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MAS VALE TARDE LA SEXTA - BICICLETA - La lotería - Cruz Roja - La
loteria jueves - LA NOCHE ABIERTA - Ciclismo - Entrevista a David Campos: "En carrera no puedes relajarte, porque te comen" ,.
MAS VALE TARDE LA SEXTA - BICICLETA - La lotería - Cruz Roja - La loteria jueves - LA NOCHE ABIERTA - Ciclismo - Entrevista a David Campos: "En carrera no puedes relajarte, porque te comen",. fotos,.
LA NOCHE ABIERTA ,.
Progroma presentado por Pedro Ruiz, entrevistas por La 2 los martes a las 22:30, un gran espacio de música, foto etc.
Entrevista a David Campos: "En carrera no puedes relajarte, porque te comen",.
Competía en motocross y un accidente le llevó a la bici de montaña. Ya es campeón de Europa y sueña con estar en los Juegos de París. "Mi día son 24 horas pensando en la bici", dice,.
David Campos sueña con estar en los Juegos Olímpicos de París 2024,.
Esta es la historia de un chico que soñaba con ser piloto profesional de motocross y terminó montando en bici de montaña. La demostración de que en la vida a veces una desgracia puede convertirse en una bendición. Porque David Campos ya competía con la moto a nivel regional y nacional y tuvo una caída, "de esas tontas", como describe él, y se rompió las dos clavículas.
"Tenía 15 años y empecé a hacer bicicleta en la recuperación, para coger otra vez la forma física. Dio la casualidad de que se me rompió la bici, fui a la tienda de aquí de mi pueblo y estaba el chico, que ahora es mi mecánico, Manu, y me dijo si quería salir a hacer una rutilla con ellos el domingo", desvela. Su pueblo es Velez Rubio, en Almería, la puerta oriental de Andalucía, pegado a Murcia. "Me hice una prueba de esfuerzo para ver el corazón y me dijeron que tenía muy buenos datos para hacer bici y que probara. Me gustaba el ambiente, mi sueño seguía siendo ser piloto profesional de motocross, pero empiezas a salir con la gente del pueblo y yo tengo el gen competitivo, eran más mayores e intentaba llegar arriba antes que ellos, o abajo... Esto fue en 2015. Empecé a hacer alguna carrerilla de aquí por la zona, ganabas, te sacabas tu premio. Al año siguiente competí a nivel nacional, a partir de ahí internacional...", añade.
La presente temporada, que está a punto de terminar, ha sido la primera en la élite, y a mitad de la próxima espera que el viaje le lleve a disputar los Juegos Olímpicos de París, aunque el camino que le queda es largo y el que ya ha recorrido no ha sido fácil.
En 2022, David decidió que si quería ser corredor profesional tenía que dedicarse cien por cien a ello y terminó los estudios. "Cuando más me costó fue en la época del instituto porque apenas tenía tiempo de nada, además pasé de júnior a sub 23 y era uno de los cambios más duros. Me levantaba, desayunaba, iba al instituto, conseguí un permiso para poder salir a comer para hacer la digestión para a las 3 de la tarde estar entrenando porque a las 6 se hace noche aquí. Y llegabas de entrenar y tenías que estudiar y estabas reventado y se iba acumulando", describe.
"En lo que más he cambiado es en lo mental"
Para colmo, en 2019 tuvo una caída y estuvo tres meses sin poder competir y cuando regresó no podía ir al mismo ritmo que antes. El cambio de categoría más la lesión, todo se juntó y se le "hizo pelota". Entonces llegó 2020 y la pandemia, otro parón que, al menos, le sirvió de punto de despegue. "2021 fue de adaptación porque venía de donde venía, empecé poco a poco, y en 2022 ya me dediqué a mil por mil y llegaron resultados internacionales y me di cuenta de que si seguía así podía llegar a ser profesional", reconoce.
Ser profesional supone que la bici se ha convertido en el centro de su existencia. En las pretemporadas se puede dar un poco de tregua por las tardes después de entrenar y sale a pasear, a ver a los amigos o a hacer otros deportes como la escalada o el pádel, pero en temporada... “Mi vida es 24 horas al día pensar en la bici, desde que me levanto hasta que me acuesto. En las concentraciones en Sierra Nevada, por ejemplo, son 25 días y es levantarte, entrenar, comer, fisio, cena, te acuestas y al día siguiente lo mismo”, explica la preparación de su cuerpo. Tampoco descuida la de la mente: “Es en lo que más he cambiado. En el deporte de alto rendimiento si no tienes la cabeza en tu sitio y cuando tienes que tenerla, puede pasar de ir todo bien a ir todo mal en un momento”, opina. Lo que ha trabajado más es a entender que no todo es controlable y que se pueden dar muchas situaciones. “A mí me gusta visualizar la carrera, ver qué circunstancias se pueden dar y llevar en mente qué poder hacer ante cada una de ellas para no bloquearte, como me ha pasado algunas veces”, describe.
