Atletas de ébano
Diakité Alassane iba para figura
del fútbol y acabó de cocinero y en Preferente. Su caso inspira a los
que luchan contra el tráfico de talentos de los países africanos
Llegaron a Europa, también a España, engañados por
traficantes de adolescentes africanos que les convencieron de que iban a
ser estrellas del fútbol. Atletas de ébano en cuyas piernas tenían el
destino de sus familias en Malí, Senegal o cualquier otro país cercano.
Unas familias que empeñaron buena parte de su patrimonio para que el
sueño fuera realidad. Esos jugadores tan ricos que les obnubilan por los
canales de televisión europeos ¿por qué no podían ser uno de ellos?
Pero pocos pueden llegar a ser Didier Drogba o George Weah, grandes
figuras del 'planeta fútbol' que surgieron del África subsahariana y
triunfaron en Europa. La gran mayoría han acabado abandonados en
cualquier ciudad europea y, con suerte, jugando en equipos locales.
Atrapados sin triunfar y sin poder volver.
Son los 'diamantes negros', la penúltima forma de
explotación y abuso del talento migratorio. Y también es el título de
una película que cuenta su historia y que se acaba de estrenar en las
carteleras. Y Diakité Alassane es quien la ha inspirado. A sus 21 años,
este futbolista de Malí lucha esta temporada por el ascenso de
Preferente a la Tercera División madrileña con el Club Deportivo
Canillas. «Hay que mojar la camiseta cada fin de semana para lograr los
objetivos», afirma con ese optimismo incurable de los africanos. Juega
de defensa y su modelo es Lass Diarra, su compatriota y exjugador del
Real Madrid que ahora milita en el Lokomotiv de Moscú. No es mala
elección si pensamos que su ficha alcanza los 4,5 millones de euros.
La familia y los amigos de Diakité en su barrio de Bamako
(capital de Malí) reunieron hace cinco años el millón y medio de francos
centroafricanos (unos 2.000 euros) que le pidió un agente francés a
cambio de convertirle en una figura en la metrópoli. «Me veía jugando de
profesional, rico y con dinero de sobra para ayudar a mi familia y
amigos», afirma sin asomo de rencor. El impacto con la realidad de París
fueron dos meses sin pruebas ni contactos con los grandes equipos.
Decepcionado y engañado, comenzó su particular odisea para buscar una
salida. «No llegué a dormir en la calle pero sí a no saber qué cenar esa
noche», rememora. Es cierto que no durmió en la calle pero sí en 'pisos
patera' y 'camas calientes' compartidas junto a otros siete africanos.
«Están atrapados porque regresar es retroceder tras empeñar
a la familia. Y no te puedes imaginar las necesidades que hay allí»,
explica José María Aragón, que ha pasado meses por los campos de Senegal
buscando promesas para agentes que luego gestionan sus derechos. La
última es Pape Assane Mbodji, un senegalés de 15 años que no puede
debutar en Primera División con el Valladolid precisamente por la norma
de la FIFA que prohibió en 2008 contratar a menores de 18 años.
Tarjeta roja
Una regulación que busca acabar con la compra de jóvenes
valores 'al peso'. «Siempre se puede vulnerar con el truco de contratar
al padre para que traiga con él al chico -continúa Aragón-, pero la cosa
se ha reducido mucho». Una opción que, cuando fracasa, que es casi
siempre, «arrasa con las esperanzas de toda la familia», advierte Carlo
D'Ursi, productor y actor en 'Diamantes negros'.
Alassane es un perfil de molde. Cualquier cosa menos volver
a casa. Siguió haciendo pruebas. Portugal, Levante, Getafe, Lorca...
todos le prometían un contrato pero los líos burocráticos con sus
derechos de formación arruinaron cualquier firma. Al final acabó en el
modesto pero esforzado Canillas madrileño, donde cumple su segunda
temporada. «La vida me ha enseñado que se puede jugar al fútbol y se
pueden cumplir los sueños desde abajo». El suyo es un equipo casi
aficionado. Trabajadores que dedican tres días a la semana y los
domingos a una ilusión deportiva que reparte salarios entre 300 y 700
euros. Diakité, que también entrena a las categorías inferiores, está en
la mitad de esa tabla. Completa su salario con su trabajo de cocinero
en un colegio. Después de muchas penurias, aprecia esa parte de su
sueldo que no cotiza a Hacienda. «Me han ayudado tanto aquí que no
quiero correr riesgos. Sigo soñando con ir a un equipo profesional, pero
tendría que ser algo muy seguro».
