TITULO: DESAYUNO CENA FIN SABADO - Cabecillas «muy especiales ,.
DESAYUNO CENA FIN SABADO - Cabecillas «muy especiales ,. , fotos,.
Cabecillas «muy especiales,.
'Yellowstone Wolf', una de las voces del movimiento QAnon en la ultraderecha, se convirtió por unos minutos en el hombre fuerte del Senado al ocupar, puño en alto, la tribuna de presidencia,.
EE UU vivió el miércoles una de las jornadas más bochornosas de su historia: el asalto al Capitolio por parte de seguidores de Donald Trump. Querían evitar a toda costa que se ratificase como ganador de las elecciones a Joe Biden. A las tres de la tarde, hora local (nueve de la noche en España), un grupo de gente irrumpió en el interior de uno de los edificios más seguros del país. Dicen los periodistas que han estado dentro del edificio que es lo más parecido a un búnker.
Una vez dentro, las imágenes dejaron sin palabras al mundo. Y no solo por lo grave que supone el hecho en sí de tomar una institución por la fuerza -los manifestantes iban armados-, sino porque entre los líderes de la revuelta había uno que llamaba poderosamente la atención. Se hace llamar 'Yellowstone Wolf' y durante unos minutos se convirtió en el hombre fuerte del Senado al ocupar, puño en alto, la tribuna de presidencia. Su apodo es casi tan curioso como el atuendo que llevaba: iba con el pecho al aire, cubría su cabeza con un llamativo gorro de piel y sobre él se había colocado unos prominentes cuernos de bisonte. Con la bandera de Estados Unidos en una mano y un megáfono en la otra, campó a sus anchas por el inmueble jaleando a la turba.
'Yellowstone Wolf' (el lobo de Yellowstone) no es una figura nueva. En EE UU le conocen bien porque en los últimos meses ha sido una de las voces del movimiento QAnon, bajo el que se ha alineado parte de la ultraderecha del país, Natural de Arizona y de 27 años, su nombre real es Jack Angeli. Se considera el 'elegido' por QAnon para llevar a buen puerto sus objetivos y ha caído muy bien entre los seguidores de Trump por su capacidad retórica, que entrena en su propio canal de YouTube, su discurso, curiosamente alejado de la violencia, y su sonrisa, amplia y perenne en cada aparición pública.
QAnon es una corriente de pensamiento que lleva tres años intoxicando a la opinión pública de EE UU. Defiende todo tipo de teorías de la conspiración en torno a una idea principal: la trama secreta organizada por los demócratas contra Donald Trump. Además de ser ultranacionalista, también defiende ideas supremacistas y forma parte de la corriente negacionista del coronavirus. Entre las ideas que extiende QAnon, está, por ejemplo, que Hillary Clinton es una de las líderes de una red de tráfico de niños que son violados y asesinados en ceremonias secretas en las que podría estar implicado incluso el papa Francisco y que son dirigidas por tres importantes y millonarias familias: dos son judías y la tercera, musulmana.
También afirma que Angela Merkel, la canciller alemana, es nieta de Adolf Hitler; que Tony Podesta, hermano del jefe de campaña de Hillary Clinton en 2016, secuestró personalmente a Madeleine McCann en Portugal; que Kim Jong-un fue puesto por la CIA en el Gobierno de Corea del Norte para causar una guerra, que Tom Hanks no tuvo coronavirus en Australia, sino que fue arrestado allí; que John McCain no murió de un tumor cerebral, sino que fue ejecutado; que Barack Obama es un terrorista islámico... Y un sinfín de absurdeces más que, sin embargo, han calado hondo en la ultraderecha hasta auparla a tomar el Capitolio en un hecho que en España podría asemejarse al 23-F.
Retuits de Trump
El nacimiento de QAnon se remonta a octubre de 2017. Algunos dicen que el punto de partida fue un encuentro con familias de militares en la Casa Blanca donde Trump dijo: «Tal vez ésta sea la calma que precede a la tormenta». Pocos días después, apareció en un foro de internet una foto tomada desde un avión de dos islas con un mensaje. En aquel momento, el entonces presidente estaba de viaje en Asia. Así, se estableció la idea de que una persona cercana al líder republicano se estaba dirigiendo a sus seguidores de manera cifrada para explicarles lo que estaba pasando en el mundo en realidad.
