martes, 30 de agosto de 2022

REVISTA FARMACIA - Gracias a la clínica San Francisco ,. / CAFE, COPA Y Tierra de talento - La rapera sevillana Mala Rodríguez y el cantaor jerezano José Mercé ,./ Documental - La Policía detiene a un diputado británico por acoso y violación ,. / El escarabajo verde - Un documental saca a la luz los entresijos del trabajo en el yacimiento del Turuñuelo,. / Días de cine clásico - Cine - Cuando ruge la marabunta , Miercoles -7, 14 - Septiembre ,./ Un país para escucharlo - 'Rayuela', ¿cursi o clásico?,.

 

  TITULO: REVISTA FARMACIA - Gracias a la clínica San Francisco ,.

REVISTA FARMACIA - Gracias a la clínica San Francisco , fotos,.

 Gracias a la clínica San Francisco,.

 Clínica San Francisco.

 Quiero dar las gracias al equipo humano de la Clínica San Francisco de Cáceres. En el último año 

 

nuestra madre tuvo que estar ingresada en varias ocasiones y queremos destacar la profesionalidad de los que intervinieron para que ella recuperara la salud y el cariño que le dieron en todo momento. Nunca un mal gesto, solo sonrisas, paciencia,.

 

 El sabado -3, 10 - Septiembre , a las 22:00 por Canal Sur, foto,.

  La rapera sevillana Mala Rodríguez y el cantaor jerezano José Mercé  ,.

Tierra de 28F | Estreno en exclusiva de 'Tengo cosas que contarte', el  single de José Mercé y Mala Rodríguez

La rapera sevillana Mala Rodríguez y el cantaor jerezano José Mercé han unido sus voces para presentarnos 'Tengo cosas que contarte'. El nuevo single, creado de forma conjunta, está incluido dentro del último álbum del jurado de "Tierra de talento". 

Precisamente han elegido la gala de "Tierra de 28F",  el programa especial con el que Canal Sur Televisión ha querido cerrar la celebración del Día de Andalucía, para cantárnoslo en primicia.

 TITULO: Documental - La Policía detiene a un diputado británico por acoso y violación,.

  La Policía detiene a un diputado británico por acoso y violación,.

 

La Policía detiene a un diputado británico por acoso y violación |  leonoticias

Hay hasta 56 parlamentarios acusados de «mala conducta sexual»,.

Uno reconoció haber visto porno en la Cámara de los Comunes. Otro, tras consumir cuatro rayas de cocaína, se metió desnudo -y sin que se lo pidieran- en la cama de una mujer. Un tercero fue condenado por abusar sexualmente de un chico de 15 años. Los tres eran diputados conservadores, y eso fue solo el mes pasado. Un nuevo escándalo esta semana, la detención de otro parlamentario tory acusado de violación y agresión sexual, arroja nuevas sombras sobre el partido de Boris Johnson y sobre la cultura del acoso que Westminster no consigue erradicar.

Hasta 56 diputados, entre ellos tres miembros del Gobierno, están siendo investigados por el Parlamento británico por «mala conducta» sexual, según ha desvelado el 'Sunday Times'. Los casos que han sido denunciados ante el Programa Independiente de Quejas y Reclamaciones (ICGS, siglas en inglés) -creado en 2018 y auspiciado por el movimiento #MeToo- van desde los comentarios sexuales inapropiados hasta sucesos más graves, algunos de ellos criminales como un supuesto pago a cambio de favores sexuales.

Las denuncias se acumulan, y la prensa británica ha recuperado esta semana el término 'Pestminster', un juego de palabras entre 'pest' (plaga) y Westminster, con el que ya bautizó la oleada de escándalos sexuales que sacudieron el Parlamento en 2017, obligaron a la dimisión entonces del ministro de Defensa y del primer secretario de Estado, y propiciaron la creación del ICGS.

