TITULO: La Hora Musa - De Robbie Williams a Red Hot Chili Peppers: todo es posible en Mad Cool ,. Martes -18- Julio ,.
'La Hora Musa', presentado por Maika Makovski ,a las 22:55 horas, en La 2 martes -18- Julio , foto,.
De Robbie Williams a Red Hot Chili Peppers: todo es posible en Mad Cool,.
El festival arranca hoy una nueva edición marcada por el cambio de ubicación, las dudas sobre el transporte y un buen resultado de venta de entradas,.
Todo es posible en Mad Cool. Cualquiera que conozca la trayectoria del festival madrileño sabe que esa afirmación, lejos de ser un lugar común, es la genética de un evento que se ha enfrentado a luctuosos sucesos, problemas informáticos y logísticos, negativas de artistas a salir a tocar y aforos desbordados en su corta trayectoria. Su sexta edición llega con cambio de ubicación (la tercera en su corta existencia y, quizá, la definitiva) y un riesgo en el horizonte: la movilidad del público al término de los conciertos. Después del fracaso del plan de movilidad de asistentes del Primavera Sound en su nueva localización de Arganda del Rey (más distante que el recinto de Mad Cool, en Villaverde, al borde de la M-45), el festival se enfrenta a un estreno con hasta 70.000 personas cada jornada que se presenta como el desafío que marca el éxito o el fracaso. Los abonos para la cita, que se prolonga hasta el sábado, se han agotado, pero quedan disponibles entradas de día. Miles de asistentes esperan a que salgan Robbie Williams, Lizzo, Queens Of The Stone Age y Red Hot Chilli Peppers.
El festival tuvo que llevar a cabo su mudanza de Valdebebas debido a las obras de ampliación de Ifema, que tenían lugar en la parcela donde hasta el año pasado Mad Cool extendía su alfombra verde de césped artificial. Los organizadores apostaron por adquirir una parcela que servía de trigal, de unos 185.000 metros cuadrados (casi el doble que la anterior) en cuyo acondicionamiento han invertido 12 millones de euros durante varios meses de obras y que se convertirá en el Nuevo Recinto de Festivales de Madrid, un proyecto que pretende organizar todo el año eventos musicales de gran aforo y que tendrá su segundo uso el 14 de julio, con el macroconcierto de Harry Styles que convocará a 65.000 personas. La intención es que, el año que viene, haya un segundo Mad Cool en otra fecha que podría ser próxima al principal. Un nuevo paso en la guerra de festivales que se vive en España durante los últimos años con Last Tour (BBK Bilbao) y Primavera Sound como los principales contendientes.
Sin embargo, todos esos planes se pueden tambalear ante el gran desafío de la movilidad y seguridad del público. Grandes masas de personas que salen a la vez de un recinto con muchas ganas de llegar a casa. Por eso, Mad Cool se enfrenta a su principal desafío con un plan que, sobre el papel, ofrece alternativas. En primer lugar, una estación de cercanías y dos de metro a unos 15-20 minutos a pie del recinto, más o menos la distancia que existía en su antigua ubicación. El metro es una buena alternativa para el horario de entrada, pero inviable en condiciones normales para la salida: el festival cierra sus puertas a las dos de la mañana, cuando el suburbano ya no está en servicio. Por eso, según ha informado la organización y confirmado la Comunidad de Madrid, la Línea 3 estará abierta hasta las cuatro de la mañana, con paradas en Villaverde, Legazpi, Embajadores y Sol. El coste de la ampliación del servicio lo asumirá el festival, según aseguran los organizadores. Además, la Empresa Municipal de Transportes de Madrid (EMT) pondrá en funcionamiento una lanzadera nocturna, con 18 autobuses, entre el festival y Atocha con conexión en Legazpi también hasta las 4:00 de la madrugada. Las alternativas serán los taxis y VTC, pero, como ya sucediera en ediciones anteriores, el festival no tendrá parking de vehículos privados. ¿Se generarán cuellos de botella? Todo parece indicar que así será porque, a diferencia de otras ediciones, que extendían su programación hasta las seis de la mañana, cerrará cuatro horas antes. Las asociaciones de vecinos ya han levantado la voz ante la enorme aglomeración de público en una de las zonas más degradadas de la capital.
