sábado, 20 de junio de 2020

Mi casa es la tuya - Cayetana Johnson , Viernes -19-Junio. / Pekín Express - Frases de entierro y el artista que parecía un cantante de ópera,. / UN BUEN PLAN ES IR AL CINE - Jumper . / Días de cine - Cine - Comienzan a reabrirse las salas,. Viernes -19- Junio ,. / Saber Vivir - ¿Cuál es tu primer recuerdo?,.

TITULO: Mi casa es la tuya - Cayetana Johnson   .  , Viernes -19- Junio ,.










Mi casa es la tuya',.












Este viernes -19- Junio a las 22.00, Telecinco emite una nueva entrega de 'Mi casa es la tuya', con Bertín Osborne charlando con  Cayetana Johnson ,. , foto.

 Cayetana Johnson ,.

 

Cayetana Johnson: "En el siglo II ya había protocolos de distanciamiento",.


CAYETANA JOHNSON (Mineápolis, 1965) Arqueóloga, excava en Israel desde 1996. Es profesora de hebreo, arameo y literatura rabínica en la Universidad Eclesiástica de San Dámaso en Madrid. Hablamos con ella de las pandemias de la antigüedad.
¿Ha habido en la antigüedad pandemias similares a la que estamos viviendo hoy en día?
Sí, ha habido situaciones muy graves desde el punto de vista sanitario.  Y gracias al testimonio de personas que pusieron por escrito lo que estaban  viendo y viviendo, podemos saber las causas, los síntomas, los efectos... Ya desde la antigüedad se distinguían tres tipos de plagas: la bubónica, que atacaba el sistema linfático y los pulmones y creaba bubones a lo largo del cuerpo; la  septicémica, una infección vírica que se producía por contacto con algún animal infectado y en la que el virus atacaba a través del torrente sanguíneo, y la neumónica, que también se desencadenaba por haber estado en contacto con animales contaminados, que afectaba al sistema respiratorio y que se contagiaba a través  de la tos y por vía aérea.
¿Y cómo se vivían en la antigüedad las plagas?
En la mentalidad de los antiguos cualquier interferencia en sus vidas, y más una enfermedad o una plaga, siempre se interpretaba como castigo de los dioses. La religión siempre tiene una huella física en todo el espíritu de la antigüedad, y de hecho la medicina siempre estaba asociada a la religión. Las prácticas medicinales estaban íntimamente conectadas en su origen con algún santuario, lo sabemos por el dios griego de la medicina, Asclepio. Y también tenemos una magnífica diosa en la antigüedad mesopotámica, Gula, que es la patrona de la medicina. Había la idea de que si algo malo acontecía era porque había algún tipo de desorden cósmico, porque los dioses se enfadaban y castigaban a los humanos por algún tipo de fallo o pecado con una pandemia.
Las autoridades ahora han ordenado el confinamiento y medidas de contención para frenar la pandemia de coronavirus, ¿en la antigüedad se tomaban medidas de algún tipo?
Los gobernantes fueron aprendiendo poco a poco a tomar medidas de ese tipo.
¿Cuál fue la primera pandemia de la humanidad?
La primera plaga de la que tenemos constancia es la famosa plaga de Atenas, que se desató en el siglo V a.C., entre el año 429 y el 426 antes de la era cristiana.  Tucídides dejó constancia por escrito de esa epidemia, que  pilló a Atenas en la segunda guerra del Peloponeso contra Esparta y ante la cual los médicos estaban desesperados porque no sabían cómo tratar a los enfermos.
¿Y se sabe cuál fue el origen de esa primera epidemia de la humanidad?
Las epidemias y plagas llegaban siempre a través de las vías comerciales. Tanto en la plaga de Atenas como en las sucesivas siempre había transmisión por vía comercial,  a través de la famosa la ruta de la Seda o de los barcos, porque la navegación en el Mediterráneo era intensa y entre Oriente y Occidente había una comunicación muy fecunda y fluida. Se sabe por ejemplo que la plaga de Atenas empezó en el puerto del Pireo. Para los ciudadanos de Atenas esa plaga fue algo terrorífico, inmediatamente interpretaron que era un castigo divino y mucha gente del campo huyó a la ciudad, empeorando de ese modo las cosas porque en la ciudad estaban amontonados.
¿Hay algún cálculo de cuánta gente murió?
Se estima que hasta 100.000 personas. Fue algo absolutamente catastrófico.
¿Y se sabe qué  causó esa plaga?
