martes, 23 de agosto de 2022

Cartas Olvidadas - Reencuentro entre Maixabel Lasa y el exetarra Luis Carrasco: “Saber la verdad sirve para seguir viviendo” ,. / Cartas en el Cajon - Un año del linchamiento mortal a Samuel Luiz: secuelas e incógnitas de un crimen salvaje,. / REVISTA TENIS - Serena Williams se retirará tras el US Open,.

     TITULO: Cartas Olvidadas - Reencuentro entre Maixabel Lasa y el exetarra Luis Carrasco: “Saber la verdad sirve para seguir viviendo”,.

 

Reencuentro entre Maixabel Lasa y el exetarra Luis Carrasco: “Saber la verdad sirve para seguir viviendo”,.

EL PAÍS conversa con la viuda de Juan María Jáuregui y con uno de sus asesinos sobre su encuentro en la prisión en 2011, sobre ‘Maixabel’ y sobre los límites del perdón,.

 JuliaRL (@jtrilobyte) / Twitter

foto / A Maixabel Lasa, de 71 años, le faltan dedos en las manos para contar cuántas veces ha visto la película que lleva su nombre y que narra su tragedia. La primera vez que se enfrentó a la pantalla estaba “muy nerviosa”. Maixabel, estrenada hace apenas un año, “tendrá futuro”, vaticina. “Yo la habré visto un par de veces. Refleja bastante bien lo que ocurrió”, interviene Luis Carrasco, de 52 años, uno de los etarras que participó en el año 2000 en el asesinato del marido de Maixabel, el político vasco Juan María Jáuregui. Jáuregui, que había sido gobernador civil de Guipúzcoa, recibió dos tiros por la espalda en un bar de Tolosa. La cinta, dirigida por Iciar Bollaín, recrea la entrevista que ambos mantuvieron en la prisión de Nanclares de Oca (Álava) en 2011, donde Carrasco le dijo que estaba arrepentido y Maixabel le ofreció una segunda oportunidad.

Desde aquel encuentro histórico, víctima y victimario -así hablan de sí mismos- han seguido en contacto telefónico y personal. Hace unos días charlaron, ante jueces del Grupo Europeo de Magistrados por la Mediación (GEMME) en un acto sobre justicia restaurativa, un modelo alternativo que pone en el centro la reparación del daño a la víctima. El diálogo, en el Colegio de la Abogacía de Barcelona -referente en el impulso de la mediación- puso las emociones a flor de piel.

EL PAÍS les reunió de nuevo unos días después, por videoconferencia, cuando ambos estaban ya de vuelta en el País Vasco. Maixabel, que fue directora de atención a las víctimas del Gobierno vasco, está ahora jubilada y dedica su tiempo, en parte, a hablar de “las cosas buenas que tiene la justicia restaurativa”. Luis permanece en tercer grado penitenciario con control telemático y ha reiniciado su vida laboral. Conversan sobre aquella entrevista que abrió la Vía Nanclares, sobre el perdón y sus límites, y sobre cómo se puede pasar página sin olvidar.

Pregunta. Han pasado 11 años y siguen en contacto. ¿Qué saben el uno del otro?

Maixabel. Sí, hemos hablado, nos hemos visto algunas veces… Sé las cosas que él me cuenta. Yo le pregunto por el trabajo y la familia. Sé que su madre falleció hace tiempo.

Luis. Hablamos de la familia, de alguna cuestión política… Cosas convencionales.

P. Cuando hablan, ¿siempre está presente el asesinato?

Maixabel. Entre víctima y victimario se construye un vínculo casi invisible que se prolonga en el tiempo. No sé decirte por qué, pero me sirve para entender lo que pasó.

Luis. Siempre me siento atravesado por esa cuestión. Ella no es una persona cualquiera, es alguien a quien he hecho mucho daño.

P. El encuentro en Nanclares de Oca, aquel 26 de mayo de 2011 ¿en qué les cambió?

Maixabel. Me embarqué en los encuentros con presos de ETA porque pensé que era bueno para el futuro de la convivencia, porque estas personas más pronto o más tarde saldrían de la cárcel. Al salir de aquel encuentro, sentí como si me hubiera quitado un peso de encima, sentí una paz interior. Pienso que a Juan Mari le habría parecido bien, porque él hablaba con todo el mundo.

Luis. A mí me ha servido para mirarlo todo de otra forma. Hay mucha diferencia entre la forma de pensar y mirar la vida que tenía antes y la que tengo ahora.

