La Miss Mundo valiente
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Linor Abargil fue violada con 18 años. Siete semanas después ganó el concurso. Ahora defiende a mujeres que han sufrido abusos,.
La vida de Linor Abargil dio una voltereta difícil de creer en solo mes y medio. La joven israelí estuvo cerca de morir en septiembre de 1998 mientras un hombre intentaba estrangularla después de haberla violado en un descampado, y siete semanas después, en noviembre, era coronada como la más hermosa del planeta. Aquel título de Miss Mundo no tenía mucho valor para esa mujer que un año antes era una aplicada estudiante de 17 años un poco 'chicazo' que pasaba de los concursos de belleza, pero le dio el impulso necesario para hacer frente a aquel estigma.
Abargil, la primera hija de un matrimonio con raíces en Marruecos, vivía apaciblemente en Netanya, una ciudad que está a 30 kilómetros al norte de Tel Aviv, hasta que la convencieron para presentarse, y ganar, al concurso de Miss Israel en marzo de 1998. Ella no quería pasar de ahí. No le llamaba ser Miss Mundo, pero cuando supo que el premio incluía, además de 100.000 dólares ( unos 88.300 euros), un coche y un viaje a Tailandia, se hizo el ánimo. Y para aumentar sus opciones se mudó a Italia para prepararse como modelo.
A poco menos de dos meses del certamen, comentó en la agencia de modelos que quería volar a Israel para ver a su familia antes de viajar a las Seychelles. Le pusieron en contacto con un agente de viajes compatriota suyo llamado Uri Shlomo Nur. Este hombre la engañó y le dijo que no quedaban pasajes en Milán, pero se ofreció a llevarla en coche hasta Roma, donde, según dijo, sí encontraría billetes.
Ya en la autopista, el agente de 43 años se salió de la carretera con su BMW y cuando llegó a un descampado, le puso una navaja en el cuello y le ató las manos. Entonces la violó. Dos veces abusó de ella y al acabar intentó asfixiarla con una cuerda y una bolsa de plástico. El instinto de supervivencia permitió a Linor disuadir a su agresor, al que consiguió convencer de que la soltara en la estación de tren de Milán bajo la promesa de no abrir la boca en su vida.
La modelo cogió un tren y se marchó a Roma. Nada más bajar del convoy, destrozada, asustada, telefoneó a su madre. «Un hombre me ha engañado. Me ha violado. Ha tratado de matarme», sollozó. Aliza, una de esas mujeres fuertes y con carácter, convenció a su hija de que fuera a una comisaría sin ducharse, sin borrar el rastro de ADN de aquel vil delincuente, y le denunciara. Así lo hizo. Después cogió el primer vuelo a Tel Aviv y se lanzó a los brazos de mamá.
Llorar de rabiaLas siete semanas siguientes fueron una pesadilla. Linor también había denunciado a Uri en Israel y los dos países se coordinaron para echarle el lazo a aquel violador. Pero necesitaban tiempo para realizar sus pesquisas y eso implicaba que la modelo no podía abrir la boca.
El día que un jurado en el que figuraban la leyenda del rugby Jonah Lomu, el piloto de Formula 1 Jacques Villeneuve y la Miss Mundo de 1981, la venezolana Leona Pilin, la eligió como la vencedora, nadie se extrañó de ver llorar a aquella belleza de pelo castaño y rizado y con un rostro repleto de brillo. Pero nadie sabía que aquellas lágrimas no eran de alegría, sino de rabia, como confesó después a la prensa italiana, ante la que desenmascaró a aquel agente de viajes. La historia saltó a los medios de comunicación de todo el mundo. Cinco mujeres más señalaron entonces a Uri Shlomo Nur, que fue detenido en octubre en Tel Aviv y más tarde condenado a 16 años de prisión.
La sentencia no frenó a la joven israelí. «Mi estúpida corona de Miss Mundo sirvió para denunciar que me había violado», explicó. La satisfacción de la condena no la curó por dentro. El dolor permanecía. Y eso que ella tuvo la suerte de contar con una madre, a quien define como «una roca inquebrantable», que, al contrario que la mayoría en su país, no le pidió que callara y se ocultara. Ella le pidió que luchara.
Linor buscó una salida estudiando Arte Dramático y logrando entrar en Tel Aviv en el elenco de 'The Blue Room', en el papel que Nicole Kidman había interpretado en Londres y Nueva York. En 2006 se casó con el jugador de baloncesto Saras Jasikevicius, toda una estrella en Israel después de que llevara al Maccabi a proclamarse dos veces campeón de Europa. La miss y el astro se mudaron a Los Ángeles, pero la pareja no tardó en romper y ella regresó a su país con una idea entre ceja y ceja: estudiar Derecho para poder defender a mujeres que hubieran pasado por lo mismo que ella.
