Pese a que Landa le supera en la montaña, gana con maestría la ronda italiana y ahora se centrará en preparar el Tour en busca del doblete,. foto
Contador se exhibió en la contrarreloj, en la que alejó a Aru y dobló a Landa: le sacó cuatro minutos, uno más de los tiene sobre el alavés en la general final. Y cuando vio que Landa le tuteaba y hasta le remataba en la montaña, sacó de su repertorio su otra fuerza: la mental. Intimidó como hacen los grandes, con su presencia, con sus declaraciones. Trató de crear un cisma en el Astana, de separar a Aru y Landa. Usó el asfalto del Giro como un tablero de ajedrez. Y al quedarse, ya al final de La Finestre, casi sin piezas, sin reservas, tiró de autocontrol. Soportó el golpe de Landa y Aru, y supo salvar el Giro en plena crisis.
«El más consistente»
Dice Greg Lemond, triple campeón del Tour, que Contador le ha
impresionado «por su fuerza mental más que por la física». Y por eso
cree que el doblete Giro-Tour, algo que nadie logra desde Pantani en
1998, está a su alcance. «Es el corredor de grandes vueltas más
consistente de la historia», añade. Tras ganar este Giro le espera un
mes hasta el Tour. Descanso y trabajo. «No podrá con ese doble desafío
después de un Giro de tanto desgaste», augura Vinokourov, mánager del
Astana de Nibali, Aru y Landa. «Si alguien puede es él», replica Lemond.
«La recuperación tras un Giro es más una cuestión psicológica. Y de
cabeza es el mejor».
Cada vez que Alberto Contador gana una gran vuelta, a Francisca, su madre, le preguntan por él. «Alberto no nació con una cuchara en la boca», repite. Peleó de chaval con su hermano Fran por la litera de arriba. Se pegó luego contra un cavernoma cerebral que pudo dejarle como una planta. Protestó después cuando el Tour vetó dos veces a su equipo. Luchó hasta el final para defender su inocencia cuando dio positivo en el Tour de 2010. Se rebeló contra Armstrong cuando el tejano regresó de su jubilación y quiso someterle. Se metió el hombro dislocado tras caerse hace dos semanas en la etapa de Venecia... Contador lleva 32 años, los que tiene, entrenándose para la adversidad. Su vida, pese al éxito deportivo, ha corrido cuesta arriba. Por eso, cuando nota que las piernas no le responden como quiere, usa la cabeza, su reserva de fuerza mental. Así le ha ganado este Giro que ayer acabó en Milán al Astana de Fabio Aru, el preferido de Italia, y de Mikel Landa, la revelación, el futuro.
Contador alaba a Aru y carga contra Landa, que no se arrodilla ante él, como él no se inclinó ante Armstrong. Hay pique. Aunque lo niegue, el madrileño ha detectado en Landa algo de su propio carácter, indómito, corsario, valiente. Se parecen y se repelen. Pura ley física. Estaban destinados a pelearse. Sin Porte ni Urán como rivales, Contador se topó con el Astana, un equipo tan fuerte como caótico. La escuadra kazaja ha sumado cinco etapas y ha subido al podio de Milán a Aru y a Landa. Pero no ha podido con Contador, que no ha dudado, que salió desde el primer día en San Remo a por la victoria. Con las piernas y con la cabeza. Se cayó y se recolocó el hombro. Volvió a caerse y se cosió la herida. Pinchó y, con el todo el Astana tirando contra él, los cogió en una antológica subida al Mortirolo. Ahí se vio que este Giro llevaba ya su nombre. También se comprobó el inmenso talento escalador de Landa, que subió el Mortirolo esperando a Aru y que luego ejecutó a Contador en la meta de Áprica, en el santuario de Pantani donde el madrileño tenía previsto ganar. Eso le dolió al líder. Y nació el fantástico pique que se prolongó hasta la penúltima etapa, hasta el duelo en la Finestre. Allí estaban el mejor, Contador, y el más fuerte en la montaña, Landa.
Su peor día
En su peor día, mientras se quedaba atrás sobre
la tierra compactada de la Finestre, Contador (Pinto, 32 años) manejó su
debilidad y supo conservar el Giro. En su mejor día, Mikel Landa
(Vitoria, 25) dejó atrás en el viejo camino de la Finestre al líder al
que tantas veces había visto hacer eso mismo en la televisión. Landa fue
Contador durante un rato. Pensó hasta en ganar el Giro, pero le
frenaron. Su equipo, el Astana, sólo ha pensado en Fabio Aru. El joven
italiano ganó la etapa que era de Landa. Y el alavés, en su gran día, no
ganó nada. Le prohibieron llevarse la etapa, el segundo puesto de la
general y la clasificación de la montaña. Mereció esos tres premios.
Como Contador ha merecido este Giro.
El madrileño anda rellenando los últimos párrafos de su biografía
deportiva. Quiere editarla en oro. En este Giro ha escrito una remontada
en el Mortirolo llena de furia, orgullo y clase. Cuando la desgracia le
tiró en dos caídas, tuvo coraje y ambición para pegarse los huesos.
Cuando tuvo fuerza, como en la decisiva contrarreloj, pisó como colillas
a sus rivales. Y cuando, en la Finestre, Landa le pudo, puso en marcha
su mecanismo de autocontrol. Sin pánico. Por eso salvó el Giro en su
peor día. Con su poder mental. Como Induráin, como Anquetil... Como
Contador, que es de esa especie a la que aspiran a pertenecer un día sus
dos acompañantes en el podio, Fabio Aru y el alavés Mikel Landa.
Vuelta por Milán
Los tres dieron vueltas ayer por Milán, pasaron junto al Vigorelli,
el mítico velódromo. Un belga que ha crecido en la pista, Keisse, le
hizo honor a ese anillo y, junto a Durbridge, otro de la pista, se
adelantó al sprint. Fue la suya una victoria inesperada. La de Contador
era esperada. Es el ciclista de vueltas grandes más fiable de la última
década, quizá de la historia. Al fondo de la avenida Corso Sempione
donde ayer acabó el Giro está el Arco de la Paz. Dicen que fue un
intento de Milán por parecerse a los Campos Elíseos de París. A Contador
le gusta esta calle rosa. Desde ella, desde la cima del podio, mira ya
hacia el Tour. Allí le aguarda la otra mitad del desafío con el que
quiere dejar una huella aún más profunda en la historia del ciclismo.TÍTULO: DOCUMENTOS TV,.
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Naciones Unidas ha llegado a la conclusión de que, si las tendencias actuales de crecimiento de población y consumo continúan, en la década de 2030 precisaremos el equivalente a dos planetas para satisfacer nuestras necesidades. Este documental danés insiste en la necesidad de replantearnos cómo reducir, reciclar, reutilizar y regenerar nuestra forma de vida si pretendemos que 9.000 millones de personas vivamos en un solo planeta.TÍTULO: FRONTERAS AL LIMITE,.
Fronteras al límite
Medianoche del miércoles al jueves
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