Thiago se perdera el mundial por una nueva lesión,./ EL ESCENARIO IDEAL PARA VILLA,./ EL SEVILLA COMPLETA LA CONQUISTA,.
TÍTULO: Thiago se perdera el mundial por una nueva lesión,.
El Bayern confirma que -foto-Thiago Alcántara se queda sin Mundial,.
El club ha ratificado el alcance de su lesión: una nueva rotura en el ligamento interno de su rodilla derecha,.
El Bayern ha confirmado este jueves el alcance de la lesión de Thiago Alcántara. El ex azulgrana sufre una nueva rotura en el ligamento interno de su rodilla derecha de la que será intervenido hoy mismo.
A consecuencia de esta nueva lesión, el jugador estará once semanas de baja y por tanto se perderá definitivamente el Mundial. Del Bosque le había incluido en laprimera relación de 30 convocados, facilitada el martes, pero en principio no tiene previsto llamar a un sustituto.
A preguntas del diario Bild,
el club muniqués informó el miércoles que el crack ex azulgrana estará
otras 11 semanas de baja y ya apuntó que será intervenido
quirúrgicamente este jueves de la rodilla tras el revés sufrido en su
recuperación. Avanzado por Sky Sport y la COPE
La cadena alemana Sky Sport había avanzado que Thiago no estaría con España en Brasil-2014, remitiendo a fuentes del club bávaro, mientras la cadena COPE
había sido el primer medio en mencionar el retroceso en la
recuperación, lo que inicialmente hacía peligrar especialmente su
presencia en al final copera de este sábado contra el Dortmund en
Berlín. Ya se perdió el Euro-2012 y los JJ.OO. Thiago ya quedó fuera de Eurocopa 2012, aunque entonces sus opciones eran escasas, y de los Juegos Olímpicos de Londres por una lesión de tibia.
Para la cita mundialista de Brasil parecía un fijo en los planes de Del Bosque,
aunque estaba en el aire por la lesión que sufrió el 29 de marzo en un
partido de la Bundesliga ante el Hoffenheim, en el que se produjo
una rotura parcial del ligamento de la rodilla derecha. El médico le había recomendado operarse
El diagnóstico inicial habló de un período de baja de cuatro semanas y Thiago ya lleva mes y medio en el dique seco.
Cabe destacar que el médico del Bayern, el doctor Hans-Wilhelm Müller-Wohlfahrt, recomendó que Thiago pasara por el quirófano en primera instancia, pero al final se optó por un tratamiento no invasivo. TÍTULO. EL ESCENARIO IDEAL PARA VILLA,.
El delantero asturiano firmó como azulgrana en
2010 hasta 2014 con un aumento progresivo de su ficha que escalaba desde
los siete millones de euros anuales en su primer año hasta los 11 que
debía cobrar en la temporada 2013-14. Cuando el jugador, descontento al
no haber recuperado el protagonismo tras superar su grave lesión, y el
club, predispuesto a un traspaso antes de que se fuera gratis al término
de su contrato, decidieron escuchar ofertas, se encontraron con la
barrera de esos 11 millones que ningún pretendiente quería pagar al
jugador si esa cantidad iba acompañada, además, de los 10 millones que
pedía el Barça. Al final apareció el Atlético de Madrid,
que había vendido a Falcao. Fue el más interesado, dispuesto a pagar la
ficha siempre que apenas abonara traspaso. Un tobillo maltrecho,
posible secuela de su rotura de tibia, también torpedeaba una gran
operación. Y se llegó a un acuerdo entre clubes tildado de ganga por los
medios de comunicación: 2,1 millones de euros seguros por este primer
curso, dos más si sigue en el Vicente Calderón en la 2014-15 y otro más
si llega hasta la 2015-16, hasta un total de 5,1 millones posibles. Y el
Barça se reservaba el 50% de los derechos ante un hipotético traspaso posterior.
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¿Ninguneó el Barça
a un jugador muy querido por la afición? El club insinuó que era el
mejor remedio para un problema, se ahorró una ficha de 11 millones e
ingresó 2,1: 13,1 millones de beneficio, que diría un economista afín a
la causa culé. ¿Se sintió ninguneado Villa por el Barça? En sus
declaraciones agradeció al club las facilidades ofrecidas para poder
incorporarse a un destino deseado, consciente de que un año más como
azulgrana podía dejarle sin Mundial. Y más tras la llegada de Neymar.
