TITULO: Metrópolis - st_age T1 ,.
El lunes -31- Mayo , los lunes a partir de las 00:30, en La2, foto,.
Metrópolis - st_age T1 ,.
Metrópolis presenta los capítulos 6 a 10
de la primera temporada de st_age, una nueva plataforma digital creada
por Thyssen-Bornemisza Art Contemporary (TBA21) para mantener su
compromiso con la producción y difusión de proyectos artísticos
internacionales durante la actual crisis sanitaria. st_age está
concebido como un nuevo modelo de espacio cultural que va más allá del
estreno online de obras de arte promoviendo el discurso crítico en
charlas con artistas, activistas, periodistas y comisarios, que
profundizan en las problemáticas y narrativas tratadas por los
artistas.
El segundo programa que
Metrópolis dedica a st_age reúne los proyectos de Dorine Mokha, Eduardo
Navarro y BaRiya, CM von Hausswolff, Daniel Steegman Mangrané y
Saraab.
TITULO: DIAS DE TOROS - La torería de Morante en una pelea de gallos: Luque y Roca Rey libran un duelo triunfal,.
La torería de Morante en una pelea de gallos: Luque y Roca Rey libran un duelo triunfal,.
El sevillano y el peruano salen a hombros tras cortar tres orejas cada uno; delicias del torero de La Puebla con una manejable y pobre corrida de Núñez del Cuvillo,.
foto / Fui casi testigo del primer «no hay billetes» con la normativa del 50% del aforo. Digo casi porque el chaval que preguntó en taquilla por la localidad más económica renunció: «Son 79 euros». Después, ya se colgó el ansiado cartelón al rebufo del nombre de Roca Rey. Serían las 18.35. Cuando regrese la plena normalidad post-pandémica con el 100% va a costar reconectar al público. Medio aforo en la bicentenaria plaza del Real Sitio equivale a 4.500 personas. Su «lleno pleno» era también el primero,.
TITULO:
Retratos con alma - El día que la vida se paró en Bohonal ,.
La periodista Isabel Gemio regresa a la televisión para presentar 'Retratos con alma', el nuevo programa producido por RTVE en colaboración,.
Lunes-31- Mayo a las 22:40 horas en La 1 / foto.
El día que la vida se paró en Bohonal,.
Rosalía. El martes se cumple un año de la desaparición de una de sus vecinas
Hace un año, la vida se detuvo en Bohonal de Ibor. Hacia las tres de la tarde, cuando la ciudad estaba “de vacaciones”, porque ese día era caluroso en verano, Bohonal se detuvo a buscar a Rosalía Cáceres. Llevaba más de dos meses en la ciudad, donde pasó su encierro sola, y con los primeros aires de libertad, salía todos los días a caminar. Pero aquel 25 de mayo, hace un año ya, no regresó.
Ante la extrañeza de lo largo del paseo, una de sus primas salió a buscarla. Aunque las primeras alarmas generalizadas llegaron desde Madrid. A su hijo le extrañó que, sobre las dos de la tarde, su madre estuviera aún paseando, así que llamó a un amigo para que saliera a buscarla con su quad. Y, a partir de ahí, todo fue una acumulación constante de acontecimientos, comentarios, versiones y, sobre todo, búsquedas.
Porque rápido, poco después de las cuatro de la tarde, ya había decenas de personas pateando caminos, yendo a corrales y huertos, mirando aquí y allá; a esa hora también se vieron las primeras patrullas de la Guardia Civil en el pueblo. Lo que en principio parecía un paréntesis en las rutinas de cada persona para encontrar a Rosalía, o Rosa, como se la conoce en Bohonal, se ha convertido en un parón en el ritmo de latido del municipio
Aquel 25 de mayo, con Extremadura cerrada por el primer confinamiento, los caminos de Bohonal, sobre todo por la zona de 'Las Esas', donde se supone que estaba cuando habló con su hijo, eran un auténtico trajín: grupos de personas, coches, patrullas de uniformados, gente en quad, a caballo y en moto… porque se esperaba encontrarla pronto. Las hipótesis estaban relacionadas con su salud: que si la había dado un golpe de calor, que si se había despistado, que si se había caído, que si la había dado cualquier cosa…. La esperanza era encontrarla debajo de alguna encina, en un camino, en una vereda o en la orilla del pantano. Nada. Ni rastro. Ni de ella ni de los objetos que llevaba: gafas, móvil, sombrero, bolsa y botella de agua. Nada.
No se perdió ni un minuto aquel día en el que todo se paró y todo el mundo se puso en marcha. Rápido se formaron grupos para continuar las batidas por la noche y, a primera hora de la mañana, ya había gente dando el relevo. Bohonal era un sinvivir. Centenares de vecinos y vecinas, de Bohonal y de poblaciones cercanas, patearon caminos, canchales, dehesas, cercas y orillas aquellos primeros días, de manera ininterrumpida; hasta los pozos se revisaron.
Decenas de guardias civiles también participaron en las batidas, llegados desde diferentes puntos de Extremadura, e incluso de otras comunidades, como los técnicos de telecomunicaciones. Y también había perros, y drones, y helicópteros. Hubo una jornada en la que se juntaron unas 200 personas voluntarias y otro centenar de guardias civiles. El despliegue fue impresionante. Y la entrega, brutal.
Decaimiento
El decaimiento lo trajo el devenir de los días. Ese tiempo que se supone todo lo cura a veces hace más mella. Durante las dos o tres primeras semanas, había hasta seis turnos numerosos de batidas; luego, cuando se iba viendo que era muy complicado que Rosalía estuviera en el campo, la participación fue decayendo y la Benemérita, al menos de manera presencial, limitó su participación. Al mes, solo se hacía una salida al día, siempre por sitios que ya habían sido 'pateados', y ahora organizadas o lideradas por la familia, que tomaron el relevo cuando la Guardia Civil dio un paso a un lado en la investigación en el terreno. Porque la judicial sigue, así lo aseguran. Pero no se sabe nada, absolutamente nada, al menos de manera pública y oficial.
El verano pandémico en Bohonal también fue de búsqueda, reducida y limitada, pero necesaria para mantener la esperanza viva y para acompañar a la familia en este deambular tormentoso. Y con batidas 'profesionales' (hay gente del pueblo que lamentablemente ha cogido gran experiencia en esto de buscar de manera milimétrica en un terreno) de la Guardia Civil de manera puntual: varias veces equipos de montaña, llegados desde Ávila, han buscado por la escarpada zona del Pibor, tal vez la más inaccesible del término municipal. Y así ha sido también el otoño y el invierno: llamamientos puntuales para seguir buscando algún indicio de Rosalía en el pueblo.
Y ha llegado de nuevo la primavera, y estamos en mayo, y ya han abierto las fronteras, y Bohonal, donde la vida se paró hace un año, sigue buscando a Rosalía e intentando animar y acompañar a la familia. Las preguntas que permean el pueblo desde hace un año son las mismas: ¿dónde está?, ¿qué le habrá pasado?, ¿qué habrá ocurrido?
Bohonal sigue en compás de espera, buscando y pidiendo respuestas.
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