Desde entonces no dejan de expulsar su veneno usando todos los medios a su alcance, entre ellos las poderosas redes sociales, desde donde se burlan de los periodistas y ridiculizan a los politólogos. Su nombre es una combinación de 'Q' (el máximo nivel de acceso a información secreta del Departamento de Energía de Estados Unidos, que gestiona el armamento atómico) y 'Anon', la abreviatura de 'anónimo'. Y algunos de los tuits de QAnon han sido retuiteados por el propio Trump, lo que le ha dado un valor imposible de conseguir de otro modo. Entre sus seguidores hay, al menos, dos parlamentarias norteamericanas: Lauren Boebtert, de Colorado, y Marjorie Taylor Greene, de Georgia.
Así las cosas, no es raro que la cara visible del movimiento que tomó el Capitolio sea la de un joven semidesnudo y ataviado con unos poderosos cuernos que recordó a muchos usuarios de las redes sociales más al grupo Village People y su canción 'Macho man' que a un salvador de la patria americana. Un joven que practica el chamanismo y asegura que su objetivo no es otro que «recuperar nuestra nación de los comunistas y globalistas que se han infiltrado nuestro Gobierno desde los niveles más altos para destruirlo desde dentro y crear un nuevo orden mundial».
En los días posteriores a las elecciones del pasado 3 de noviembre, la popularidad de 'Yellowstone Wolf' vivió momentos álgidos. Fue frente al centro de conteo de votos de Maricopa, en Arizona, donde defendió con intensidad el fraude en las urnas. Incluso se llegó a comparar con Gandhi y con Jesús. «Estamos haciendo frente a la narrativa global de que Biden ganó mediante desobediencia civil, como Gandhi, Jesús o Martin Luther King hicieron», dijo entonces con la cara pintada de la bandera de EEUU. Su mensaje caló y se convirtió en uno de los oradores principales de cada acto en Phoenix durante esa semana. De ahí, saltó a Washington para convertirse en el 'Tejero' norteamericano y a presidir el Senado, aunque fuera solo durante unos minutos.
TITULO: Viaje con nosotros - El huevo de colon telecinco - El día de la infamia americana,.
- Viaje con nosotros,.
- Javier Gurruchaga lo presenta - Comenzó a emitirse el 26 de enero de 1988. Tenía una periodicidad semanal (martes) y se emitió hasta el 31 de diciembre de ese mismo año. Ese día se emitió el programa titulado "La última cena", espacio promovido por Pilar Miró, por aquel entonces directora general de RTVE, en el que también participó Elton John y que no estuvo exento de polémica. Entre los personajes famosos que "viajaron" con Javier Gurruchaga estuvieron: Luis Antonio de Villena, Iñaki Perurena, Pedro Almodóvar, Chumy Chúmez, José Luis Coll, Ana Obregón, José Luis Garci, Inés Sastre, Joaquín Sabina y Sara Montiel. Gurruchaga ejercía de coguionista junto al colectivo Lo que yo te diga.
- El huevo de Colón,.
- Javier Gurruchaga lo presenta - Fue estrenado en Telecinco el 4 de julio de 1992, y se emitía los sábados a las diez de la noche. Era un programa de variedades que incluía actuaciones musicales, una sección de cámara oculta y varios juegos de habilidad en antena.
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El día de la infamia americana,.
Durante unas horas, seguidores del presidente Trump se hicieron fuertes en el Congreso de EE UU, uno de los principales símbolos de la democracia del país, foto,.
Es difícil apagar un fuego que se ha ido alimentando sin cesar durante cuatro años. Y cualquier chispa puede prender la mecha de una bomba a la espera de estallar. «Donald Trump es el culpable del asalto al Capitolio y debe ser destituido. Es un peligro. El vicepresidente Mike Pence deberia reunir de urgencia al Gabinete e invocar la vigesimoquinta enmienda para gobernar hasta la investidura de Joe Biden», concluye hoy en un editorial contundente el diario The Washington Post.