Lo único que sabemos, por las descripciones de Tucídides, son los síntomas que provocaba, bastante comunes a todas las plagas de la antigüedad y que en gran medida también coinciden con la pandemia que estamos viviendo ahora: fiebre, estornudos, dolor garganta, un mal aliento extremo, toses violentas, dolor de pecho, insomnio y convulsiones.   Y en esa plaga de Atenas ya se observó que si una persona en contacto con la enfermedad  no la desarrollaba en un plazo de entre 10 y 15 días, se consideraba que estaba naturalmente inmunizada contra ella y que ese individuo estaba por tanto bendecido por los dioses.  Además, a partir de la epidemia de Atenas empezó a desarrollarse cierta conciencia de que al amontonamiento y las aglomeraciones no eran buenas.
¿Y la gente reaccionaba de manera solidaria ante una epidemia como la de Atenas o era el sálvese quien pueda?
Las personas que transcurridos esos 10-15 días no desarrollaban la enfermedad  por lo general ayudaban a los otros, porque estaba muy arraigado el concepto de ayuda comunitaria. Aunque, naturalmente, había otros que salían corriendo. Pero la imagen pública de los que se quedaban, ayudaban a los demás y no caían enfermos salía muy, muy reforzada.
Aparte del alto coste en vidas y sanitario, ¿esa plaga de Atenas tuvo otros efectos?
Esa plaga  provocó la muerte de Pericles y un fuerte debilitamiento interno de Atenas. Y como Atenas estaba inmersa en la segunda guerra del Peloponeso, perdió esa guerra contra los espartanos.
¿Y cuál fue la siguiente gran epidemia que azotó a Europa?
La  plaga Antonina, que tuvo lugar en el imperio romano, entre los años 165 y 190. Se la conoce por ese nombre porque tuvo lugar en tiempos de los llamados 'cinco emperadores buenos' (Nerva, Trajano, Adriano, Antonino Pio y Marco Aurelio), todos ellos pertenecientes a la dinastía Antonina. Esa plaga creó una devastación profunda, le pilló de lleno a Marco Aurelio, que sufrió la enfermedad, y está considerada  como la primera gran pandemia internacionalizada, porque afectó a buena parte del imperio romano, que entonces tenía una extensión amplísima . Le debemos a Galeno, médico, casi todo lo que sabemos de ella. Galeno fue sobre el terreno observando a los pacientes, cómo se les trataba, sus síntomas...
¿Y qué síntomas provocaba esa epidemia Antonina?
Brotes o sarpullidos en la piel, una faringitis muy severa que dificultaba que los enfermos pudiesen tragar, una fuerte sensación de sed, tos, vómitos y diarreas negras, lo indicaba un sangrado intestinal.
¿Y se sabe cómo llegó a Roma?
Se cree que llegó a través de la ruta de la seda, de los soldados romanos que estaban estacionados en Oriente Próximo: se infectaron y, al regresar a sus casas en otras partes del imperio, fueron transmitiéndola. En esa época, obviamente, no había la misma higiene que hay ahora. Además, en esa época empezó a detectarse que las ratas que había en los barcos eran transmisoras de enfermedades.  Esa epidemia provocó una auténtica debacle en el imperio romano, porque se extendió de una manera salvaje y afectó al conjunto del imperio. En ese momento la religión emergente, el cristianismo, estaba cobrando fuerza. Y Marco Aurelio, un emperador ilustradísimo y generoso en el Gobierno, ordenó  una persecución contra los cristianos, a los que  utilizó como chivo expiatorio.
¿Siempre se busca un culpable cuando hay una epidemia grave?
Sí. Es algo recurrente en todas las sociedades y llega hasta hoy.  Pero en el caso de Marco Aurelio, el señalar a los cristianos se volvió en su contra, porque los cristianos ya en el mundo romano dieron muestras de ayudar a los demás, de volcarse con quien más necesitado estaba. Durante la plaga Antonina, fueron de hecho los cristianos los primeros en ofrecerse a ayudar a los enfermos, mientras que muchos huían. Gran parte de la población romana se opuso por eso a la persecución de los cristianos.  Además, en la plaga Antonina empezó a haber conciencia de la importancia del distanciamiento social...
¿Me está diciendo que en el siglo II  ya había distanciamiento social?
Sí, ya había ciertos protocolos de distanciamiento, de separación. En la película "Ben Hur" se ve por ejemplo una zona específica donde viven los leprosos, a las afueras de Jerusalén, y ese era un patrón común. Entonces ya se sabía que determinadas enfermedades eran muy contagiosas, y para evitar su propagación se aislaba a quienes la padecían. Así mismo, en esa época ya se percataron que había personas que se inmunizaban: que después de haber superado la enfermedad  no volvían a  contraerla.
