TITULO: Cartas en el tiempo - El tsunami de la quinta ola obliga a las autonomías a endurecer restricciones ,.
Cartas en el tiempo ,.
'Cartas en el tiempo' - El tsunami de la quinta ola obliga a las autonomías a endurecer restricciones,.
Miércoles -21- Julio a las 20:00 en La 2 / foto.
El tsunami de la quinta ola obliga a las autonomías a endurecer restricciones,.
La mayoría se encuentra en riesgo muy alto y solo Castilla-La Mancha registra la incidencia más baja de contagio del país,.
Con una incidencia de la covid-19 desbocada, hospitales que ya advierten del aumento de ingresos en las UCI y centros de Atención Primaria colapsados, las comunidades autónomas buscan sus herramientas para tratar de contener la quinta ola de la pandemia. Mientras unas cuentan con el respaldo judicial para implantar toques de queda,.
No habrá un nuevo estado de alarma para combatir a quinta ola del coronavirus a pesar de que la incidencia sigue creciendo en todos los territorios y pese a que los tribunales siguen emitiendo fallos contradictorios sobre las restricciones acordadas por los Ejecutivos autonómicos, sobre todo en lo referido al toque de queda.
El Gobierno de Pedro Sánchez rechazó hoy volver a aprobar un nuevo decreto para activar la normativa de excepción. Y lo hizo solo horas después de que el pasado lunes el lehendakari Iñigo Urkullu le pidiera retomar las limitaciones de movilidad nocturna, en una carta en la que también solicitó al jefe del Ejecutivo central volver a hacer obligatorio el uso de las mascarillas en los espacios abiertos en todo el territorio nacional.
«El Gobierno cree que hay margen por parte de las comunidades para avanzar en las medidas de contención de los contagios. Ese es el marco en el que creemos que tenemos que movernos«, apuntó hoy la portavoz Isabel Rodríguez.
El Ejecutivo vasco fue el primero en dirigirse formal y personalmente a Sánchez para pedirle un mecanismo para activar el toque de queda de nuevo. Urkullu, tras el varapalo del Constitucional, evitó referirse expresamente a declarar un tercer estado de alarma (único mecanismo legal), después del que estuvo vigente entre el 14 de marzo y el 20 de junio –y cuyo confinamiento domiciliario ha sido declarado ilegal por el Constitucional- y el que se activó entre noviembre y mayo de este año para permitir a las comunidades autónomas decretar sin la tutela de sus respectivos tribunales superiores de justicia restricciones como toques de queda, limitaciones en las reuniones sociales o perimetraciones autonómicas.
Sin el amparo de este último estado de alarma, la Comunidad Valenciana, Cataluña y Cantabria han conseguido luz verde de sus TSJ para los toques de queda, mientras que en Canarias, Extremadura y hoy mismo Navarra han sido rechazados por la justicia.
La Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Navarra (TSJN) denegó el toque de queda solicitado por el Gobierno foral entre la 1 y las 6 horas para los municipios en situación de riesgo muy alto por covid-19 a pesar de tratarse de una de las comunidades más azotadas por esta quinta ola.
El toque de queda hubiera afectado así al 80% de los municipios de la comunidad y al 90% de su población. El Ejecutivo navarro pretendía que la medida entrara en vigor en la madrugada de este martes.
Supremo, de nuevo
El galimatías provocado por esta nueva avalancha de conflictos judiciales volverá a involucrar al Tribunal Supremo, ya que hoy mismo el Gobierno canario, haciendo uso de la reforma exprés aprobada por el Ejecutivo de Sánchez para tratar de evitar precisamente este lío jurídico, pidió al alto tribunal que falle sobre la legalidad o no de los toques de queda limitados a zonas de alta incidencia.
