martes, 5 de enero de 2016

AQUEMARROPA - OJALA RÍO SEA MI ULTIMA COMPETICION - CONCHI BELLORIN,./ ¡ QUE TIEMPO TAN FELIZ ! - MARIA TERESA CAMPOS Y SU NOVIO SE ESCAPA A DUBAI,.

TÍTULO: AQUEMARROPA - OJALA RÍO SEA MI ULTIMA COMPETICION - CONCHI BELLORIN,.

El desembarco de Bellorín en la dirección general de Deportes fue una idea  de Guillermo Fernández Vara, Carlos Rodríguez y Esther González. Ojalá Río sea mi última competición

El desembarco de Bellorín en la dirección general de Deportes fue una idea de Guillermo Fernández Vara, Carlos Rodríguez y Esther González.
  • -foto--Conchi Bellorín,directora general de Deportes,.

  • La judoca pacense se ha propuesto con igual intensidad llegar a sus segundos Juegos y cambiar el deporte extremeño,.

    Conchi Bellorín Naranjo (Badajoz, 4 de noviembre de 1980) es peligrosa. Y no porque intimide cuando lleva puesto el quimono, que lo hace. Es peligrosa porque contagia optimismo y desprende una energía habitual entre los deportistas pero rara entre los políticos. Una energía que lleva cinco meses derrochando a partes iguales entre su despacho de directora general de Deportes y el tatami sobre el que prepara la que sería su segunda clasificación para unos Juegos Olímpicos.
    Conchi es consciente de que su nombramiento despertó ampollas, pero comprende que quien no la conozca crea que es imposible compatibilizar el deporte de alto rendimiento y un alto cargo. Ella no contesta, trabaja «de lunes a lunes» cuando toca y compite siempre que puede. Sabe que desde su doble condición puede amoldar la gestión administrativa a las necesidades de los deportistas. Si un día se quejó porque las cosas no se hacían bien, ahora se ha puesto manos a la obra para cambiarlas. Tendrá una legislatura para hacerlo, un ciclo olímpico que terminará en las próximas elecciones, no en un estadio.
    Mucho antes, en agosto si llega a Río o en mayo si finalmente no lo consigue, lo que terminará será la carrera deportiva de Conchi Bellorín. Los Juegos serán la clausura soñada, por ella no quedará. Los tiene al alcance de la mano y no puede dejar pasar la oportunidad. El judo es su vida, ya se verá si la política también.
    ¿Cómo se llega a ser directora general?
    Con una llamada.
    ¿De quién?
    Fue Carlos Rodríguez -el que fuera consejero de los Jóvenes y el Deporte entre 2007 y 2011 y que ahora es el jefe de gabinete de Guillermo Fernández Vara- el que se puso en contacto conmigo. Me dijo que quería que nos reuniéramos en Mérida, y fue él quien me propuso este reto.
    ¿La propuesta fue solamente suya?
    No, fue consensuada entre él, el presidente y Esther González, la consejera de Educación y Empleo.
    ¿Y cuánto tardó en contestar?
    Yo lo tenía muy claro. No respondí de una forma contundente, pero en mi interior sabía que no podía dejar pasar esta oportunidad de luchar por el deporte en Extremadura desde dentro. Este es mi gran reto. He tenido muchas vivencias personales y profesionales trabajando en la federación, en clubes privados, gestionando centro deportivos, pero nada como esto.
    Y en ese diálogo, ¿quién puso más condiciones?
    Yo tenía muy claro que mi primer objetivo es estar en Río 2016. Y pedí cierta libertad para afrontarlo, sobre todo porque la dificultad es muy grande. Empecé a competir más tarde de lo que hubiera deseado y tengo que tener un nivel de implicación grande, sobre todo a nivel de competición. Luego también necesitaba mantener mi actividad privada porque la competición dura lo que dura. En su día monté un club privado de judo y un centro deportivo y toda esa gestión he tenido que trasladarla a otras personas. Lo primero porque es una actividad incompatible, pero sobre todo porque si mi intención es dedicarme cien por cien al deporte extremeño y dedicarme cien por cien a mi clasificación olímpica es que no hay tiempo para más. No me gusta hacer las cosas a medias.
    Y este reto, ¿tiene fecha de caducidad?
    Para mí esto es como un ciclo olímpico. Son cuatro años y luego ya veremos hasta donde podemos llegar. No me pongo límites, pero por ahora lo que hay son cuatro años por delante en los que tengo que dar lo mejor. Y a partir de ahí...
    No todo el mundo entiende que sea posible ser deportista de alto nivel en activo y directora general.
    La mayoría de la gente no lo hace. Y si lo piensas fríamente es hasta lo normal. Yo lo que he intentado es sacar lo positivo de esta situación, que es que tengo 35 años y que mi forma de entrenar ahora no es la misma que cuando tenía 20. Ahora busco más calidad que cantidad. También es verdad que agosto, por ejemplo, fue un mes horroroso. Era todo nuevo para mí. Tengo experiencia en gestión, pero nada comparable con el volumen de una dirección general de una comunidad autónoma. Han sido horas y horas de estudio, un máster en prácticamente cuatro meses. Ahora mismo ya soy capaz de organizar la agenda y decir «hasta aquí, ahora me toca ponerme el quimono o ir al gimnasio».
