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DESAYUNO - CENA - MARTES - MIERCOLES -JUEVES - VIERNES - LOS MUCHOS ROSTROS DE DIOS ,.
DESAYUNO - CENA - MARTES - MIERCOLES -JUEVES - VIERNES - LOS MUCHOS ROSTROS DE DIOS,. , fotos.
LOS MUCHOS ROSTROS DE DIOS,.
Más de 35 millones de españoles se confiesan católicos. Sin embargo, sólo un tercio admite rezar con regularidad, aunque por la crisis parece que miramos más al cielo. Eso sí, las formas han cambiado: la comunicación con el Ser Supremo se ha personalizado, y las oraciones tradicionales cada vez se recitan menos.
Desayuno,.
Nacido en Gante (Bélgica) y educado en francés, el rey Carlos I de
España y V de Alemania ya respondió en el siglo XVI a la pregunta que da
origen a este reportaje: ¿cómo hablamos los españoles con Dios? "En
español", contestó rotundo el monarca, en una frase que ha pasado a la
Historia no sólo porque elevaba la nuestra a categoría de lengua
universal, sino porque, además, le otorgaba un carácter cuasi divino:
"El francés lo uso para la diplomacia, el italiano, para tratar con las
mujeres, el alemán, para dirigirme al caballo y, para hablar con Dios,
para hablar con Dios sólo uso el español".
Cena,.
Casi 500 años después, la religiosidad de los españoles que se declaran
creyentes se parece en bien poco a la que practicara el rey hispano
germano. Sin embargo, seguimos considerando que, como reza el dicho
popular, hablar en cristiano es hacerlo en español -o resto de lenguas
cooficiales-. Y el propio presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez
Zapatero, pese a ser agnóstico declarado, lo ha confirmado recientemente
durante el Desayuno Nacional de la Oración celebrado en Washington a
principios de mes: "Permítanme que les hable en castellano, la lengua en
la que por primera vez se rezó al Dios del Evangelio en esta tierra",
dijo ante el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y el resto de
invitados angloparlantes.
Más allá de la anécdota lingüística, es indiscutible que la forma de
comunicarnos con la divinidad ha cambiado notablemente, entre otras
razones porque ya no le rezamos a un dios único. La llegada de
inmigrantes, la influencia de otras culturas y la separación cada vez
más palpable entre religión y Estado, han configurado en las últimas
décadas un nuevo mapa religioso en nuestro país. Desde que en 1980 se
aprobó la Ley Orgánica de Libertad Religiosa, el número de fieles de las
confesiones minoritorias ha ido en aumento mientras la mayoritoria ha
perdido adeptos sin remedio.
España sigue diciéndose fundamentalmente católica, pero cada vez menos.
Si comparamos diversos estudios realizados por el Centro de
Investigaciones Sociológicas (CIS), en septiembre de 1998, un 83,5% de
la población se declaraba católico; en abril de 2005, el porcentaje
descendía hasta el 79,4% y en diciembre del pasado año, apenas superaba
el 75%. Por contra, el número de creyentes de otras religiones ha ido
aumentando hasta superar los tres millones.
De ellos, más de 1,3 millones son musulmanes, según la Unión de
Comunidades Islámicas de España; 1,2 millones pertenecen a distintas
confesiones protestantes, según la Federación de Entidades Religiosas
Evangélicas de España, y, además, hay varios cientos de miles de judíos,
budistas, hinduistas… Para completar el panorama, hay que tener en
cuenta que dos de cada 10 españoles se declaran actualmente no creyentes
o ateos, proporción que en 1998 era de uno a 10.
MENOS DIALOGANTES. A pesar de todo, la Iglesia católica
sigue siendo hegemónica en España (agrupa a más de 35 millones de
fieles), con lo que es el Dios de los cristianos la divinidad con la que
mayoritariamente nos comunicamos.