Será la primera vez que el Supremo se manifieste sobre la legalidad de este recorte de libertades tras el fallo de la semana pasada del Constitucional. No obstante, en junio, el alto tribunal ya zanjó, en una sentencia que tumbo los toques de queda en Baleares, que la Ley Orgánica de Medidas Especiales en Materia de Salud Pública de 1986, que es la normativa a la que han apelado todas las autonomías que han impuesto restricciones tras el fin de la alarma, sí que permitiría ciertas limitaciones de derechos fundamentales, pero nunca de forma masiva e indiscriminada.
TITULO: Las rutas de Ambrosio - Heráclito: «La naturaleza ama ocultarse» ,.
El sabado -24- Julio a las 19:10 por La 2, foto,.
Heráclito: «La naturaleza ama ocultarse»
Para Pensar
¿Podríamos cultivar una relación más sostenible con el mundo natural basada en el respeto, participando en esa tendencia a ocultarse que tiene la propia naturaleza?,.
El pensamiento de los antiguos filósofos griegos, como Heráclito, nos resulta extraño e impenetrable. Para visualizar mentalmente lo que podría querer decir, pensemos en una planta cuyas raíces se adentran en la tierra, y que crece porque esa parte permanece en la oscuridad mientras que la otra parte está expuesta a la luz del sol. Si la naturaleza fuera una planta gigantesca, entonces se desplegaría desde lo oculto de su raíz. Pero eso no es todo. La naturaleza de Heráclito no es neutra, no es indiferente: ama –tiende activamente a– ocultarse. El carácter no neutral de nuestras ciencias y tecnologías es exactamente lo contrario: queremos desvelar, revelar, arrancar a la naturaleza sus secretos y recrear o modificar tecnológicamente sus productos, por ejemplo, mediante manipulaciones genéticas. ¿Podríamos cultivar una relación más sostenible con el mundo natural basada en el respeto, participando en esa tendencia a ocultarse que tiene la propia naturaleza?,.
TITULO: LAS RUTAS DE VERONICA - Karlos Arguiñano: «De pequeño los pasaba castigado, porque era mal estudiante» ,.
El sabado-24- Julio a las 18:10 por La 2, foto,.
Karlos Arguiñano: «De pequeño los pasaba castigado, porque era mal estudiante»,.
Mi verano azul,.
Pasaron los años y el cocinero descubrió los veranos azules, siempre con el mar como protagonista,.
«La mayoría de la gente tiene buenos recuerdos de los veranos de su infancia, pero no es mi caso. Era muy mal estudiante y si echo la vista atrás lo primero que se me viene a la cabeza es la sensación de estar siempre castigado. Los veranos de cuando era pequeño tiran más a marrón que a azul», cometa con sorma el cocinero guipuzcoano Karlos Arguiñano. Los siguientes los vivió «trabajando a tope» en su restaurante de Zarautz junto a Luisi, su mujer. «Aquellos eran más bien rojos de todo lo que currábamos», describe.
Pero pasaron los años y Karlos Arguiñano descubrió los veranos azules, siempre con el mar como protagonista. «En los 90, cuando ya estaba a tope con los programas de televisión, me aparté un poco de la cocina del restaurante y pude disfrutar realmente de las vacaciones. Siendo yo de Beasain, me compré un barquito. Recuerdo con mucho cariño los maravillosos veranos que pasé disfrutando del mar con Mariano Irigoien, un pescador jubilado de Getaria que asumió la capitanía. Él lo llamaba 'canoa', pero a mí me parecía un pedazo de barco», bromea.
TITULO: ¡ Qué grande es el cine ! - ME RESBALA - AQUEMARROPA - ¡ QUE TIEMPO TAN FELIZ ! - EL HORMIGUERO VIERNES -30- Julio - Alba Torrens ,.
¡Qué grande es el cine!,.
¡Qué grande es el cine! fue un programa de cine dirigido por José Luis Garci y emitido por Televisión Española por su cadena La 2.