    ¿Y qué le diría a esa mayoría que cuestiona su dedicación?
    ¿Alguien se ha preocupado de saber qué hacía yo hace cuatro años? Nadie sabe la vida que llevaba antes, si dedicaba más o menos horas a mi carrera profesional. Mi último año y medio también ha sido muy duro a nivel de buscarme recursos para poder vivir. Yo era autónoma y con trabajadores a mi cargo, y diciendo eso mucha gente ya sabe lo que implica. Tenía que buscar recursos donde no los había y donde sigue sin haberlos. Eso también me quitaba horas de sueño y horas de entrenamiento. La única diferencia es que antes todo era judo y no era capaz de desconectar, y ahora cuando entreno lo hago con más intensidad. ¿Qué toca hoy? ¿Una hora de entrenamiento? Pues a tope esa hora. Aprovecho mejor el tiempo.
    Valores
    Cuestión de disciplina.
    Siempre he sido disciplinada, por eso he llegado donde he llegado en el deporte. Disciplina, organización, perseverancia... son valores del deporte que vienen muy bien para todo.
    La perseverancia le llevará a Río.
    No sé si llegaremos, pero la oportunidad es real y vamos a por ello. No quiero tirar la toalla y dentro de un tiempo arrepentirme de haberlo hecho.
    ¿Cómo es un día normal de la directora general de Deportes?
    Días normales no tengo porque la agenda es una locura, lo que si tengo es un protocolo que intento seguir. A las seis de la mañana, en mi casa de Cáceres, con el café sobre la mesa, contesto a algún correo o adelanto alguna cosa. Luego, ya en Mérida asisto a reuniones o cojo el coche porque tengo alguna visita. Termino antes de comer o hacemos la última reunión de trabajo a la hora de la comida. Hay tardes que dedico solo a entrenar y otras que son de reuniones. Los fines de semana, cuando me toca estar en algún acto, pues encantada, y si tengo que competir, compito. No siempre estoy aquí, pero cuando lo hago trabajo de lunes a lunes.
    ¿Ha hecho más kilómetros en avión para ir a competir o en coche por las carreteras de Extremadura?
    De momento, en avión, porque son viajes muy largos; el último, por ejemplo, fue a las Islas Mauricio. Pero sí que estoy conociendo mejor la región, algo que no pude hacer los diez años que estuve fuera.
    Después de alguna de las últimas derrotas, ¿ha notado que había llegado a la competición insuficientemente preparada?
    Mal preparada no, pero sí que en algunos torneos lo que me ha fallado es la cabeza, estaba fatigada, pero mentalmente. Habrá competiciones en las que estaremos mejor que en otras, pero hay situaciones en las que la prioridad es de la dirección general de Deportes.
    Las cuentas de Conchi Bellorín para llegar a Río 2016 no son sencillas. Las catorce mejores del ránking mundial de cada categoría, Conchi compite en -57 kilogramos, se clasifican automáticamente con un máximo de una plaza por país. Hoy por hoy, esa opción queda muy lejana porque la judoca pacense estaría en el puesto 46 del ranking.
    La segunda puerta de acceso a Río es la cuota continental, la que utilizó para llegar a los Juegos de Londres. La cuota continental reparte 100 plazas más. Cada continente tiene una lista, donde no están los judocas ya clasificados y los compatriotas de estos en los pesos donde ya hayan obtenido representación. Por cada continente solo pueden clasificar dos judocas por peso y Europa, por ejemplo, reparte 14 plazas masculinas y 11 femeninas. Con estos criterios, en categoría -57 kilogramos, la última judoca clasificada es la senegalesa Diedhiou, que con 277 puntos está en el puesto 38. Conchi tiene 271 puntos y está en el puesto 41. A tiro de piedra de la clasificación. Además, es la primera española por delante de la navarra Jaione Equisoain, que está en el puesto 42. Esa es la doble lucha de la directora general, ser la primera española y escalar en el ránking mundial. Hasta mediados de este mes enero, Conchi no vuelve a competir. Después tendrá poco más de cinco meses para cumplir su sueño por segunda vez. «Como voy a dejarlo... está tan cerca», suspira mientras observa en la pantalla de su ordenador el ranking de la Federación Internacional de Judo.
    A falta de poco más de cinco meses para que se cierre la clasificación olímpica, ¿cómo de lejos o de cerca está de Río 2016?
    Aunque estoy en peor situación que en Londres, no estoy muy lejos de la clasificación. Esa es la realidad que hay que valorar y analizar fríamente. En julio fui nombrada directora general. Desde entonces he conseguido organizar mi calendario de competiciones, mi plan de entrenamiento, tirar para adelante con una estructura nueva en la dirección general y hemos conseguido ponernos por delante de la primera española en el ranking, mi último resultado es un bronce en una Copa del Mundo, la cosa no está tan mal.
    ¿Está mejor que hace seis meses?
    Sí, por eso es el querer seguir. Está claro que si yo veo que es imposible o que no disfruto, abandonaría, pero es que realmente me veo mejor.