P. ¿Cómo vivió, Luis, el proceso por el que llegó a la convicción de que debía pedir perdón?

Luis. Te das cuenta de que te has equivocado en un montón de cosas, que has hecho mucho daño… E intentas darle la vuelta.

P. ¿Ocurrió algo en particular?

Luis. No sabría explicarte qué pasó, no sé si hubo algo que lo encendió… Imagino que sí, pero no sé explicártelo.

P. Desde el punto de la vista de la víctima, ¿cuál es el proceso del perdón y cuáles son sus límites?

Maixabel. La palabra perdón tiene connotaciones religiosas y está muy sobada, se usa para todo. Cuando Luis me lo pidió, en la cárcel, le dije que no le iba a decir si le perdonaba. Pero sí le dije que le daría una segunda oportunidad, y eso implica preocuparme por él, por su trabajo, por su futuro... Las personas que han hecho ese recorrido de autocrítica deberían recibir ayuda de las instituciones para su reinserción.

P. Luis, ha comentado en ocasiones que en el pasado no sentía ninguna empatía, que estaba imbuido del fanatismo de ETA. ¿Cómo llegó a ese punto?

Luis. Muchas veces me he preguntado por qué terminé en ETA. Es complicado. Influye la personalidad de cada uno, si es permeable al entorno… El momento histórico también es otro ahora.

P. En la entrevista, como refleja la película, queda claro que Luis no sabía quién era Jáuregui, ni conocía su trayectoria política y vital.

Maixabel. Siempre era así. Cosificar a la persona a la que iban a matar les ayudaba a hacerlo. Tampoco mataban mirando a los ojos, sino por detrás. Cuanto menos supiesen, más fácil era.

P. Han pasado once años desde aquella entrevista, más de 20 desde el asesinato. ¿Siguen presentes esos sucesos cada día de sus vidas o el tiempo ayuda a poner distancia?

Luis. El tiempo sirve para dar de ti mismo otra cara… En cierto modo, te vas humanizando. No sé si es la manera de decirlo, pero para mí fue muy importante acercarme a Maixabel y escuchar a otras víctimas. Me cambió mucho mirar el mundo de las víctimas, me sirvió para sentirme mejor.

P. ¿Y usted, Maixabel?

Maixabel. En Nanclares pude ponerle cara a la persona que me había hecho daño. En el juicio lo había intentado, quería mirarles a los ojos [a Carrasco y a los otros dos miembros del comando Buruntza de ETA condenados por el asesinato, Ibon Etxezarreta y Patxi Xabier Makazaga]. Pero no pude porque empezaron a hacer ruido y fueron desalojados de la sala.

P. ¿Han vuelto a hablar sobre la entrevista?

Maixabel. Sí, no siempre que nos vemos, pero la hemos comentado.

P. ¿Qué les queda de ese encuentro? A veces, el recuerdo modifica la realidad de lo que pasó, pero quedan las sensaciones…

Luis. A mí me queda la sensación de haber hecho lo que tenía que hacer porque lo sentía así.

Maixabel. Los recuerdos de aquel encuentro van cambiando, efectivamente. Pero hay cosas que no se olvidan. La sensación que me dio Luis es que estaba totalmente arrepentido, y esa sensación sirve para seguir adelante.

P. Los encuentros con presos arrepentidos de ETA son un ejemplo de la justicia restaurativa. ¿De qué sirve este modelo frente al proceso penal tradicional?

Maixabel. En un juicio, la víctima no sabe nada de lo que quiere saber, nadie le pregunta su opinión. En el encuentro, pude preguntar a quien me había hecho daño mirándole a los ojos. Conocer la verdad sirve para pasar página y seguir viviendo. Y para no transmitir rencor. Yo quiero explicarles a mis nietos lo que pasó, pero no transmitirles odio.

Luis. El proceso penal no pacifica el daño. Estas entrevistas sirven para darte cuenta de que has causado un daño irreparable y, en parte, para poder curarte a ti mismo.

 

TITULO: Cartas en el Cajon - Un año del linchamiento mortal a Samuel Luiz: secuelas e incógnitas de un crimen salvaje,.

 

 

Un año del linchamiento mortal a Samuel Luiz: secuelas e incógnitas de un crimen salvaje,.

foto / La instrucción judicial del caso que puso el foco sobre la violencia que sufre la comunidad LGTBIQ+ encara la recta final con el análisis de los mensajes en redes sociales de los acusados,.