El programa comenzaba con una presentacLa actriz Juana Acostaión de la película que se
emitía esa noche, posteriormente esta película se emitía y acababa con
una tertulia entre Garci y los invitados del día sobre ella.1 El programa comenzó a llevarse a cabo en enero de 1995 y comenzó sus emisiones el 13 de febrero del mismo año., etc.
¡ Qué grande es el cine ! - ME RESBALA - AQUEMARROPA - ¡ QUE TIEMPO TAN FELIZ ! - EL HORMIGUERO VIERNES -30- Julio - Alba Torrens ,. fotos,.
Alba Torrens,.
Alba Torrens: «Si algo tiene este equipo es que sabe levantarse»,.
La mallorquina subraya el deseo de la selección española femenina de baloncesto de reivindicarse tras la decepción del reciente Eurobasket que ella se perdió por coronavirus,.
La voz de Alba Torrens suena amable al otro lado del teléfono, como siempre. Da igual que haga unos días que haya pasado uno de los episodios más amargos de su carrera, apartada del Europeo a solo unas horas del inicio tras haberse contagiado de coronavirus, porque la jugadora de la selección española femenina de baloncesto siempre tiene una sonrisa para acompañar su discurso reflexivo. Conversación que discurre fluida mientras espera su estreno en los Juegos de Tokio, cita que el equipo tiene marcada a fuego tras la decepción del Eurobasket celebrado en Valencia.
-¿Cómo cambian las cosas en un momento, no?
Totalmente. Siempre vivimos en incertidumbre, pero parece que ahora un poco más que nunca. Lo que decimos de vivir el momento cobra más sentido para mí por todo lo que me ha pasado. Con el coronavirus, en un momento te cambia la vida y los planes que tienes hechos se van a la papelera. Tenía muchas ganas de jugar el Europeo, pero no pudo ser por el positivo. En ese momento, lo que intenté fue coger un poco de distancia, ver que tanto Tamara Abalde (la otra contagiada) como yo estábamos bien que es lo importante. Aunque doler, duele, no le voy a engañar. Tenía mucha ilusión y me quedé con las ganas.
-¿Le dio muchas vueltas a la cabeza sobre cómo se pudo contagiar?
No. No. Siendo sincera, no. Estaba tranquila. Intenté hacer las cosas lo mejor posible. Estábamos en burbuja, tomé las medidas... No recordaba contactos fuera de la burbuja, pero no lo podemos controlar mucho. Lo pensé, pero no le di muchas vueltas porque ya no tenía solución y opté por pensar en el presente, en estar lo mejor posible y en recuperarme para el futuro.
-Y ahora, ¿ve cierta psicosis en el vestuario por extremar las precauciones para que no ocurra algo igual?
No, porque es que siempre las tenemos muy presentes esas precauciones. Ahora y entonces. Seguimos haciendo lo mismo, estábamos en la burbuja y ahora igual. Estamos viviendo una pandemia y nadie está libre de contagiarse. No se puede controlar todo y hay que vivir con ese pequeño riesgo de contagio que le puede pasar a cualquiera.
-¿Cómo recuerda el momento en el que le dijeron que se perdía el Europeo?
Pues fue un momento muy amargo. Muy duro. No me lo esperaba. Intenté tomar perspectiva, pensar en positivo y estar bien. Sabiendo lo peligroso que está siendo para todo el mundo y el daño que está causando en todos los sentidos, en mi caso lo importante fue dar gracias por no estar peor.
-¿Se parece la sensación a la de tener una lesión?
Son cosas diferentes. Quizá tenemos más asumido que las lesiones forman parte de nuestro deporte, pero esto es algo nuevo. Si acaso es parecido por aquello de que te llegan ambas cosas de manera inesperada y te pillan con la guardia baja.
-Se sufre mucho desde la grada, pero ¿cuánto se sufre desde el hotel?