Pero, mientras los creyentes de otras religiones son altamente
practicantes -según un estudio sobre religiosidad realizado por el CIS,
el 95,6% de los mismos confiesa rezar más de una vez por semana-, las
estadísticas indican que los católicos los son cada vez menos: el 52,3%
afirma que casi nunca acude a misa u otros oficios religiosos si no es
en ocasiones de carácter social (bodas, comuniones, bautizos,
funerales…), y apenas uno de cada tres admite que reza con cierta
regularidad, según el Informe Religioso 2008, realizado por la Fundación
Bertelsmann.
No sólo hablamos menos con la divinidad. Además, lo hacemos de un modo
diferente. Según la mayoría de expertos consultados, el padrenuestro y
resto de oraciones tradicionales están en progresivo desuso, y las
experiencias íntimas y personales se han impuesto a la participación de
los fieles en liturgias donde la oración es grupal. "Los católicos del
siglo XXI mantienen conversaciones directas con un Dios cada vez más
adaptado a las necesidades de cada cual, en diálogos donde el tú
sustituye al usted y las técnicas de meditación con influencias
orientales tienen cabida", asegura el escritor y periodista jesuita
Pedro Miguel Lamet.
ORACIONES MUY PERSONALES. En su opinión, podemos hablar
de dos posturas en la comunicación con Dios: "Por un lado, la de
quienes tienen una visión tradicional, basada en enseñanzas que
presentaban a un Dios separado de los hombres, y que siguen dando mucha
importancia a los ritos y tradiciones. Y, por otro, está surgiendo con
fuerza una espiritualidad más libre, donde cada uno busca su propia
relación con la trascedencia a través de la naturaleza, el silencio, la
meditación, la música, la lectura, la relajación…".
En la misma línea, el sacerdote Javier Baeza reivindica las nuevas
connotaciones que el verbo rezar tiene en los tiempos que corren:
"Repetir sin más fórmulas aprendidas de memoria o mantener
conversaciones de forma individual y secreta no es hablar con Dios. Yo
entiendo que rezamos en la medida en que luchamos por la justicia, damos
de comer al hambriento, vestimos al desnudo o visitamos al preso. En
definitiva, en la medida en que cumplimos con lo que dice el Evangelio".
Baeza es uno de los curas de San Carlos Borromeo, la conocida como la
iglesia roja de Vallecas, que hace tres años estuvo a punto de ser
clausurada por el Arzobispado de Madrid ante la "la falta de ortodoxia
litúrgica de sus párrocos" (quienes, además de consagrar rosquillas,
permiten, entre otras cosas, que en su iglesia se lea el Corán y acudan a
rezar personas de confesiones no católicas). En su opinión, esta nueva
forma de entender la comunicación divina es cada vez más habitual entre
muchos creyentes, que han pasado a conceder más importancia a las obras
que a las palabras: "Es lo que la teología de la liberación llama 'bajar
a los crucificados de la Cruz, en vez de quedarse orando a la Cruz'. Es
decir, comprometerse con los pobres y los que sufren, en vez de pedirle
de rodillas a Dios que lo haga por nosotros".
Puede parecer que tanto el punto de vista de Lamet, como el de Baeza,
están bastante alejados de la regla admitido por buena parte de la
jerarquía católica. Sin embargo, los tiempos cambian, y, en realidad, no
difiere tanto de la expresada por el cardenal Carlos Amigo, ex
arzobispo de Sevilla: "Existen muchos lenguajes para comunicarse con
Dios y Él los conoce todos: hablamos con Dios al rezar una oración, pero
también cuando lloramos ante situaciones injustas o cuando un padre se
alegra por el nacimiento de un hijo. Se puede orar sin recurrir a las
fórmulas clásicas. Basta, por ejemplo, con acudir a la parte más íntima
de nuestra conciencia, preguntar a Dios cómo le gustaría que actuásemos
ante las situaciones que nos suceden a diario y escuchar que sus
consejos van a ser perdonar al otro, ayudar a los demás, colaborar con
el débil…".