Como seguro es su compromiso contra el tráfico de
jugadores. De esos chicos que lucen sus camisetas del Barça o el Real
Madrid con el nombre del ídolo al que imitar. A pesar del escaso
compromiso de los grandes clubes contra este negocio, Alassane reunió en
unos meses 100.000 firmas en Internet para reclamar que se «saque la
tarjeta roja» y se expulse de los campos africanos (aunque los
cazatalentos 'coyotes' están emigrando a América Latina) a los que
trafican con su hambre estomacal y frustran también la deportiva.
Nueva ley. Ante las denuncias internacionales, el máximo
organismo del fútbol (FIFA) cambió las leyes y, desde 2008, ningún
jugador extracomunitario menor de 18 años puede ser fichado por un
equipo. Los agentes solían quedarse con sus pasaportes en una forma de
explotación que recuerda al de las redes de prostitución.
jugadores africanos (7.000 de ellos en Francia) pululan por
los estadios europeos tras ser atrapados en las redes de cazatalentos.
La sobreexplotación del mercado africano ha llevado a los ojeadores a
América Latina.
TÍTULO; LA HORMA DE MI ZAPATO, Claire Antonia Forlani ,.
Claire Forlani-foto.
Claire Antonia Forlani (
Middlesex,
Inglaterra,
1 de julio de
1972)
1 es una actriz británica de cine y televisión.
Biografía
Forlani nació en
Twickenham en
Londres, hija de Barbara Dickinson, de origen inglés, y de Pier Forlani, un mánager de música proveniente de
Ferrara,
Italia.
2 3 A los once años Forlani ingresó en el
Arts Educational School de Londres, donde comenzó a preparar su futura carrera de actriz.
En los seis años en que permaneció en dicha academia, estudió danza
además de interpretación, lo cual le abrió las puertas para interpretar
más tarde obras como
The Nutcracker y
Orpheus in the Underworld.
Habiendo actuado en el teatro, la televisión británica la contrató para
una serie televisiva y para una película de televisión.
Los padres de Forlani quisieron ayudar a su hija a obtener papeles en
películas de cine, por lo que decidieron en 1993 trasladarse a
San Francisco.
Pronto llegó la primera oferta de la industria cinematográfica
norteamericana: fue seleccionada en ese mismo año para la miniserie de
televisión
J. F. K.: Reckless Youth y seguidamente para la película de cine
Police Academy: Mission to Moscow.
A continuación Forlani intervino en algunas películas, hasta que en 1996 participó en
La roca, protagonizada por
Sean Connery y
Nicolas Cage. Un año más tarde obtuvo al fin el reconocimiento de la crítica por su interpretación en
The Last Time I Committed Suicide, después de haber actuado en películas que en su mayoría habían sido intrascendentes.
Con su papel en
¿Conoces a Joe Black?, en la que fue coprotagonista con
Brad Pitt y
Anthony Hopkins, adquirió en
1998 una amplia fama entre el público
estadounidense e internacional.
Sus últimos papeles han sido en la serie
CSI: New York,
como la Dr. Peyton Driscoll, y más recientemente en la primera
temporada de la serie Camelot interpretando a la madre del Rey Arturo,
Lady Igraine.
Vida privada
Forlani estuvo relacionada amorosamente con los actores
Benicio del Toro,
John Cusack (entre 1997 y 1998), y
Ben Stiller,
Brad Pitt (entre 1998 y 1999). En junio de
2007, Forlani contrajo matrimonio con el actor
Dougray Scott.
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TÍTULO; EL OBJETO Y YO ,HAMBRIENTOS DE BALÓN,.Middlesex, Londres, Inglaterra
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