Un alemán conquista el Tour inglés. Imponente Londres. El pelotón circula estirado por los alrededores del Big Ben y el Parlamento con las ...|foto|
Kittel, dominador total, gana el esprint de Londres, donde Nibali, Contador y Froome se protegen de las caídas,.
Londres es un imán para el mundo. La ciudad preferida de los ricos. La urbe de los que aspiran a serlo. En sus calles multirraciales se pueden oír más de 300 lenguas distintas. Hasta portugués. Allí, en la meta de The Mall, frente a Buckingham Palace, andaba José Mourinho. Le había invitado otro luso, el campeón del mundo de ciclismo, Rui Costa. En eso, corrió por Londres la esquela de Alfredo di Stéfano. Mourinho, exentrenador del Real Madrid, se acordó de él mientras esperaba a su amigo ciclista. Habló del viejo Pibe, del «mito del fútbol», de «la pena de no haberle visto nunca jugar». Londres se echó a llover.La lluvia es al ciclismo lo que la gasolina al monte. Un incendio. Cuando el perfil de la City londinense barqueaba en la mirada de los ciclistas, cayeron las primeras gotas. Es la señal del peligro. Nibali, líder, se colocó en cabeza. Para prevenir caídas. Luego le siguió Contador, boca abierta y pedaleando 'a 500 vatios', a la potencia de los velocistas y con veinte kilos menos de peso. Buen síntoma. A Froome se le vio codo con codo con la bestia Greipel. Allí, bajo el miedo y la lluvia, estaban juntos y desbocados los que querían ganar la última etapa inglesa y los que no querían perder en Londres el Tour. Entre todos cogieron al último escapado, al checo Barta, y así, entraron acariciando con prudencia el freno en la curva del Big Ben, la que tiró a un corredor. Pero a Nibali, Contador, Froome y los velocistas los había salvado el miedo. Iban delante, esquivaron la guillotina del Big Ben, y comprobaron, ya tranquilos y a salvo, que Marcel Kittel es con mucho el más veloz del Tour. De tres etapas, tiene dos. Un alemán ha conquistado este Tour inglés.
Kittel no tiene padres deportivos. Nació un año antes de la caída del Muro de Berlín. Creció sin esa barrera, mirando a la Alemania occidental, sin girarse hacia el oscuro, patriótico y adulterado -por el dopaje- deporte de la Alemania comunista. No quiso ni quiere saber nada de aquellos mitos trucados para glorificar al régimen. Kittel sí tiene padres deportistas. Matthias, que ha cumplido 53 años, fue ciclista en la antigua RDA, soldado a pedales con aquel maillot gris. Buen velocista, rival de Olaf Luwig, Uwe Ampler y Uwe Raab, las máquinas que arrasaban en los campeonatos del mundo amateurs. Elke, la madre de Marcel, era saltadora de altura. Basta ver a su hijo en la meta de Londres para comprobar que con él la genética está a salvo. Alto, ancho, poderoso, imponente, con todos los músculos pinchándole la piel. Pero Matthias nunca le habló a Marcel de su pasado como ciclista. Tapó el recuerdo. Y escondió las bicicletas en casa hasta que un verano llevó a la familia al Tirol austriaco. Paraíso para el ciclismo. Sucumbió y alquiló unos pedales. El pequeño Marcel, que sólo tenía 13 años, cambió de vida esas vacaciones.
Un niño talentoso
En la escuela era el mejor en todas las disciplinas atléticas; ahora
quería ser ciclista. Ni siquiera había oído hablar del Tour. Lo
descubrió en el 2002, en otra excursión alpina familiar, al paso de la
carrera camino de la meta de Deux-Alpes. Eran los tiempos de Armstrong y
Ullrich. Alemania, harta de los escándalos del dopaje, comenzaba a
alejarse del ciclismo, a apagar la televisión en julio. Marcel Kittel
creció en ese ambiente. Por eso reniega del pasado. Ni lo cita. Abandera
el renacimiento del ciclismo germano.
El nuevo titán germano, con tupé, licenciado en informática, adicto a la música y con el ritmo en las piernas que marca el presente y marcará el futuro del esprint. Nada que ver con el pasado. «He librado estos tres días sin percances», resumió Contador. Lo mismo decían Nibali y Valverde. Hoy estarán ya en Francia, donde les espera una etapa de viento y mañana, el pavés.
Ayer se supo que Froome tuvo un privilegio: en los actos del vigésimo aniversario del Túnel del Canal de La Mancha le permitieron cruzarlo en bicicleta. Nadie lo había hecho antes. En apenas 55 minutos cubrió los 50 kilómetros del pasadizo submarino. Parte del trazado es mar abajo. De ahí su velocidad. Sobre la tierra, el más rápido es otro: Marcel Kittel. De todo eso se hablaba en Londres cuando llegó otra esquela, ciclista esta vez, la de Patxi Gabika, bandera del equipo KAS, el ganador de la Vuelta a España de 1966 en un descenso suicida por la Herrera.
La carrera se adentra por fin en suelo francés entre las localidades de Touquet-Paris-Plage y Lille en una etapa que tocará también tierras belgas y que está llamada a acabar de nuevo en esprint masivo.
TÍTULO: FUTBOL EXTREMEÑO, El Díter recibirá al Betis Deportivo el 14 de agosto,.
- El nuevo Díter Zafra va tomando forma. El equipo de Ito cuenta con cinco caras nuevas. Manuel Álvarez, Juan Carlos Agraz, Carlos ...|foto|El nuevo Díter Zafra va tomando forma. El equipo de Ito cuenta con cinco caras nuevas. Manuel Álvarez, Juan Carlos Agraz, Carlos Valenzuela, Pildo y Dani Cabello son las primeras altas anunciadas por el club azulino, además de la incorporación de otro canterano como Juan Cuesta a quien se le ha comunicado que hará la pretemporada con la primera plantilla. El preparador almendralejense avanza que se encuentran en conversaciones muy avanzadas con Rubén Fuentes y Jesús Aguza, entre otros, y admite que «muchos jugadores tienen ya equipo y hemos llegado tarde».
Ito tiene previsto iniciar los entrenamientos el 21 de julio. Una pretemporada para la que ya tiene confirmado el partido ante el Betis Deportivo para el 14 de agosto en el Nuevo Estadio de Zafra. Además jugará ante el Sevilla juvenil y pondrá la guinda frente al Córdoba de Primera División.
Antonio Álvarez Pérez, 'Ito', señala que la junta gestora ha mostrado una gran ilusión y que pretende hacer un equipo competitivo para ilusionar a los aficionados. El técnico almendralejense, que tendrá como ayudante a Domingo Gómez, se muestra contento por la posibilidad de poder confeccionar el equipo desde el principio dentro de los problemas económicos existentes en Zafra.
Con respecto al nuevo proyecto expone que «hay que hacer un equipo objetivo con el presupuesto marcado por la gestora y no se le puede prometer nada a nadie que no podamos cumplir». Ito reconoce que «evidentemente no podemos competir con presupuestos superiores, aunque se peleará por estar lo más arriba posible». Y añade su deseo de que «seamos el equipo sorpresa de la temporada».
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