-foto--ELENA CULLELL - LUIS ENRIQUE,.
Discreta, educada y muy deportista». Así definen sus íntimos a la mujer de Luis Enrique, una economista que ejerce de esposa y madre.
Que nadie espere del matrimonio Martínez Cullell una foto en plan premios Billboard de Las Vegas. Imposible. Es más, Luis Enrique se enoja de veras si alguien mete las narices en su privacidad. Así que no es extraño que Wikipedia haya escogido una foto del nuevo entrenador del Barça con una camiseta que dice: «Please, do not disturb».
Pero, ¿cómo es la primera dama culé? Elena Cullell, de 41 años, «pertenece a la alta burguesía» del Baix Llobregat, afirma alguien de su círculo. Es hija de Francesc Cullell, un fabricante de ropa de piel que, hasta su jubilación, «surtía a las mejores tiendas de España», y de Isabel Falguera, «que ya en su época estudió en el Colegio Alemán». No resulta raro, pues, que la educación de sus tres hijas fuera cuestión capital. Elena estudió en el selecto liceo francés Bon Soleil de Gavà, pulió su inglés en EEUU y se licenció en Económicas en Barcelona, aunque nunca ha ejercido su profesión más allá de un tanteo en el sector inmobiliario.
«Los Cullell-Falguera son una piña», cuenta una íntima. «Elena tiene una excelente relación con sus padres y sus hermanas»; una es psicóloga y la otra trabajó como jefa de la sala vip de Air France y preside la delegación de Gavà de la oenegé CC ONG Ayuda al Desarrollo. Como ellas, dice la fuente, Elena es una mujer «discreta, educada y tranquila». Y matiza: «No es de salir, sino de practicar mucho deporte». Al parecer, juega bien a pádel -tiene pista propia en su fantástica casa de Gavà Mar, el Beverly Hills del Baix- y es una competente runner que pone a prueba sus gemelos en carreras de 5 y 10 kilómetros.
17 años casados
También se sabe -lo dijo Luis Enrique en la primera rueda de prensa- que Elena mantiene una buena relación con Cristina Serra, la compañera de Pep Guardiola, pero su círculo de amigos es «el de toda la vida». En él está su vecino Lorenzo Quinn, hijo de Anthony Quinn, que figuró hace casi 17 años entre los invitados a su boda en Santa Maria del Mar. Aquel enlace fue un acontecimiento que los corsarios del cuché quisieron -y no pudieron- tomar al asalto: 200 invitados, banquete en el Juan Carlos I y una luna de miel exprés en Francia porque el delantero tenía que entrenar a las órdenes de Van Gaal.
Y fueron llegando los hijos. Tres. Pacho, que en diciembre cumple 16 años y es aficionado al fútbol y al wakeskate, una modalidad acuática de monopatín que practica en el vecino Canal Olímpic. Luego nació Sira, que ahora tiene 14 años y es una consumada amazona a la que se puede ver practicando saltos en el Open Sports El Prat; y Xana, que tiene 4 años y siempre pregunta a su padre por qué no mete goles.
Ese cuadro de familia ideal solo se quebró en el 2011, cuando Luis Enrique aceptó entrenar al Roma. La adaptación fue difícil para todos. Pacho no estaba a gusto en el Saint George's School, los tifosi empezaron a echarle la culpa de las derrotas y llegaron las amenazas. Hay quien piensa que el de Gijón cometió el error de instalarse en el barrio de Olgiata, donde se encuentran los aficionados del Lazio, gran rival de la Roma, pero puede que solo sea una anécdota.
Lo cierto es que aguantaron una sola temporada del contrato romano y que cuando llegó la oferta del Celta el técnico tuvo claro que la familia debía refugiarse en Gavà. Los pocos periodistas que le trataron en Vigo cuentan que llevó «una vida de monje total». Salvo algún paseo en bici por el Morrazo, el asturiano solo se movía de su casa a la ciudad deportiva del Celta. «Elena dejaba a los niños con los abuelos y le visitaba a menudo», explica una amiga.
Ahora vuelven a estar juntos. Un sueño que el técnico sí ha aireado en su primer discurso como entrenador del Barça. La familia es su vitamina para aguantar la presión, meter caña en el vestuario y devolver la ilusión al culé mosqueado.
fotos--MONTSE SEARA - RAFA BENITEZ .
ENTREVISTA,.
Montserrat Seara: "En nuestra primera cita Rafa me explicó el 4-4-2",.
Doctora en Derecho, esta
ourensana dirige una fundación benéfica en Liverpool y está casada con
Rafa Benítez, entrenador del Real Madrid,.