En libertad bajo fianza

El último caso que se ha conocido fue detenido por la Policía este martes y puesto en libertad bajo fianza al día siguiente. Su nombre no ha sido desvelado, pero se sabe que es un diputado conservador de unos 50 años, al que se le acusa, entre otros delitos, de abuso y agresión sexual, violación y extralimitación de posición de confianza. Según Scotland Yard, que investiga la denuncia desde hace dos años, los hechos se cometieron entre 2002 y 2009 en Londres. Por el momento, su grupo parlamentario le ha pedido que no acuda a Westminster mientras se lleva a cabo la investigación, aunque no ha sido suspendido.

«Es preocupante que veamos otra vez estas terribles acusaciones sobre un diputado», reconoció la ministra de Exteriores, Liz Truss. Aunque entre los que están siendo investigados por el Parlamento también hay dos laboristas o miembros del Partido Nacionalista Escocés, un número muy importante de los acusados en los últimos años son conservadores, ahondando en la llaga reputacional abierta por el 'partygate'. El propio Johnson es el primer jefe de Gobierno británico de la historia en ser multado por saltarse las reglas del confinamiento que su Ejecutivo había establecido.

El mes pasado, el diputado tory Neil Parish dimitió de su cargo al conocerse que había visto pornografía al menos en dos ocasiones mientras estaba en la Cámara de los Comunes. Su escaño y el de su colega Imram Ahmad Khan van a ser objeto de una elección extraordinaria el próximo 23 de junio, en la que los conservadores podrían perder ambos sitios ante los laboristas y los liberal-demócratas. Khan fue expulsado del partido el pasado mes después de que un tribunal lo condenara por abusar de un joven de 15 años en 2008.

Por el momento, David Warburton, al que se fotografió con drogas y que fue acusado el mes pasado por una mujer de meterse en su cama desnudo, solo ha sido suspendido por el partido. Otras dos mujeres que trabajaban en su oficina también lo han denunciado por conductas similares. El último mes lo ha pasado ingresado en un hospital psiquiátrico.

TITULO: El escarabajo verde -Un documental saca a la luz los entresijos del trabajo en el yacimiento del Turuñuelo,.

 

Un documental saca a la luz los entresijos del trabajo en el yacimiento del Turuñuelo,.

Dos villanovenses tienen un peso específico en este trabajo, como son Diego González, director del trabajo audiovisual, y la arqueóloga sther Rodríguez.

 Un documental saca a la luz los entresijos del trabajo en el yacimiento del  Turuñuelo | Villanueva - Hoy

El yacimiento de Casas del Turuñuelo en Guareña, declarado Bien de Interés Cultural (BIC) en mayo del 2020, es uno de los hallazgos de los últimos años más destacados a nivel histórico y arqueológico en la región. Un yacimiento en el que se comenzó a trabajar del 2014 al 2018 y a partir de esa fecha se paralizó; retomándose el trabajo hace un mes. Todo un proceso que se ha hecho visible a través de un documental 'La habitación de los dioses' en el que mucho tienen que ver dos villanovenses. Por un lado, el trabajo audiovisual ha estado dirigido por Diego González, mientras las excavaciones a pie de campo han estado bajo el mando de la arqueóloga Esther Rodríguez, junto a Sebastián Celestino.

El documental ha sido presentado esta semana en el Teatro Las Vegas de Villanueva, mostrando la labor de estos cuatro años de trabajo en el conjunto protohistórico. Según Rodríguez, se trata del yacimiento tartésico más importante de la Península Ibérica donde, entre los muchos hallazgos realizados, aparecen unos restos humanos que reposan junto a una estancia oculta y con una antigüedad de 2500 años.

En el tiempo que ha estado parada la excavación, el trabajo se ha centrado en la documentación de todo lo hallado en este yacimiento, como es el caso del del mayor sacrificio de animales documentado en la I Edad de Hierro del Mediterráneo occidental. Se han encontrado 52 caballos y algunos animales más enterrados en el patio de la edificación; o los tejidos más antiguos de la Península Ibérica. Además, el yacimiento contiene la primera escultura de mármol apareciendo los pies y que conserva la policromía original.

