domingo, 11 de mayo de 2014

LA CARTA DE LA SEMANA, NAVEGANDO SIN GPS,./ SILENCIO POR FAVOR,Aíto García Reneses.un entrenador español de baloncesto.

TÍTULO : LA CARTA DE LA SEMANA, NAVEGANDO SIN GPS,.

  1. El otro día, en el mar, se fueron todos los instrumentos al carajo. Era de noche, estábamos en viaje de vuelta, en mitad de una niebla espesa, ..
     
    El otro día, en el mar, se fueron todos los instrumentos al carajo. Era de noche, estábamos en viaje de vuelta, en mitad de una niebla espesa, y yo acababa de fondear el velero en cuatro metros de sonda con treinta y cinco de cadena. Si la avería, o lo que fuera, llega a ocurrir media hora antes, las habría pasado mortales: no habría tenido más remedio que mantenerme al pairo lejos de la costa, esperando que con el día levantase la niebla, con cuanta luz a bordo pudiera tener encendida, haciendo sonar la bocina de vez en cuando y rezando, o lo que equivalga a eso, para que no apareciera de la nada otro barco y me metiera la proa en el través.
    El caso es que, como digo, mientras a la luz de la mesa de cartas anotaba las incidencias en el cuaderno de bitácora, comprobé que las pantallas de los instrumentos no marcaban nada, y que el GPS que proporciona al barco la latitud y la longitud se había vuelto majara; daba posiciones imposibles, el AIS tenía errores y las cartas electrónicas me situaban, como a Tintín y al profesor Tornasol en El tesoro de Rackham el Rojo, a veces en la ciudad del Vaticano, y otras en Australia o en el Caribe. Resumiendo: no había un maldito aparato de ayuda a la navegación que funcionara, excepto, comprobé con alivio, la radio y el piloto automático. Eso era importante, pues antes del amanecer yo debía levar ancla de nuevo. Si el piloto funcionaba, no habría problema ninguno, me dije. Todo era cuestión, si los satélites seguían funcionando con normalidad en el cielo, de sacar el GPS portátil que llevo en la bolsa Mayday, con el equipo de supervivencia por si un día vienen mal dadas.
    Lo hice. Aparté la baliza, las bengalas, la linterna, el cuchillo, y encontré el pequeño aparato. Pero al ir a encenderlo se me heló la sangre: no funcionaba. Lo abrí, inquieto, y comprobé que se habían sulfatado las pilas, dejándolo inservible. Maldiciendo mi torpeza, intenté limpiarlo y despejar los contactos, sin éxito. Estaba tan muerto como mi abuela. Recordé entonces que a bordo llevo un tercer GPS de modelo muy antiguo, trofeo de un antiguo reportaje para la tele, cuando perseguía planeadoras con la gente de Vigilancia Aduanera y, tras una movida algo particular, mi compadre Javier Collado, piloto del helicóptero Argos, me regaló el aparato con el que se guiaban los malos. Lo encontré en un cajón de la camareta, le puse pilas, y tampoco. Demasiado tiempo, quizás. Demasiado viejo, casi treinta años después. A mi latitud y longitud -las presentes las conocía, me preocupaban las futuras- las había mirado un tuerto electrónico. Así que subí a cubierta y, rodeado de noche y niebla, oyendo resonar la resaca en las invisibles y cercanas rocas de la costa, blasfemé alto y claro, en arameo.
    Al día siguiente, desvanecida la niebla, con quince nudos de viento por la aleta y toda la lona arriba, yo navegaba por estima, a simple ojo marinero, tras haberme situado varias veces por demoras a tierra mientras la tuve a la vista: un cabo, un faro, una montaña lejana. Lo hacía sobre una infalible carta náutica de papel de toda la vida, con sus perfiles de costa, veriles de sonda y peligros perfectamente señalados. En su caja estaba el sextante que siempre llevo a bordo, aunque allí no hacía falta: era una singladura conocida, de ciento y pico millas. A cada hora de reloj bajaba a la camareta para trabajar con el transportador y las paralelas, lápiz y goma de borrar, marcando con crucecitas la posición calculada según la hora, la velocidad y el abatimiento. Lo hacía con los gestos minuciosos y seguros que hace muchos años me enseñaron marinos veteranos, hombres formidables, de una pieza, hechos al mar cuando la navegación aún no era un ejercicio fácil para bobos que nos limitamos a mirar pantallitas y apretar botones.
    Y allí, mientras observaba la posición del sol o me inclinaba sobre la carta con el compás de puntas, sentí de nuevo el orgullo íntimo, legítimo, de quien cree hacer las cosas como Dios manda. De quien, cuando todo se va al carajo, confirma que es capaz de gobernar un barco, y las vidas que éste lleva a bordo, de un punto a otro sobre una carta náutica y el mar que representa, a través del día y de la noche, con la certeza de que lo hace como debe hacerse. Como siempre se hizo. Y entonces me pregunté cuántos de nosotros, en este mundo absurdo de teclas, pantallas y dispositivos electrónicos que facilitan la vida a cambio de hacernos vulnerables hasta el suicidio, guardamos todavía, como nos enseñaron los viejos marinos, una buena carta de papel y un compás de puntas en la camareta.

     TÍTULO: SILENCIO POR FAVOR , ENTREVISTA A, AITO García   Reneses.un entrenador español de baloncesto.