En nuestra primera cita, fuimos a una pizzería en Madrid. Yo no tenía ni idea de fútbol. Cogió un boli y se puso a explicarme en el mantelito de cuadros lo que era el 4-4-2…”. El balón ha sido en las últimas dos décadas una constante en la vida de Montse Seara (Madrid, 1967), la mujer de Rafa Benítez, que cambió los viajes de su niñez siguiendo el periplo académico de su padre, físico nuclear, por la vida nómada del entrenador. Una existencia con dos ejes: Liverpool, donde ganaron la Champions y encontraron un hogar para sus hijas; y Ourense, su Ítaca familiar a la que volver. De momento, solo en verano.
Con su currículum, ¿Ha tenido que renunciar a muchas cosas por ser la mujer de Benítez?
Dejé de hacer cosas que me gustaban. Pero también gané libertad y resortes para ayudar. Estamos haciendo muchas cosas en Liverpool, con niños con infancias complicadas (fue distinguida como"Women of the Year" en 2012). Acciones que solo se pueden conseguir teniendo detrás el apellido Benítez.
Con esta perspectiva, ¿no le chirrían los dientes viendo el dinero que se mueve en el fútbol?
Lo que sorprende es como los futbolistas tienen millones y no dicen, “oye voy a dar un poco a alguien...”.
¿Está incómoda en ese hábitat?
A veces tienes que ir a alguna cosa del fútbol, pero yo hago mi vida. No es mi medio. Hombre, después de 20 años con Rafa si no entiendes de fútbol eres negado porque no habla de otra cosa.
Se conocen en una fiesta de un gimnasio de Madrid. Boda, y nace su primer hija. ¿Cómo fue eso de los biberones de Benítez?
Se acostumbró y lo hizo con las dos. Rafa duerme muy poco, siempre trabaja por la noche y venía muy bien que de paso le diese el biberón. Lo que pasa es se ponía a ver partidos y la niña acababa volviendo a la cuna tres horas después.
Ascensos con Extremadura y Tenerife, y llega Valencia.
Los chés son unos locos del fútbol. Pasamos de tener una vida normal a otra dimensión. Ya había cosas que no se podían hacer.
¿Se aprende a ser famoso?
Cuesta. Sobre todo cuando tienes niños. De ahí que en Inglaterra se esté mejor, porque te respetan esa privacidad. Y donde vivimos, que es un sitio pequeño, en Merseyside, están acostumbrados a que Rafa esté por allí, no hay agobios.
En Liverpool fue todo rodado desde el principio, ¿no?
Inglaterra fue lanzarte un poco al abismo. Pero desde el primer día funcionó todo muy bien. Es muy similar a Galicia. Tuvimos mucha suerte de caer en Liverpool.
Seis temporadas después, se va al Inter. Sale mal, y se toma dos años sabáticos. ¿Por fin una familia normal?
El primer año fue muy bueno, porque Rafa necesitaba descansar. Como familia nos vino muy bien. El segundo ya empezó a ponerse nervioso, necesitaba volver a trabajar.
Coge el Chelsea, y después el Nápoles, del que se despidió diciendo que renunciaba “por la familia”.
En Nápoles las comunicaciones en invierno son muy difíciles, no hay vuelos directos... fue complicado. Ahora estando en Madrid será todo más sencillo.
¿No se plantea volver a España?
No. Las niñas tienen su vida allí, sus estudios, sus amigos. Y en Madrid toda la tranquilidad que hemos conseguido desaparecería. Tienen que tener una estabilidad.
Para Benítez, volver al Madrid supone cerrar un círculo que empezó hace más de 40 años.
Entró en el Madrid cuando solo era un niño, y jugó allí hasta que sufrió una grave lesión. Fue ahí cuando se dijo “no voy a poder seguir a buen nivel, me hago entrenador”.
Da la sensación de que ha llegada en el momento preciso.
Tanto él como su equipo son muy concienzudos, trabajan muy bien. Luego como dice él, si la pelota no entra… Lo que le ayudará es que conoce la casa por dentro. Pero le están poniendo muchísimo trabajo.
¿Sigue haciendo eso de antes de acostarse recitar la alineación?
La alineación no la sé ni yo. A veces le pregunto: “Va a jugar…” Y me dice: “Hmm, no sé”. En Liverpool se metían con él porque siempre cambiaba el once, y había una apuesta enorme para quien acertase el día en el que la repitiese. Y repitió. Sus dos mejores amigos en Inglaterra creí que lo mataban. “¡Solo decir sí, o no!". Nunca dice nada.