Uffff, pues mucho. No fueron momentos fáciles. Estaba en la habitación, sola, viendo los partidos y se hacía muy duro. Sufría mucho en cada encuentro, pero también en el resto del tiempo. Intentaba estar cerca de ellas de alguna manera, con mensajes y llamadas, pero no es lo mismo. Sí que se pasan muchos más nervios estando lejos que cuando estás en la cancha.
-Decía Laia Palau que se han regalado mucho amor estos días, ¿es ese el motor del equipo?
Sí. Muchas veces, cuando no encontramos la respuestas a un problema, lo que hay que hacer es regalar amor. El amor es la respuesta para casi todo. A menudo nos complicamos y muchas veces basta con el cariño para ayudar. El amor, el apoyo, el cariño… Esos días se demostró lo unidas que estamos. Va más allá del baloncesto y es algo que se puede aplicar en la vida. El amor es lo que hace que sigamos en este mundo.
-¿Con qué sensación llega a los Juegos?
Intento hacerlo con las mismas ganas y ambición con las que lo hacía antes del Europeo. El haberme quedado fuera y haber pasado la enfermedad no hace que me cambie nada. Una cosa no tiene nada que ver con la otra. Son momentos diferentes y yo solo me preocupo por vivir este presente. Me centro en el día a día sin pensar en el pasado ni tener expectativas en el futuro. Lo que hacemos hoy es lo que nos va a ayudar en el mañana y por eso no pienso más allá. Las emociones del pasado no suelen ser buenas. Lo que sí tengo es ilusión y ganas y esto es el motor para trabajar mejor y prepararte mejor.
-¿Y el vestuario cómo se lo encontró tras la decepción del Europeo?
Este equipo tiene algo muy bueno que es que sabe levantarse. Volver de los problemas. No tuvimos el resultado esperado, pero competimos al máximo a pesar de los problemas. Pudimos ganar a la campeona de Europa incluso y eso deja claro que la línea entre ganar y perder es muy fina actualmente en el baloncesto femenino. Esa forma de competir demuestra que el equipo sigue ahí a pesar de las derrotas. No sabemos cómo irán los Juegos, pero vamos a llegar bien preparadas porque la primera fase del torneo olímpico es muy complicada ya.
-Primera fase donde ya podrán tener revancha ante Serbia…
No quiero pensar en eso. Tenemos que plantearlo como un partido nuevo, sin pensar en revanchas. Es importante saber qué hicimos bien y qué tenemos que mejorar. Centrar la energía en ese momento y así daremos lo mejor. Pero antes está Corea, no lo olvide.
-Visto lo bien que lo hicieron las jóvenes en el Eurobasket, ¿cree que se tiene que hablar ya de ellas como presente?
Totalmente. Vimos cómo daban un paso adelante en medio de los problemas, en un Europeo de mucha calidad, y dejaban su sello. Es una gran noticia para el equipo. Al final han sido valientes y han demostrado estar listas para competir, demostrando una madurez que impresiona para la edad que tienen.
-¿Piensa en las medallas para compensar la ausencia de España en el próximo Mundial?
No pensamos en eso. Son cosas independientes. Pensamos en la primera fase de grupo, en hacer bien las cosas. ¿Soñar? También, por supuesto que sí. Hay que soñar en grande. Yo soy de esas y el equipo sueña con lograr una medalla y eso es bueno. Hay que creer en las cosas para poder conseguirlas, pero a la vez hay que ser realistas y dejarlo ahí aparcado ese sueño y centrarnos en Corea y en ese primer partido de la primera fase.
TITULO: ¿Dónde estabas entonces? - Un salón social del Holocausto , , Martes -20- Julio,.
Este martes -20- Julio ,. , a las 22.30, La Sexta emite una nueva entrega de la tercera temporada de '¿Dónde estabas entonces?', presentada por Ana Pastor. fotos,.
Un salón social del Holocausto,.
Auschwitz. Una fundación quiere recuperar el ajado gran comedor de las SS, donde los soldados que exterminaron a más de un millón de judíos pasaban sus ratos de ocio,.
