miércoles, 2 de febrero de 2022

DESAYUNO - CENA - MARTES - MIERCOLES -JUEVES - VIERNES - LOS MUCHOS ROSTROS DE DIOS ,. / EL PAPEL HIGIENICO ROJO - EL D.N.I. - Los libros subrayados ,./ Donde comen dos - Los Magos de Oriente recorrerán a caballo las principales calles y barriadas de Huertas de Ánimas,.

 

 TITULO:  DESAYUNO - CENA - MARTES - MIERCOLES -JUEVES - VIERNES - LOS MUCHOS ROSTROS DE DIOS ,.

 DESAYUNO - CENA - MARTES - MIERCOLES -JUEVES - VIERNES -  LOS MUCHOS ROSTROS DE DIOS,.  , fotos.

 LOS MUCHOS ROSTROS DE DIOS,.

 

 Más de 35 millones de españoles se confiesan católicos. Sin embargo, sólo un tercio admite rezar con regularidad, aunque por la crisis parece que miramos más al cielo. Eso sí, las formas han cambiado: la comunicación con el Ser Supremo se ha personalizado, y las oraciones tradicionales cada vez se recitan menos. 

Desayuno,.

 El peligro que esconden los tres desayunos más típicos de los bares de  España


Nacido en Gante (Bélgica) y educado en francés, el rey Carlos I de España y V de Alemania ya respondió en el siglo XVI a la pregunta que da origen a este reportaje: ¿cómo hablamos los españoles con Dios? "En español", contestó rotundo el monarca, en una frase que ha pasado a la Historia no sólo porque elevaba la nuestra a categoría de lengua universal, sino porque, además, le otorgaba un carácter cuasi divino: "El francés lo uso para la diplomacia, el italiano, para tratar con las mujeres, el alemán, para dirigirme al caballo y, para hablar con Dios, para hablar con Dios sólo uso el español".

Cena,.