No hay peligro de repetir el affaire Casillas-Carbonero...
En el mundo del fútbol hay que guardar muchos secretos. El caso Casillas por lo poco que sé viene muy de atrás. Se merecía terminar en el Madrid. Pero el fútbol es así.
En el caso Casillas revolotea la figura de Mourinho. Es al tercer club que llega Benítez después del portugués. ¿Vidas cruzadas?
(Responde bromeando) Vamos arreglando los entuertos que deja el amigo… Si lo piensas es normal acabar coincidiendo, los equipos élite son sota-caballo-rey.
¿Y lo ve entrenando alguna vez en Balaídos y viviendo aquí?
No sabéis la suerte que tenéis los ourensanos. Yo me crié con mis abuelos, ella siempre estaba hablando de A Mezquita. Incluso cuando vivíamos en Madrid, la mayor parte de los amigos era de esa zona o de la de mi otro abuelo, que era de Mugueimes. Para mí Ourense siempre ha sido muy importante. Cuando desde pequeñita estás de un lado para otro, te tienes que agarrar a algo, porque si no no tienes casa en ningún sitio.
¿Se imagina a Benítez imitando a Guardiola y entrando en política?
La verdad es que no. Ni cuando era joven. Es apolítico. Su trabajo, su familia, y poco más. Como mucho el cine, esa es su única desconexión.
¿Y relajarse por A Merca?
A él le encantaría venir. Aquí siempre ha disfrutado mucho. Pero con el ritmo que lleva ahora es casi imposible. El año pasado a Inglaterra solo vino en octubre y Navidad...
¿Cuenta los años para su jubilación?
No sé yo si llegará. Si Dios quiere, le quedan veinte años de fútbol. A Rafa le quitas el césped… el año que estuvimos en casa, iba a ayudar a entrenar al equipo del colegio. Era divertídisimo. Se ponía en la banda, y les gritaba como si estuviese en Primera, levantando los brazos… Para él, el fútbol no es un trabajo, es su pasión.
TÍTULO: MUJERES EN PRIMERA LINEA - Sibylle Szaggars,.
-foto--Sibylle Szaggars - La artista que susurraba a Robert,.
Descubre la vida de la artista de la que se enamoró y sigue enamorado Robert Redford.
No es casualidad que la última incursión en el territorio de las musas de Miss Redford se llame 'El camino de la lluvia', ni que consista en un viaje místico con música, danza, cine, luz y palabras, todo junto, como una banda sonora y visual para rendir homenaje a la madre Tierra. Tampoco sorprende que, artista medioambiental como es, Sibylle Szaggars se haya adaptado a las mil maravillas a la vida en Utah, donde su marido, por cierto, posee un resort de montaña (y de postal), del que el arte, además, es inquilino.
Sibylle Szaggars nunca ha dado puntada sin hilo. Ni siquiera de adolescente, cuando viajaba con su familia por Europa, Marruecos y Malasia, y se quedaba con la boca abierta ante el misterio y la profundidad de las culturas antiguas. Y mucho menos después, cuando se le coló en las venas la bohemia del Londres efervescente de los años 80.
Ahora sigue igual: dejándose deslumbrar por el silencio que habita el valle marroquí del Draa mientras, de vez en cuando, se deja ver por las alfombras del glamour. Como ocurrió hace poco en Mónaco, donde la pareja recibió el Premio Príncipe Rainiero III de la Fundación Princesa Grace EE.UU. por su contribución a las artes.
Hay en esta artista mucho del Miquel Barceló enamorado de Mali, pero también de una Marina Abramovic reinventando la performance, y de la Marlene Dumas que denuncia con pinceles la barbarie. Solo que la de Hamburgo le pone a todo paisaje. Contra los atentados del 11 de septiembre, pintó flores. Esta nueva Pollock, que riega sobre el planeta lluvias de colores, es la mujer que susurraba, y susurra, a Robert Redford.
Por sus palabras la conoceréis
- "Una flor en un jarrón puede llegar a ser un acto de paz y poesía en época de bombardeos". (En su página web, Sibylleszaggars.com)
- Nació en Hamburgo en 1957. Desde la infancia demostró su afición por la pintura.
- A principios de los 80, se mudó a Londres y alquiló su primer estudio. Desde entonces expone en Europa, Perú, Singapur, EE.UU., Japón...
- En 2008 se casó con el actor Robert Redford en Alemania. Llevaban 12 años juntos. Fue su primer matrimonio.
- Vive y trabaja entre Napa Valley (California), Sundance (Utah) y Santa Fe (Nuevo México).
- Su arte se ha hecho más experimental con el tiempo.
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