El servicio de Vías y Obras, a través de empresas contratadas y sus propios operarios, está renovando 3.000 metros cuadrados de acerado (equivalente a 27.000 baldosas) de media al mes en la ciudad con una inversión de un millón de euros. El concejal del área, Carlos Urueña, hizo balance ayer para hacer balance de las obras que ya están en marcha y las que se llevarán a cabo durante este verano. Así, explicó que, con los 800.000 euros que contempla para este año el contrato plurianual de renovación de aceras, dos cuadrillas están trabajando en las calles Virgen de Guadalupe, Fuerte, la avenida de Pardaleras y Luis de Góngora, donde se están llevando a cabo actuaciones de mayor envergadura, mientras que otra se está ocupando de las obras menores, como las calles Gaspar Méndez, Manuel Saldaña, Vicente Delgado Algaba o José María Alcaraz y Alenda.

También se iniciará en breve la mejora de los acerados de la avenida Santo Cristo de la Paz, la del Perú, Juan Sebastián Elcano, la calle Ciudad de Évora, Damián Tellez Lafuente, Manuel Rojas y la avenida Manuel Saavedra Martínez, donde se actuará en la parte a la que no afectan las obras de ampliación, para construir las aceras y el carril bici, en viales del perímetro de Ciudad Jardín y la calle Cordero.

En Antonio Domínguez, se harán itinerarios accesibles, ampliando el ancho de una de las aceras a 1,80 metros, en las calles Pimienta (hasta Pedro Balas) y Amapola.

En agosto, se actuará también en Soto Mancera y los operarios de Vías y Obras, que han estado haciendo reparaciones en la plaza de San José, continuarán por San Pedro de Alcántara.

Además, a través de otros dos contratos, uno para parcheo de zonas peatonales y otro para renovación de acerados, con 100.000 euros cada uno, se está trabajando en la avenida del Perú, de donde la cuadrilla pasará a la de Colón, y en la Ronda del Pilar. 

 

TITULO : CON LA PELOTA CON - Futbol - Carletto y la belleza de las cosas simples,.

 

Carletto y la belleza de las cosas simples,.

foto / Carlo Ancelotti trabaja en la élite pero se crió en el seno de una familia humilde en Reggiolo, un pueblo a cincuenta minutos de Parma. “Teníamos diez vacas que nos daban leche con la que hacíamos queso parmesano. El problema es que transcurría un año desde que lo preparábamos hasta que estaba listo para venderse, así que mi padre vigilaba atentamente nuestra economía durante todo ese año en espera de que entrara más dinero”, explica el técnico italiano en uno de los varios libros que ha publicado. En aquella paciencia artesanal para el queso, en el valor del tiempo para armonizar las cosas, no me cuesta encontrar trazas del actual Real Madrid.

Tras el paréntesis gaditano, los merengues volvieron a transmitir en Bilbao una seguridad aplastante en sus posibilidades. Pasado ya el luto por la pérdida de Cristiano Ronaldo, despojado incluso del lujoso fondo de armario que le hacía brillar incluso en sus horas más bajas, el Madrid ha encontrado la felicidad en las cosas sencillas. Defensa y contragolpe. Madurez y juventud. De arriba a abajo, el equipo transmite confianza en cada acción. Un punto de cocción perfecto. Uno que les permite vencer en varios escenarios y mostrarse como el mejor aspirante al título. Se le afeó al míster la racanería en muchas victorias, pero en San Mamés demostró que también puede aplastar cuando abre gas sin miramientos.