lunes, 23 de diciembre de 2013

EL FUTBOL EXTREMEÑO,. Alejo y Sunny le ganan la partida a Chema,./ EL GRAN VINO EXTREMEÑO,.UN EMPATE Y UN ARBITRO PROTAGONISTA,.

  1. TÍTULO: EL FUTBOL EXTREMEÑO,. Alejo y Sunny le ganan la partida a Chema,.

    Alejo y Sunny le ganan la partida a ChemaPues lo primero es lo primero: el patético césped del estadio Romano impidió a 5.000 espectadores disfrutar ayer otra vez de un mejor partido...foto,.
     

    TERCERA

    Alejo y Sunny le ganan la partida a Chema

    Dos goles del placentino y uno del nigeriano resuelven para el Mérida un partido marcado por el lamentable césped y las jugadas polémicas


    Pues lo primero es lo primero: el patético césped del estadio Romano impidió a 5.000 espectadores disfrutar ayer otra vez de un mejor partido, como ya sucediera también ante el Villanovense y el Extremadura. El padre de la idea de echarle arena al terreno de juego se ha ganado la gloria bendita y eterna: por intentar hacer una resiembra en octubre y porque allá donde no hay arena (como, por ejemplo, desde las líneas de banda hasta las gradas) está el césped mucho mejor que donde se juega. No obstante, sea de quien sea la culpa, el caso es que al Romano le regalaron una alfombra en verano del 2009 y, cuatro años después, es una auténtica vergüenza. Y va camino de seguir abochornando al club, a los jugadores, a su afición y a la ciudad durante muchos partidos más. Una pena que haya coincidido tal desastre con el proyecto más serio y el mejor equipo que se le recuerda al Mérida en años.
    Y disculpen las molestias, pero es que no se puede explicar lo que dieron de sí ayer Mérida y Coria sin apuntar primero al piso. Sin embargo, a pesar de que no se podía regatear, combinar, tirar paredes, etcétera... el Coria exhibió maneras de equipo hecho y sólido, o sea de aspirante puro a playoff. Durante la primera media hora de partido maniató y hasta superó al Mérida, tanto tácticamente como en el despliegue. Recuperaba muy arriba y encontraba rápido a Chema Martín. Como no le salían los pases en corto, el Mérida intentó jugar en largo. Pero tampoco. No se encontraba a gusto el bloque de Plaza, con regalos atrás e imprecisiones arriba. Sus dos cerebros, Amaro y Troiteiro, sufrían buenos marcajes al hombre.
    Pero entonces se llegó el tramo polémico del partido, para desgracia de Aparicio Álvarez. Como aquí no existen prismas grises, sino blancos o negros según qué afición, el lío está montado. Ahí va lo que se protesta:
    Uno: el Mérida, al que no le hace falta mucho juego para asestarle un buen sopapo a cualquiera, llegó por fin con relativo peligro al área rival en el 27' de partido. Y entre rebotes, trompicones y mala salida de Jiménez, el balón le llegó a Juan Germán, al que trabaron por detrás justo cuando iba a disparar. Penalti y amarilla a Juanqui. Parece clarísimo. El Mérida pidió la roja. La pena máxima la transformó David Alejo.
    Dos: siete minutos después de eso, una falta en el círculo central de Juanqui sobre Cristo provocó la segunda amarilla del mediocentro celeste. Para los caurienses no fue amarilla; para los emeritenses, en cambio, fue clara.
    Tres: Carlos, un verdadero suplicio para Jonhy durante toda la primera parte por la banda derecha del ataque cauriense, cayó ante Mansilla en el 38'. Penalti. No parece tan claro abajo, pero los protagonistas advierten que le agarra por la cintura. Gol de Chema Martín.
    Y cuatro: poco después, en el 42', tras un gran disparo de Troiteiro y una mejor parada de Jiménez, el córner venidero da lugar al gol de Chiettino desde casi la misma línea de gol. El Coria reclama falta en la salida sobre su guardameta, que lo parece, y fuera de juego de Chiettino cuando remata, que da lugar a muchas dudas.
    Y a partir de ahí, el Coria se queja y señala al colegiado y el Mérida opina todo lo contrario y recuerda que fueron cuatro goles. Lo cierto es que, por muy valiente que se mostró siempre el equipo de Rus, el Mérida fue superior a partir del 1-0. Le conviene la locura, se deleita en los espacios. Así, el equipo de Plaza es imparable. De hecho, continúa invicto.
    Tras la vorágine de jugadas polémicas, David Alejo se encargó del 3-1 segundos antes del descanso tras un mano a mano bien ejecutado. Y ya al cuarto de hora de la segunda parte, Sunny llegó antes que Jiménez a un pase en profundidad de Juan Germán para regatear al guardameta celeste y batir a placer con la cabeza. 

    TÍTULO:  EL GRAN VINO EXTREMEÑO,.UN  EMPATE Y UN ARBITRO PROTAGONISTA,.


    1. Ir a ver un partido de fútbol y comprobar que el árbitro quiere ser el protagonista del mismo no tiene precio. Eso fue lo que pasó ayer.
       

      TERCERA

      Un empate y un árbitro protagonista

      Nicolás Salcedo Pampón mostró 15 tarjetas amarillas y tres rojas

      Ir a ver un partido de fútbol y comprobar que el árbitro quiere ser el protagonista del mismo no tiene precio. Eso fue lo que pasó ayer. Ni el Olivenza ni el Racing Valverdeño fueron capaces de anotar un gol, de acuerdo. Pero es que el árbitro tampoco ayudó con sus continuas interrupciones. Así el resultado acabó como empezó, con empate a roscos.
      Los oliventinos y los valverdeños disputaron un partido trabado y sin demasiadas ocasiones.

      El juego físico se impuso al 'jogo bonito' y el protagonista del partido acabó siendo quien tenía, precisamente, que pasar inadvertido, el árbitro. Su mérito fue mostrar 15 tarjetas amarillas y tres rojas, algunas muy rigurosas que no permitieron disfrutar del espectáculo futbolístico.
      Ambos conjuntos intentaron disputar el choque como si de un derbi se tratara. Y las cosas empezaron muy bien, con alternancia para unos y otros. Así surgieron las dos ocasiones más claras con dos lanzamientos al palo. Uno por cada equipo. El primero de Pitu, tras una falta desde la frontal del área. El segundo para el Racing, de las botas de Cruz tras un rechace dentro del área. Sin embargo, la jugada más destacable de la primera mitad nació en una contra rápida, cuando Domi regateó al guardameta visitante y el central del Valverdeño, Michel, sacaba el balón en la línea de gol.
      En los últimos minutos, los locales intentaron conseguir la victoria pero Javi, el portero visitante, fue decisivo al detener un uno contra uno a Monchu. Al final de partido, el árbitro expulsó a tres jugadores locales en tres minutos. Lástima que, en una crónica como ésta, el árbitro ocupe más líneas que lo que de verdad importa, el juego limpio y el espectáculo.

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