    Viendo lo que le está costando la clasificación olímpica, ¿se arrepiente de haber entrado en el mundo de la política?
    No. Yo vivo el momento y estoy disfrutando mucho. Hay días duros, porque no salen proyectos que me encantaría o hay problemas que te hacen ir a casa con la cabeza baja, pero la mayor parte del tiempo la política es una labor gratificante.
    Más recursos que dinero
    Usted ha estado muchas veces en este despacho, pero ahora está al otro lado de la mesa. Antes venía a pedir y ahora es usted la que tiene que decidir. ¿Es difícil ese cambio de lado?
    Por un lado, siempre es difícil decir que no, pero, por otro, cuando lo que te están enseñando es un proyecto factible, un proyecto que promueve los valores que defendemos desde la dirección general, es más fácil buscar recursos. Los recursos económicos son los que son, pero tenemos tantos recursos materiales y de personal que si se quiere se puede.
    Gestiona los recursos que tiene porque el presupuesto no se puede estirar.
    Al revés, el presupuesto de Deportes de 2016 se nos ha reducido.
    ¿Ahora entiende mejor a su antecesor en el cargo?
    Sí claro, a él, al deportista, al club, a la federación, a los pagos que llegan tarde... El reto que tengo es saber cómo utilizar mi experiencia como deportista para mejorar cosas en la Administración para que los recursos lleguen al ciudadano extremeño.
    ¿En qué se diferenciará la gestión de Conchi Bellorín al frente del deporte extremeño con la de sus predecesores?
    Las comparaciones son odiosas porque cada persona es distinta. Yo lo que me he propuesto es poner en marcha líneas de actuación como la de la visibilidad de la mujer. Me he propuesto generar recursos para deportes minoritarios socialmente, quiero que llegue el deporte a las zonas rurales, que ahora mismo es muy complicado. También apuesto por acciones sociales como la de llegar a los centros de menores, labor para la que nos viene muy bien estar dentro de la Consejería de Educación y Empleo, porque el deporte es una herramienta educativa más. Tenemos una asignatura pendiente que es las personas mayores y la salud. Hay un programa que se llama 'El ejercicio te cuida' que llega mucho tiempo en marcha y seguiremos dándole apoyo e intentaremos llegar un poco más allá. Me preocupa el tema del empleo para los deportistas olímpicos y paralímpicos, que los tenemos pero a los que pocos conocen. Por ejemplo, tenemos a Javier Cienfuegos, que está intentando conseguir una clasificación olímpica desde su tierra y eso hay que ponerlo en valor. Los valores que transmite en su deporte, en su comunidad, una persona que tiene siempre una sonrisa en la cara, optimista, perseverante.... Javi personifica los valores del olimpismo y lo tenemos en Extremadura.
    ¿Ha cambiado algo en la organización de la Dirección General de Deportes?
    Cambiado no, reorganizado. Había como muchas miguitas pero sin un fin común. Ahora, lo primero que hacemos es analizar las necesidades reales que hay en un determinado campo y con esa información vemos qué podemos hacer. Lo que no quiero es que porque tengamos un presupuesto de 5.000 euros nos lo gastemos sin pensar. No vamos a generar un proyecto porque tengamos un dinero. Lo primero es el proyecto y luego buscar el dinero o asignar los recursos.
    Todo eso es mucho trabajo.
    Ahí está el reto.
    Y después de Río.
    Río va a ser mi última cita, y ojalá sea Río y podamos decir que hemos llegado. Al final he alargado mi carrera deportiva a nivel de alto rendimiento y tengo muy claro que la competición acabará para mí allí. La competición es muy dura y ahora necesito tiempo para mí.
    Esa dureza es lo que llevó a muchos a pensar que la carrera olímpica y la política son incompatibles.
    Mucha gente lo pensó porque tuve un par de competiciones en las que no me fue muy bien. La verdad es que es duro, pero entonces yo lo que pensé fue: '¿Qué podemos cambiar?', pero no pensé en rendirme porque la oportunidad de clasificarme es tan clara... Extremadura debería sacar pecho porque que una directora general pueda estar en unos Juegos es algo inédito. De hecho, soy la única deportista en activo a este nivel.
    ¿La política es una opción a largo plazo?
    A mí lo que me mueve es el deporte, siempre he dicho que el deporte es mi vida, es la herramienta que ha hecho a Conchi Bellorín y creo que le debo algo. Y aunque Extremadura no siempre ha sido muy cordial conmigo también le debo mucho.
    En la política, como en el judo, los golpes pueden llegar desde cualquier sitio.
    Lo sé y lo entiendo. Al final soy una persona pública y cada uno es libre de opinar lo que quiera. Y cuando tomo una decisión a algunos les gustará más y a algunos les gustará menos.
    ¿Se ha llevado ya alguna decepción personal?
    Todavía no. Y si alguna ha habido, la he utilizado para mejorar. Si nos quedamos con las cosas malas, no tiramos para adelante.

