sábado, 27 de octubre de 2018

Viva la vida - Dafne Fernández ,./ En busca de la hora perfecta,.

TITULO: Viva la vida - Dafne Fernández,.

 El sabado -28- octubre a las 18:00 por Telecinco,.

fotos - Dafne Fernández confiesa: "Antes tenía problemas con mi pecho",.

Con chaqueta de esmoquin Loewe, y los labios rojos gracias a la barra de labios Rouge Pur Couture de Yves Saint Laurent Beauté.Una chica acomplejada por su cuerpo que de mayor se convierte en codiciada actriz e inapelable objeto de deseo. Nos revela sus inquietudes,.

A Dafne Fernández le parece sexy Pablo Iglesias. También Yanis Varoufakis, el exministro de Finanzas griego. Y Cristiano Ronaldo. No se atreve a situarlos en un podio, pero expone el punto fuerte de cada uno. “Cuando vi el otro día a Pablo Iglesias con el pelo suelto, pensé: ‘Míralo. Sí, es sexy”, dice sobre el líder de Podemos. ¿Varoufakis? “Es un tío cabal y no te engaña, valiente, inteligente. Eso a las mujeres nos vuelve locas”. El clímax llega cuando le toca definir a Cristiano Ronaldo. Se le escapa un “uf”, entorna los ojos y exclama: “¡Es una bomba sexual!”. Después de esa primaria reacción, la actriz madrileña enumera una serie de cualidades del jugador del Real Madrid que acaban con una conclusión que resulta confesional: “Es trabajador, ambicioso y disciplinado. Me veo muy reflejada en él. Cuando se le ve enfadado no es por la gente: se mosquea con él mismo porque es superexigente. Lo veo y le entiendo. Creo que él también va a tener que hacer mucho trabajo de psicología”. ¿También?
Puedo ser sexy si quiero, pero la verdad es que no me veo tan sexual como la gente cree”
Dafne es alta (1,78), fina y muy atractiva. A pesar de haber cumplido los 30, su rostro parece sacado de una adolescencia aún inocente. Pide un té verde y lo rocía con un generoso chorro de miel. Su representante no llega. Esta circunstancia le inquieta: “Me dijo que vendría. ¿La esperamos antes de empezar”? “Bueno, la entrevista es a usted, no a ella. Así que igual podemos empezar ya”, le comentamos. Después de estos iniciales momentos de inseguridad, Dafne se relaja. Habla incluso de aquella relación tan mediática que tuvo con Carlos Bardem, actor y hermano del oscarizado Javier. “La gente se escandalizó. Pero no oculté nada. Lo que pasa es que antes las redes sociales no existían, así que no pude colgar fotos donde estuviéramos juntos. Yo tenía 22 años y él, 44. Quizá fue eso lo que llamó la atención. Pero nunca me planteé que él era mayor y creo que él tampoco se planteó que yo era mucho más joven. Simplemente, nos enamoramos. Es una de las relaciones más bonitas que he tenido. De Carlos aprendí cómo debe ser una relación, basada en el respeto, el cariño, la admiración… Aprendí a saber querer”.
Cuestión de mínimos: basta con un pantalón de esmoquin Loewe y un poco de actitud. En los labios, la naturalidad de Le Nu, el Nº70 de la barra de labios Rouge Pur Couture de Yves Saint Laurent Beauté.
Cuestión de mínimos: basta con un pantalón de esmoquin Loewe y un poco de actitud. En los labios, la naturalidad de Le Nu, el Nº70 de la barra de labios Rouge Pur Couture de Yves Saint Laurent Beauté.
Aquel noviazgo duró dos años. La actriz contabiliza cuatro relaciones serias en su vida amorosa, la actual con el fotógrafo Mario Chavarría. “Esta sesión con ICON es la primera que me hace. Estaba muy nerviosa pero salió todo bien. Es que soy muy exigente”. Llegamos a, seguramente, la característica que define la personalidad de la actriz, esa que ella dice entender en Cristiano Ronaldo: la exigencia. Dafne estudió durante una década la carrera de danza clásica, de los ocho a los 18 años. Disciplina y esfuerzo, muchas veces extenuante. “Es duro. Te encuentras con profesores muy rígidos que están todo el rato comparándote con otras chicas. Durante una jornada de clases, de seis horas, no podías hablar con tus compañeras. Vas allí a ser la mejor bailarina: no te puedes despistar hablando o riéndote. Yo allí lo entendía. La danza siempre me ha gustado, pero es un mundo muy difícil”.