Los 5 mejores bares de 'pescaíto' frito de Granada - Notas de prensa
Casi 500 años después, la religiosidad de los españoles que se declaran creyentes se parece en bien poco a la que practicara el rey hispano germano. Sin embargo, seguimos considerando que, como reza el dicho popular, hablar en cristiano es hacerlo en español -o resto de lenguas cooficiales-. Y el propio presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, pese a ser agnóstico declarado, lo ha confirmado recientemente durante el Desayuno Nacional de la Oración celebrado en Washington a principios de mes: "Permítanme que les hable en castellano, la lengua en la que por primera vez se rezó al Dios del Evangelio en esta tierra", dijo ante el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y el resto de invitados angloparlantes.
Más allá de la anécdota lingüística, es indiscutible que la forma de comunicarnos con la divinidad ha cambiado notablemente, entre otras razones porque ya no le rezamos a un dios único. La llegada de inmigrantes, la influencia de otras culturas y la separación cada vez más palpable entre religión y Estado, han configurado en las últimas décadas un nuevo mapa religioso en nuestro país. Desde que en 1980 se aprobó la Ley Orgánica de Libertad Religiosa, el número de fieles de las confesiones minoritorias ha ido en aumento mientras la mayoritoria ha perdido adeptos sin remedio.
España sigue diciéndose fundamentalmente católica, pero cada vez menos. Si comparamos diversos estudios realizados por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), en septiembre de 1998, un 83,5% de la población se declaraba católico; en abril de 2005, el porcentaje descendía hasta el 79,4% y en diciembre del pasado año, apenas superaba el 75%. Por contra, el número de creyentes de otras religiones ha ido aumentando hasta superar los tres millones.
De ellos, más de 1,3 millones son musulmanes, según la Unión de Comunidades Islámicas de España; 1,2 millones pertenecen a distintas confesiones protestantes, según la Federación de Entidades Religiosas Evangélicas de España, y, además, hay varios cientos de miles de judíos, budistas, hinduistas… Para completar el panorama, hay que tener en cuenta que dos de cada 10 españoles se declaran actualmente no creyentes o ateos, proporción que en 1998 era de uno a 10.
MENOS DIALOGANTES. A pesar de todo, la Iglesia católica sigue siendo hegemónica en España (agrupa a más de 35 millones de fieles), con lo que es el Dios de los cristianos la divinidad con la que mayoritariamente nos comunicamos.
Pero, mientras los creyentes de otras religiones son altamente practicantes -según un estudio sobre religiosidad realizado por el CIS, el 95,6% de los mismos confiesa rezar más de una vez por semana-, las estadísticas indican que los católicos los son cada vez menos: el 52,3% afirma que casi nunca acude a misa u otros oficios religiosos si no es en ocasiones de carácter social (bodas, comuniones, bautizos, funerales…), y apenas uno de cada tres admite que reza con cierta regularidad, según el Informe Religioso 2008, realizado por la Fundación Bertelsmann.
No sólo hablamos menos con la divinidad. Además, lo hacemos de un modo diferente. Según la mayoría de expertos consultados, el padrenuestro y resto de oraciones tradicionales están en progresivo desuso, y las experiencias íntimas y personales se han impuesto a la participación de los fieles en liturgias donde la oración es grupal. "Los católicos del siglo XXI mantienen conversaciones directas con un Dios cada vez más adaptado a las necesidades de cada cual, en diálogos donde el tú sustituye al usted y las técnicas de meditación con influencias orientales tienen cabida", asegura el escritor y periodista jesuita Pedro Miguel Lamet.
ORACIONES MUY PERSONALES. En su opinión, podemos hablar de dos posturas en la comunicación con Dios: "Por un lado, la de quienes tienen una visión tradicional, basada en enseñanzas que presentaban a un Dios separado de los hombres, y que siguen dando mucha importancia a los ritos y tradiciones. Y, por otro, está surgiendo con fuerza una espiritualidad más libre, donde cada uno busca su propia relación con la trascedencia a través de la naturaleza, el silencio, la meditación, la música, la lectura, la relajación…".
En la misma línea, el sacerdote Javier Baeza reivindica las nuevas connotaciones que el verbo rezar tiene en los tiempos que corren: "Repetir sin más fórmulas aprendidas de memoria o mantener conversaciones de forma individual y secreta no es hablar con Dios. Yo entiendo que rezamos en la medida en que luchamos por la justicia, damos de comer al hambriento, vestimos al desnudo o visitamos al preso. En definitiva, en la medida en que cumplimos con lo que dice el Evangelio".
Baeza es uno de los curas de San Carlos Borromeo, la conocida como la iglesia roja de Vallecas, que hace tres años estuvo a punto de ser clausurada por el Arzobispado de Madrid ante la "la falta de ortodoxia litúrgica de sus párrocos" (quienes, además de consagrar rosquillas, permiten, entre otras cosas, que en su iglesia se lea el Corán y acudan a rezar personas de confesiones no católicas). En su opinión, esta nueva forma de entender la comunicación divina es cada vez más habitual entre muchos creyentes, que han pasado a conceder más importancia a las obras que a las palabras: "Es lo que la teología de la liberación llama 'bajar a los crucificados de la Cruz, en vez de quedarse orando a la Cruz'. Es decir, comprometerse con los pobres y los que sufren, en vez de pedirle de rodillas a Dios que lo haga por nosotros".