    Aíto García Reneses-foto

    Aíto García Reneses
    AitoGarcíaUnicaja.JPG
    Datos personales
    Nombre completo Alejandro García Reneses
    Apodo(s) "Aíto", "Don Alejandro"
    Nacimiento Madrid, Comunidad de Madrid Flag of Spain.svg España20 de diciembre de 1946
    Carrera
    Deporte Baloncesto
    Club Cajasol Sevilla
    Liga Antigua Liga Nacional, ACB
    Posición Alero
    Carrera internacional
    Selección España


    Medallero
    Flag of Spain.svg España
    Baloncesto masculino
    Juegos Olímpicos
    Plata Pekín 2008 España
    Alejandro García Reneses (Madrid, Comunidad de Madrid, España, 20 de diciembre de 1946), conocido como Aíto García Reneses o simplemente Aíto, es un entrenador español de baloncesto. Es el cuarto técnico español más laureado, tras Díaz Miguel, Lolo Sainz y Pedro Ferrándiz, y uno de los más prestigiosos del baloncesto español con, entre otros, nueve títulos de Liga ACB conseguidos con el FC Barcelona. Ha ganado la Recopa de Europa y la Copa Korac, pero, en más de cuarenta años como entrenador, nunca ha ganado la Copa de Europa, actualmente llamada Euroliga, pese a que, con el FC Barcelona, llegó a disputar tres veces la final y seis veces la Final Four.

    Aíto García Reneses: Un milenario que casi son dos

    • Aíto, que cumple 1000 partidos en ACB, casi dobla esa cifra si se cuentan todas las competiciones

    Todos los partidos de Aíto
    Cuando mañana el Cajasol aparezca en la Fonteta gran parte de la atención estará puesta en sus opciones de alcanzar el playoff pero no por eso será histórico el partido entre el Valencia y los sevillanos. En el banquillo del equipo andaluz Aíto García Reneses se convertirá ese día en el primer técnico que alcanza por primera vez los mil partidos dirigidos en ACB.
    La marca constituye un hito en la nueva era de la liga española pero no es más que coyuntural. Si sumamos todos los que dirigió el técnico madrileño en esta competición en los diez años anteriores a esta era llegamos a los 1.277 y si a todos esos sumamos los de competiciones europeas, Copa y selecciones supera los 1.800.
    Todo ello incluyendo también los de la temporada 92-93, en la que intercambió el puesto de segundo con Quim Costa, su ayudante en el Barça. Con amistosos y partidos de Lliga Catalana su cifra real ronda los 2.000.
    Resulta complicado señalar a Aíto como el técnico con más partidos dirigidos en Europa (posiblemente sea el que más en activo) pero si estuviera en el ámbito estadounidense con esa marca sería un top 10 en la NBA y líder absoluto en la liga universitaria (NCAA).
    “Tengo la fortuna de seguir haciendo lo que me gusta”, dice Aíto, que del primer partido dirigido en era ACB, una victoria del Joventut sobre el Barça (75-70) en Àusias March, sólo recuerda que él dirigía al equipo verdinegro.
    A pesar del registro, que coincide con la temporada en que cumple 40 años en los banquillos, Aíto no ve nada de especial en el partido de mañana en Valencia más allá de lo que está en juego para su equipo. “Especiales son todos los partidos y en este juegas contra un rival que tiene un gran planteamiento y una gran actividad”, asegura. “Valencia es un equipo muy bueno y para la Copa yo ya le ponía como segundo favorito. En aquel momento no dio el tono máximo que ahora sí que está dando”, añade.
    Haber llegado tan lejos en la dirección de equipos en la elite no resulta fácil si no lo haces con marcas ganadoras. Aíto está cerca del 70% de triunfos, un porcentaje sólo al alcance de bien pocos técnicos que hayan pasado por la Liga (Sainz, Ivanovic, Pascual, Pesic…).
    Pero tanto como las victorias o títulos conseguidos a él le han movido otros 'intangibles' de la profesión, especialmente el orgullo de ver triunfar a jugadores que pasaron por sus manos en etapas tempranas de su carrera. “Ha sido esa la característica más destacada. El objetivo siempre era sacar el máximo rendimiento de los equipos pero también ayudar a los jugadores a ser mejores. Ese aspecto me sigue motivando”, asegura.
    La paciencia y la perspectiva más amplia en el tiempo podría ser una característica propia de los técnicos con más experiencia pero en el caso de Aíto esas han sido constantes en casi toda su carrera casi desde el inicio.
    "El largo plazo bien está pero a veces se equivoca con decir que no se pueden sacar rendimientos a corto plazo. Hay que cuidar las dos cosas y mi filosofía es esa: intentar rendir al máximo esta semana y la siguiente pero sinque eso coarte la progresión de dentro de dos o tres meses o dos o tres años”, matiza.
    Si esta cifra milenaria de ACB llegará muy lejos o tiene opciones de llegar a los 2.000 partidos dirigidos no está muy claro. “Más que año a año ahora ya casi voy día a día”, bromea Aíto. “Terminaremos esta temporada y al final hablaré con el club y tomaremos una decisión. La pasión por entrenar existe y estoy disfrutando porque cuando los jugadores responden a los planteamientos que haces y son mejores en defensa, rebote, en defensa colectiva... se disfruta”.


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