sábado, 16 de abril de 2022

BOLIGRAFO Y LIBRETA - EL BINGO - Maestros de la Costura - Caterina es la expulsada. Conoce a los semifinalistas ,. - Miercoles -27- Abril ,./ El Juego Rana - El Juego Oca - RADIO ANTIGUA - Francia elige entre dos modelos de país y de Europa en las elecciones presidenciales,. / EL JUEGO LA PERA - EL JUEGO RELOJ - Universo Valdano - Joselu mantiene vivo al Alavés,. / El país de El reloj leonés que marca el año nuevo,.

    TITULO: BOLIGRAFO Y LIBRETA - EL BINGO - Maestros de la Costura -  Caterina es la expulsada. Conoce a los semifinalistas,. Miercoles -27 -Abril,.

 BOLIGRAFO Y LIBRETA - EL BINGO - Maestros de la Costura -  Caterina es la expulsada. Conoce a los semifinalistas,. Miercoles - 27 - Abril  , fotos,.

 Miercoles- 27- Abril a las 22:00 horas en La1,.

 Caterina es la expulsada. Conoce a los semifinalistas,.



Coser y cantar todo es empezar, pero los buenos momentos también tienen que acabar. Maestros de la Costura se enfrenta a su recta final. La semana que viene viviremos la semifinal del concurso, una cita en la que no estará presente Caterina, convertida en la octava expulsada. Siempre es difícil decir adiós, pero la aprendiz lo ha hecho con una sonrisa en la boca y unas bonitas palabras para sus compañeros, Eduardo Navarrete, Pablo, Lili, Lluís y Borja, que se disputarán el paso al décimo y último programa.


Ha sido una noche llena de emociones: nos hemos reído con los reencuentros de los aprendices y sus familiares, hemos viajado al Palacio de Aranjuez de la mano de Josie y hemos recibido la visita de Bibiana Fernández, presente en una emocionante prueba de eliminación con un reto muy especial. Los concursantes han tenido que crear una prenda que combinase los estilos de los diseños de Lorenzo Caprile y María Escoté, una tarea que también ha querido asumir Palomo Spain. El vestido de Caterina no ha convencido a los jueces y ha tenido que abandonar el taller. Así ha sido el octavo programa de Maestros de la Costura.


Borja no quiere que Lili gane

Octavo programa de Maestros de la costura. Ya estamos cada vez más cerca de la final y, por supuesto, de ver quién se lleva el maniquí dorado. Borja quiere que si él no gana, lo haga Lluís, "pero Lili desde luego que no". "No tengo nada en contra de Lili, pero yo considero que hay personas más cualificadas o que sepan jerarquizar más el trabajo, que sean más rápidas en la costura o que sepan sacar el trabajo adelante dentro de los parámetros y del tiempo que se piden", ha explicado el aprendiz, que ya tuvo un roce con Lili en la prueba por equipos de la semana pasada.

¡Los aprendices se reencuentran con sus familias!

La prueba de habilidad de esta semana ha revolucionado el plató, y es que los jueces han dado 30 minutos a los concursantes para terminar una camisa sobre un modelo. Uno a uno, sus familiares han ido entrando al taller. ¡Menuda sorpresa! La primera ha sido la madre de Pablo, que se ha enterado de que su hijo tiene novio: "A mí Lluís me gusta para ti".

También hemos conocido de dónde le viene a Lili su magia: de su madre. Y ojo a la llegada del padre de Borja, que ha entrado al taller vestido como su hijo, con quien parece que no comparte gustos musicales. "Yo soy de Fito & Fitipaldis, Sabina, de Silvio Rodríguez", ha asegurado Iñaki. Caterina ha recibido la visita de su madre, una sorpresa tras la que ha contado los momentos tan duros que pasó hace tiempo y que la han hecho estar todavía más unida a su familia. Loles, la madre de Lluís, también se ha pasado por el plató. También ha visitado Maestros de la Costura la abuela de Eduardo Navarrete, Eduarda, una persona muy importante para él.

Borja, el mejor de la prueba de habilidad

Los 30 minutos han pasado volando y ha sido el turno de las valoraciones, en las que los jueces han aprovechado para interesarse por las suegras de la edición. ¿Qué piensan Loles y Pilar de la relación de Lluís y Pablo? A Loles, por ejemplo, Pablo le ha parecido un poco joven para su hijo. Parece que las estrellas también hablan a Elisabeth, la madre de Lili, que ve la victoria muy cerca de la joven: "Te visualizo en el primero y ya resignándome en el segundo puesto". ¿Se cumplirá su presagio?,.

La camisa que menos ha convencido a los jueces ha sido la de Caterina, seguida por la de Lluís por no respetar los gustos de la clienta. Lluís no ha estado contento con su quinto puesto y ha señalado a su madre: "Lo peor es que seguro que le gusta, pero le gusta decir que no". En cuarta posición ha quedado Lili, a punto de entrar al podio, que han formado Eduardo Navarrete en el bronce, Pablo en la plata ¡y Borja con el oro! "Has rematado perfectamente la camisa, has hecho un cuello, con su pie de cuello, y sobre todo has integrado el alma de tu firma, de tu estilo, que es ese plisado, que ya es tu característica", ha elogiado Lorenzo Caprile. Aunque solo hay un vencedor, seguro que todos han disfrutado mucho de este reencuentro.

