El presidente francés, François Hollande, nombró este lunes al hasta ahora ministro del Interior, el político de origen español
Manuel Valls, como primer ministro de Francia tras la renuncia de Jean-Marc Ayrault.
En su nombramiento, Hollande ha declarado que pone a Valls a la cabeza de
un nuevo gobierno de "combate",
después de sufrir una derrota "personal" en las elecciones municipales.
En un discurso televisado, el jefe de Estado dice que ha escuchado el
mensaje "claro" de los franceses y promete un equipo pequeño y una
reducción de impuestos.
"No (hay) suficiente cambio, no (hay) suficiente empleo, todavía
(hay) demasiado paro, todavía (hay) demasiados impuestos, y todavía
(hay) demasiados interrogantes sobre la capacidad de nuestro país para
salir adelante. Es
el mensaje que me habéis dirigido y que recibo personalmente", analizó el presidente.
Hollande anunció que se abre "una nueva etapa" con un gobierno "de
combate" y más reducido (en el actual hay 38 ministros y ministros
delegados) que dirigirá Valls con
tres objetivos: devolver a Francia su fuerza económica, concentrarse en la justicia social y aumentar el poder adquisitivo de los franceses.
"Son las empresas las que crean empleo.
La primera de las injusticias es el desempleo.
Es decisivo para el futuro de nuestro país producir más, en Francia, y
de forma diferente", añadió Hollande, que prometió una "disminución de
impuestos" y de las cotizaciones que pagan los trabajadores "
de aquí a 2017".
El presidente dijo saber que la "situación era grave" y
asumió "la total responsabilidad",
al tiempo que preconizó una "mayor constancia en el rumbo" sin
descartar "hacer las inflexiones necesarias, porque el único objetivo es
el éxito de la República".
Valls, de 51 años y nacido en Barcelona,
representa al ala más a la derecha y "amable" en lo económico
del partido socialista francés. Tras su triunfo electoral en 2012,
Hollande lo nombró ministro del Interior, lo que fue considerado un
agradecimiento por el apoyo de Valls a su campaña presidencial.
Su ascenso no es bien visto por todos sus compañeros. Dos ministros
ecologistas salientes del actual Gobierno se han negado a participar en
su equipo. El ministro de Fomento,
Pascal Canfin, y la ministra de Vivienda,
Cécile Duflot,
anunciaron en un comunicado que no participarían en el nuevo gobierno,
diciendo que "las ideas presentadas por el nuevo primer ministro (...)
no son una respuesta adecuada a los problemas de los franceses".
Dimisión en pleno
El nombramiento se produce después de que
Jean-Marc Ayrault anunciara este lunes su
dimisión como primer ministro de Francia y la de todo su Gobierno con un escueto comunicado emitido desde el Palacio de Matignon.
François Hollande encuadra las circunstancias de esta remodelación ministerial en
la mayor derrota electoral que el PS ha sufrido en unos comicios municipales desde 1983.
Además de cambiar al Gabinete ha anunciado una bajada en los impuestos
directos de los hogares para mejorar el poder adquisitivo de la
población.
Hacía meses que el aparato del partido le reclamaba a Hollande un
gesto fuerte para reconciliarse con muchos de esos votantes que le
llevaron a la presidencia en mayo de 2012 pero que no acudieron a su
cita con las urnas del 30-M, provocando la victoria del centroderecha y
un
récord de abstención (36,3%) que no se recordaba en toda la historia de la Quinta República.
Tras perder 155 ciudades en favor de la
Unión por un Movimiento Popular
y sus aliados centristas, el mandatario socialista no ha tenido más
remedio que hacer caso a sus barones y usar como chivo expiatorio al
hombre en quien había depositado su confianza 22 meses atrás, debido a
su teórica capacidad para implicar en un proyecto común a todas las
sensibilidades de la izquierda gala. Con un 74% de los franceses, según
un estudio de BVA publicado hoy, exigiendo la destitución de Ayrault, a
Hollande no le han hecho falta más excusas para cambiar de primer
ministro.
Un fan del Barça
Manuel Valls (1962, Barcelona), a quien un 31% de los encuestados -sin distinguir ideologías políticas- ve bien en Matignon,
es un catalán nacionalizado francés en 1982. Nieto de periodista republicano,
hijo del pintor exiliado Xavier Valls, licenciado en Historia, fan del Barça y de los toros, militante del PS desde los 17 años, padre divorciado con cuatro hijos.
Alcalde de Evry y diputado de Essonne, muchos de sus compañeros en el partido le consideran algo
escorado a la derecha por sus ideas sobre economía,
edad de jubilación, control de la inmigración y orden público.
Socialdemócrata de corte moderno, defiende que el socialismo no está
reñido con conceptos tradicionalmente abonados al discurso conservador
como la austeridad presupuestaria, el laicismo, la seguridad o el
respeto a los maestros.
Después de la victoria de la gaditana
Anne Hidalgo, que el 5 de abril será nombrada
alcaldesa de París,
la designación de Valls como jefe de gobierno pone a otro dirigente
socialista de origen español en primera línea de la política francesa.
De aquí el miércoles, en que está previsto el primer consejo de
ministros, el presidente de la República y su nuevo valido tendrán que
ponerse de acuerdo, según indica el artículo 8 de la Constitución, para
elegir
un nuevo Ejecutivo que satisfaga las aspiraciones de los ciudadanos, del cual podrían salir figuras como
Cécile Duflot o incluso
Pierre Moscovici
que aspira a ser comisario europeo en Bruselas- o Christiane Taubira
-candidata al Tribunal Constitucional- para dar entrada a otros nombres
consagrados como el ex primer edil de la capital
Bertrand Delanoë o la mismísima
Segolène Royal.
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