Puede parecer que tanto el punto de vista de Lamet, como el de Baeza, están bastante alejados de la regla admitido por buena parte de la jerarquía católica. Sin embargo, los tiempos cambian, y, en realidad, no difiere tanto de la expresada por el cardenal Carlos Amigo, ex arzobispo de Sevilla: "Existen muchos lenguajes para comunicarse con Dios y Él los conoce todos: hablamos con Dios al rezar una oración, pero también cuando lloramos ante situaciones injustas o cuando un padre se alegra por el nacimiento de un hijo. Se puede orar sin recurrir a las fórmulas clásicas. Basta, por ejemplo, con acudir a la parte más íntima de nuestra conciencia, preguntar a Dios cómo le gustaría que actuásemos ante las situaciones que nos suceden a diario y escuchar que sus consejos van a ser perdonar al otro, ayudar a los demás, colaborar con el débil…".
PERFIL DEL ORADOR. El cardenal Amigo insiste en que "en cualquier caso, no hay que confundir rezar con meditar o con realizar terapias de armonía y equilibrio personal", pero reconoce que podemos hablar con Dios sin recitar oraciones: "En los últimos años, se ha devaluado el hecho de memorizar y se ha descuidado un poco esa catequesis que antes hacían las familias para enseñar los rezos tradicionales. Creo que las personas mayores aún las recuerdan y usan, mientras que los adultos en general hablan con Dios mediante un diálogo interior profundo, y guardan en algún rincón de su memoria las fórmulas comunes para cuando rezan en comunidad".
La duda es qué pasará con las futuras generaciones. Según la Encuesta de Infancia España 2008, realizada por la Universidad de Comillas y la Fundación Santa María, "el 80% de los niños españoles entre 6 y 11 años son cristianos y rezan cada día a Dios. Además, el 40% va a misa casi cada semana. Sin embargo, todos los indicadores de religiosidad bajan en la preadolescencia: sólo el 60% de los niños entre 12 y 14 años manifiesta rezar alguna vez y menos del 20% acude semanalmente a misa".
Por otro lado, según la Oficina de Estadística y Sociología de la Iglesia Católica, si durante los años 90 se realizaron en España una media de casi 360.000 Primeras Comuniones, en 2008, éstas no llegaron a las 250.000. Dejando a un lado las variaciones demográficas que pueden afectar al dato, es innegable que desciende el número de este tipo de celebraciones y, en consecuencia, de la asistencia de los niños a las catequesis, que es, precisamente, donde fundamentalmente aprenden a rezar: "En las clases de Religión no enseñamos las oraciones, impartimos contenidos relacionados con la cultura religiosa cristiana. La única oración que se trata es el padrenuestro, porque forma parte del Nuevo Testamento, pero no la explicamos como se hace en la catequesis, porque somos profesores, no catequistas", señalan desde la Asociación Profesional de Profesores de Religión en Centros Estatales.
Guillermo Mirecki, editor del portal de Internet Catequesisenfamilia.org, asegura que, a pesar de los datos, la religiosidad de las futuras generaciones está asegurada: "Es cierto que, desde finales de los 90, ha descendido el número de niños que realizan la catequesis, pero en los últimos años se percibe una vuelta de las familias a la práctica religiosa. En su seno se enseñan las oraciones tradicionales, en la catequesis se ayuda a comprenderlas y, cuando los niños pasan la adolescencia, durante la cual su espiritualidad suele caer en picado, vuelven a recurrir a esas oraciones". En opinión de Mirecki, estas fórmulas aprendidas en la infancia son una forma fácil de comunicarse con Dios a las que muchos cristianos acuden porque "la meditación cristiana es, en realidad, algo muy complicado, que requiere tiempo, predisposición, tranquilidad, silencio... Y, ¿quién tiene eso hoy en día?".
REPUNTE ESPIRITUAL. El catedrático en Psiquiatría Enrique Rojas también considera que se está produciendo "una recuperación de lo religioso en todo el mundo", y, además, cree que son precisamente los niños de hoy en día quienes van a liderar ese movimiento: "Aunque las políticas educativas vayan por otra línea, nuestro hijos están siendo educados por sus abuelos, y especialmente, por sus abuelas. Es decir, que están siendo formados de acuerdo con los valores de las personas más practicantes y que más han conservado su fe mientras muchos daban la espalda a Dios".
Quizá, como dice el refrán, sólo nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena, pero el caso es que, según los expertos, en épocas de crisis económicas se reza más, o al menos, se mira más hacia el cielo. "Es en estos momentos cuando hay que dar respuestas a la gente que anhela valores, espiritualidad y esperanza", aseguraba el ex presidente catalán Jordi Pujol durante el seminario Religiones y espiritualidad en un mundo en crisis, organizado el pasado año por el Centro de Estudios que lleva su nombre.
La conclusión del encuentro, en el que participaron representantes de distintas confesiones religiosas y tendencias políticas, fue que "las distintas religiones y la espiritualidad parecen recobrar un renovado protagonismo en un Occidente secularizado e inmerso en un proceso de crisis y de cambios de gran alcance".
Enrique Rojas cree que "España también acabará subiéndose al carro del que actualmente tiran China, la India, Brasil o Estados Unidos, países donde existe una profunda hondura religiosa y donde la espiritualidad se considera parte del día a día". Sin embargo, en opinión de Pedro Miguel Lamet, aún queda camino por andar porque "hoy en día, a muchos españoles les cuesta reconocerse como creyentes o admitir públicamente que rezan". Dan fe de ello las 40 amabilísimas negativas a participar en este reportaje que hemos recibido durante la búsqueda de rostros conocidos con los que encarnarlo.
Según Lamet, la dificultad para encontrar voluntarios que confesaran cómo hablan con Dios era previsible "porque no está de moda ir diciendo que lo hacemos, sino más bien lo contrario". Por eso, en su opinión las encuestas sobre religiosidad no dan una visión real de lo que sucede en España ya que, en realidad, rezamos mucho más de lo que decimos: "Hasta el más laico de los laicos, en momentos de sufrimiento, dolor o muerte, acaba preguntándose por el sentido de la vida y descubriendo en su interior una realidad espiritual que le lleva a Dios".