Como ocurre desde hace tiempo, a Messi le
cargaron «el muerto» de la marcha de Villa por un par de discusiones que
tuvieron sobre el césped en la pasada temporada. Se sabe que un día
hubo más que palabras en el vestuario porque el Guaje explotó. Se vino a
decir que no jugaba más porque el argentino, con su fama de déspota a
cuestas, no quería. Pero llegó la Copa Confederaciones y el de Tuilla
fue suplente en la selección porque carecía de lo que le había faltado
desde que reapareció en agosto del 2012 tras ocho meses de baja: chispa,
físico y confianza. Messi no influyó en Del Bosque.
«Míster, vengo a que me exija»
El Cholo Simeone dio la clave del sentimiento de Villa. «Míster, vengo para que me exija», le dijo. Y se lo ganó. En el Barça
se trabajó poco en un año marcado por la enfermedad de Tito Vilanova.
No es una leyenda negra, es la verdad. Y se ha seguido sin trabajar
demasiado este curso porque el Tata Martino siempre ha estado de paso y
no ha querido convertirse en un ogro. El látigo, que lo saque el
siguiente... Villa sabía que no estaba a su nivel y en el Atlético ha luchado por recuperarlo.
Su buen feeling con el Barcelona se
rompió muy pronto por uno de esos absurdos del fútbol. Su primer
partido oficial como rojiblanco fue la ida de la Supercopa de España en
el Calderón frente al equipo azulgrana (1-1). Y marcó un golazo, tras
jugada iniciada por él mismo en propio campo con paredes y resuelta con
una volea de crack. Aunque había dicho en la previa que si marcaba no lo
celebraría o sería discreto, no pudo contenerse y lo cantó con rabia y
ganas, como tiene que ser ante tu afición.
Los gurús del barcelonismo (periodismo, redes
sociales...) le llamaron enseguida desagradecido y vengativo. Y la idea
caló porque en la vuelta ya fue abroncado por un Camp Nou que le tenía
mucho cariño. Y volvió a suceder en la ida de cuartos de la Liga de
Campeones. Aunque siempre son más ruidosos los pitidos y los gritos que
los aplausos (que también hubo), Villa ya tiene el cartel de enemigo
odiado por la afición del Barça, algo que puede aumentar si le arrebata
la Liga el sábado con un gol, pero que puede arreglar si marca y gana la
Liga de Campeones al Real Madrid. Ese día volverá a ser culé para
todos.
El Guaje está encantado en el Atlético,
aunque lógicamente le hubiera gustado jugar más partidos decisivos.
Simeone ha preferido casi siempre en grandes citas a Raúl García como
compañero de Diego Costa. E incluso Adrián le pasó por delante en
Stamford Bridge ante el Chelsea. Pero el Cholo sabe que el Barça le
motiva a Villa, titular en los cinco partidos disputados ante el equipo
azulgrana. Motivos afectivos al margen, el atrevido sistema azulgrana es
un chollo para un delantero que sabe encontrar espacios, como ya
sucedió en su anterior etapa en Zaragoza y Valencia, cuando veía puerta
con asiduidad ante el Barça. En Champions, por ejemplo, tuvo
varias ocasiones en ambos partidos, con dos postes en la vuelta y una
participación decisiva (servicio a Adrián) en el 1-0 obra de Koke
Dos meses de sequía No marca desde el 8 de marzo
ante el Celta, dos meses de sequía en el peor momento, con la
circunstancia agravante de que dispuso de dos grandes ocasiones frente
al Málaga (travesaño y parada de Caballero) que pudieron haber dado ya
el título de Liga al Atlético, pero su temporada global está
siendo más que correcta, aunque con bastantes más méritos contraídos a
Diego Forlán le abuchearon en su día. Suma 13 goles en Liga, pero siete
de ellos han servido para abrir la lata y dar tranquilidad a su equipo.
Son las dianas más valoradas por los entrenadores, cuando un delantero
asume la responsabilidad en un momento de máxima presión. Y ese es
Villa, que ha participado en 36 partidos. Tiene dos finales para ser un
héroe, la primera ante su ex Barça. Para él también son dos
finales individuales, pues esos 11 millones de ficha siguen siendo un
lastre y el Atlético se plantea dejarle libre y no pagar dos millones
más al Barça. Villa quiere quedarse. A ver quién le mueve del Manzanares
y le deja fuera de la lista definitiva para el Mundial como sea
decisivo en el Camp Nou y en Da Luz.
