TITULO:
Natural - Ya ha ganado - “No lo sé” es el motor de la ciencia, no una debilidad ,.
Natural La Sexta emite este miércoles - 20 - Septiembre a las 22:30 horas, foto,.
Ya ha ganado - “No lo sé” es el motor de la ciencia, no una debilidad ,.
Si la ciencia avanza es, entre otras cosas, porque reconocer que no lo sabemos todo permite que busquemos respuestas. En estos tiempos de coronavirus la frase “no lo sé” cobra más fuerza que nunca.
En las últimas décadas se ha popularizado el término “cuñado” para esa gente que, sin el más mínimo rubor, pontifica sobre temas de los que jamás ha leído una sola línea. Lo que siembre había sido un “enterao”, pero con un nuevo envoltorio de siglo XIX. La imagen de prejubilado con palillo de dientes entre los caninos y el codo fundido con la barra de algún bar ha dejado paso a una imagen algo diferente, pero con la misma esencia.
Ahora los especímenes han cambiado y, por desgracia, se han reproducido. Las redes sociales son nuestro nuevo bar, un bar donde estamos todos y donde el pudor puede dejarse para otro día. En los bares, al menos, existía un freno social porque, como decía Cheers, son un lugar donde todo el mundo conoce tu nombre. El anonimato de las redes ha cambiado las reglas de juego, ha evaporado las inhibiciones como si hubiera cercenado nuestra la corteza prefrontal, estableciendo las condiciones perfectas para cultivar hectáreas de nuevos “enteraos” digitales.
El paso del logo al mito
El ser humano quiere respuestas y llevo mucho tiempo que tendiéramos que no cualquier respuesta era buena. Al principio necesitábamos rellenar nuestras lagunas de conocimiento a toda costa y lo hicimos con leyendas salidas de una mezcla de intuición, historias exageradas, alegorías y muchísima imaginación. La serpiente arcoíris de Australia, Epimeteo de los griegos o la música de los Ainur imaginada por Tolkien son ejemplos de mitos de la creación basados tan solo en creencias infundadas. Si queremos considerar a esto como conocimiento, la forma en que se ha obtenido es bastante análoga a la de los célebres cuñados, por revelación. La verdadera diferencia es que les separan unos miles de años y un desarrollo científico-tecnológico que hace tan justificable inventar estas cosmogonías en la Grecia clásica, como absurdo que alguien haga lo propio en nuestro siglo.
El origen de la filosofía se traza precisamente en este abandono del mito para buscar el conocimiento a través de la razón, fuera más o menos apoyada en la experimentación y las pruebas observables. Aquellos presocráticos que trataban de alcanzar a conocer la naturaleza como era y no a través de fábulas, también fueron quienes sentaron las primeras piedras de esta casa que es la ciencia. De hecho, Aristóteles fue, para muchos, el primer gran científico. Con sus más y sus menos, pero el primer gran representante de una forma de abordar el conocimiento que sobreviviría hasta nuestros tiempos, mucho más afinada que antaño, pero con no pocos mimbres en común.
A los más escépticos solo hay que recordarles que la ciencia del mismísimo Isaac Newton, una de las mentes más brillantes de la historia, era llamada filosofía natural por sus coetáneos. De hecho, su trabajo más influyente recibe el nombre de Philosophiæ naturalis principia mathematica.
Este paso del mito al logos, que se llama, ocurrió entre otras cosas porque interiorizamos lo que ya hemos dicho antes, que no todas las respuestas tienen el mismo valor, y que, a veces, es crucial reconocer que, simplemente, no sabemos algo. Si no identificamos nuestra ignorancia y trazamos sus límites, no podremos explorarla ni reducirla, solo obviarla con los peligros que eso conllevan.