El director del documental, Diego González, subrayó que «ha sido mucho más que un documental, ha sido una aventura maravillosa» con el que se ha pretendido contar «mucho más de lo que se ve en una excavación a simple vista».

Trabajos en laboratorio con algunos de los esqueletos encontrados en el yacimiento. 

La pretensión, dijo, ha sido la de acercar al público el trabajo de una forma didáctica, para que el espectador sepa qué se hace cuando se inicia una excavación, qué se hace con ese material y qué se puede averiguar con todo el material que se recopila. «Es rescatar quiénes somos y de dónde venimos», añadió.

Por su parte, el alcalde, Miguel Ángel Gallardo, destacó la importancia del trabajo hecho hasta ahora. Un trabajo que ya se ha reiniciado. Ha recordado que, en su momento, en 2014, «hubo dos personas, dentro de un gran equipo, que supieron contagiarnos ante algo desconocido.

 

TITULO:  Días de cine clásico - Cine - Cuando ruge la marabunta  . , Miercoles -7, 14 - Septiembre.

  Este  Miercoles - 7, 14 - Septiembre a las 22:00 en La 2 de TVE, foto,.

 Cuando ruge la marabunta



Reparto

En la jungla sudamericana, el propietario de una gran plantación (Charlton Heston) decide casarse por correspondencia para tener un hijo que herede su hacienda. A su esposa (Eleanor Parker), recién llegada de Nueva Orleans, no le resultará fácil adaptarse a la brusquedad del marido y a las costumbres de los nativos. Mientras, una terrible plaga de hormigas asesinas amenaza la región.
 
 

TITULO:   Un país para escucharlo -   'Rayuela', ¿cursi o clásico?,.

 
Un país para escucharlo,.
 

Este martes- 6, 13 - Septiembre ,  a las 23.00 por  La 2, foto.

  'Rayuela', ¿cursi o clásico?,.

Escritores hispanohablantes de varias generaciones analizan Rayuela, de Cortázar, que hoy cumple 50 años Cristina Peri Rossi: “Acertó a retratar la sensibilidad de la generación del 68”. Damián Tabarovsky: “Nació cursi, llena de recursos demagógicos”.

 Rayuela', ¿cursi o clásico? | Cultura | EL PAÍS

En una carta de 1958, Julio Cortázar cuenta que ha terminado la novela Los premios y que piensa en otra más ambiciosa que será, se teme, “bastante ilegible”, una especie de “resumen de muchos deseos, de muchas nociones, de muchas esperanzas y también, por qué no, de muchos fracasos”. Un año más tarde dice que está escribiendo una antinovela. Más tarde dirá que prefiere el término contranovela. Aun en estado embrionario Rayuela generó un sinfín de definiciones a cargo de su propio autor: libro infinito, gigantesca humorada, bomba atómica, grito de alerta, el agujero negro de un enorme embudo… Luego llegarían esos lectores que el escritor nunca quiso pasivos. .

Mandala pop. Igual que Julio Denis fue el pseudónimo con el que Cortázar (1914-1984) publicó su primer libro en 1938 -Presencia, un conjunto de sonetos-, Mandala fue el primer título que le puso a Rayuela “hasta casi terminado”. El definitivo le pareció más modesto y comprensible sin necesidad de conocer “el esoterismo búdico o tibetano”. Además, eran lo mismo: “una rayuela es un mandala de-sacralizado”. En algunas cartas la llama La rayuela.

Rayuel-o-matic. Rayuela está formada por 155 fragmentos que el lector puede combinar a su antojo. Además del orden en el que se edita habitualmente, Cortázar -que empezó el libro redactando el actual fragmento 41º- incluyó en las primeras páginas un “tablero de dirección” que arranca en el 73º. Además, en La vuelta al día en ochenta mundos (1967) recogió la descripción del Rayuel-o-matic, una máquina para leer Rayuela inspirada en las máquinas “célibes” de Marcel Duchamp y Raymond Roussel.