Un cartel atinado
Cuestiones de movilidad al margen, el evento ha compuesto un cartel de inteligente factura. Clásicos como Robbie Williams, mujeres poderosas como Lizzo, talentos mainstream como Sam Smith, el rock que ya es la identidad de la cita (Queens Of The Stone Age, The Black Keys y Red Hot Chilli Peppers) y nuevas estrellas como Little Nas y Machine Gun Kelly, que no acostumbran a verse por estas latitudes a menos que formen parte de un cartel así. Y, además, The Prodigy, Years & Years, Liam Gallagher, Primal Scream, Sigur Rós, Franz Ferdinand y una larga lista de «letra pequeña» de lo más interesante... No ha sido un año fácil para contratar mujeres artistas, se disculpan los organizadores de antemano. De la premura de los trabajos se darán cuenta en parte los asistentes: un cable de alta tensión que no ha podido ser soterrado cruza el recinto, aunque estará fuera de servicio durante este fin de semana. Tampoco las palmeras que alegraban la vista se han plantado. Eso sí: uno de los símbolos, la noria de Mad Cool, estará a pleno rendimiento. Y, por supuesto, esos miles de metros cuadrados de césped artificial serán el trampantojo habitual que hagan del antiguo trigal un flamante recinto de festivales. Todos los detalles están cuidados en el interior. Otra cosa será cómo salir de allí. Se lo iremos contando.
TITULO: Cachitos de hierro y cromo - Mad Cool, entre la angustia y la euforia,. . Martes - 18- Julio ,.
El martes - 18- Julio a las 22:30 horas por La 2, fotos,.
Mad Cool, entre la angustia y la euforia,.
Las espléndidas actuaciones de Lizzzo y Robbie Williams casi hacen olvidar las aglomeraciones y los problemas en los accesos y las salidas de Mad Cool en su nueva ubicación de Villaverde. Pero no lo logran,.
Mad Cool abrió sus puertas ayer convertido en un océano de marcas sobre el tapete de su característica alfombra verde. Con la sensación de ser figurantes en un decorado, miles de asistentes irrumpían a media tarde en una parcela improbable entre una carretera y un polígono industrial de aspecto distópico. Pero ¿qué demonios hace allí toda esa gente bajo un sol digno del día del juicio? El festival abría sus puertas justito de sombra y con nuevas incertidumbres que deberán ser resueltas en unas pocas horas, pero rebosante de marcas y de entusiasmo. La kilométrica cola de acceso no hacía presagiar nada bueno y se confirmó a la hora de desplazarse por el recinto, que duplicaba su espacio pero reducía considerablemente la libertad de movimientos de una masa llevada al límite del agobio. Y no es la primera vez que en el festival madrileño se fuerzan los límites de la comodidad.
Ese parece que es el destino de los macrofestivales: llevar al público al extremo, exprimir las posibilidades del negocio. En un festival se vende y se compra cada metro y cada segundo. Así es como se forman los carteles artísticos, con un cuidado diseño de nichos y de masas, de marcas y patrocinios, una lucha por nuestra atención y nuestra tarjeta de crédito. Y sin embargo, con toda esa lección bien aprendida, anoche la música se impuso: la presencia de Lizzo, el carisma de Robbie Williams y el rollazo de Machine Gun Kelly se alzaron triunfadores en una jornada que se guardaba para el final la prueba decisiva: volver a casa.
Machine Gun Kelly arrasó con un punk pop melódico adolescente y desacomplejado, diseñado para la épica. No se anduvieron con chiquitas. Llamaradas ascendentes por un escenario en forma de pirámides, invitaciones a tomar chupitos de Tequila y fumar hierba. Tocó la guitarra haciendo sonar las cuerdas con una copa de vino y regaló una versión de "Danza Kuduro". Pronunció más "fucks" de los que son reglamentarios pero ni siquiera se notó en una actuación espléndida en la que se metió a todo el mundo en el bolsillo de sus pantalones plateados. Lo de mezclar rap con heavy metal ya estaba inventado pero el texano lo hace con un sello único y una banda estupenda. No sabemos qué hará el tiempo con sus canciones de aliento juvenil pero a quién le importa el futuro si él ya es una estrella. Una capaz de hacer las cosas con ganas y que parezca que te importa todo entre poco y nada.
Así, Lizzo destrozó las caderas todo lo que lo permitían las estrecheces del recinto. O, como ella lo llamó, los miles de "motherfucking culos" apretujados delante. Menuda demostración de poder, de soul y R&B, de liberador ejercicio del baile empezando por el "booty" de Lizzo. Ella ha llevado a cabo una lucha contra la discriminación por el fisico en un mundo superficial porque las diosas no tienen prejuicios y los demás no deberíamos tenerlos. Rindió homenaje a sus compañeras, de Cardi B a Whitney Houston, de Etta James a Sister Rosetta Tharpe e hizo que todo el mundo se sintiera especial. Su mensaje quedó impreso en el aire, que vibraba rato después de que abandonase el escenario.