 Un año del linchamiento mortal a Samuel Luiz: secuelas e incógnitas de un  crimen salvaje | España | EL PAÍS

Era la primera noche de sábado con ocio nocturno en Galicia tras 15 meses de pandemia, pero pasará a la historia por un crimen salvaje. En la madrugada de aquel 3 de julio de 2021, a la salida de un pub del paseo marítimo de A Coruña, una turba de jóvenes, incluidos menores, persiguió y golpeó hasta la muerte a un muchacho de 24 años llamado Samuel Luiz después de que otro veinteañero sin antecedentes iniciara la agresión llamándole “maricón”. Aquella frase no fue recogida en el primer atestado policial, pero la persistencia del entorno de la víctima en calificar de homófobo el crimen atrajo la atención internacional y provocó un estallido de protestas de la comunidad LGTBIQ+. “Lo que le ocurrió a Samuel nos ha marcado emocionalmente, nos recordó que nuestras vidas están en juego. Volvimos a hablar de violencia, algo que nunca hemos dejado de sufrir pero de la que ya no hablábamos”, explica Ana García Fernández, portavoz de la Asociación pola Liberdade Afectiva e Sexual da Coruña (Alas Coruña), personada en la causa judicial para defender que se le aplique a los investigados la agravante de odio.

La jauría espontánea que mató a puñetazos y patadas a Samuel Luiz no solo destapó los miedos escondidos de la comunidad LGTBIQ+ y revolvió las tripas de la ciudadanía en general. Las circunstancias del linchamiento sorprendieron a los criminólogos. Ya lo dijo el comisario Pedro Agudo, que dirigió la investigación, tras detener a los presuntos asesinos: “Que personas sin antecedentes sean capaces de cometer una agresión que acaba convirtiéndose en la eliminación de un ser humano marca un antes y un después”. “No fue un crimen cualquiera”, coincide Jon-Mirena Landa, catedrático de Derecho Penal de la Universidad del País Vasco. Este experto en delitos de odio explica que en España, a diferencia de otros países, se suele centrar el debate público y la atención en perseguir los delitos de expresión. “A veces hay que encarcelar a quien incita al odio con la palabra, pero debe ser la excepción. La buena protección a los colectivos diana debe venir mediante agravantes en los delitos de homicidio, lesiones, daños, etc. En España se hace al revés”, advierte el también director de la Cátedra de Derechos Humanos y Poderes Públicos de la institución vasca.

Landa considera que la agresión a Samuel Luiz “visualizó la trascendencia” que tienen estos delitos, que restringen los derechos fundamentales de los grupos atacados, en este caso del colectivo LGTBIQ+, porque les lanza un “mensaje amenazante” que los lleva a “cuidar más adónde van y cómo van”. El caso de A Coruña generó “un desgarramiento del tejido social” porque “los delitos de eliminación son muy perturbadores para la convivencia democrática”, añade. Landa pide más formación a policías, jueces y fiscales y “trabajar más los datos” para no combatir “a ciegas” el “efecto corrosivo” de estas agresiones.

Samuel Luiz murió a 100 metros del portal del edificio donde vive el criminólogo José Antonio Ramos. Aquella mañana de domingo el impactante suceso desató un torbellino de mensajes de colegas y alumnos en el teléfono de este profesor de Derecho Penal de la Universidad de A Coruña. Porque este crimen, subraya él un año después, tiene muchas aristas, que van más allá de la agravante de odio por la que pelean algunas de las partes personadas en la causa y que no se dirimirá hasta que no se celebre el juicio con jurado popular. “Desde el principio me asaltaron muchas dudas sobre la calificación de los hechos. Según cómo se plantee puede dar lugar a sentencias muy dispares”, explica Ramos, en alusión a que las hipotéticas condenas a los acusados pueden ir desde el mínimo de un año de un homicidio por imprudencia a los 25 años de un asesinato con alevosía y ensañamiento.

A escala social y mediática, esgrime Ramos, la clave para que la futura sentencia se convierta “en un hito y no en un escándalo” es que se tenga en cuenta la agravante de odio. Este criminólogo advierte, sin embargo, de que el “campo de batalla” para los juristas es otro. El “auténtico salto en la pena”, detalla, se daría si se consigue demostrar el ánimo de matar y aplicar las agravantes de alevosía y ensañamiento, que elevarían la condena a 25 años. Avanza que no será fácil. “Probar que [los acusados] eran conscientes de que Samuel podía morir y que les dio igual es difícil”, opina Ramos. “Este es el típico caso que apunta a una condena alta, pero tiene puntos ciegos”. A él, como a los investigadores, también le sorprende que un grupo de personas ataque con ánimo de matar a alguien a quien acaban de conocer accidentalmente. Y ve esta circunstancia “como un arma de doble filo”.