 

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 Los libros subrayados,.

 Libro subrayado – Sin Lugar a dudas

 Los foros de estudiantes hierven estas semanas con todo tipo de teorías para mejorar el rendimiento: desde cantar las lecciones hasta dejarse un cuaderno junto a la cama para apuntar cosas que se le ocurran a uno en el sueño, pasando por releer empleando acentos cómicos extraños, masticar chicle o consumir acelgas, levadura de soja, romero o ginseng. Los expertos, sin embargo, coinciden en pautas bastante más sencillas, aunque quizá menos fáciles de cumplir: vida ordenada, buena planificación a la hora de organizar el estudio y un entorno que facilite el trabajo, valore el esfuerzo y respalde la toma de responsabilidad por parte del estudiante. Todo ello contribuirá a la seguridad de un alumno que llegue con las tareas cumplidas y sin temor a quedarse en blanco ante el papel del examen.

Resultat d'imatges de EL PAPEL HIGIENICO ROJO
Porque una cuestión clave es el manejo del estrés. La psicóloga de la Universidad de Granada Sagrario López Ortega, autora de No pierdas los nervios en los exámenes, incide en lo importante que es «descargar presión a lo largo del curso, porque hay alumnos que estudian muchísimo, pero la presión les juega malas pasadas». Además de trucos puntuales, los buenos hábitos son los que más ayudan. Para Irene Solbes Canales, profesora de Psicología Evolutiva y de la Educación en la Universidad Complutense de Madrid, «los padres deben supervisar el trabajo de sus hijos, dándoles progresivamente autonomía de acuerdo con su edad». Y brindándoles, además, un entorno para el estudio que los alumnos sientan como propio y tenga una buena iluminación, un mobiliario cómodo, ventilación y tranquilidad.