PERFIL DEL ORADOR. El cardenal Amigo insiste en que "en
cualquier caso, no hay que confundir rezar con meditar o con realizar
terapias de armonía y equilibrio personal", pero reconoce que podemos
hablar con Dios sin recitar oraciones: "En los últimos años, se ha
devaluado el hecho de memorizar y se ha descuidado un poco esa
catequesis que antes hacían las familias para enseñar los rezos
tradicionales. Creo que las personas mayores aún las recuerdan y usan,
mientras que los adultos en general hablan con Dios mediante un diálogo
interior profundo, y guardan en algún rincón de su memoria las fórmulas
comunes para cuando rezan en comunidad".
La duda es qué pasará con las futuras generaciones. Según la Encuesta de
Infancia España 2008, realizada por la Universidad de Comillas y la
Fundación Santa María, "el 80% de los niños españoles entre 6 y 11 años
son cristianos y rezan cada día a Dios. Además, el 40% va a misa casi
cada semana. Sin embargo, todos los indicadores de religiosidad bajan en
la preadolescencia: sólo el 60% de los niños entre 12 y 14 años
manifiesta rezar alguna vez y menos del 20% acude semanalmente a misa".
Por otro lado, según la Oficina de Estadística y Sociología de la
Iglesia Católica, si durante los años 90 se realizaron en España una
media de casi 360.000 Primeras Comuniones, en 2008, éstas no llegaron a
las 250.000. Dejando a un lado las variaciones demográficas que pueden
afectar al dato, es innegable que desciende el número de este tipo de
celebraciones y, en consecuencia, de la asistencia de los niños a las
catequesis, que es, precisamente, donde fundamentalmente aprenden a
rezar: "En las clases de Religión no enseñamos las oraciones, impartimos
contenidos relacionados con la cultura religiosa cristiana. La única
oración que se trata es el padrenuestro, porque forma parte del Nuevo
Testamento, pero no la explicamos como se hace en la catequesis, porque
somos profesores, no catequistas", señalan desde la Asociación
Profesional de Profesores de Religión en Centros Estatales.
Guillermo Mirecki, editor del portal de Internet
Catequesisenfamilia.org, asegura que, a pesar de los datos, la
religiosidad de las futuras generaciones está asegurada: "Es cierto que,
desde finales de los 90, ha descendido el número de niños que realizan
la catequesis, pero en los últimos años se percibe una vuelta de las
familias a la práctica religiosa. En su seno se enseñan las oraciones
tradicionales, en la catequesis se ayuda a comprenderlas y, cuando los
niños pasan la adolescencia, durante la cual su espiritualidad suele
caer en picado, vuelven a recurrir a esas oraciones". En opinión de
Mirecki, estas fórmulas aprendidas en la infancia son una forma fácil de
comunicarse con Dios a las que muchos cristianos acuden porque "la
meditación cristiana es, en realidad, algo muy complicado, que requiere
tiempo, predisposición, tranquilidad, silencio... Y, ¿quién tiene eso
hoy en día?".
REPUNTE ESPIRITUAL. El catedrático en Psiquiatría
Enrique Rojas también considera que se está produciendo "una
recuperación de lo religioso en todo el mundo", y, además, cree que son
precisamente los niños de hoy en día quienes van a liderar ese
movimiento: "Aunque las políticas educativas vayan por otra línea,
nuestro hijos están siendo educados por sus abuelos, y especialmente,
por sus abuelas. Es decir, que están siendo formados de acuerdo con los
valores de las personas más practicantes y que más han conservado su fe
mientras muchos daban la espalda a Dios".
Quizá, como dice el refrán, sólo nos acordamos de Santa Bárbara cuando
truena, pero el caso es que, según los expertos, en épocas de crisis
económicas se reza más, o al menos, se mira más hacia el cielo. "Es en
estos momentos cuando hay que dar respuestas a la gente que anhela
valores, espiritualidad y esperanza", aseguraba el ex presidente catalán
Jordi Pujol durante el seminario Religiones y espiritualidad en un
mundo en crisis, organizado el pasado año por el Centro de Estudios que
lleva su nombre.