TÍTULO: EL SEVILLA COMPLETA LA CONQUISTA,.
Cuentan las leyendas transalpinas que el estadio donde este miércoles Sevilla y Benfica rivalizarán por la conquista de la Europa League, ...
El Sevilla completa la conquista mundial gracias a las manos de Beto
Los hispalenses prolongan la maldición del Benfica y se llevan en los penaltis una final agónica,.
Desde el 24 de mayo y hasta el 13 de julio, los torneos
internacionales serán dominados en su totalidad por España o clubes
nacionales,.
El Sevilla confirmó el dominio español en Europa. Lo hizo sufriendo,
agarrado curiosamente a un portero portugués que le mantuvo vivo cuando
su equipo era dominado por el Benfica y sacó dos manos salvadoras en la
decisiva tanda de penaltis. El equipo portugués fue mejor en el global
del partido, pero actualmente los clubes españoles tienen ese gen
ganador que antaño envidiaban a italianos o alemanes. Después de que el
Sevilla haya levantado la Europa League, al menos desde el 24 de mayo y
hasta el próximo 13 de julio, los principales campeonatos
internacionales tendrán un campeón español. Actualmente España es
campeona de Europa y del Mundo y Europa y en Lisboa saldrá un campeón de
la Champions League madrileño.
La tarea no fue sencilla. El Benfica llegaba a otra final de la
Europa League, menos de un año después de haber llorado al ver cómo se
le esfumaba la Copa ante el Chelsea de Benítez en un córner colgado por
Mata y cabeceado a la escuadra de modo majestuoso por Ivanovic. Aquella
derrota le hizo convertirse en un conjunto perdedor que cedió tres
títulos en quince días, pero se presentó en Turín convencido de poder
tumbar al Sevilla. La idea era completar un triplete y de paso terminar
con la maldición de Béla Guttmann. Aquella sentencia del entrenador
húngaro, que salió del club tras dos Copas de Europa al serle negado un
aumento de sueldo, ha perseguido a las águilas: «El Benfica sin mí nunca
ganará una copa europea». Tras siete infructuosos intentos, el asunto
pasó a tomarse en serio. Y tras Turín, aún más.
Arrancó el duelo muy intenso, con un primer susto para Beto antes de
que Bacca emocionase a los aficionados sevillistas - los 7.000 asientos
libres de UEFA deberían hacer reflexionar a los dirigentes europeos- con
un remate a puerta vacía tras una mala salida de Oblak, pero estaba
invalidada. Su asociación con Rakitic, el mejor sevillista de la
temporada, parecía clave para poder lograr la ‘tercera’. Su calidad con
el balón contrastaba con tanta pérdida e imprecisión en el inicio.
Y es que el Sevilla se pasó de frenada en el arranque y el Benfica
forzó dos amarillas en 56 segundos. Primero Fazio y Alberto Moreno
después llegaron muy tarde en dos acciones sobre Sulejmani, eléctrico en
el centro del campo de Jorge Jesús. En la caída de la acción del
lateral se hizo daño al punto que tuvo que irse lesionado, para alivio
sevillista. Estaba haciendo daño y la aparición de Almeida niveló
fuerzas en el medio, donde Gaitán competía por robarle el protagonismo a
Rakitic.
Garay gozó de la primera gran ocasión del partido en una acción a
balón parado, pero Beto sacó una buena mano abajo al central. El meta
completaba el cupo portugués en un Sevilla tenía los mismos lusos (Beto y
Carriço) que su rival (Rúben Amorim y André Gomes). Su aportación fue
decisiva, con dos paradas espectaculares en la prolongación de la
primera mitad. La primera en un cabezazo a bocajarro de Pereira y
después otra a remate de Rodrigo en un mal ajuste defensivo. El susto
más importante llegó justo antes del refrigerio. Gaitán se quedó ante el
meta sevillista, pensó más en que Fazio le hiciera penalti y se quedó
sin rematar.