Con el respaldo de su nueva pareja, Oren Halfon, emprendió una serie de viajes por todo el mundo dando conferencias y entrevistándose con las mujeres que se habían puesto en contacto con ella a través de su página web para contarle los abusos que habían sufrido. Aquello inspiró a la actriz y directora Cecilia Peck, hija de un mito de Hollywood como Gregory Peck, que la convenció para filmar sus experiencias durante cinco años para un documental que se ha titulado 'La valiente Miss Mundo'. La israelí ya no tenía miedo. «Si hubiera rodado esto hace diez años lo habría hecho como una víctima; ahora lo haré como una superviviente. Será duro, pero es mi deber».
El documental, que ahora emite Netflix, se estrenó en 2014 con declaraciones de varias víctimas, incluidas las actrices Fran Drescher, violada por dos hombre a punta de pistola mientras obligaban a su marido a contemplar aquel horror, y Joan Collins, que se casó con el hombre que abusó de ella, cuando aún era virgen, con 17 años.
TITULO: REVISTA CAMPO - LA ADMINISTRACIÓN DEBE OFRECER MAS FLEXIBILIDAD,.
La administración debe ofrecer más flexibilidad,. -
foto, José Cortés, ingeniero agrónomo, elabora proyectos agrícolas, ganaderos e agroalimentarios,
Tenemos que informar a los clientes de los límites que existen, en relación a la legislación»
¿Ha afectado mucho la crisis?
Lo único bueno es que no ha coincidido con una crisis agrícola y
ganadera, como puede ser una gran sequía. Aunque el campo no da para
hacerse rico, las familias se han mantenido. De hecho, muchos se han
vuelto de las ciudades. Tenemos clientes que han iniciado sus
explotaciones agrícolas como único refugio. A partir de ahí, han surgido
proyectos. También hemos tenido casos que para que le pagasen la leche
tarde y mal, han realizado una quesería. Otro de los problemas ha sido
la financiación. Por tanto, algunos han invertido sus ahorros. Hay
agricultores que han vendido pisos para invertir en sus explotaciones.
¿Qué tipo de instalaciones son las más demandadas en la zona?
Son las explotaciones de cebo de vacuno, ya que se ha exportado a los
países árabes a buen precio. También ha tenido un avance las granjas de
pollo de engorde para carne. Además, ha proliferado las industrias de
primera transformación como queserías y almazaras.
¿Los clientes tienen claro lo que quieren o hay que aconsejarles?
Normalmente lo tienen claro. No obstante, les tenemos que informar de
los límites administrativos que existen, en relación a la legislación
ambiental y sanitaria. A veces, se quiere una instalación con una
inversión mínima. Sin embargo, cada infraestructura tiene que estar
dimensionada para la capacidad de producción que el cliente quiere
llevar a cabo. Debe tener un tamaño mínimo con unos servicios.
¿Entienden esos condicionantes?
No tienen más remedio que entenderlo. Si redactamos un proyecto que
no cumple con la legislación ambiental, de seguridad y de salud en el
trabajo, así como sanitaria, el permiso va a venir denegado. Si no
obtiene esa autorización, no se puede construir y no va a tener la
licencia final.
¿Ha ido cambiando mucho la legislación?
Sí. De hecho, en los cuatro o cinco últimos años, ha cambiado un par
de veces. Ha ido mejorando y acortando plazos de resolución. Sin
embargo, como hay tantas administraciones concurrentes, si una
administración saca una legislación tendente a facilitar las cosas o a
minorar los plazos de resolución, como siempre dependen de informes
sectoriales que necesitan recabar información para realizar el informe
final, el acortamiento de esos plazos se traduce en algo insignificante.
¿Legislación pone trabas o mejora la situación?
La ley medioambiental vela por esa protección ambiental. No hay nadie
más interesado que el agricultor y ganadero en cuidar su finca. Nadie
va a acometer un delito contra su terreno. Sin embargo, muchas veces, en
la administración no entiende que hay distintas formas de trabajar. No
podemos diseñar en un plano la gestión de una finca mediana o grande.
Pienso que tiene que haber cierta flexibilidad y, a veces, las hay,
administrativamente hablando, y otras no. El que te concede esa
flexibilidad es el funcionario de campo, el que visita la explotación a
última instancia. Si se aplicase la legislación al pie de la letra,
muchos explotaciones serían inviables.
¿Lo más raro que han pedido?
Locuras no hace nadie. La gente tiene claro lo que hace. Tenemos
proyectos de envergadura. Se han gestionado proyectos de hasta 8
millones de euros en industria agroalimentaria. Ahora, hay un cliente
importante con dos proyectos de I+D, relacionado con aceite de oliva.
Esos proyectos innovadores nos llegan a través de medianas empresas y
centros de investigación. Tenemos un sector muy amplio de actuación. 
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