Miles de seguidores del aún presidente de Estados Unidos, sin embargo, se concentraron ayer frente a uno de los principales símbolos de la democracia de la superpotencia americana convencidos de que debían impedir la confirmación de Biden para preservar un sistema que consideran corrompido por el Partido Demócrata. «Los comunistas nos han robado las elecciones. Eso es algo que no podemos permitir en la primera potencia mundial. Nos manifestaremos hasta que aparezcan los votos que han escondido por todas partes», comentaba exaltado en la cadena Fox News uno de los miles de republicanos que se habían dado cita frente al icónico edificio marmóreo de Washington. Nadie podía prever todavía que la situación iba a degenerar en un asalto al Capitolio que muchos han equiparado con un fallido intento de golpe de Estado.
La jornada comenzó con tensión, pero sin violencia, sobre el césped del perímetro exterior del edificio que alberga las reuniones de los órganos del Legislativo. Los manifestantes corearon el tradicional 'devolvamos la grandeza a América' y ondearon todo tipo de banderas, entre las que destacó, como no podía ser de otra forma, la confederada que representa a los grupos supremacistas más radicales. Fue entonces cuando Trump prendió la llama en Twitter. «Nunca dejaremos de luchar. Nunca concederemos la victoria. No va a suceder. No mientras haya un robo de por medio», escribió desde la comodidad de la Casa Blanca a pesar de que había prometido dejarse ver en la protesta. «Hagamos del combate nuestro juicio», arengó su abogado de cabecera, Rudy Giuliani.
Acto seguido, unos minutos antes de la una de la tarde, una turba enfervorizada cargó contra las barricadas de la zona occidental del complejo y accedió al perímetro interior. La escasa presencia policial y la falta de medios de los agentes facilitaron que la marea de manifestantes, en su mayoría hombres blancos sin mascarilla, saltase las vallas interiores sin apenas resistencia. Pero, a pesar de que se encaramaron a un andamio y rompieron varias ventanas de su fachada más característica, no pudieron acceder al Capitolio por la puerta principal y se vieron forzados a rodear el edificio y entrar en tropel por una situada en la fachada este.
Totalmente sobrepasadas, a las dos de la tarde las Autoridades ordenaron sellar la cámara del Senado, donde se refugiaron funcionarios y periodistas. En el interior, la Policía hizo algo impensable: desenfundó sus armas reglamentarias y disparó contra la primera de las cuatro víctimas mortales, una mujer que falleció en el hospital. «Los manifestantes se enfrentaron a agentes de paisano. Uno de ellos se vio forzado a disparar su arma y alcanzó a una mujer adulta», ha explicado el Jefe de la Policía Metropolitana de Washington, Robert Contee. «Una mujer joven había accedido a la Cámara a través de la ventana. La Policía y el Servicio Secreto estaba gritando que nos fuésemos, que desistiéramos, pero ella no hizo caso y, mientras estábamos tratando de sacar a la gente de allí, le dispararon en el cuello», ha contado a la cadena WUSA-9 un testigo al que menciona el Washington Post.
Pero ni siquiera los disparos disuadieron a los seguidores de Trump, que camparon a sus anchas por las diferentes estancias y se retrataron en imágenes que pasarán a los anales de la historia como ejemplo de un episodio vergonzoso: un hombre con un casco de vikingo, la cara pintada con los colores de la bandera estadounidense emulando a 'Braveheart', y el torso desnudo lució músculo en la presidencia del Senado; otro se retrató con los pies sobre la mesa de Nancy Pelosi antes de dejarle un papel con el mensaje 'no nos rendiremos' escrito a mano; y un tercero posó sonriente mientras se llevaba uno de los atriles de la Cámara.
Algunas escenas podrían haber encajado en festividades de carnaval, y no todos los policías trataron de evitarlas. Vídeos que circulan como la pólvora en las redes sociales de grupos antifascistas muestran a varios agentes haciéndose 'selfis' con los asaltantes. Pero esos autorretratos no les van a salir gratis. «Vamos a estar alerta. Creo que algunos tendrán que pagar por esta carnicería», afirmó por la noche la alcaldesa de Washington, Muriel Bowser, que reclamó cooperación ciudadana para identificar a los vándalos.