Resultat d'imatges de EL D.N.I.
Desafortunadamente, la otra herramienta básica parece faltar a nuestros jóvenes: correctos métodos de aprendizaje. Para el profesor Ramón González Cabanach, que dirige un grupo de investigación en Psicología de la Educación en la Universidad de La Coruña, el problema parte «de los últimos 40 años que llevamos sin un modelo educativo estable, con constantes cambios y contaminación ideológica»; unos devenires políticos que pueden tener algo de culpa de los índices de fracaso escolar. En esos cambios se ha apostado unas veces por modelos de evaluación continua y otras por centrarlo todo en los exámenes. Estos parecen hoy aceptados por la comunidad académica, ya que sirven también como una experiencia vital. «Aprender a controlar la tensión que supone un examen fortalece, también es aprendizaje para la vida», explica González Cabanach.
Pero, entre tantas variaciones, no se está dejando un hueco para enseñar a aprender. El profesor González Cabanach apunta que «parece que se da por supuesto que las técnicas de estudio se aprenden solas. Y así se llega a la universidad con pocos recursos». 
¿qué notas sacamos en...?
...informe PISA. En el informe PISA, que examina cada tres años a 25.000 alumnos de quince años, los datos españoles se sitúan sensiblemente por debajo de la media de los países de la OCDE.
... selectividad. En los exámenes de acceso a la universidad, la selectividad, en cambio, el porcentaje de aprobados ha mejorado de forma notoria. A la convocatoria de junio de 2012 se presentaron 198.644 alumnos, de los cuales aprobaron el 90,7 por ciento. Los datos oscilaron enormemente entre las distintas comunidades autónomas: en La Rioja, el 93,2 por ciento aprobaron; en Murcia, solo el 68,4 por ciento.
... bachillerato. Ahora bien, cuatro de cada diez alumnos suspenden alguna materia en Bachillerato y no se presentan a la selectividad.
... abandono escolar. Nuestro país se encuentra a la cabeza de la Unión Europea en abandono escolar. El 24,9 por ciento de los jóvenes españoles de entre 18 y 24 años no cursaban ningún tipo de ciclo educativo ni de formación en 2012, un porcentaje que dobla la cifra europea, situada en el 12,8 por ciento.
... universidad. Por contra, España cuenta con un porcentaje de licenciados por encima de la media europea entre las personas de 30 a 34 años: 40,1 frente a un 34,8 por ciento.
Los días antes: cómo aprovechar el estudio
La Ley de la Abuela. Cuando se estudia, los especialistas apuntan que hay que seguir lo que se llama la 'ley de la abuela': «Comer primero las lentejas y después el postre». Primero lo que más trabajo cuesta y luego lo que más gusta. También apuntan que una buena forma de pasar el trago es alternar el estudio 'que duele' (el puramente memorístico) con el 'que no duele' (leer, resumir, hacer esquemas...).
El método Robinson. En las escuelas anglosajonas se emplea un esquema de estudio de cinco fases: explorar (conocer la estructura del tema), preguntar (una lectura con actitud crítica, viendo qué no se entiende), leer (con subrayados y comprensión profunda, porque se aprende mejor lo que se entiende), recitar (en voz alta, enunciar lo leído) y repasar (fijar lo aprendido).
Trucos mnemo-técnicos. Más allá del distinto nivel de inteligencia de los alumnos, hay trucos válidos para cualquiera. Los pedagogos apuntan que siempre es más fácil recordar lo que se estudia si se relaciona con la vida cotidiana, con cosas que forman parte de la propia vida. Por ejemplo, convertir los problemas abstractos de matemáticas en cuestiones reales. También es positivo hacer falsos exámenes, porque los errores nunca se olvidan... aunque se cometan en pruebas ficticias.
La ayuda de los padres. Los padres deben estar 'presentes' en el acto de estudiar, insistiendo a los hijos para que se organicen y estando a su disposición para cualquier consulta, pero sin entrometerse hasta el punto de hacerles los deberes. Es bueno que impongan unas pautas cotidianas de trabajo y que, salvo circunstancias muy justificadas, no hagan excepciones. Sin olvidar que «la calidad del tiempo empleado en estudiar es más importante que la cantidad, porque pasar horas delante de un libro sin asimilar nada no tiene sentido».
Hablar con el profesor. Todos los profesores prefieren que el alumno aprenda la materia a que se especialice en aprobar exámenes. Un truco útil para los chavales es preguntar siempre al maestro: «¿Qué es lo más importante que debemos preparar para este examen?». Ninguno eludirá la respuesta. Y es probable que dominar esos temas claves, los que el profesor quiere que el alumno retenga, sirva para aprobar.
Nuevas tecnologías. Existen programas específicos para ayudar en el estudio, algunos tan curiosos como iFlipr: una aplicación para móviles con la que crear tarjetas de notas tipo post-it y que hace búsquedas entre los archivos de otros estudiantes con notas sobre ese tema. Pero la tentación de perder el tiempo con redes sociales y videojuegos hacen que móviles y ordenadores sean un arma de doble filo.
Lo que nunca se debe hacer. Los mensajes negativos tienen el valor de una profecía. Los pedagogos creen que es mejor decir frases positivas, del tipo «si estudias, aprobarás», que negativas («si no estudias, suspenderás»). Los comentarios que minan la autoestima crean más ansiedad.
Las horas antes: cómo controlar la ansiedad
Ejercicio y ocio. Sin un cuerpo tonificado es difícil rendir al máximo nivel. Tampoco es muy favorable una sensación de agobio, de no haber tenido ningún descanso mental durante días. Hay que saber regularse y dejar una escapatoria para funcionar en las horas que se dediquen al estudio. Mantener la atención al máximo durante más de una hora seguida es casi imposible.