¿Y qué otras medidas se adoptaban para tratar de frenar el avance de esa plaga?
En aquellos lugares donde había una gran concentración de personas se quemaban barrios enteros para tratar de hacer desaparecer con fuego al 'bicho' causante de la plaga.  Y también se hacían enterramientos específicos para los que morían a causa de la epidemia. En 2014 en la antigua Tebas, en Egipto, se detectó un enterramiento distinto de los habituales, un enterramiento colectivo en el que los cadáveres habían sido cubiertos con cal, y se relaciona con  una plaga.
¿Con cuántas vidas acabó la plaga Antonina?
Se estima que acabó con hasta el 50% de la población en su conjunto, con unos cinco millones de personas.  Fue devastadora y, según algunos, supuso el comienzo del fin del imperio romano.  Además, después de la plaga Antonina vinieron otras plagas y eso fue debilitando cada vez más al imperio romano. Porque las plagas no sólo causaban fallecimientos masivos, empezando por el de soldados, fundamentales para mantener las fronteras,  sino que también paralizaban la economía: se cortaban todas las vías de comercio, muchos campos de cultivo eran abandonados...  La escasez de soldados fue tal que el imperio romano recluto a gladiadores y liberó a muchos esclavos para que se unieran al Ejército. Pero, aun así, empezó a haber incursiones de tribus germanas.  Además, esa pandemia tuvo un nuevo  brote en el siglo III.
¿Una segunda oleada?
Sí.  Se la conoce como plaga de Cipriano porque Cipriano, obispo de Cartago, fue testigo de ella y dejó constancia de la misma. Parece ser que se originó en el lejano Oriente y que, a través de la  ruta de la seda, llegó a  Alejandría y de ahí,  por la navegación en el Mediterráneo,  a Roma. Se cree que en esa pandemia llegaron a morir hasta  5. 000 personas al día.
Las plagas más conocidas son las de peste. ¿Cuándo comenzaron esas plagas?
La siguiente gran plaga después de la Antonina fue la de Justiniano I, en nombre del gran emperador bizantino; tuvo lugar entre los años años 541 y 542, estuvo causada por la Yersinia pestis, se transmitía a través de las ratas y es la primera epidemia de peste atestiguada en la historia. De nuevo tuvo su origen en Oriente, atravesó India a través de la ruta de la seda y llega a Constantinopla, la capital del Imperio bizantino.  El historiador Procopio, biógrafo del emperador Justiniano, describió muy bien cómo llegó a Constantinopla esta pandemia feroz que provocaba fiebre,  fatiga,  bubones alrededor de las orejas y en la zona inferior del cuerpo y hacía que los enfermos cayeran en coma. Y, al igual que  ocurrió  en otras pandemias, en esta hubo una caída en picado del  respeto a las instituciones de Gobierno y una caída en picado de la religiosidad.  Muchos se preguntaban que de qué servía hacer sacrificios o quemar incienso, de qué servía el Gobierno, el emperador, los senadores...
¿Se mantuvieron en esa plaga las prácticas de aislamiento?
Aumentaron, se va reforzando el aislamiento de las personas enfermas. Pero, aun así, se calcula que la plaga Justiniana acabó con el 25% de la población.
¿Y las famosas plagas de este de la Edad Media?
La más conocida es la de peste negra del siglo XIV, que de nuevo es peste bubónica.  Y es en esa epidemia donde surge el concepto de cuarentena.  La plaga surgió una vez más en Oriente y llegó a Occidente a través de las rutas comerciales, fundamentalmente las rutas marítimas. Génova y Venecia, dos potencias del Mediterráneo, se percatan de que la llegada de barcos  contribuía a propagar la epidemia. Y empiezan a obligar a los barcos con toda su tripulación a permanecer en total aislamiento en alta mar durante 40 días, el 'quarantino',  para asegurarse de que cuando la nave llegara luego a un puerto no había nadie que pudiera contagiar la enfermedad. Y esa práctica se va extendiendo también dentro de las ciudades. Pero había quien pagaba sobornos para saltarse la cuarentena, así que esa medida no impidió que la peste negra se expandiera por Europa a una velocidad astronómica, llevándose por delante a entre un 30-50% de la población europea.
¿Y a quién se señaló en esa plaga de peste negra como chivo expiatorio?
A los judíos. Hubo persecuciones fortísimas contra ellos.
TITULO: Pekín Express - Frases de entierro y el artista que parecía un cantante de ópera ,.