El descanso permitió ordenar las ideas al Sevilla, que en la primera
mitad controló, estuvo cómodo pero algo gris. Sólo cuando Reyes y Vitolo
buscaron espacios, y permitieron a los laterales llegar más arriba,
generaron sus mejores llegadas. Primero un disparo de Alberto Moreno,
demasiado nervioso en la cita, y después Coke forzó un córner que
terminó con posible penalti a Bacca, demasiado solo. El internacional
vivió en angustia toda la primera mitad, después de recibir un golpe,
ver una tarjeta y ver cómo los lisboetas elegían esa zona como recurso
habitual.
Al regreso de la caseta, el panorama no cambió. Es más, empeoró
porque perdió el balón y la calma. Dos ocasiones clarísimas, sacadas
bajo palos por Pareja, Fazio y Beto. La afición del Benfica se acordó de
Ámsterdam, cuando dispuso de mejores opciones que el Chelsea pero
terminó encajando en la primera clara de su rival. Y sucedió, pero Reyes
disparó demasiado cruzado cuando sólo Oblak le separaba de la gloria
del gol. El extremo, el más experimentado en finales europeas tras su
paso por Arsenal y Atlético, quiso sacar a su equipo de atrás, donde
estaba metido, arriesgando demasiado al punto que Felix Byrch pudo haber
decretado un par de penaltis a favor de los portugueses. La final pasó a
ser abierta por la precipitación reinante, ya que nadie tenía un
segundo de pausa, y en esa dinámica de locura parecía inclinada hacia el
lado luso. Más presencia en el área, más sensación de peligro. Parecía
increíble que se terminasen los primeros 90 minutos sin goles. Sobre
todo para Jorge Jesús, que miraba el asunto con cara de asombro y sin
retocar a su equipo.
Emery apenas tiró de Marin, apático, que como Rakitic estaba más
pendiente en defender en su meta que buscar la rival. En la de Beto, el
mejor de los suyos, estuvo la final en la prolongación. Garay, en el
último córner, remató alto una pelota muerta en el área sin poder emular
a Ivanovic. La prórroga es siempre territorio épico, situación en la
que el Sevilla habita con naturalidad. Vino a la memoria el espíritu de
Puerta ante el Schalke, el alma de Palop en Donestk, el gol de Kanouté
en Glasgow. Entró Cardozo, colocándose arriba para inquietar a los
imperiales Fazio y Pareja. La aparición del paraguayo hizo espabilar a
Bacca, que recibió una asistencia primorosa de Rakitic para encarar a
Oblak. Dispuso de todas las opciones, eligió su disparo favorito -con el
exterior del pie- pero se le marchó junto al poste cuando Emery ya
corría por la banda como en la semifinal de Mestalla. El técnico se la
jugó y no por tirar de Gameiro –con molestias en la rodilla- sino por
quitar a Marin tras menos de media hora en el campo. Restaban quince
minutos para evitar los penaltis. Aun lesionado, el francés le puso
intensidad e inquietó a Oblak, casi al mismo nivel de seguridad que
Beto.
Durante los últimos diez minutos, pese a los gestos de cara a la
galería de ambos entrenadores, todos pensaron en los penaltis. Y se
acordaron de Palop y sus manos salvadoras que provocaron las lágrimas
del Espanyol. Fue la última final europea decidida desde los once
metros. Esta vez el turno era para Beto. Se lanzaron los penaltis en la
portería en la que los aficionados del Sevilla alentaban a su salvador
ante el Betis, en aquella aquella eliminatoria inolvidable para la
hinchada blanquiroja. No pudo con el de Lima, pero sí con el de Cardozo
tras no marrar Bacca. El mismo paraguayo Cardozo que estuvo a punto de
eliminar a España del camino a la gloria en Sudáfrica, fue incapaz de
acertar a mandar la bola a la red como sí hizo M’Bia. Después repitió
ante Rodrigo Moreno, el español que había llevado al Benfica al título
liguero. No falló Coke y la maldición de Guttmann estaba a punto de
completarse. Luisao marcó esperando que Gameiro errara y no se
completase la maldición del húngaro, pero al galo le esperaba la gloria
del último penalti. No marró, provocando las lágrimas de alegría de
todos los sevillistas. Incluídas las de Beto, que se acordó de su padre
fallecido. El Benfica cede el título después no caer en ningún duelo en
todo el torneo. Guttmann seguirá presente en la mente de todos los
aficionados al fútbol mundial, ese que ahora mismo domina España, con
sus clubes y su selección. Conquista mundial completada.
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