La conclusión del encuentro, en el que participaron representantes de
distintas confesiones religiosas y tendencias políticas, fue que "las
distintas religiones y la espiritualidad parecen recobrar un renovado
protagonismo en un Occidente secularizado e inmerso en un proceso de
crisis y de cambios de gran alcance".
Enrique Rojas cree que "España también acabará subiéndose al carro del
que actualmente tiran China, la India, Brasil o Estados Unidos, países
donde existe una profunda hondura religiosa y donde la espiritualidad se
considera parte del día a día". Sin embargo, en opinión de Pedro Miguel
Lamet, aún queda camino por andar porque "hoy en día, a muchos
españoles les cuesta reconocerse como creyentes o admitir públicamente
que rezan". Dan fe de ello las 40 amabilísimas negativas a participar en
este reportaje que hemos recibido durante la búsqueda de rostros
conocidos con los que encarnarlo.
Según Lamet, la dificultad para encontrar voluntarios que confesaran
cómo hablan con Dios era previsible "porque no está de moda ir diciendo
que lo hacemos, sino más bien lo contrario". Por eso, en su opinión las
encuestas sobre religiosidad no dan una visión real de lo que sucede en
España ya que, en realidad, rezamos mucho más de lo que decimos: "Hasta
el más laico de los laicos, en momentos de sufrimiento, dolor o muerte,
acaba preguntándose por el sentido de la vida y descubriendo en su
interior una realidad espiritual que le lleva a Dios".
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EL PAPEL HIGIENICO ROJO - EL D.N.I. -Los libros subrayados,.
EL PAPEL HIGIENICO ROJO - EL D.N.I. - Los libros subrayados,. , fotos ,.
Los libros subrayados,.
Los foros de estudiantes hierven estas semanas con todo tipo de teorías para mejorar el rendimiento: desde cantar las lecciones hasta dejarse un cuaderno junto a la cama para apuntar cosas que se le ocurran a uno en el sueño, pasando por releer empleando acentos cómicos extraños, masticar chicle o consumir acelgas, levadura de soja, romero o ginseng. Los expertos, sin embargo, coinciden en pautas bastante más sencillas, aunque quizá menos fáciles de cumplir: vida ordenada, buena planificación a la hora de organizar el estudio y un entorno que facilite el trabajo, valore el esfuerzo y respalde la toma de responsabilidad por parte del estudiante. Todo ello contribuirá a la seguridad de un alumno que llegue con las tareas cumplidas y sin temor a quedarse en blanco ante el papel del examen.
Porque una cuestión clave es el manejo del estrés. La psicóloga de la Universidad de Granada Sagrario López Ortega, autora de No pierdas los nervios en los exámenes,
incide en lo importante que es «descargar presión a lo largo del curso,
porque hay alumnos que estudian muchísimo, pero la presión les juega
malas pasadas». Además de trucos puntuales, los buenos hábitos
son los que más ayudan. Para Irene Solbes Canales, profesora de
Psicología Evolutiva y de la Educación en la Universidad Complutense de
Madrid, «los padres deben supervisar el trabajo de sus hijos, dándoles
progresivamente autonomía de acuerdo con su edad». Y brindándoles,
además, un entorno para el estudio que los alumnos sientan como propio y
tenga una buena iluminación, un mobiliario cómodo, ventilación y
tranquilidad.
Desafortunadamente, la otra herramienta básica parece faltar a nuestros jóvenes: correctos métodos de aprendizaje. Para
el profesor Ramón González Cabanach, que dirige un grupo de
investigación en Psicología de la Educación en la Universidad de La
Coruña, el problema parte «de los últimos 40 años que llevamos sin un
modelo educativo estable, con constantes cambios y contaminación
ideológica»; unos devenires políticos que pueden tener algo de
culpa de los índices de fracaso escolar. En esos cambios se ha apostado
unas veces por modelos de evaluación continua y otras por centrarlo todo
en los exámenes. Estos parecen hoy aceptados por la comunidad
académica, ya que sirven también como una experiencia vital. «Aprender
a controlar la tensión que supone un examen fortalece, también es
aprendizaje para la vida», explica González Cabanach.