Durante toda esa época tuvo que compatibilizar el baile con el cine. Empezó de niña, después de que su padre (químico) y su madre (psicóloga) las presentaran a ella y a su hermana (dos años menor; también tiene un hermano, dos mayor) a un casting para hacer anuncios. Tras un par de experiencias en este campo empezó, todavía de niña, a participar en películas de directores curtidos y haciendo cine nada convencional: Pajarico, de Carlos Saura (1997, cuando ella tenía 12 años), o Resultado final, de Juan Antonio Bardem (1998).
Ya de adolescente llegó la oportunidad de participar en la serie juvenil del momento: Un paso adelante. “Ahora, tras la carrera de danza, soy estricta con todo lo que hago. Si no estoy al 100% en cada momento me fustigo. Y eso es lo peor, porque a veces no puedes dar el 100%. Sólo puedes dar el 30 o el 60. Y no pasa nada: lo das y no debes sentirte mal. Pero yo me flagelo. Hay días que he estado con 40 de fiebre y he ido a trabajar. Y me he sentido mal por no estar a tope. Sé que es algo que tengo que cambiar. Es que también lo hago con otras personas: les exijo mucho”.
Antes me quejaba de mi poco pecho. Es que hay una edad en la que los chicos sólo se fijan en las tetas. Ahora estoy a gusto”
El trabajo con el psicólogo le ha hecho moderar esta faceta de su personalidad. Lo que no está dispuesta a cambiar es su cuerpo. Hubo un momento en el que supuso un problema. Los primeros síntomas de la adolescencia, esa época de la revolución hormonal, de la sensibilidad a flor de piel. “Antes me quejaba de mi poco pecho. Es que hay una edad en la que los chicos sólo se fijan en las tetas [risas]. Yo era una chica mona, pero no existía para ellos porque no tenía tetas. Ahora, mi poco pecho lo veo como algo elegante. Me he planteado aumentármelo, pero es que no sería capaz… hoy por hoy. Antes tenía problema con mi pecho, ahora ya no. Además, me pongo sujetador y parece que tengo mogollón [risas]”.
Dafne está a la espera de la emisión (en Telecindo no terminan de concretar la fecha) de la nueva temporada de la serie El chiringuito de Pepe. Es la segunda y la última en la que ella aparecerá. “Después la serie seguirá, pero sin mí. La he tenido que dejar por otro proyecto del que todavía no puedo decir nada porque no está cerrado. Pronto se sabrá. Me he ido de El chiringuito de una forma preciosa. Cuando se emita ya se verá”. Su representante llegó hace tiempo y se fue educadamente a otros menesteres. Confiesa que le tiene reparo a los encuentros con la prensa porque ha pasado por alguna experiencia que no le ha convencido.
Dafne viste un esmoquin Loewe. Los ojos marrones son suyos, pero el color encendido de sus labios puede atribuirlo al tono Nº13 (Le Orange) de la barra Rouge Pur Couture de Yves Saint Laurent Beauté.Dafne viste un esmoquin Loewe. Los ojos marrones son suyos, pero el color encendido de sus labios puede atribuirlo al tono Nº13 (Le Orange) de la barra Rouge Pur Couture de Yves Saint Laurent Beauté.
En Internet, por ejemplo, hay una información que se titula: “Dafne Fernández tiene el mejor orgasmo de su vida”. El resultado es una escena bastante inocente de la serie Sexo en Chueca, donde la cantante se excita durante un sueño. “Tengo bastantes titulares de ese tipo. Hombre, puedo ser sexy si quiero, pero la verdad es que no me veo tan sexual como la gente cree”, señala. Coge el casco para enfilar el camino de su casa, al norte de Madrid. Tiene una Vespa, con la que acudió hace unas semanas al concierto de Extremoduro. “Robe Iniesta me parece un pedazo de poeta”. ¿Y los poetas? ¿También le resultan sexys? “Sí, por qué no”.