Apocalipsis de san Julio. Cuando de publicó en 1963 unos dijeron que era un libro desvergonzado y otros lo acusaron de europeizante; alguien afirmó que era la declaración de independencia de la novela latinoamericana y alguien más que si dentro de ella El siglo de las luces –publicado por Alejo Carpentier un año antes- era el génesis, Rayuela era el apocalipsis.

El libro del 68. Por teléfono, desde su casa de Barcelona, Cristina Peri Rossi (Montevideo, 1941), amiga de Cortázar, explica qué supuso Rayuela para la gente que tenía poco más de 20 años cuando se publicó: “Es la novela emblemática de la gente del 68. La leímos con el telón de fondo de los movimientos revolucionarios en Europa y América Latina. Toda una generación se identificó con el libro. Todas las mujeres querían ser la Maga. Todos querían vivir en Paris y Buenos Aires. Acertó a retratar una sensibilidad. Es cierto, teníamos 20 años, hoy tenemos 70 y muchos han traicionado esos valores. Un amigo pintor argentino me decía hace poco que ya no se identificaba con Rayuela. Yo le respondía: ‘Porque en el 63 tenías 20 años, eras pobre y revolucionario; ahora eres famoso, burgués y te hacen exposiciones retrospectivas’. ¿Que el mundo ya no es así? Tampoco es como la Troya de Virgilio. Si hubiera que dar un libro a los marcianos para explicarles cómo era el mundo en esos años les daría Rayuela”. Y pasa de la sociología a la literatura: “En Rayuela cristalizaron rupturas de la estructura y el lenguaje que venían de antes (de Mallea, de Arlt) pero que habían naufragado. Además, dentro de la vieja polémica latinoamericana entre literatura rural y urbana, Rayuela es la novela urbana por excelencia. En literatura no hay progreso, pero fue un hito. Claro que se puede escribir como antes de Rayuela, pero serán eso, novelas de antes de Rayuela”.

Cataclismo para jóvenes indignados. José María Guelbenzu (Madrid, 1944), que relee estos días Rayuela, cuenta que la leyó en uno de los primeros ejemplares que llegaron a España: “Yo era un joven escritor indignado con el mundo literario español, que era oficial, realista, barroco o social. En ese contexto, Rayuela fue un cataclismo, el encuentro con la libertad de la literatura. En El mercurio (1968) hay un homenaje a Cortázar y otro a Joyce, los dos autores que me abrieron el mundo a algo distinto que la alicorta tradición española. La apertura a un mundo que no tiene confines. Es un acto literario total, una muestra de anarquismo literario en el que se da la unidad entre fondo y forma. Además, desencadena el gran movimiento hacia el lector, le obliga a construir la novela”. Y de la literatura a la sociología: “Hay quien dice que fue un libro de su momento, que no es una novela sino un montón de cosas juntas. No estoy de acuerdo. El hombre contemporáneo pisa el terreno de la inseguridad y Rayuela es la respuesta y la resistencia a esa inseguridad, el relato de una vida a través del desorden y la mitomanía, un viaje sentimental en busca de la lucidez. Por eso gusta tanto a los jóvenes, sigue siendo una obra maestra y hoy sigue siendo rompedora”.

Un juguete sofisticado. A Agustín Fernández Mallo (A Coruña, 1967) le faltaban cuatro años para nacer cuando se publicó Rayuela. No la ha vuelto a leer entera desde la primera vez pero de cuando en cuando hace “catas selectivas”. Conclusión: “funciona muy bien a trozos, tienen una entidad poética al margen de la narrativa”. En su opinión, la novela de Julio Cortázar “abrió una vía al experimentalismo y al uso de la cultura popular sin tapujos, sin esa condescendencia que se usa para quedar bien. En Cortázar era algo vivido, real, no un artefacto montado ad hoc. Su influencia la admite la mayoría de los escritores españoles de mi generación”. ¿Es un libro de su momento, es decir, de hace ya medio siglo? “En los sesenta se leyó en una clave política –sobre el exilio y el desarraigo- que se fue desdibujando con el tiempo, pero en estos tiempos convulsos podría rehacerse perfectamente esa lectura política y funcionaría”.