«He visto mucha violencia cubriendo homicidios en Baltimore, pero esto ha sido completamente impredecible. La Policía no sabía qué estaba sucediendo y no había coordinación. Sellaron las puertas de la Cámara pero, a la vez, nos dijeron que teníamos que evacuarla. La verdad es que he pasado miedo. Cundió la sensación de que la Policía había perdido el control y de que cualquier cosa era posible», relata Jamie Stiehm en una crónica publicada por la BBC. «Llamé a mi familia para avisar de que estaba dentro y de que la situación era peligrosa. Tuvimos que salir a gatas y no estábamos preparados para ello. Muchas mujeres iban vestidas de forma elegante y con tacones porque se suponía que iban a asistir a una ceremonia formal. Al final, encontramos refugio en la cafetería. Todavía estoy temblando», añade.
Al senador demócrata Jeff Merkley, además de la evacuación de los políticos le preocupaba otra cosa: que los vándalos se hiciesen con los certificados electorales que han terminado confirmando hoy a Biden como presidente. «Si no fuese por los empleados de la Cámara, la turba los habría quemado», ha comentado al New York Times. «Así es como comienzan los golpes de Estado. Así es como muere la democracia», ha añadido su colega Jimmy Gomez. En ese momento de tensión culminante, el representante demócrata Steve Cohen pidió a los republicanos que llamasen a Trump para que tratase de desactivar la situación, pero el presidente solo pidió a los manifestantes se retirasen en un vídeo en el que volvió a reiterar que las elecciones no fueron limpias, una falsedad que ha hecho rebosar la paciencia de Twitter, en cuya red no se puede reenviar el mensaje del dirigente. Es más, varios han sido eliminados porque 'violan los términos de Twitter', una medida inaudita.
La situación no estuvo controlada hasta después del atardecer, un momento en el que los últimos rayos de luz volvieron a dejar imágenes insólitas: el Capitolio envuelto en humo y de gases lacrimógenos. «Este es el resultado de las fuerzas destructivas que el presidente Trump ha estado incitando durante años», critica la agencia Associated Press, habitualmente imparcial. «Las escenas que se vieron son como las que los americanos están acostumbrados a ver en países lejanos regidos por regímenes autoritarios. Los vándalos han elegido el Capitolio, un edificio que simboliza la democracia y han hecho resonar ecos de sangre propios de la Guerra Civil. La diferencia es que, en esta ocasión, han sido incitados por un presidente democráticamente elegido que ha decidido no honrar el traspaso pacífico de poderes», sentencia.
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TITULO: POLICÍAS EN ACCIÓN - Benzema será juzgado por presunta complicidad en el chantaje a Valbuena,.
Benzema será juzgado por presunta complicidad en el chantaje a Valbuena,.
El delantero del Real Madrid está acusado de haber incitado a un antiguo compañero de la selección francesa a pagar a los extorsionadores que amenazaban con hacer público un vídeo de carácter sexual,.
El delantero del Real Madrid Karim Benzema será juzgado en Francia por el caso del presunto chantaje a su compañero en la selección gala Mathieu Valbuena mediante un vídeo de contenido sexual. Encausado por «complicidad en intento de chantaje», el astro se expone a hasta cinco años de prisión y 75.000 euros de multa.
Benzema será juzgado por haber incitado presuntamente a su antiguo compañero en la selección francesa a pagar a los extorsionadores que amenazaban con hacer público un vídeo íntimo de Valbuena. Otros cuatro hombres están implicados en el caso por intento de chantaje y uno de ellos también por abuso de confianza.
«Desgraciadamente no estamos sorprendidos. Se trata de una decisión tan absurda como previsible», reaccionó el abogado de Benzema, Sylvain Cormier, quien denunció un «ensañamiento» contra su cliente. Por su parte, Benzema ha ironizado sobre el proceso mediante un mensaje publicado en Instagram. «Bueno, entonces ¿para cuándo es la mascarada, eh?», ha escrito el ariete.
Se trata de un nuevo capítulo en una novela por entregas que dura más de cinco años. Cuando en octubre de 2015 la selección francesa preparaba un amistoso contra Armenia, Benzema evocó ante Valbuena la existencia de un vídeo con imágenes íntimas de este último. Para el jugador del Real Madrid se trataba de una conversación amistosa con el objetivo de avisar a su compañero. Pero Valbuena lo interpretó como si le estuviese conminando a pagar.