Pekín Express ,.



  Cristina Pedroche conduce 'Pekín Express: La ruta de los elefantes', una aventura en mitad del Índico, en la que 10 parejas con perfiles muy diferentes, etc.

 

Frases de entierro y el artista que parecía un cantante de ópera,.









foto / Como a muchos otros españoles, a mí, en la pandemia, se me ha muerto un ser querido. Como muchos otros españoles estuve con mascarilla ante un ataúd, en un tanatorio casi desierto, sin abrazos de consuelo. Cuando ahora algún amigo me da el pésame, aparento ser fuerte diciendo siempre lo mismo: «Los enfermos de alzheimer mueren dos veces: la primera es cuando ya no te conocen, la segunda es la muerte física»; o cuento el surrealismo del entierro de mi madre, cuando íbamos siete turismos en fila, siguiendo al coche fúnebre despacio, camino del cementerio, y en una rotonda apareció una furgoneta de reparto con sus mensajes optimistas, que se puso justo detrás del vehículo negro, justo detrás del ataúd y las flores. El mensaje que se podía leer en la parte trasera de la alegre furgoneta era: «En la próxima foto saldrás mejor».
Contando estas cosas me engaño a mí mismo, pero no a Sanjosé, que el otro día se me apareció en casa de madrugada, cuando llevaba casi una hora ante una vieja foto en la que aparecemos mi madre y yo recién nacido. En ella los dos nos miramos y sonreímos. Nuestra primera sonrisa. «Eh, eh. ¡Menos tristeza! - me dijo el difunto echándome un brazo por el hombro - Tienes que saber que los enfermos de alzheimer, cuando mueren, compensan a sus seres queridos, porque vuelven a conocerles, y son los que más ayudan a su familia viva. Venga, menos penas; vete a dormir, y mañana vamos al Museo Casa Pedrilla, que ya está abierto, a continuar la investigación sobre el socio de Perate que dejamos a medias por culpa de la maldita pandemia».
El pasado 8 de marzo habíamos publicado en esta sección, un reportaje sobre la Sociedad Artístico Fotográfica de Cáceres, centrándonos en el gran fotógrafo Julián Perate (1869-1931), que fue prácticamente su único socio en las tres primeras décadas del siglo XIX en que funcionó la Sociedad; pero resulta que la Sociedad se fundó en 1900 por Perate y su primo Gustavo Hurtado Muro.
El compañero Salvador Guinea quiso saber la historia de Gustavo Hurtado, sobre todo al ver un autorretrato de él del año 1904.
–¡Chacho! Vaya fotografía – dijo –. Si parece un cantante de ópera, con esa barba, ese bigote daliniano, las cejas gruesas y esos ojos que parece que están pintados.
–Pues ese que a ti te parece un cantante de ópera – apuntó Sanjosé –, fue uno de los mejores artistas de Cáceres, donde nació en 1878. Cuando se hizo esa fotografía tenía 26 años. Era fotógrafo y pintor, igual que Perate. En la Casa Pedrilla hay pinturas suyas. Vamos al Museo y ya verás como te gustan.