Con el tiempo justo, Robbie Williams apareció en el escenario rodeado de una big band y con un traje de dorados brillos. Otra demostración de que los complejos y las ideas preconcebidas hay que desterrarlas. "Let me entertain you", proclamó al poco de comenzar y después, "Land of the 1000 dances", que le dejó sin aliento. "Es Covid persistente, no es mi edad, cabrones", proclamó exhausto. Como una especie de comediante, realizó introducciones, discursos y se rio de sí mismo poniendo el primer vídeo de Take That y dejando en pantalla congelado su propio culo, su "bum bum" de 17 años. Y precisó que a los demás miembros del grupo no les caía bien. "Yo buscaba mi momento para brillar y resulta que Gary Barlow cantaba la mayor parte del tiempo. Así que voy a cantar esa canción ahora". Y no la dejó terminar antes de volver con otro discurso. "Voy a romper las reglas", dijo. "Todas", añadió. Y recordó los años que sólo quería "champán y cocaína e su bolsillo". Y, sin saber muy bien cómo, cantó "Don't Look Back In Anger", de Oasis, en lo que empezaba a parecerse un despropósito, una locura épica. Un gigantesco "porque yo lo valgo". Robbie interpeló a un fan de la primera fila al que todo el público adoró y todo lo que sucedió después fue digno de una bestia del escenario, de un ídolo de la comedia. De un pedazo de artista.
TITULO: Locos por las motos - Prado suma y sigue,.
Prado suma y sigue,.
foto / El español se anota en Lombok otra victoria el domingo y continúa firme en el liderato, ahora con 103 puntos sobre Febvre, otra vez ganador. Fernández, quinto.
Cambió el escenario, esta vez en un circuito de tierra improvisado en mitad de la pista de un antiguo aeropuerto, pero el resultado del MXGP de Lombok fue similar al de la anterior cita disputada en Indonesia, la de Sumbawa, al menos si nos atenemos a la lucha por la victoria. Jorge Prado (que ganó el sábado) y Romain Febvre se repartieron las del domingo con triunfo final para el francés por ganar la segunda. Así, el español suma más mangas ganadas y sigue liderando cómodamente, ahora por 103 puntos. Rubén Fernández acabó quinto.
El día no empezaba con el dominio habitual de Prado en la salida. El de GasGas se vio rodando cuarto por detrás de Febvre, Fernández y Seewer, pero pronto empezaría a ponerle remedio al pasar al suizo antes de acabar la primera vuelta. Así seguirían las tres primeras plazas con los dos españoles en las cinco primeras vueltas, hasta que Fernández se fue al suelo cayendo a la cuarta posición en la que se encontró una tremenda lucha con Seewer. Tras algunos fallos de ambos, al final esa plaza se la quedaría el de Yamaha con el de Honda quinto.
El otro duelo de la carrera sí que caería del lado español. Con el error de Fernández, Prado tenía el camino despejado hasta Febvre con tres segundos entre ambos, una diferencia que fue cerrando hasta coger al de Kawasaki a tres vueltas del final. Y luego, no se lo pensó… El lucense vio el hueco, se metió de forma salvaje, casi tocando la rueda delantera de Febvre, y completó un adelantamiento brutal para alzarse con la victoria con siete segundos de ventaja. Jorge ganó el primer asalto a Febvre, pero el segundo sería diferente.
Y eso que el de Lugo sí hizo un mejor uso de su posición en la valla de salida, la primera por el interior, para situarse en el liderato tras la primera curva con la intención de escribir su guion favorito y marcharse en solitario, pero Febvre tenía pensada otra película… Con la pasada de la primera manga clavada, el francés cogió un ritmo demoledor en la segunda posición desde el principio y, pese a un error que casi le cuesta la caída, alcanzó a Prado en la segunda vuelta. El español se resistió, pero en el tercer giro Febvre le lanzó el ataque definitivo.
Sabiendo que su objetivo estaba más que cumplido, Prado se dedicaría a asegurar esa segunda posición mientras Febvre se marchaba a más de cuatro segundos para ganar su segundo gran premio consecutivo. La lucha ahora estaba por detrás de ambos y de Coldenhoff, de nuevo tercero, entre Seewer y Fernández, un segundo asalto que salió con el mismo ganador. El suizo volvería a ganarle la partida al español y se acerca a un solo punto de su tercera posición en el Mundial (ambos superan al lesionado Herlings). En dos semanas, la República Checa con la vuelta de Gajser.
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