Con el fin de que no caiga en el olvido este «epicentro del Holocausto», una fundación polaca va a restaurar el gran comedor donde los guardias de las SS del campo de exterminio nazi de Auschwitz-Birkenau iban a distraerse tras sus jornadas repletas de crímenes. Los miembros de esta unidad nazi iban allí a comer, a beber o para asistir a ceremonia,.
Sobrevivir al infierno de Auschwitz para acabar en el del gulag. Esa es la terrible historia de Cilka Klein, la adolescente cuya estremecedora peripecia novela la escritora neozelandesa Heather Morris en ' El viaje de Cilka' (Espasa). Es, en cierto modo, la continuación de 'El tatuador de Auschwitz', uno de los mayores éxitos editoriales de los últimos años, y con el que Morris aspira a repetir bombazo.
Cilka sobrevivió en el campo de extermino nazi convirtiéndose, con 16 años, en esclava sexual del comandante de Auschwitz-Birkenau. Ser su amante forzada sería su salvavidas; un ominoso pasaporte a la supervivencia, pero también hacia una nueva condena y al horror de los campos soviéticos.
Tras la liberación del campo nazi del sur de Polonia donde fueron exterminados más de un millón de personas, la mayoría judíos, la joven Cilka fue acusada de «dormir con el enemigo» y condenada a diez años de trabajos forzados en el gulag de Vorkutá, en el corazón de Siberia, a 150 kilómetros del círculo polar Ártico. Acusada de prostituirse y colaborar con sus primeros captores, la muchacha pasaría así del infierno nazi al estalinsita.
La escritora neozelandesa retoma con 'El viaje de Cilka' la terrible historia del tatuador del campo de exterminio
La joven Cilka aparecía ya en 'El tatuador de Auschwitz', la primera novela de Morris, que asegura haber novelado de nuevo una historia real, aunque esta vez hayan arreciado las criticas. El hijastro de Cilka acusó a Morris de desprestigiar a su madrastra, y una investigadora del Holocausto ha puesto en duda la veracidad de la historia, acusando a la autora neozelandesa de escribir un libro «peligroso e irrespetuoso» con lo ocurrido en Auschwitz.
Wanda Witek-Malickan asegura en la revista oficial del memorial Auschwitz que Cilka no fue esclava sexual del comandante Johann Schwarzhuber y que la relación «ni siquiera existió», ya que el oficial nazi habría sido «severamente castigado por ello». Morris se defiende y arguye que se basa en investigaciones, testimonios y entrevistas con presos que se referían a Cilka como «la novia del comandante». No quiere polemizar. Reitera que ha escrito una «novela», que mezcla hechos reales y ficticios, y que «debe leerse como tal». «Soy una autora de ficción, no una historiadora», repite.
Todo parte del relato de Ludwig 'Lale' Sokolov, antes apellidado Eisenberg, y encargado de tatuar los oprobiosos números a los prisioneros que llegaban a Auschwitz. Morris conoció a Solokov por casualidad tras la muere de su esposa Gita y cuando el tatuador pidió a su hijo que buscara a alguien «no judío» para contarle su historia. Su testimonio fue la base del primer libro de Morris, pero Sokolov pidió a la escritora que contara también la historia de Cilka. « Fue la persona más valiente que he conocido y quien me salvó la vida para que yo pudiera contarlo 60 años después», recuerda Morris que le repetía el tatuador, fallecido en 2006, y a quien la escritora prometió que no cejaría en sus esfuerzos para contar ambas historias.