Pues guardando una simetría envidiable, hay quien ha deshecho el camino. El paso del logos al mito ha sido seguido por una regresión del logos al mito. Ya no hace falta razón o empirismo de ningún tipo. Decir “no sé” parece tabú en redes sociales y medios de comunicación y con un poco de intuición podemos cocinar una respuesta para cualquier cosa en cuestión de segundos. No importa que disfrutemos de todo tipo de comodidades tecnológicas, alimenticias y sanitarias producto de haber dejado atrás el conocimiento basado en opiniones infundadas. Todo el mundo opina, lo cual no es necesariamente malo, el problema es que olvidamos que una opinión, por sí sola, vale entre poco y nada.
Epidemiólogos de salón
Posiblemente estamos ahora mismo imbuidos en uno de los momentos en que más cuñados hay haciendo gala de su naturaleza. Cuando los temas de moda son más opinables, como es el caos del deporte o de los cotilleos políticos la opinión no desentona demasiado. Sin embargo, la pandemia ha puesto bajo los focos al virus y a todas las disciplinas encargadas de estudiarlo: epidemiología, virología, medicina del aparato respiratorio, farmacología, genética, etc. Ramas del saber científico que llevan a sus espaldas toneladas de artículos, experimentos y, en definitiva, conocimiento contrastado que solo puede ser abarcado por el estudio concienzudo, y no por las piruetas mentales nacidas tras haber leído en diagonal un par de artículos sesgados. La politización de la pandemia tampoco ha ayudado a mantener las opiniones a raya, porque son el arma de elección para quien busca defender a capa y espada las propuestas de unos mientras despotrica indiscriminadamente contra sus rivales.
Pobre de aquel que no conociera el más nimio detalle sobre una enfermedad nueva de la que poco hemos podido estudiar. Prácticamente, la vorágine de los acontecimientos nos ha empujado a esconder el “no lo sé” debajo de la alfombra. Y ese mismo mal parece haber trascendido incluso a los profesionales de la comunicación. Con la autoridad que tienen algunas figuras mediáticas, entre ellas los comunicadores científicos, sus mensajes han ganado en impacto. La pandemia ha sido un altavoz muy atractivo para algunos, sin importar que jamás hubieran tratado temas relacionados con el mundo sanitario. Algunos divulgadores han pasado a ser contertulios y adoradores del mito, olvidando en su casa el “no lo sé” que ha hecho de la ciencia lo que es hoy en día.
Hoy más que nunca hace falta recordar el poder que tiene reconocer la ignorancia. Evitar dar falsas esperanzas o infundir un pánico que no responde a la realidad. Todos hemos sido un poco epidemiólogos de salón porque ¿cómo no serlo cuando la marabunta nos arrastra?
Así que, ya que estamos rindiendo homenaje a esos científicos y filósofos que supieron más y hablaron menos que nosotros, acabemos recordando a Marco Tulio Cicerón cuando dijo aquello de: “no me da vergüenza confesar que soy ignorante de lo que no sé”.
QUE NO TE LA CUELEN:
- Es frecuente escuchar a profesionales de la ciencia y de la medicina recomendar que no se reconozca el desconocimiento porque ello afecta a la credibilidad de la ciencia. Sea esto cierto o no, lo cual está en duda, implica recomendar mentir deliberadamente mezclando conocimiento científico con opinión, perturbando la propia esencia de lo que la ciencia busca conseguir y haciendo predicciones que, cuando fallen, afectarán a la credibilidad en la ciencia tanto o más que un “no lo sé”.
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TITULO: Los Reporteros Canal Sur Televisión - Pedir perdón a Puigdemont ,.
El Sabado - 23 - Septiembre a las 21:30 por Canal Sur Televisión,foto,.
Pedir perdón a Puigdemont,.
Puigdemont,.
La amnistía equivale a decir que los independentistas tenían razón y que la democracia debe reparar el daño causado,.