La visita se chafó porque a los pocos días vino el estado de alarma, y los museos se cerraron. Mientras esperábamos la reapertura del Pedrilla, estuvimos buscando documentación sobre Gustavo. Vinos que era el hijo mayor del investigador y escritor Publio Hurtado, al que hizo un retrato en 1929.
Gustavo se fue a Madrid con 17 años a estudiar Arquitectura, pero abandonó la carrera para pasar a la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando de Madrid. Después de hacer un viaje a París, volvió a Cáceres en donde en el año 1900, con 22 años, funda con Perate la Sociedad Artístico Fotográfica de Cáceres.
En 1902, con 24 años, deja la Sociedad en manos de Perate, ya que él logra la plaza de catedrático de dibujo en Cáceres, primero en la Escuela de Artes Industriales, y después en las Escuelas Normales. En 1909 se casó y tuvo dos hijos.
Artista inquieto, publicó poesías en la revista pacense Pax Augusta, y sabía de música, botánica, psicología y biología. Fue concejal del Ayuntamiento de Cáceres en 1927 y 1930, y diputado provincial en 1936. Se jubiló en 1948 y murió en su ciudad en 1960, con 82 años.
Fuimos encontrándonos fotos de él asombrosas, como una de 1901 de la zona del Puente de San Francisco, con la ermita del Humilladero que se derrumbó para instalar una fábrica de harina. Hay otra muy curiosa de casas apretujadas junto al Arco de Santa Ana, («parece que las casas pasan por el ojo de la aguja del arco», dijo el poeta Sanjosé). También hay una imagen de la gran nevada en Cáceres del 20 de febrero de 1924, en la plaza de San Jorge, con unas cocheras en donde ahora está la Taberna del Inglés.
Pasaron tres meses hasta que esta semana hemos podido ir al Museo Pedrilla, uno de los que más nos gusta. En la segunda planta dimos con las obras de Gustavo, pinturas y dibujos en los que demuestra una gran maestría.
Cuando paseábamos por los jardines del Museo, los que llevan el nombre del recordado Diosdado Simón, el fotógrafo Guinea me preguntó:
–Oye, eso de la furgoneta con la frase «en la próxima foto saldrás mejor», en el cortejo fúnebre de tu madre, ¿te lo has inventado?
–De eso nada – dije algo molesto – ¡Qué aparezca mañana mi nombre enmarcado en la página de las esquelas de nuestro querido Diario HOY si miento! Es más, cuando llegamos al cementerio, la furgoneta se marchó hacia la derecha, y pudimos leer asombrados en un lateral otra frase: «Seguro que va a pasar algo maravilloso».
–¡La Virgen!
La anécdota a mí me gusta, porque pienso que puede que fuera cosa de mi madre que, cuando no tenía alzheimer, gozaba de muy buen humor.
Por cierto, tenía razón Sanjosé: esta noche me desperté de madrugada al soñar con ella. Me sonreía como aquella primera vez, y supe que, después de tantos años de olvido, por fin me reconocía... ¡Por fin volvía a ser su hijo!,.