Morris localizó algunos documentos –la partida de nacimiento de Cilka, sus expedientes escolares con excelentes notas las matemáticas y en deporte, y el certificado de matrimonio de sus padres– y obtuvo testimonios sobre la adolescente de dos grupos de supervivientes de Auschwitz en Australia y en Eslovaquia. Destaca que cuando fue capturada la pequeña Cilka, de apenas metro y medio de altura, «era casi una niña muy inocente y pura», y como « miraba a los guardianes de las SS a los ojos». «Era la pequeña de tres hermanas, pero la que mandaba en su casa con la aquiescencia de su padres, que la trataban como si fuera el chico de la casa. Testaruda y extrovertida, su fuerte personalidad fue lo que le ayudó a sobrevivir, porque, como Cilka, decía, 'morir no es una opción'», rememora Morris.
Auxuliar médico
La escritora visitó cuatro veces el pueblo de Eslovaquia oriental donde vivió Cilka. Conoció a vecinos y familiares, localizó su tumba, la calle en la que estuvo la casa en que la detuvieron los nazis, y la derruida sinagoga donde rezaba con su familia. Morris encargó luego una investigación sobre el campo de Vorkutá, donde la joven fue recluida a los 19 años, y donde siguen muchos de los papeles del gulag que Moscú no ha desclasificado. A partir de testimonios sobre su labor junto a un médico de Georgia en el hospital y en las ambulancias, Morris «imagina» su vida en el gulag y «la interacción con los demás prisioneros».
El vasto complejo del gulag de Vorkutá incluía una mina en la que Cilka habría auxiliado a víctimas de los frecuentes derrumbamientos y «a separar a los vivos de los muertos», dice Morris, autora de una historia recreada mediante diálogos y casi siempre en primera persona, narrando «con las palabras de los personajes» para que «se oyeran sus voces y no la mía».
No descarta Morris mantenerse en la misma senda y abordar otras historias sobre el Holocausto. 'El tatuador de Auschwitz', ópera prima, de la antigua asistente social, copó hace dos años las listas de éxitos en EE UU, se tradujo a 47 idiomas y ha vendido más de tres millones de ejemplares en medio centenar de países. Ha dado lugar a una serie británica de seis capítulos en preparación y se anticipó al alud de ficciones sobre los campos de exterminio nazis.
TITULO: Informe Robinson - Fútbol atómico en Japón ,.
Fútbol atómico en Japón,.
A solo 20 kilómetros de la planta de Fukushima 1, el centro de entrenamiento nacional japonés, J-Village, sirvió como base de operaciones tras el accidente nuclear que provocó el tsunami de 2011,.
fotos / Dando la sorpresa, la selección olímpica de fútbol de Japón arrancó un empate el sábado contra España en un amistoso de preparación para los Juegos de Tokio, que empiezan este viernes. Con la presencia de Pedri, Oyarzabal, Olmo y Unai Simón, que deslumbraron en la pasada Eurocopa, La Roja olímpica es una de las favoritas para estos Juegos, pero Japón resistió sus continuos ataques y estuvo a punto de ganar al final del partido. Los 'Samuráis Azules', como se conoce a la selección nipona, demostraron la resistencia atómica que caracteriza a este país, que tiene su mejor ejemplo en el fútbol pese a no ser uno de sus deportes más populares.
Además de por su extraordinario crecimiento económico en las décadas posteriores a las bombas nucleares de Hiroshima y Nagasaki, puede que su secreto radique en J-Village. Inaugurada en 1997, así se llama la base de entrenamiento de la selección nipona de fútbol, enclavada a solo 20 kilómetros de la siniestrada central nuclear de Fukushima, donde tres de sus seis reactores se fundieron por el tsunami que arrasó la costa nororiental de Japón el 11 de marzo de 2011.
Una década después de aquella catástrofe, y si el coronavirus lo permite, el imperio del Sol Naciente intenta reponerse con los Juegos Olímpicos de Tokio, que tienen subsedes en Fukushima y otras prefecturas afectadas por el tsunami y el accidente nuclear, el peor de la historia tras el de Chernóbil en 1986.