Ha dicho Page que «Puigdemont no puede tener sometido a libertad condicional al Gobierno de España». Page se ha quedado solo, dentro del PSOE, a la hora de ejercer la crítica a Sánchez. De modo que los que ayer consideraban, el ex-ministro Juan Carlos Campo, que «la amnistía no cabe en la Constitución porque la amnistía es el olvido», están hoy completamente desaparecidos. No porque sea un asunto menor. Al contrario. El olvido a que se refería Campo es el olvido de lo que hicieron, del expediente procesal por el que les condenaron y de los antecedentes penales de los encausados. Algo así como reconocer que los independentistas tenían razón al rebelarse contra el Estado y que la democracia les debe pedir perdón por el daño causado.
Da igual. Pedro Sánchez está ya embarcado de lleno en la operación de legalizar la amnistía, pese a que sea ilegal. La amnistía no cabe en democracia porque en las democracias rige el estado de derecho que ampara cualquier procedimiento judicial y a quienes en ese procedimiento se pueden ver afectados. Es decir, uno es absuelto o condenado con todas las de la ley, con plenas garantías y sin la conculcación de libertades que se produce en los regímenes autoritarios. O sea: en España los golpistas del procés condenados tuvieron un juicio justo, no se conculcó ningún derecho individual e incluso en aplicación de ese derecho se permitió que huyera del país el principal responsable de la asonada. Huir de la Justicia ya debería ser por sí mismo un delito agravante en el procedimiento judicial. Pero el sistema español es tan garantista, demasiado, que puedes huir de la Justicia sin ser penalizado. No te van a caer más años por huir ni pierdes el pasaporte ni te retiran temporalmente por ello el derecho al voto o a ser elegido diputado. Garantismo extremo del que se beneficia Puigdemont, que va a volver a España sin ingresar en prisión y sin comparecer ante la Justicia si es que sale adelante la amnistía que aprobarán PSOE y Sumar con tal de conservar el Gobierno de España. Lo que equivale en realidad a decir que el sistema judicial por el que fueron condenados los sediciosos y fue perseguido Puigdemont es antidemocrático. Con el agravante de que los puigdemones pretenden, y lo conseguirán, que la amnistía afecte también a Laura Borrás, condenada por corrupción, no por el procés. Y si afecta a Borrás deberá afectar igual a la corrupción de los ERE, a Bárcenas y a cualquier político condenado por haberse corrompido. Estaremos, una vez más, ante una discriminación positiva de la clase política respecto del resto de los ciudadanos. Los políticos pueden malversar y alborotar causando una rebelión contra el sistema, mientras que usted y yo si lo hacemos seremos perseguidos y nos caerá encima el peso entero de la ley. Los políticos podrán incurrir en fraude legislativo, como lo es prestar diputados socialistas a Puigdemont para tener grupo parlamentario en el Congreso. Ellos aprueban las leyes mientras que los ciudadanos de a pie tendremos que cumplir milimétricamente cualquier normativa.
Tal es el tamaño del dislate que se va a perpetrar sin que nadie en el PSOE mueva un dedo o diga nada. Tendremos que pedir perdón a Puigdemont. Y a tragar.
TITULO: Tierra y Mar - Almendra de la campiña cordobesa para hacer frente a la californiana ,.
Domingo- 24 - Septiembre , a las 14:00 horas por Canal Sur Televisión, foto,.
Almendra de la campiña cordobesa para hacer frente a la californiana ,.
Es una fuente de trabajo para las cuadrillas de temporeros en los meses de septiembre y octubre, sobre todo en zonas de regadío de Sevilla, Granada y Córdoba. La superficie de almendro alcanza ya las 125 mil hectáreas. En Andalucía se produce el 40% de la cosecha nacional.
Antonio es el capataz de la cuadrilla. Ha aprendido en un cursillo a utilizar el bugui. Esta cuadrilla trabaja hoy en Montalbán, en una finca de la comunidad de regantes del Genil. Y aquí se acaba de constituir una nueva Cooperativa Almendra de la Campiña, integrada en DCOOP ,con veinte agricultores.