Pero, entre tantas variaciones, no se está dejando un hueco para enseñar a aprender.
El profesor González Cabanach apunta que «parece que se da por supuesto
que las técnicas de estudio se aprenden solas. Y así se llega a la
universidad con pocos recursos».
¿qué notas sacamos en...?
...informe PISA.
En el informe PISA, que examina cada tres años a 25.000 alumnos de
quince años, los datos españoles se sitúan sensiblemente por debajo de
la media de los países de la OCDE.
... selectividad.
En los exámenes de acceso a la universidad, la selectividad, en cambio,
el porcentaje de aprobados ha mejorado de forma notoria. A la
convocatoria de junio de 2012 se presentaron 198.644 alumnos, de los
cuales aprobaron el 90,7 por ciento. Los datos oscilaron enormemente
entre las distintas comunidades autónomas: en La Rioja, el 93,2 por
ciento aprobaron; en Murcia, solo el 68,4 por ciento.
... bachillerato. Ahora bien, cuatro de cada diez alumnos suspenden alguna materia en Bachillerato y no se presentan a la selectividad.
... abandono escolar.
Nuestro país se encuentra a la cabeza de la Unión Europea en abandono
escolar. El 24,9 por ciento de los jóvenes españoles de entre 18 y 24
años no cursaban ningún tipo de ciclo educativo ni de formación en 2012,
un porcentaje que dobla la cifra europea, situada en el 12,8 por
ciento.
... universidad. Por
contra, España cuenta con un porcentaje de licenciados por encima de la
media europea entre las personas de 30 a 34 años: 40,1 frente a un 34,8
por ciento.
Los días antes: cómo aprovechar el estudio
La Ley de la Abuela.
Cuando se estudia, los especialistas apuntan que hay que seguir lo que
se llama la 'ley de la abuela': «Comer primero las lentejas y después el
postre». Primero lo que más trabajo cuesta y luego lo que más gusta.
También apuntan que una buena forma de pasar el trago es alternar el
estudio 'que duele' (el puramente memorístico) con el 'que no duele'
(leer, resumir, hacer esquemas...).
El método Robinson.
En las escuelas anglosajonas se emplea un esquema de estudio de cinco
fases: explorar (conocer la estructura del tema), preguntar (una lectura
con actitud crítica, viendo qué no se entiende), leer (con subrayados y
comprensión profunda, porque se aprende mejor lo que se entiende),
recitar (en voz alta, enunciar lo leído) y repasar (fijar lo aprendido).
Trucos mnemo-técnicos.
Más allá del distinto nivel de inteligencia de los alumnos, hay trucos
válidos para cualquiera. Los pedagogos apuntan que siempre es más fácil
recordar lo que se estudia si se relaciona con la vida cotidiana, con
cosas que forman parte de la propia vida. Por ejemplo, convertir los
problemas abstractos de matemáticas en cuestiones reales. También es
positivo hacer falsos exámenes, porque los errores nunca se olvidan...
aunque se cometan en pruebas ficticias.
La ayuda de los padres.
Los padres deben estar 'presentes' en el acto de estudiar, insistiendo a
los hijos para que se organicen y estando a su disposición para
cualquier consulta, pero sin entrometerse hasta el punto de hacerles los
deberes. Es bueno que impongan unas pautas cotidianas de trabajo y que,
salvo circunstancias muy justificadas, no hagan excepciones. Sin
olvidar que «la calidad del tiempo empleado en estudiar es más
importante que la cantidad, porque pasar horas delante de un libro sin
asimilar nada no tiene sentido».
Hablar con el profesor.
Todos los profesores prefieren que el alumno aprenda la materia a que
se especialice en aprobar exámenes. Un truco útil para los chavales es
preguntar siempre al maestro: «¿Qué es lo más importante que debemos
preparar para este examen?». Ninguno eludirá la respuesta. Y es probable
que dominar esos temas claves, los que el profesor quiere que el alumno
retenga, sirva para aprobar.
Nuevas tecnologías.
