado que fuera a morirme, eso te desgasta demasiado. En un 8.000 te puedes morir de muchas maneras: una avalancha, caerte en una grieta del glaciar, del mal de altura... eso es lo más peligroso porque la muerte súbita viene sin avisar. Contra un edema cerebral no puedes hacer nada, en una hora puedes estar muerto y eso psicológicamente bloquea mucho. Sabes que cuando te eches a dormir, igual no te levantas.
- ¿La descarga de adrenalina merece tanto la pena para correr ese riesgo?
- ¿Cuántos deportes conoces que expongan lo más preciado que es la vida por conseguir su objetivo? Sólo el alpinista. No imagináis lo que se siente.
- En el libro lo describe como un chute de adrenalina que parece casi un orgasmo...
- No te quepa la menor duda. No habrá nada que supere lo que yo sentí cuando alcancé la cumbre del Everest, ese éxtasis. Hasta tal punto que aquello condicionó toda mi vida. No hay placer, tampoco sexual, que se le pueda comparar. Así que tratas de volver a encontrar una y otra vez ese momento sublime.
- ¿Y qué ocurre con el amor? Este es un libro sin amor...
- Es que yo creo que la vida sentimental hay que guardarla, protegerla y preservarla. No me gusta exponerla. Yo no necesito sacar ningún beneficio de mi vida privada. Dicho todo esto, apenas se sabe nada de la vida privada de los grandes exploradores: Livingstone, Cristóbal Colón... Son vidas diferentes al uso, no puedes mantener una relación a no ser que tu pareja viaje contigo. ¿Y dónde voy a encontrar a alguien que se venga conmigo a estar dos meses sin ducharse en la selva o a la quinta catarata más alta del mundo? No puedes tener pareja, tienes que acostumbrarte a que tu vida sentimental sea variada en los países a los que vas (se ríe). Entiendes, ¿no?
- ¿Imagina cómo hubiera sido su vida de seguir de peluquero?
- La verdad es que no. Nunca me ha gustado tener un trabajo mucho tiempo. He cambiado infinidad de veces: he sido mecánico de coches, vendedor, guía de montaña... Pero hay que preguntarse, ¿qué es lo importante para ti? ¿Las vivencias o el dinero? Para mí la vida no está en las cosas materiales. No hay nada que me llene más que estar en la naturaleza con mis amigos.
- ¿Se le daba bien usar la tijera y el secador?
- Sí, al final no es tan difícil. Con la práctica, aprendes. Yo odio dos cosas: la rutina y la mediocridad. Si era peluquero tenía que ser el mejor, hacer cursos, ver las tendencias, innovar...
- Cuesta imaginarle como Ruphert oLlongueras...
- Pues cuando era peluquero, yo quería estar con los grandes. Iba a los cursos de Longueras y a seminarios.
- En el libro habla de Ganesh, el niño enfermo que trajo desde Nepal y acabó adoptando; ¿se siente padre?
- Nepal me ha dado tanto que quería devolvérselo. Me involucré trayendo a un niño que estaba a punto de morir. Al, final, claro que se ha convertido en mi hijo, aunque casi me cuida él más a mí que yo a él. Después, traje a un amigo suyo, Suresh, y a su hermana. Los quiero como a mis hijos. Que no son naturales es cierto. Que no figuran como tales en documentos es cierto. Pero no importa. Es muy bonito ver esta acción reacción, has salvado una vida, y ellos ahora están casados y han tenido hijos, dando lugar a nuevas vidas. Yo estoy muy contento por ello y me considero mucho más rico.
- ¿Le hubiera gustado tener un hijo propio?
- Nunca me ha importado. Yo me dejo llevar por la vida y Ganesh, a todos los efectos, es mi hijo. Uno natural no hubiera podido salir tan bueno como él, que es un cacho de pan.
- En el libro muestra una vena muy mística en momentos duros. ¿Cuál es su idea de Dios?
- Yo me lo estoy pasando tan bien en la vida que me jodería mucho morirme y que no hubiera nada. Sería un bluf. Yo tengo la suerte de haber viajado por muchas culturas y hablando con los sherpas, me han hecho ver que igual hay un alma o un yo, que es quien da las órdenes al cerebro. Así que igual existe algo que desconocemos. Que haya un Dios que lo creó me parece difícil pero que haya un alma que, cuando no está en este cuerpo, se vaya a otro... igual.
- ¿En quién le gustaría reencarnarse?
- Pues en mí, es que lo he pasado también, me gustaría que todo siguiera igual...
- En el libro habla también del programa que hizo con Zapatero subiendo a los Picos de Europa. Él era su vecino. ¿Había cambiado mucho?
- Era como es. Una persona muy correcta, muy amable, muy idealista. Tenía sus ideas sociales y desde que era pequeño tenía esa obsesión. Hay que reconocerle que se equivocó en muchas cosas, pero dio un ejemplo en materia de derechos sociales. Luego la crisis se le fue de las manos, pero no a él sino a todo el mundo. Probablemente, la Historia le pondrá en mejor situación de la que está ahora. Yo le tengo mucho aprecio y le miro con buenos ojos.
- En su libro también reta a Rajoy a algún tipo de desafío...