 TITULO:  En busca de la hora perfecta,.

En busca de la hora perfecta,.

En busca de la hora perfecta

Expertos apuestan por mantener el horario invernal en España, mientras los gobiernos europeos piden más plazo para decidir qué hacer, foto.

En poco más de un año, la Unión Europea va a terminar con una práctica extendida por todo el continente desde hace 40 años: cambiar la hora. Un proceso que siempre ha supuesto dudas para el ciudadano de a pie -la madrugada del sábado a domingo hay que retrasar una hora el reloj: a las tres serán las dos- y que se justificaba por el ahorro energético. Ahora, la Comisión Europea se ha dado cuenta de que esta justificación se ha diluido y que el mundo de 1973 ha dado un cambio radical. Es más, solo 70 países y territorios de casi 200 siguen modificando las manillas del reloj. Y todo en apenas trece meses. El pasado febrero, el Parlamento Europeo pidió a la Comisión que evaluara acabar con esta práctica, que todos los países de la UE realizan a la vez desde 1981.
La Comisión decidió llevar el asunto a los ciudadanos. ¿Qué querían? ¿Les gustaba el cambio horario o lo suprimirían? La consulta se llevo a cabo en la red y 4,6 millones de europeos votaron. El resultado fue abrumador: el 84% de los encuestados se mostraron a favor de poner fin al cambio de hora bianual. Con estos parámetros, el presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, anunció el 12 de septiembre el fin del cambio de horario. «Es que no tiene ningún sentido», recalca José Luis Casero, presidente de la Asociación para la Racionalización de los Horarios Españoles (Arhoe). El 31 de marzo de 2019 será el último cambio horario obligatorio en la UE y antes los Estados miembros deberán decidir qué hacer. Si mantienen el horario de verano, no tocarán el reloj; si desean volver al horario de invierno, el 27 de octubre de 2019 se retrasará el reloj una hora por última vez en la historia.
Ahora son los gobiernos los que tienen que ver qué quieren hacer. En España, la Secretaría de Estado de Igualdad coordina un grupo de expertos que deben ofrecer su dictamen en los próximos meses al Ejecutivo. De momento, según fuentes gubernamentales, prosiguen los trabajos de campo. Para Casero no hay ninguna duda de cuál sería la mejor opción. «Nos tenemos que quedar con el horario de invierno. Es el más lógico», señala el presidente de Arhoe. «Si se mantiene el horario de verano como el habitual, en el centro de la península a las 9:00 de la mañana sería de noche. No tiene ningún sentido. Los niños irían al colegio de noche. No tiene sentido», recalca Casero. «En el oeste, Galicia o Huelva, el sol no saldría hasta las 10:00 de la mañana con un horario de verano en otoño», apunta, por su parte, la doctora Marian Rol, miembro del grupo de Cronobiología de la Sociedad Española del Sueño (SES). También se decanta por dejar el reloj en GMT+1, el horario que se inaugura en la madrugada del domingo. «Es el más equilibrado. Tenemos mañanas con más luz, sobre todo en invierno», razona la especialista, que añade que cualquier cambio horario afecta al ser humano, aunque no mucho. «Nos provoca fatiga, somnolencia y a veces irritabilidad. Afecta sobre todo a los niños y a los mayores, que tienen los relojes biológicos menos estables», añade Rol.
«Pero nos afecta mucho más el cambio de marzo que el de ahora. Dormir más siempre es mejor», incide la doctora Elena Urrestarazu, del Servicio de Neurofisiología y de la Unidad de Sueño de la Clínica Universidad de Navarra. Depende de cada persona, el periodo de adaptación varía entre un día y una semana. «Debemos acercanos hacia el horario solar», apunta, por su parte, Rodrigo Irurzun, de Ecologistas en Acción, que destaca que «ya no hay ahorro energético».

Más profundidad

La gente del campo también apuestan por dejar el reloj con la hora de invierno. «Durante la cosecha, en pleno verano, tenemos una diferencia horaria de dos horas con la hora solar. Como resultado, empezamos bastante tarde y a veces tenemos que terminar por la noche», explica Luc Smessaert, miembro del sindicato agrícola francés FNSEA. «Los agricultores deberíamos tener la misma hora todo el año», afirma a AFP. «Además, tanto cambio estresa a los animales», añade. En el ordeño, por ejemplo, necesitan una regularidad horaria.
Pero el cambio de hora debe ser la punta de lanza de unas modificaciones más profundas. «Que a las 7:00 de la tarde la gente no esté en la oficina y salga dos horas antes; eliminar las comidas de trabajo larguísimas o cambiar el 'prime time' de las televisiones», enumera Casero, miembro del comité de expertos del Gobierno, donde otros miembros como el catedrático de Física Aplicada de la Universidad de Santiago de Compostela, Jorge Mira, se muestran contrarios a la eliminación del cambio propuesto por Bruselas. «El día dura más en verano y es necesario mantenerlo», razona.
Unos intensos debates que a lo mejor se quedan para otro momento. Los gobiernos están estudiando llevar el próximo lunes a una reunión informal de ministros de Transportes y Medio Ambiente en Graz (Austria) una propuesta para retrasar el cambio hasta 2021. Alegaron que la idea es «muy ambiciosa» y que necesitan más tiempo de adaptación.

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