Existen programas específicos para ayudar en el estudio, algunos tan
curiosos como iFlipr: una aplicación para móviles con la que crear
tarjetas de notas tipo post-it y que hace búsquedas entre los archivos
de otros estudiantes con notas sobre ese tema. Pero la tentación de
perder el tiempo con redes sociales y videojuegos hacen que móviles y
ordenadores sean un arma de doble filo.
Lo que nunca se debe hacer.
Los mensajes negativos tienen el valor de una profecía. Los pedagogos
creen que es mejor decir frases positivas, del tipo «si estudias,
aprobarás», que negativas («si no estudias, suspenderás»). Los
comentarios que minan la autoestima crean más ansiedad.
Las horas antes: cómo controlar la ansiedad
Ejercicio y ocio.
Sin un cuerpo tonificado es difícil rendir al máximo nivel. Tampoco es
muy favorable una sensación de agobio, de no haber tenido ningún
descanso mental durante días. Hay que saber regularse y dejar una
escapatoria para funcionar en las horas que se dediquen al estudio.
Mantener la atención al máximo durante más de una hora seguida es casi
imposible.
Alimentación. Las digestiones pesadas
son uno de los peores enemigos de la atención, además de afectar al
estado de ánimo. Es preferible hacer cinco o seis comidas al día con
cantidades no muy grandes. Como casi siempre, la dieta mediterránea es
el mejor aliado. Los hidratos de carbono son el principal alimento del
cerebro, junto a las vitaminas y ciertas sales y oligoelemen-tos. Los
excesos de café y bebidas azucaradas son contra-producentes.
Horas de sueño.
Las pautas de higiene del sueño son fundamentales para un estudiante.
Hay que tener en cuenta también que las personas, por norma general,
funcionamos mejor por las mañanas, una vez descansadas, con lo que un
buen reposo es el mejor preludio de un buen estudio. Una cabezada de
unos minutos a mediodía puede servir para reiniciar la actividad.
Relajación.
La respiración abdominal es el método de relajación más efectivo
minutos antes de un examen, pero hay que entrenarla antes para lograr
que el ritmo cardiaco se rebaje, como señalan los especialistas. Es
conveniente llegar con tiempo suficiente al examen para no sumar la
tensión del reloj y dejar hueco para uno de estos ejercicios. Aunque
tampoco hay que obsesionarse con la tranquilidad: tener cierto
nerviosismo es bueno para mantener el cuerpo alerta.
Lo que nunca se debe hacer.
Los repasos acelerados de última hora en la puerta solo sirven para
incrementar la tensión al descubrir montones de pequeños detalles
olvidados en general, sin mayor importancia. Eso no incluye, por
supuesto, el no mirar algún dato si en un análisis mental se percibe
alguna laguna.
En el examen
Establecer un plan.
Una vez que conocemos las preguntas, hay que invertir unos minutos en
organizar la forma en que vamos a responderlas. En caso de que sean
varias, siempre es mejor comenzar con las que se domina. Si se trata de
un tema para desarrollar, lo primero es trazar un esquema de este.
Luego, al desarrollarlo, hay que tener en cuenta tanto las observaciones
que hizo el profesor cuando dio la lección como las palabras clave que
se adivinan en el enunciado.
Los exámenes orales.
Mucho menos frecuentes en la cultura española que en otros países,
suponen el reto de tener que organizar mentalmente el tema que debe
exponerse. Presentar las ideas ordenadamente, cuidar el lenguaje,
mostrar confianza en la expresión o saber cerrar con unas conclusiones
son consejos elementales que, sin práctica, resultan difíciles de
conseguir.
Pruebas tipo test. El procedimiento
básico es tratar de adivinar la respuesta correcta sin leer las
opciones: si después hay coincidencia, difícilmente se estará en un
error. Otro truco que puede ser útil es saber que las respuestas muy
categóricas o breves, si es que hay otras más desarrolladas, suelen ser
de relleno. El profesor posiblemente planteará una respuesta que pueda
hacer dudar al alumno además de la correcta, pero las otras opciones no
las trabajará tanto y las resolverá con una sola palabra. Es
imprescindible saber de antemano si se penalizan los errores en la
puntuación para contestar (o no) al azar las preguntas que no se sepan.