TITULO: UN BUEN PLAN ES IR AL CINE - Jumper,.

 

Reparto
Jumper
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David Rice ha nacido con un misterioso poder: teletransportarse a cualquier lugar del mundo que desee. Siempre ha utilizado esta facultad para escapar de su pasado, incrementar su inmensa fortuna o conservar su independencia. Sin embargo, cuando conoce a Griffin, un exaltado trotamundos que tiene el mismo poder que él, descubre que no es un ser tan singular, sino que pertenece a un grupo de personas con anomalías genéticas ("los saltadores") que, además, nunca están a salvo. De hecho, David ha sido identificado por una organización secreta cuya misión es matar a los "saltadores" y será víctima de una persecución sin tregua por todo el mundo.
TITULO:  Días de cine - Cine - Comienzan a reabrirse las salas    ,. Viernes -19-  Junio,.


 Viernes 19 de Junio a las 20:35 horas en La 2 / foto,.
 
Comienzan a reabrirse las salas y ‘Días de cine’ se asoma a los primeros estrenos como ‘Little Joe’, ‘Matthias y Maxime’, ‘La red avispa’ o ‘Los lobos’. De la mano de la actriz Nathalie Poza, madrina de esta semana, el programa tendrá un especial recuerdo para la actriz Rosa María Sardá, fallecida hace unos días.
‘Little Joe’, lo nuevo de la directora austríaca Jessica Hausner, es el primer título del que hablará. Después, ‘Matthias y Maxime’, una cinta canadiense de Xavier Dolan sobre la homosexualidad.
También llega a las pantallas ‘La red avispa’, una cinta francesa de Oliver Assayas, con Penélope Cruz y Edgar Ramírez como protagonistas; el documental italiano ‘La familia Samuni’; y la mexicana basada en hechos reales ‘Los lobos’, dirigida por Samuel Kishi.
El espacio de cine de La 2 recordará también los 40 años de ‘El resplandor’; y el clásico ‘El crepúsculo de los dioses’, que podrá verse la próxima semana en el ciclo Días de Cine Clásico (martes a las 22:00 horas en La 2).
El Festival de Cine de Huesca, el primero que vuelve a ofrecer proyecciones para el público en pantalla grande, y las recomendaciones de ‘Días de cine’ completan el programa de esta semana,.

   TITULO:  Saber Vivir -¿Cuál es tu primer recuerdo?,.

¿Cuál es tu primer recuerdo?,.

En la memoria solo fijamos hechos a partir de los 3 o 4 años. Unas experiencias nos dejan huella y otras no,.





¿Cuál es tu primer recuerdo?foto / Echemos la vista atrás. Más. Todo lo que podamos. Hasta que las imágenes que vengan a nuestra cabeza sean una especie de sueño, algo borrosas, casi una sensación más que otra cosa. Es nuestro primer recuerdo, lo primero que se nos quedó grabado en el cerebro. A la mayoría de la gente se nos fija en torno a los 3 o 4 años. ¿Por qué nuestra cabecita registró esa experiencia y no otras? «Esos recuerdos suelen estar ligados a un fuerte impacto emocional o visual. A algo que se saliese de lo común. Por ejemplo, si con dos años y medio fuimos al zoo y vimos un elefante, puede ser que recordemos algo de adultos», explica el neuropsicólogo Álvaro Bilbao, experto en memoria y autor del libro 'El cerebro del niño explicado a los padres', que desde su página web (alvarobilbao.com) y en sus conferencias trata de desentrañar los 'misterios' de los peques.
Así que un potente estímulo visual puede dejar una huella temprana, pero también una emoción muy fuerte. «Por ejemplo, si nos perdimos en la playa y nos asustamos mucho, es posible que recordemos algo aunque fuésemos muy pequeños», añade Bilbao, quien matiza algo muy importante. Esos recuerdos tan precoces no suelen ser reales al 100%. Al menos, no del todo. Se trata de elaboraciones de aquel primer recuerdo. Si recuerdas haber visto un elefante siendo muy muy pequeño, posiblemente no conserves en tu mente la imagen fiel del animal que viste, sino una recreación elaborada con fragmentos y experiencias posteriores.
Hasta los 3 o 4 años es muy difícil que tengamos recuerdos que se ajusten a la realidad. Y hay una razón muy sencilla: antes de esa edad no sabemos hablar bien y no disponemos de palabras para poder explicar algo, para catalogarlo en ese almacén lleno de 'cajoncitos' que es nuestro cerebro. Cuando ya hemos desarrollado el lenguaje, disponemos de lo que se llama memoria episódica –los recuerdos 'normales', tal y como los entendemos–, pero antes de que ocurra esto «nos quedamos con fragmentos o sensaciones», señala Álvaro Bilbao. Si no sabes explicar algo, cuesta guardarlo.
No obstante, hay gente que asegura que tiene recuerdos de la guardería... ¡incluso de estar en la cuna! Para el experto, estos 'recuerdos' serían más bien recreaciones que luego han tomado forma: «Con información que nos han aportado los padres, con fotos que hemos visto... Lo que pasa es que los recuerdos falsos, que son muy frecuentes, se almacenan en el mismo sitio que el resto. Y esto ocurre en la infancia y en la vida adulta», explica Bilbao. Por tanto, es difícil discernirlos.