Bicicleta personalizada
Este primer año en la élite se ha proclamado campeón de Europa de Short Track, “una modalidad que salió hace 5 o 6 años, se compite los viernes en Copa del Mundo y es como una clasificatoria para ver la posición de salida de la carrera del domingo, son 20 minutos y es muy espectacular de cara al espectador”. Ese título hizo que Orbea, su equipo, le hiciera una bicicleta personalizada. Bueno, en realidad son tres las bicicletas individualizadas que tiene.
La primera temporada con los mejores ha estado por encima de sus expectativas y le ha servido para seguir aprendiendo. “En sub 23 estaba acostumbrado a estar siempre delante y lo complicado es que aquí cuando te despistas un segundo te pasan cinco o seis corredores al mismo nivel que tú, todo el mundo sale a morder. Y son dos vueltas más que sub 23. Al final el ritmo de cabeza de carrera es el mismo que el sub 23, pero son dos vueltas más y si en sub 23 se rompe la carrera al principio aquí llega la última vuelta y miras y hay 10 tíos en 20 segundos por delante y 10 en 20 segundos por detrás. Es complicado, no puedes relajarte porque te comen”, explica. Ha estado todo el año metido entre los 20 mejores del ranking. España tiene casi aseguradas dos plazas para los Juegos de París y ahora los mejores son David Valero, que fue bronce en los Juegos de Tokio 2020, y David Campos.
Beca Podium: dinero y motivación
En este primer año de profesional ha empezado a formar parte de Becas Podium, la iniciativa liderada por Telefónica y el COE desde 2014 para ayudar a los jóvenes talentos españoles y que resulta “una ayuda muy grande”. “Cuando haces las concentraciones en altura es un buen dinero que estás usando. Y no es sólo lo económico, también fijarte en otros becados compañeros, ver cómo trabajan, cómo van cumpliendo sus objetivos y eso te ayuda a seguir luchando por los tuyos. A veces puedes dudar de ti, pensar que no puedes ganar un campeonato de Europa y si ves que los demás lo hacen comienzas a decir que no es imposible, que con disciplina y trabajo lo puedes conseguir”, afirma Campos.
TITULO: Hora Punta, el programa de TVE de Javier Cárdenas - Culpables de pobreza,.
Culpables de pobreza,.
Nos gusta creernos en España que ya somos ricos solo porque tenemos ibuprofeno, ansiolíticos y acceso a un agua relativamente potable en los domicilios,.
foto / Luis Rubiales,.
El invento del concepto «capitalismo» ha sido utilísimo durante más de cien años para, psicológicamente, tener algo a lo que echarle la culpa de todos los males. Como un día resulte que el capitalismo pudiera no existir (que haya sido un simple invento conceptual abstracto), menudo papelón habremos hecho ante la Historia.
Lo del capitalismo es cómodo porque suena a un impersonal mecanismo automático y así nos evita el compromiso de tener que hablar de la codicia y la mentira del prójimo. Pero lo que observamos a nuestro alrededor es que ese supuesto mecanismo no es tan automático: la intervención personal humana en esos procesos económicos es determinante. El comportamiento de nuestros políticos nacionales constituye un buen ejemplo, lo mismo tanto en el caso de Luis Rubiales como en el de Irene Montero. ¿Por qué nuestros dirigentes se aferran con uñas y dientes al cargo y no dimiten aunque les pillen junto a un cadáver, con un cuchillo ensangrentado en la mano y un cartelito colgado del cuello que diga con su letra: «He sido yo»? ¿Diferencias de costumbres con otros países? ¿Singularidad cultural? Bah. Nada de eso. Simplemente sucede que –pese a lo que nos creamos– seguimos siendo un país pobre y aquel que pilla un chollo –como Rubiales o Montero– no lo quiere soltar ni muerto para no tener que volver a la pobre mediocridad habitual.
Nos gusta creernos en España que ya somos ricos solo porque tenemos ibuprofeno, ansiolíticos y acceso a un agua relativamente potable en los domicilios. Queremos creer que ya nos hemos civilizado solo porque no reclutamos a niños de diez años para la guerra y porque la gente no muere ya de difteria por las aceras.
Vivimos en un país pobre que, por una curiosa sugestión colectiva, se cree rico. Pobreza de formas y pobreza cultural. La codicia y el egoísmo de nuestros cargos y su pánico a volver a ser pobres lo evidencia.
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