Frente a un momento en blanco... Lo
primero es, por supuesto, intentar relajarse. Pero si no funciona, hay
que tomar la decisión contraria: ponerse en marcha y seguir adelante
escribiendo en un papel aparte para que el cerebro 'vuelva a dar
pedales' y encuentre el camino de vuelta a la tarea.
Lo que nunca se debe hacer.
Perder de vista cuál es la pregunta que se nos ha hecho y dejarla sin
responder. Algo que ocurre con desafortunada frecuencia tanto en los
exámenes orales como en los que presentan un tema largo para
desarrollar: el estudiante puede irse por las ramas en dirección hacia
un tema colateral que domine mejor para dejar de lado el punto
fundamental.
Ante unas malas notas
Entender dónde se falló.
De los errores se aprende. Hay que invitar al alumno a descubrir qué ha
hecho mal y cómo enmendarlo. Los chavales rinden más si sienten que son
tutelados por sus padres.
Un entorno motivador.
La falta de valoración del esfuerzo, del trabajo diario, y la percepción
de que todo se consigue por enchufe han invadido también el ámbito
educativo, no solo el universitario, según apuntan los especialistas.
Hay que estar atento a si el alumno que ha suspendido tiene amigos que
no creen importantes las notas o menosprecian a los 'empollones'.
Descanso, con moderación.
No es posible afrontar una nueva etapa de esfuerzo sin un periodo de
descanso. Por eso conviene hacer paréntesis entre las épocas más duras
de estudio. Ese tiempo, con todo, puede aprovecharse para extraer un
compromiso del alumno, que entienda ese periodo como una concesión y un
tiempo necesarios para su trabajo antes de volver a la actividad.
Un nuevo enfoque.
Además de los días de vacaciones, el verano puede ser un buen momento
para que el alumno descubra el placer de estudiar con actividades que le
resulten motivadoras: buscando documentación, viendo películas o
leyendo libros que despierten su curiosidad. Acciones útiles que
mantengan el cerebro en acción, pero que parezcan menos cercanas a la
rutina escolar.
Lo que nunca se debe hacer.
Convertir las malas notas en un drama terrorífico es tan
contra-producente como dar la impresión de que no importan. El alumno
debe tener una percepción inequívoca, pero desdramatizada, de que sus
padres se sienten orgullosos si trabaja bien y disgustados y preocupados
si lo hace mal.
TITULO: Donde comen dos - Los Magos de Oriente recorrerán a caballo las principales calles y barriadas de Huertas de Ánimas,.
Los Magos de Oriente recorrerán a caballo las principales calles y barriadas de Huertas de Ánimas,.
Partirán a las 18.30 horas desde el cordel,.
foto / La asociación Belén Viviente de Huertas de Ánimas ultima los detalles para que los Reyes hagan su parada esta tarde en este núcleo de población. A partir de las 18.30 horas, saldrán desde la zona del cordel, a caballo, junto a sus respectivos pajes a pie. Irán acompañados por integrantes de la organización para guiarles por el itinerario diseñado. Siempre que el tiempo lo permita, recorrerán las principales barriadas y calles de Huertas de Ánimas. De este modo, se dará la posibilidad a que los más pequeños puedan ver pasar a sus Majestades de Oriente desde sus casas o zonas aledañas, según explica una de las organizadoras, Dámaris Cabello. «Lo único que pedimos es que no haya aglomeraciones y que se respeten las medidas de seguridad», apunta.
La idea es que a partir de las 19.30 horas, los Reyes ya estén en la plaza Coros y Danzas Virgen del Rosario para hacer la adoración al Niño. De nuevo, se contará con un belén viviente. Seguidamente, Melchor, Gaspar y Baltasar tendrán preparados sus tronos para recibir a los más pequeños. También habrá entrega de golosinas, que han sido donadas. Si la lluvia hace su aparición, este recibimiento se hará en el pabellón polideportivo.
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