Mercedes Cebrián (Madrid, 1971) tampoco la ha vuelto a leer desde que lo hizo a los 17 años, por eso insiste en que sus comentarios se refieren a aquella primera impresión. Ahora, dice, está curada de espanto, “vieja” (?), no querría parecer naïf. ¿Y a los 17? “Rayuela es una novela de formación esencial para un escritor en lengua castellana. Aprendes de todo, carpintería, bricolaje. Enseña también que la literatura no es solo seriedad, que puede ser un juego, que en una novela cabe lo que tú quieras. Me da pena pensar que ya no la podría releer con la ilusión del descubrimiento. También un juguete sofisticado muy útil para bajarles los humos a los descubridores permanentes de artefactos que piensan que lo último de lo último es decirle a alguien en la página 10, pase a la página 48”.

Contra Rayuela. Desde la Argentina, por correo electrónico, Damián Tabarovsky (Buenos Aires, 1967) rompe contundentemente la devoción cortazariana: “¿En qué momento Rayuela se convirtió en un libro leído en la adolescencia y nunca jamás en la adultez? O más aún, ¿en qué momento pasó a ser un texto adolescente? No lo sé. Sé, en cambio, que para mí, y para muchos de mi generación Cortázar significa esa época de la vida en que nos pasan cosas vergonzantes: decir que nos gustaba Cortázar es una de esas. De hecho, a mí nunca me pasó, pero sí me ocurrió con Roberto Fontanarrosa, que vendría a ser lo mismo, pero peor. Para mí, y a para muchos de mi generación, Rayuela nació ya cursi, remanida, llena de recursos demagógicos, y, casi me animaría a decir, sociológica: encarna –igual que Sábato en otro extremo- el gusto de una clase media urbana argentina que se imaginaba en ascenso social, que suponía que, vía a Cortázar y otros como él, accedía a la alta cultura, a la divulgación de la vanguardia francesa, al último grito de la moda de la novela moderna. También expresa el último estertor en que París se pensaba a sí misma –y las clases medias argentinas lo creían- como la capital cultural del mundo. Todo eso terminó, y ahora la clase media argentina sueña con ir de compras a Miami. Y la literatura ya no le importa a nadie”.

De cronopio a clásico. Alfaguara acaba de publicar una edición conmemorativa de Rayuela que incluye una selección de cartas de Cortázar en torno a su escritura, publicación y recepción.

En 1991 Julio Ortega y Saúl Yurkievich publicaron una monumental edición crítica en la colección Archivos de la Unesco.

Tres años antes la editorial Cátedra había publicado una edición de la novela en su colección de clásicos Letras Hispánicas a cargo de Andrés Amorós, que recuerda ahora que aquel trabajo fue el fruto de su admiración por un libro del que llegó a saberse fragmentos de memoria. “Apenas él le amalaba el noema, a ella se le agolpaba el clémiso y caían en hidromurias, en salvajes ambonios, en sustalos exasperantes…” recita por teléfono citando el arranque del 68, escrito en gíglico, un lenguaje inventado por Cortázar que lleva al extremo su experimentalismo. Amorós fue uno de sus primeros defensores en España y no se cansa, dice, de leer Rayuela, pero avisa respecto al humor, el juego y la ironía que contienen sus páginas: “No se puede hacer escuela de eso”.

En 1962, en una carta, Julio Cortázar escribió: “Nadie es clásico si no quiere. Los profesores pueden pegarle la etiqueta, pero él (y sus libros) le escupen encima. Yo soy siempre el mismo desconcertado cronopio que anda mirando las babas del diablo en el aire, y que recién a los veinte mil kilómetros descubre que no ha soltado el freno de mano”.

 

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