Alimentación. Las digestiones pesadas son uno de los peores enemigos de la atención, además de afectar al estado de ánimo. Es preferible hacer cinco o seis comidas al día con cantidades no muy grandes. Como casi siempre, la dieta mediterránea es el mejor aliado. Los hidratos de carbono son el principal alimento del cerebro, junto a las vitaminas y ciertas sales y oligoelemen-tos. Los excesos de café y bebidas azucaradas son contra-producentes.
Horas de sueño. Las pautas de higiene del sueño son fundamentales para un estudiante. Hay que tener en cuenta también que las personas, por norma general, funcionamos mejor por las mañanas, una vez descansadas, con lo que un buen reposo es el mejor preludio de un buen estudio. Una cabezada de unos minutos a mediodía puede servir para reiniciar la actividad.
Relajación. La respiración abdominal es el método de relajación más efectivo minutos antes de un examen, pero hay que entrenarla antes para lograr que el ritmo cardiaco se rebaje, como señalan los especialistas. Es conveniente llegar con tiempo suficiente al examen para no sumar la tensión del reloj y dejar hueco para uno de estos ejercicios. Aunque tampoco hay que obsesionarse con la tranquilidad: tener cierto nerviosismo es bueno para mantener el cuerpo alerta.
Lo que nunca se debe hacer. Los repasos acelerados de última hora en la puerta solo sirven para incrementar la tensión al descubrir montones de pequeños detalles olvidados en general, sin mayor importancia. Eso no incluye, por supuesto, el no mirar algún dato si en un análisis mental se percibe alguna laguna.
En el examen
Establecer un plan. Una vez que conocemos las preguntas, hay que invertir unos minutos en organizar la forma en que vamos a responderlas. En caso de que sean varias, siempre es mejor comenzar con las que se domina. Si se trata de un tema para desarrollar, lo primero es trazar un esquema de este. Luego, al desarrollarlo, hay que tener en cuenta tanto las observaciones que hizo el profesor cuando dio la lección como las palabras clave que se adivinan en el enunciado.
Los exámenes orales. Mucho menos frecuentes en la cultura española que en otros países, suponen el reto de tener que organizar mentalmente el tema que debe exponerse. Presentar las ideas ordenadamente, cuidar el lenguaje, mostrar confianza en la expresión o saber cerrar con unas conclusiones son consejos elementales que, sin práctica, resultan difíciles de conseguir.
Pruebas tipo test. El procedimiento básico es tratar de adivinar la respuesta correcta sin leer las opciones: si después hay coincidencia, difícilmente se estará en un error. Otro truco que puede ser útil es saber que las respuestas muy categóricas o breves, si es que hay otras más desarrolladas, suelen ser de relleno. El profesor posiblemente planteará una respuesta que pueda hacer dudar al alumno además de la correcta, pero las otras opciones no las trabajará tanto y las resolverá con una sola palabra. Es imprescindible saber de antemano si se penalizan los errores en la puntuación para contestar (o no) al azar las preguntas que no se sepan.
Frente a un momento en blanco... Lo primero es, por supuesto, intentar relajarse. Pero si no funciona, hay que tomar la decisión contraria: ponerse en marcha y seguir adelante escribiendo en un papel aparte para que el cerebro 'vuelva a dar pedales' y encuentre el camino de vuelta a la tarea.
Lo que nunca se debe hacer. Perder de vista cuál es la pregunta que se nos ha hecho y dejarla sin responder. Algo que ocurre con desafortunada frecuencia tanto en los exámenes orales como en los que presentan un tema largo para desarrollar: el estudiante puede irse por las ramas en dirección hacia un tema colateral que domine mejor para dejar de lado el punto fundamental.
Ante unas malas notas
Entender dónde se falló. De los errores se aprende. Hay que invitar al alumno a descubrir qué ha hecho mal y cómo enmendarlo. Los chavales rinden más si sienten que son tutelados por sus padres.
Un entorno motivador. La falta de valoración del esfuerzo, del trabajo diario, y la percepción de que todo se consigue por enchufe han invadido también el ámbito educativo, no solo el universitario, según apuntan los especialistas. Hay que estar atento a si el alumno que ha suspendido tiene amigos que no creen importantes las notas o menosprecian a los 'empollones'.
Descanso, con moderación. No es posible afrontar una nueva etapa de esfuerzo sin un periodo de descanso. Por eso conviene hacer paréntesis entre las épocas más duras de estudio. Ese tiempo, con todo, puede aprovecharse para extraer un compromiso del alumno, que entienda ese periodo como una concesión y un tiempo necesarios para su trabajo antes de volver a la actividad.
Un nuevo enfoque. Además de los días de vacaciones, el verano puede ser un buen momento para que el alumno descubra el placer de estudiar con actividades que le resulten motivadoras: buscando documentación, viendo películas o leyendo libros que despierten su curiosidad. Acciones útiles que mantengan el cerebro en acción, pero que parezcan menos cercanas a la rutina escolar.
Lo que nunca se debe hacer. Convertir las malas notas en un drama terrorífico es tan contra-producente como dar la impresión de que no importan. El alumno debe tener una percepción inequívoca, pero desdramatizada, de que sus padres se sienten orgullosos si trabaja bien y disgustados y preocupados si lo hace mal.