Ya ha habido una primera sentencia sobre el caso. Los dos menores que participaron en la paliza, que fueron recluidos en un centro tras ser detenidos, han sido condenados por asesinato y permanecerán en régimen cerrado durante tres años y medio, después de reconocer los hechos y llegar a un acuerdo de conformidad. Otros cinco adultos, cuatro chicos y una chica de entre 18 y 25 años y sin historial delictivo, fueron arrestados por el caso. Tres de los varones ingresaron en prisión provisional, mientras que la mujer y el otro joven permanecen en libertad con cargos.

De los siete investigados, los seis hombres por presunto asesinato y la única mujer por encubrimiento, solo uno de los menores tiene antecedentes. El historial delictivo del resto estaba limpio hasta aquella noche de hace un año. Son todos amigos. Diego M. M. fue el que inició el ataque a Luiz al grito de “maricón”, un insulto homófobo que repitió horas después, según han declarado varios testigos. Alejandro F. G., alias Yumba, el segundo agresor, trabajaba en una empresa del puerto coruñés. Los otros dos, Kaio A. S. C. y Alejandro M. R., son camareros. Este último, detenido casi tres meses después que los demás, siguió atendiendo el local en el que trabajaba sin que nadie allí sospechara el secreto que guardaba. Hasta que lo vieron esposado en televisión.

La instrucción judicial encara la recta final, a falta de un informe policial sobre los mensajes en redes sociales que intercambiaron los encausados después del crimen. Tras superar complejos trámites con la justicia de EE UU para que la empresa Meta les dé acceso a Whatsapp e Instagram, los investigadores iniciaron hace tres meses el análisis de estas comunicaciones sin hallazgos relevantes de momento, según fuentes conocedoras del proceso. Las pesquisas han acreditado que los implicados se reunieron dos veces en la madrugada del 3 de julio del año pasado tras la paliza mortal y se repitieron insultos homófobos. “Puto maricón, si era un maricón de mierda”, dicen los testigos que soltó el encausado que empezó el linchamiento.

El vídeo de los seis minutos de paliza mortal que captaron las cámaras callejeras ha sido clave para identificar a los principales protagonistas de una turba de la que formaron parte una decena de individuos. Gracias al minucioso trabajo de una empresa coruñesa de inteligencia artificial se ha logrado ampliar, aclarar y dar color a unas confusas imágenes para arrojar luz sobre la participación de cada uno de los acusados. Por el juzgado de instrucción número 8 de A Coruña han pasado decenas de testigos. El linchamiento a Luiz se produjo ante los ojos de un montón de viandantes, pero solo dos se atrevieron a intervenir.

“No somos héroes, somos humanos”

En este año, la vida ha dado un vuelco para Ibrahima Shakur y su amigo Magatte, las únicas personas que se lanzaron a intentar proteger a la víctima. Eran dos vendedores ambulantes que pasaban por allí, inmigrantes senegaleses sin papeles que, pese a arriesgarse a ser deportados por verse implicados en un suceso así, no dudaron en interponer sus cuerpos entre Luiz y la turba agresora. Por su comportamiento, con el que pusieron incluso en juego su vida, el Gobierno decidió concederles permiso de residencia y trabajo y un empresario les ha dado empleo en una fábrica de puertas.

Shakur afirma, un año después, que lo que él y su amigo hicieron “es lo normal”: “No somos héroes, somos humanos”. Admite que pasaron “mucho miedo” aquella noche y los días siguientes, pero la reacción de A Coruña, que ha aprobado distinguirlos como Hijos Adoptivos, les da “tranquilidad”. Los acusados están siendo también investigados por intento de asesinato a Ibrahima, que sobrevivió al ataque magullado por los golpes y patadas que recibió.

En las semanas posteriores al crimen de Samuel Luiz, en la asociación Alas Coruña detectaron un incremento de las denuncias presentadas en su observatorio de LGTBIfobia por “incidentes de odio”, un concepto que incluye ataques violentos tanto verbales como físicos, pero también otras situaciones discriminatorias. “El crimen dio más visibilidad a la violencia contra el colectivo e hizo que más gente se animara a denunciar. Pero es difícil comparar porque no hay datos y porque para las víctimas sigue siendo difícil dar el paso por el estigma que aún hay y porque puede que no haya salido del armario”, explica Ana García Fernández.