- Yo le llevaría encantado. Sería un honor y un placer. Porque querría preguntarle muchas cosas de buen rollo. Además, yo creo que él debe tener buena preparación física porque es necesaria para aguantar la tensión de un cargo así. Le retaría a algo de bicicleta, que le gusta.
- TÍTULO: PRIMER PLANO Y A FONDO - BALONCESTO - Parejo resucita al Cáceres .
BALONCESTOParejo resucita al Cáceres / foto
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Pese a las bajas de Mockford y Kasse, los cacereños lograron aguantar el tipo frente a Melilla para cortar la racha de seis derrotas
- Contra todo pronóstico, contra sus propias adversidades en forma de
dinámica y de lesiones y, por último, contra un rival como Melilla que
siempre mostró regularidad y nunca perdió la cara al partido. Así logró
ayer el Cáceres zanjar su racha de seis derrotas consecutivas para
imponerse a un rival de campanillas que, quizás, no salió sobre el
parqué cacereño algo confiado.
Las circunstancias, con Kasse y Ben Mockford sin llegar a vestirse de corto, obligaron a que el Cáceres tuviese que jugar muchos minutos con dos bases en pista, lo que en algunos momentos repercutió de forma positiva en una mayor fluidez ofensiva y agresividad defensiva.
Arrancó el Cáceres gustándose a sí mismo, con fluidez y encontrando buenas posiciones de tiro para anotar desde más allá de la línea de 6,75 metros. Dos triples del capitán Parejo, uno de Marco y otro de Añaterve llevaban el marcador al 14-9 frente a un Melilla que tampoco desaprovechaba sus opciones atacantes. Posteriormente, el equipo norteafricano puso en más aprietos al Cáceres, gracias en gran parte a la labor de Hernández-Sonseca y de Brandon, quienes llevaron a los visitantes a un parcial favorable de 0-9, que sirvió para que Melilla tomase distancia. No obstante, las rotaciones de Ñete Bohigas surtieron su efecto y el Cáceres consiguió hacer tablas al final del primer cuarto gracias a un triple casi sobre la bocina de Jakstas (20-20).
Segundo cuartoEn el principio del segundo cuarto predominó la igualdad, rota por momentos por un gran Guillermo Corrales, quien aprovechó su tiempo en pista para ligar dos buenas acciones consecutivas, con un triple y un robo de balón que él mismo culminó en aro contrario para llevar al Cáceres cuatro arriba (27-23) a falta de ocho minutos y medio para el descanso. No se vino abajo el Melilla que, con regularidad, logró posteriormente darle la vuelta al marcador (29-30).
Pese a ello, el Cáceres consiguió aguantar el tipo con una buena dosis de intensidad y merced en gran parte a un Sergio Pérez que, con dos triples y varias buenas acciones, consiguió que su equipo se marchase con ventaja al descanso. Como colofón, un lejano triple de Parejo 'a la remanguillé' sobre la bocina levantaba al respetable de sus asientos para dar alas y quitar, momentáneamente, algunas piedras a la ya conocida mochila de Ñete Bohigas. (47-40) con todo por decidir.
Fue en el inicio del tercer cuarto, con una fría salida del Cáceres, cuando Hernández-Sonseca sacó los pupitres del vestuario, sentó a su rival y se puso a dictar la lección en unos magistrales minutos en los que se echó, literalmente, el equipo a la espalda, anotando, asistiendo y reboteando, hasta acercar a Melilla a tan solo un punto (49-48) en los tres primeros minutos tras el tiempo de asueto. Pese a la contraposición y al empuje de Parejo, Melilla volvió por momentos a llevar las riendas (54-55) a tres minutos para el último cuarto, pero nuevamente los hombres de la rotación cacereña supieron mantener la concentración para no irse del partido, llegando a conservar parte de la renta obtenida en el segundo (62-57) con todo por decidir a falta de 10 minutos.
Tímido arranqueEl último cuarto se caracterizó por el tímido arranque verdinegro, que hizo que Melilla acabase con la desventaja. La situación adversa hizo despertar nuevamente al cuadro de Bohigas para rehacerse, manteniendo un 67-63 a falta de seis minutos y medio para el final. Pero nuevamente Melilla supo aprovechar algún error defensivo local para colocarse uno arriba (67-68) a falta de cinco minutos. Una vez más apareció Parejo para, con un triple, arrojar luz (71-68) a falta de cuatro minutos.
En los tres últimos minutos se entró con empate a 71. Y entonces volvió a aparecer Parejo. Primero con una buena jugada personal en la que anotó y además sacó falta a su defensor y luego con una inteligente asistencia. (75-71) a falta de dos minutos y 15 segundos. El Cáceres, no sin sufrimiento, supo mantener su ventaja para finalizar con un 82-79 en un final de partido con intriga y en el que Parejo volvió a echarse el equipo a la espalda en los momentos en los que más quemaba el balón.
- Contra todo pronóstico, contra sus propias adversidades en forma de
dinámica y de lesiones y, por último, contra un rival como Melilla que
siempre mostró regularidad y nunca perdió la cara al partido. Así logró
ayer el Cáceres zanjar su racha de seis derrotas consecutivas para
imponerse a un rival de campanillas que, quizás, no salió sobre el
parqué cacereño algo confiado.
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