La cosecha de California, primera productora mundial, ha caído a causa de la sequía. Los buenos precios, entorno a cuatro euros la almendra cáscara, se verán compensados por los rendimientos en regadío en torno a los cinco mil kilos hectárea. En esta zona cordobesa es un cultivo en crecimiento.
En Villarrubia, Córdoba, se encuentra la planta de partido de la almendra . Esta integrada en la sección de frutos secos de Dccop, cooperativa de segundo grado que está canalizando la oferta creciente de las cooperativas y sus agricultores.
La almendra en cáscara y pepita es analizada en el laboratorio. Estas instalaciones situadas en Villarrubia, Córdoba, afrontan la tercera campaña. A pie de campo José María vive el gran día de la cosecha. Este año todo ha salido rodado pero intuye que se avecinan tiempos difíciles si la meteorología no cambia. Inmaculada se afana en su tarea en un buen año de cosecha. Continúa la campaña de al almendra en la campiña cordobesa.
TITULO: REVISTA EPOCA - Economía - Fiesta en el pueblo vacío ,.
REVISTA EPOCA - Economía - Fiesta en el pueblo vacío ,. fotos,.
Fiesta en el pueblo vacío,.
El tiempo revuelto de este año no ha impedido que se cumplan todos los ritos que vienen de antiguo.
El pueblo está vacío, pero hay fiesta. Más chocante aún: está deshabitado, pero sigue vivo. Es el milagro de Sarnago. Muy de mañana inician la subida desde la plaza las tres mozas de la móndida. Caminan airosas, quizás un poco aturdidas, detrás del mozo del ramo. Éste carga con una pesada copa de arce adornada con roscos, rosas y pañuelos de seda. Las móndidas sujetan con mano temblorosa el cestaño con cintas de colores, coronado de flores, igual que llevaban sus madres y sus abuelas el cántaro a la fuente. Abre paso el pendón rojo, que sobresale por encima de los tejados de las casas, unos recompuestos y otros hundidos. Los hombres, con camisa blanca, llevan en andas a San Bartolomé, el patrono. Su figura adusta y poderosa, que libró de pedriscos y apostasías durante generaciones, vuelve a recorrer las calles del pueblo. Una banda de música acompaña la procesión laica, sagrada y popular. No hay repique ni volteo de campanas. Desde que se cayó la torre de la iglesia, las campanas permanecen mudas en el suelo del «cuartecillo», bajo el ayuntamiento, donde se ponía el baile en el mal tiempo.
Es una mañana otoñal. En las Tierras Altas se adelanta siempre el otoño, casi sin dar tiempo a recoger las granzas de las eras. Con las primeras lluvias, brotan los espantapastores y hay que encender la lumbre en la cocina. El tiempo revuelto de este año no ha impedido que se cumplan todos los ritos que vienen de antiguo. La gente camina en silencio respetuoso. En un momento dado, ya en el barrio de arriba, se detiene la comitiva y sucede algo que emociona a muchos. El mozo del ramo y las tres mozas de la móndida se inclinan ante la impresionante imagen del santo patrón, que unos desalmados, con el cura de cómplice, intentaron robar cuando la guerra.
Este año había un motivo especial para volver a Sarnago. Me hacían un pequeño homenaje el día de la fiesta por ser el miembro más antiguo de la Asociación, una especie de reconocimiento público de mi primacía en el orden necrológico. Cuando me pongo a escribir sobre la fiesta, tengo la sensación de que lo hago sobre un montón de cadáveres, que se han ido acumulando con el paso del tiempo. ¡Pero Sarnago sigue vivo y está de fiesta! Supongo que los muertos acudirán puntualmente esta tarde a la plaza y bailarán en corro, cogidos de la mano, la canción tradicional: «En este pueblo / todos cantamos, / todos bailamos/ y así entonamos/ esta canción/ rin, ron,.
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