'Construidos'

Pero, cuando dice «el mismo sitio», ¿se refiere a un lugar físico del cerebro? «¡Claro! La región del hipocampo. Ahí está la llave para recuperar esos primeros recuerdos. Por ejemplo, alguien recuerda que de pequeño montó en burro. Ese recuerdo verdadero estaría en la zona del hemisferio derecho, y en una parte algo anterior la sensación de vértigo de aquel momento y en otra región el tacto áspero del animal», desgrana. Entonces, cuando todo ello se unifica y se codifica –es decir, cuando damos a la «llave»–, recordamos 'el día que monté en burro' como si fuese un recuerdo 'acabado', aunque los detalles no se ajusten del todo a la realidad. «Hasta los 4 o 5 años, casi todos los recuerdos son 'construidos'», sentencia.
¿Y por qué no recordamos nada de cuando éramos bebés? Pues porque el cerebro humano es muy 'ahorrador' en algunos momentos de la vida y, a veces, recurre a lo que se llama poda sináptica, que es precisamente eso, una poda como la de los árboles. «Cuando somos muy pequeños, tenemos recuerdos no útiles ni prácticos que desaparecen quitando conexiones cerebrales», indica Bilbao. Esto ocurre porque es una época en la que nuestro cerebro está en plena ebullición, descubriendo el mundo, el lenguaje, y necesita centrarse en lo importante. El resto se elimina. Curiosamente, hay más podas a lo largo de la vida. «Antes de la adolescencia, entre los 7 y los 12 años, también se borran muchos recuerdos –afirma el especialista–. Es una época con muchas experiencias nuevas, de intenso aprendizaje y con mucha información y experiencias, aprendemos a leer y escribir...». ¿Le parece raro? Intente recordar algo de esa época y descubrirá, quizá con algo de sorpresa, que no tiene tantos recuerdos.
Entonces, nuestro cerebro va borrando material que no le interesa. Pero algo queda, aunque no lo recordemos. Tenemos recuerdos en las catacumbas de nuestra memoria que a veces afloran solos. Son los llamados 'recuerdos reminiscencia', que no son racionales y proceden de nuestra más tierna infancia. Y que un día, ¡zas!, aparecen, pero no como un recuerdo bien formado, sino «como una sensación física, como algo emocional», describe Bilbao. «Suele pasar, por ejemplo, cuando tienes hijos. Le estás dando la papilla y, al limpiarle la barbilla con la cuchara, sientes que eso tú lo has vivido. O cuando bebes de su tacita de plástico y te viene a la cabeza el sabor del agua. Se establece una conexión».
Así que ser padres nos puede hacer 'recuperar' sensaciones, esos recuerdos primitivísimos. Y hay otra circunstancia en la que el cerebro echa marcha atrás. Algo que los profanos en la materia vemos como una especie de prodigio: cuando una persona mayor sufre una demencia y no sabe ni lo que ha comido ese día pero recuerda a sus padres muertos o sus amiguitos de la infancia. Pues bien, tiene una explicación científica. El cerebro acumula los recuerdos por capas y los más recientes están en la superficie. Cuando hay una enfermedad como el alzhéimer, explica Bilbao, «primero olvidas lo que acabas de hacer, luego las navidades pasadas y, ya por último, los recuerdos de tu infancia, que están en el estrato más profundo».

Recuperar 'material' de la primera infancia que sigue en el cerebro
Todos tenemos por ahí recuerdos de los que no somos conscientes y que a veces nos han marcado hasta el punto de convertirse en creencias irracionales o fobias. Bilbao recurre al experimento de John B. Watson –eran los años 20, «hoy estaría prohibido»– para demostrar cómo un mal recuerdo, luego olvidado, puede generar una fobia. Cogió a un bebé de 9 meses y le puso una rata encima. Jugaba con ella, porque para él era algo neutro. Pero luego el doctor empezó a poner, cada vez que aparecía el animal, un sonido estridente y muy fuerte que asustaba al pequeño. El bebé del experimento terminó con fobia a las ratas y animales peludos, aunque no sabía por qué. «A veces conservas esa sensación de miedo pero no eres capaz de tener un recuerdo concreto de la causa», concluye Bilbao.
Entonces, ¿es bueno sacar estas experiencias negativas a la superficie con técnicas de hipnosis o visualización? El experto explica que el viaje hacia atrás «no es fácil y hay que tener cuidado de que no se cuelen recuerdos falsos». Aunque, en algunas ocasiones, es útil para acceder a 'material' almacenado que nos hace daño y «reelaborarlo de forma diferente».


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