 

 

TITULO : REVISTA TENIS -Serena Williams se retirará tras el US Open,.

 

 

Serena Williams se retirará tras el US Open,.

Ganadora de 23 torneos de Grand Slam, deja las canchas para tener otro hijo y dedicarse a su familia y los negocios,.

 Serena Williams anuncia su retirada tras el US Open - SALAMANCArtv AL DÍA -  Noticias de Salamanca

foto - Serena Williams (cumplirá 41 años en septiembre), ganadora de 23 Grand Slams, anunció este martes en una carta abierta en la revista 'Vogue' que se retirará tras el US Open, que comenzará a finales de este mes. La tenista se dedicará a retos empresariales y a su familia.

Williams ya había abandonado las pistas en dos ocasiones: en 2016 estuvo un año sin competir tras tener a su primer y único hijo y en 2021, cuando sufrió una grave lesión que la tuvo apartada de la competición otro año, lo que le hizo caer hasta el puesto 1.208 del ranking mundial. Parece que esta vez la decisión es definitiva.

«Durante el último año, Alexis (su pareja) y yo hemos estado tratando de tener otro hijo, y recientemente recibimos una información de mi médico que me tranquilizó y me hizo sentir que cuando estemos listos podemos añadir a nuestra familia otro integrante. Definitivamente no quiero volver a quedarme embarazada como atleta», señaló la tenista.

La estadounidense, que volvió a competir tras una lesión en la última edición de Wimbledon, consiguió el lunes su primera victoria de la temporada, en el Máster de Canadá y ante la española Nuria Párrizas. Como también aseguró en la entrevista, aún tiene el objetivo de igualar los 24 Grand Slams de Margaret Court antes de decir adiós a las pistas.

Williams no gana un gran torneo desde 2017, cuando derrotó a su hermana Venus en la final del Open de Australia. Ha sido en las antípodas donde más títulos ha cosechado (7), los mismos que en Wimbledon, además de seis US Open y tres Roland Garros. También ostenta el récord de ser la tenista que más tiempo ha liderado el ranking de la ATP, un total de 319 semanas. Su leyenda se completa con cuatro oros olímpicos, tres en dobles y uno en individual.

Ahora se prepara para colgar la raqueta. «Tal vez la mejor palabra para describir lo que estoy haciendo es 'evolución'. Estoy aquí para decirles que estoy evolucionando lejos del tenis, hacia otras cosas que son importantes para mí. Hoy en día, si tengo que elegir entre construir mi tenis y construir mi familia, elijo lo segundo», aseguró.

Serena tiene seis títulos en el Abierto de Estados Unidos, que se iniciará a finales de agosto y culminará en septiembre. Esa será su última competición oficial: «Me he resistido a admitir que tengo que dejar de jugar al tenis. Es como un tema tabú. Sale a relucir y me pongo a llorar. Nunca quise tener que elegir entre el tenis y una familia. No creo que sea justo. Si yo fuera un hombre, no estaría escribiendo esto porque seguiría por ahí jugando y ganando mientras mi mujer está haciendo el trabajo físico de ampliar nuestra familia».

«Voy a echarlo de menos»

Sobre sus posibilidades en Flushing Meadows, declaró: «Por desgracia, este año no estaba preparada para ganar Wimbledon. Y no sé si estaré lista para ganar en Nueva York. Pero lo voy a intentar». Serena confiesa que es «terrible» para las despedidas. «Voy a echar de menos esta versión de mí, esa chica que jugaba al tenis». Le va a costar irse. «Siento un gran dolor. Es lo más duro que puedo imaginar. Lo odio. Odio tener que estar en esta encrucijada. Sigo diciéndome a mí misma que ojalá me resultara fácil, pero no lo es. Estoy dividida: no quiero que se acabe, pero al mismo tiempo estoy preparada para lo que viene», dijo.

Y desveló una conversación con su amigo Tiger Woods: «Esta primavera me picó el bicho de volver a las pistas por primera vez en siete meses. Estuve hablando con Tiger y le dije que necesitaba su consejo sobre mi carrera tenística». El golfista le animó a volver a la cancha antes de la retirada definitiva.

No hay comentarios:

Publicar un comentario