    TÍTULO:  ¡ QUE TIEMPO TAN FELIZ ! - MARIA TERESA CAMPOS Y SU NOVIO SE ESCAPA A DUBAI,.

    -foto--María Teresa Campos y su novio Bigote Arrocet 'escapan' a Dubái,.

  • María Teresa Campos y su pareja en el programa '¡Qué tiempo tan feliz!'. :: AFPLa presentadora y 'Bigote' Arrocet sucumben al destino de moda entre famosos,seducidos por las cálidas temperaturas del emirato,.

    No hay nada mejor que poner tierra de por medio para olvidar las penas y dar rienda suelta a la pasión. Eso es precisamente lo que han hecho la presentadora María Teresa Campos y su novio Edmundo 'Bigote' Arrocet. La feliz pareja tomó en Madrid las uvas de Nochevieja con las maletas hechas. Contando las horas para iniciar una escapada romántica de lujo y empezar con buen pie este 2016. El destino elegido ha sido Dubái. Un paraíso de moda entre los famosos, fascinados por las cálidas temperaturas, el sol y las playas del golfo Pérsico.
    La prestigiosa comunicadora española y el humorista chileno ya disfrutan de unos mágicos días de relax en el turístico emirato árabe. Llegaron el mismo 1 de enero y fueron recibidos por un grupo de amigos en el aeropuerto, según avanza el portal 'Vanitatis'. María Teresa ya había dejado entrever desde hace tiempo su deseo de perderse a algún lugar remoto. Quería tomarse un respiro. Alejarse de la televisión y dejar de ser una de las reinas del papel 'couché' y suculento objetivo de fotográfos, sobre todo tras destaparse en verano de 2014 su historia de amor.
    Las vacaciones que se ha tomado la mediática pareja en Dubái son también una especie de terapia para la presentadora. Una medicina para intentar curar o atenuar el dolor que todavía siente por la muerte -el pasado agosto- de su hermana Aracelli. Sin duda, uno de los mayores golpes sufridos en un año que arrancaba lleno de ilusiones al tener de su lado esos tres pilares vitales que todo el mundo desea: salud, trabajo y amor. «Es muy difícil decir cómo estás cuando uno tiene que asumir una cosa tan dura y tan inesperada», confesaba recientemente en una entrevista al programa 'Sálvame'.
    Una vez más, su entorno ha sido el motor que la ha animado a llenarse de fuerzas y cerrar con broche de oro el 2015. Pasó la Navidad en Málaga con su hija Terelu, el viudo de Aracelli y los hijos de ésta. No pudo arroparla 'Bigote' al pasar esas fechas en Londres, donde vive su hija. Pero sí llegó a tiempo para las campanadas. El último día del año fue una verdadera fiesta en la casa madrileña de María Teresa. Además del humorista, estuvo presente todo el clan Campos y sus fieles amigos Rocío Carrasco y Fidel Albiac.
    Ahora en Dubái llega el momento más dulce. Aunque no estarán del todo solos. No en vano, es un refugio altamente apreciado por numerosos famosos de España. La actriz Lara Dibildos y su novio, Joaquín Capel, se les adelantaron a María Teresa y Edmundo al recibir el 2016 en el atractivo lugar. Lo mismo ocurrió con la ex Miss España Raquel Rodríguez y Álvaro Muñoz Escassi. El jinete, de hecho, ya radica allí desde hace unos meses por motivos laborales. Se encarga de cuidar los caballos de un poderoso jeque.

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