 TITULO:  Donde comen dos  -  Los Magos de Oriente recorrerán a caballo las principales calles y barriadas de Huertas de Ánimas,. 

 Los Magos de Oriente recorrerán a caballo las principales calles y barriadas de Huertas de Ánimas,. 

 

Partirán a las 18.30 horas desde el cordel,.

foto / La asociación Belén Viviente de Huertas de Ánimas ultima los detalles para que los Reyes hagan su parada esta tarde en este núcleo de población. A partir de las 18.30 horas, saldrán desde la zona del cordel, a caballo, junto a sus respectivos pajes a pie. Irán acompañados por integrantes de la organización para guiarles por el itinerario diseñado. Siempre que el tiempo lo permita, recorrerán las principales barriadas y calles de Huertas de Ánimas. De este modo, se dará la posibilidad a que los más pequeños puedan ver pasar a sus Majestades de Oriente desde sus casas o zonas aledañas, según explica una de las organizadoras, Dámaris Cabello. «Lo único que pedimos es que no haya aglomeraciones y que se respeten las medidas de seguridad», apunta.

La idea es que a partir de las 19.30 horas, los Reyes ya estén en la plaza Coros y Danzas Virgen del Rosario para hacer la adoración al Niño. De nuevo, se contará con un belén viviente. Seguidamente, Melchor, Gaspar y Baltasar tendrán preparados sus tronos para recibir a los más pequeños. También habrá entrega de golosinas, que han sido donadas. Si la lluvia hace su aparición, este recibimiento se hará en el pabellón polideportivo.

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