Intermediarios
Valbuena, que juega en la actualidad en el Olympiakos griego, avisó a la policía después de recibir una llamada de uno de los chantajistas en la que le amenazaba con publicar el vídeo. Las sospechas se centran en Mustapha Zouaoui y Axel Angot, dos hombres que gravitan en torno al fútbol en Marsella. Para lograr contactar con Valbuena trataron de valerse de varios intermediarios. Uno de ellos fue Karim Zenati, amigo de la infancia de Benzema, para que incitase al delantero del Real Madrid a presionar a Valbuena para que pagase. El antiguo internacional galo Djibril Cissé, el primero en haber hablado del vídeo sexual a Mathieu Valbuena en mayo de 2015, no será juzgado.
Benzema, que suma 261 goles con el Real Madrid desde su llegada al club blanco en 2009, sostiene que un oficial de policía utilizó métodos ilícitos para involucrarlo en el caso. A lo largo del proceso, la defensa trató de invalidar la investigación. Los métodos del policía que se hizo pasar por uno de los intermediarios de Valbuena estaban en el punto de mira de los abogados, que le acusan de haber incitado a los protagonistas del caso a cometer un delito. Después de varias decisiones contradictorias, el tribunal de casación zanjó la polémica en diciembre de 2019: los métodos del policía fueron legítimos.
Benzema, de 33 años, no es convocado por los 'bleus' (81 partidos internacionales) desde que el caso salió a la luz. Valbuena, por su parte, con 52 presencias con los 'bleus', conquistó en 2020 la liga griega con el Olympiakos. Pero tampoco volvió a estar a las órdenes del seleccionador Didier Deschamps.
TITULO: 3 RAZONES CON -La fuerza de la mentira,.
La fuerza de la mentira,.
Con tuits irracionales, Trump inyectó en sus seguidores la necesidad de destruir todo aquello que a él no le conviene
foto / Cuando la tragedia termina con 'un happy end', y el autogolpe de Trump parece cerrarse así, existe la tentación de suponer que las cosas no podían acabar de otra manera y siempre la democracia se habría afirmado. Esta forma de ver las cosas presenta un episodio histórico de extrema gravedad como si se tratara de una simple pesadilla.
Es posible que Donald Trump piense que ha ido demasiado lejos en la incitación a la violencia contra unos resultados electorales adversos, que empeoraron ayer tras el desempate del Senado en Georgia, favorable a los demócratas. A las cuatro horas del asalto al Congreso por los manifestantes que había convocado en Washington para protestar contra la certificación de las votaciones del Colegio Electoral, el aún presidente decidió condenar la insurrección y pedirles que se fueran pacíficamente a sus casas, un «go in peace» de ribetes sarcásticos. Las imágenes entre grotescas y horribles emitidas en todo el mundo, la sensación de pérdida de control, el soberbio discurso de Joe Biden reclamando la intervención del todavía presidente, fueron los elementos decisivos para esta rápida rectificación de rumbo. Por supuesto, hasta en la alocución de Trump el centro de todo fue él, cómo los demócratas le han robado las elecciones y lo saben, lo que ama a sus militantes, etc. Es difícil modular las acciones de unos seguidores insurrectos que revientan las reglas del juego cuando se es todavía presidente de Estados Unidos, constreñido por los pesos y contrapesos institucionales.
El vicepresidente Mike Pence ayer se distanció para siempre de Donald Trump, se negó a hacer trampas en el Senado con los votos y coordinó la reacción de las fuerzas armadas y de seguridad sin contar con su superior, origen del problema. En las democracias de todo el mundo la reacción fue de pena y estupor, mientras que los países con regímenes autoritarios vieron lo sucedido como un regalo para la propaganda antinorteamericana. Trump termina su agitado mandato con esta grave equivocación táctica y no solo ahondando en la barbarie con la que ha desprestigiado la democracia norteamericana. A partir de ahora la guerra civil abierta en el partido republicano tiene muchas más posibilidades de ganarla el bando moderado, que suma adeptos a toda velocidad, pero que aún carece de un líder creíble. El trumpismo podría incluso llegar a escindirse de esta formación y convertirse en un movimiento autónomo, abiertamente antisistema, que se sitúa contra los partidos tradicionales, baluartes de un sistema corrupto y decadente.
La gente contra la elite, lo nuevo contra lo viejo, las recetas sencillas para abordar problemas complejos, el liderazgo mágico de los hombres fuertes y las culpas siempre dirigidas al enemigo externo, en fin, el libreto gastado y peligroso del populismo que tan bien conocemos a este lado del Atlántico.
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