DESAYUNO - CENA - MIERCOLES - Hamilton, a gusto en la monotonía - fotos,.
El campeón se quita la espina de Mónaco con una carrera limpia, escudado por Rosberg y con Bottas ganando el pulso finés por la tercera posición,.
Ni rastro de aquellas carreras épicas en la salida, con el trazado del circuito de Montreal convertido en una sucesión de embudos desde la parrilla de salida. Un laberinto que provocaba atroces cribas, sin que los supervivientes pudieran cantar victoria por la proximidad de los muros en varias zonas del recorrido. Uno de esos templos del motor, por atípico, con la provisionalidad en su logística de las citas prefabricadas, que invaden el espacio urbano para una vez al año convertir el complejo olímpico que en su día sirvió al remo en un evento de la máxima magnitud. Junto a la australiana quizá sea la convocatoria canadiense la más auténtica, la que más se vive en la ciudad, cuya piel roza hasta convertir el fin de semana en un hito realmente singular. Pero por mucho que sea divertido deambular por el Village, la efervescente Rue Crescent o el viejo puerto, cuando uno se acerca al autódromo en memoria de Gilles Villeneuve lo que quiere es percibir la emoción de las carreras. Y de eso no hubo, ni ayer ni casi en ninguna de las siete ya disputadas.No en cuanto a su desenlace con el podio como recompensa. Tras dos citas aciagas para él (Barcelona y Mónaco con la pifia logística de su ingeniero de pista), Lewis Hamilton se enfrentaba a sí mismo. Quería resarcirse del severo recorte que su compañero Rosberg había dado a un dominio con matices de monopolio. Esta vez, partir desde la pole, como suele suceder en otros frentes, como Hungaroring o Mónaco, sí es sinónimo de clara ventaja. El inglés se centró en arrancar bien, sabedor que de hacerlo podría propulsarse hacia el éxito. Cruzó su Mercedes al límite sobre las marcas y cuando el semáforo dejó de emitir destellos se defendió de los intentos vanos de Rosberg y, tras él, Raikkonen por hacerse con la llave de la ciudad canadiense. En ese lance, en apenas doscientos metros que incluyen la primera curva y el enlace con la posterior chicane, quedó escrita la historia del Gran Premio.
El doblete era una realidad a consumar si en Mercedes a nadie se le volvían a cruzar los cables. Se ha encargado desde Mónaco Toto Wolff en dotar de cinta aislante mental a todo aquel que pudiera provocar un chispazo en el seno de la escudería alemana. Situación resuelta. Y como también es ya tradición, una pena, Rosberg demostró que el traje de segundón le va a la perfección. Ni un amago de ataque, sin opción de contestar a su compañero de garaje. Por mucho que los narradores y comentaristas de las televisiones de medio mundo trataran de buscar una veta de la que extraer emoción, salvo un incidente de carrera o una merma en la maquinaria que guían a 340 kilómetros por hora (su velocidad máxima en Montreal) es a día de hoy una creencia generalizada que el hijo de Keke no ha heredado la genética hostil de su progenitor. Si le dieran su Mercedes a Alonso o Vettel entonces sí que reformularíamos le definición de diversión.
Remontada de Vettel y Massa
Hasta el realizador que vela por la señal internacional que se ofrece
desde el planeta Ecclestone tuvo que rebajar sus pretensiones. Hizo
bien porque le quedó un producto visualmente entretenido. Lo mismo que
el dramático Sabadell-Osasuna fue ayer un partidazo de otra galaxia por
emoción y tensión que la finalísima de la Champions de la víspera, en lo
referente al juego se hablaron idiomas distintos en la Nova Creu Alta y
el Olympia Stadium. En Canadá, otra versión de los mismos hechos.
Pusieron la nota de color las remontadas de Vettel y Massa, ganando 13 y
9 puestos, respectivamente. El ferrarista se pegó con todo el que se
ponía en su trayectoria. Alonso le bajó los humos en un par de
ocasiones. Las tuvo tiesas con Massa y Ericsson (y ambos entre sí,
encelados durante medio kilómetro separadas sus gomas por micras) y casi
se despide de la prueba en una acción límite con Hulkenberg, saltándose
la chicane y su compatriota trompeando.Un trompo, precisamente, fue lo que apartó a Raikkonen de un podio que tampoco parecía que le fuera a resultar muy caro, por mucho que los Williams ayer volaran y entre ellos el de su paisano Bottas. Por diversos problemas, ambos Ferrari tuvieron que ir a dos paradas y en el regreso de la segunda, Raikkonen repitió lo que ya le sucedió en la curva 10 en 2014. Se ve que no aprende. Ese despiste le dejó sin su segundo podio del año. Y hubo más en el vagón de segunda clase. Como la combatividad de Carlos Sainz para mantener a raya al rezagado Verstappen y superar a Ricciardo con un toro mucho más vitaminado que el suyo. O la embestida del kamikaze Grosjean al pobre Stevens, que bastante tenía con cerrar la marcha. Un volantazo al grito de la pista es mía le supuso una sanción de cinco segundos.
Hasta eso fue diferente, la inverosímil celeridad de los comisarios para decidir sobre las acciones de carrera supuestamente punibles. Pero no cambió la foto final, un podio, en sus dos primeras plazas, inamovible.
TÍTULO: FRONTERAS AL LIMITE,.
Fronteras al límite / foto
Medianoche del miércoles al jueves
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Fronteras al límite' - México-USA: 'La frontera soñada'
Un equipo de Fronteras al límite viaja
hasta la frontera más transitada del mundo para mostrar cómo malviven
los migrantes, cómo trabajan las mafias y cómo la policía impide la
llegada de indocumentandos a Estados Unidos. El miércoles 10 nos vemos
en La frontera soñada, alrededor de la medianoche en La 1 de TVE.
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