De hecho, J-Village está tan cerca de la planta siniestrada que fue usado como base de operaciones para luchar primero contra sus fugas radiactivas y luego durante los trabajos de descontaminación y desmantelamiento, que siguen en la actualidad y durarán todavía cuatro décadas. Elevado 50 metros sobre el nivel del mar, este enorme complejo deportivo situado frente al océano Pacífico se libró del tsunami, pero no de la radiación. En los días posteriores a la tragedia, cuando tres reactores nucleares se fundieron total o parcialmente al calentarse por falta de refrigeración eléctrica, de los campos de césped de J-Village despegaban los helicópteros que los regaban constantemente para que no explotaran como el de Chernóbil. En lugar de equipaciones deportivas, por sus instalaciones desfilaban trajes especiales de protección contra la radiactividad. En sus vestuarios, por donde antes habían pasado las estrellas del fútbol japonés, los trabajadores que intentaban controlar las fugas de Fukushima se cambiaban de ropa antes de dirigirse en autobuses sellados al frente atómico.
Una vez estabilizados los reactores, J-Village siguió siendo el puesto de mando desde el que se dirigían los trabajos en la central. Aunque la eléctrica propietaria, Tepco, construyó un nuevo cuartel general en la planta de Fukushima que entró en funcionamiento en 2013, continuó usando J-Village como centro de recepción de sus visitantes. Por allí pasó este corresponsal antes de su primera visita a la central en 2015. Bajo los cuadros con las firmas de los equipos que habían entrenado en sus campos, incluyendo a la selección nipona, los guías de Tepco nos contaban la titánica lucha contra la radiactividad en Fukushima. Entre fantasmagóricos monos NBQ contra la contaminación nuclear, biológica y química, nos detallaban el reto de retirar los escombros y el material fundido de los reactores y nos explicaban con cifras la dosis de radiación que íbamos a recibir durante nuestra visita. Con la leyenda 'Ganbatte' escrita en vistosos caracteres nipones, un cartel colgaba de la cristalera de su salón principal, presidido por una estatua de tres jugadores disputándose un balón. Como si fuera una visión surrealista, operarios ataviados con mascarillas y trajes de faena emergían tras las puertas correderas del edificio, decoradas con la foto oficial de los 'Samuráis Azules' y con pegatinas de Adidas, su patrocinador.
Remodelación
Sin espacio para el fútbol, así estuvo funcionando hasta julio de 2018, cuando fue parcialmente reabierto para los entrenamientos deportivos. Pero su reforma definitiva y reapertura oficial no tuvo lugar hasta el 20 de abril de 2019, cuando volvió a recuperar su misión como centro de alto rendimiento del balompié japonés. Con sus instalaciones remodeladas, J-Village ocupa 49 hectáreas que incluyen un estadio para 5.000 espectadores, ocho campos de césped natural y tres de hierba artificial. Además de gimnasio y piscina, cuenta con un estadio cubierto con una cúpula de cristal para poder jugar en caso de lluvia. Disponible para entrenamientos y seminarios, tiene alojamiento para 200 visitantes y ha acogido a otras selecciones nacionales como la de Argentina en el Mundial de Japón y Corea del Sur de 2002 y, en 2019, a la de rugby de ese mismo país durante la Copa del Mundo.
Como símbolo de la recuperación del nordeste de Japón (Tohoku) tras el tsunami y el desastre nuclear de Fukushima, J-Village fue el pasado 25 de marzo el punto de partida de la llama olímpica en su relevo por suelo nipón. Aunque no asistieron espectadores por las restricciones del coronavirus, la primera llama la prendieron las jugadoras de la selección femenina de fútbol de Japón, que en 2011 hicieron la proeza de ganar su primer Mundial. Conocidas como las 'Nadeshiko' –el nombre de la planta que simboliza el ideal de belleza nipón– tuvieron tan gran honor por haber protagonizado el mayor éxito deportivo de Japón. Sin mascarilla contra el coronavirus ni contra la radiación, corrieron sonrientes con la llama para escenificar el florecimiento olímpico de Japón gracias al fútbol atómico de J-Village.
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