Josie reina en la prueba por equipos

El Palacio de Aranjuez ha sido el escenario de la prueba por equipos. Raquel, María y Palomo han dado la bienvenida a los aprendices, pero ¿dónde está Lorenzo Caprile? El diseñador ha hecho una entrada triunfal en carruaje, en el que le ha acompañado Josie. Navarrete es su fan: "No puedo permitirme el lujo de hacer el ridículo. Hoy lo tengo que hacer rasé. La prueba va a ser lo Máximo Valverde".

¿El reto? Replicar dos vestidos de la reina Victoria Eugenia, un verdadero icono de la moda de principios del siglo XX. Esposa de Alfonso XIII, fue "un referente de elegancia y estilo, sobre todo para la joven aristocracia de la época y, algo inaudito, hasta protagonizó un anuncio de jabones", ha explicado Caprile, quien también ha querido recordar que fue Victoria Eugenia quien trajo la Cruz Roja a España.

Como invitado, Josie ha tenido una gran responsabilidad, nombrar a los jefes de taller. Ha decidido que sean los mejores de la prueba de habilidad, Borja y Pablo, una tarea para la que el valenciano ha confesado no sentirse preparado: "La última vez que fui jefe de taller lo único que hice fue llorar". Borja ha elegido a Lluís y Caterina, mientras que Pablo se ha quedado con Lili y Navarrete.

Lluís disputa a Borja el liderazgo del equipo verde

Los jueces han empezado criticando la elección de telas de los dos equipos. En el caso del verde, liderado por Borja, han recibido además una penalización de 15 minutos por coger una tela de más. ¿Lograrán los aprendices reponerse y dar la vuelta a la situación? Tendrán 180 minutos para intentarlo, 165 para el equipo verde.

En su visita a la mesa del equipo naranja, Josie ha prestado momentáneamente a Lili su espectacular tocado: "Esto te va a conectar con los Borbones divinamente". "Tú échale gasolina al fuego", ha apuntado Caprile, que no se ha podido resistir a la pieza y él mismo ha acabado poniéndosela. "Yo soy la vedette…", le ha cantado Navarrete. Palomo Spain y María Escoté, por otra parte, han ido a supervisar el trabajo de Borja, Caterina y Lluís. "Una vez más, prueba de exterior, Lluís con el peso de la prenda", ha observado María.


Para animar el reto, Josie ha decidido dar un giro de 180 grados a la prueba. ¡Cambio de talleres! Los equipos han intercambiado los vestidos que estaban confeccionando. "No has hecho un cambio de talleres, has hecho un nuevo motín de Aranjuez", ha afirmado Caprile. De momento la revuelta se ha limitado al equipo verde, donde Lluís parece que ha derrocado al jefe de taller oficial. "Borja como jefe de taller lo estoy viendo como ya me imaginaba, un desastre, porque va como una anchoa en el Cantábrico", ha dicho Lluís. El aprendiz ha tomado las riendas del equipo verde, como ha observado Caprile y confirmado Borja.

TITULO: El Juego Rana - El Juego Oca - RADIO ANTIGUA - Francia elige entre dos modelos de país y de Europa en las elecciones presidenciales ,.

El Juego Rana - El Juego Oca - RADIO ANTIGUA - Francia elige entre dos modelos de país y de Europa en las elecciones presidenciales . , fotos,.

Francia elige entre dos modelos de país y de Europa en las elecciones presidenciales,.

La primera vuelta electoral medirá el descontento con Macron tras un quinquenio marcado por las crisis sucesivas,.

Fue la gran promesa de Emmanuel Macron cuando, hace cinco años, llegó al poder tras derrotar con un 66% de votos a la candidata de la extrema derecha, Marine Le Pen. “Lo haré todo para que, en los cinco años venideros, ya no haya ningún motivo para votar a los extremos”, dijo en el discurso de la victoria, el 7 de mayo de 2017 en París.


Macron se dirigía al 34% de votantes que había optado por Le Pen. Y era un mensaje para Francia y para el mundo justo después de la victoria del Brexit en el Reino Unido y de Donald Trump en Estados Unidos. El presidente de la República estaba convencido de que su modelo acabaría imponiéndose en el choque ideológico entre él, un europeísta, y su rival nacionalista, entre un centrista y una extremista de derechas, entre un reformista liberal identificado con las élites y una populista que planteaba una batalla entre el pueblo y lo que ella llamaba la casta.


Ahora, cuando somete a las urnas un quinquenio presidencial marcado por la revuelta de los chalecos amarillos, la pandemia y ahora la guerra en Ucrania, y cuando se examina su balance del derecho y del revés, una cosa parece evidente: Le Pen está más fuerte que nunca y, según los sondeos, legítimamente puede creer que, esta vez sí, tiene alguna posibilidad de ganar la presidencia.

Casi 49 millones de franceses con derecho a voto están convocados este domingo a la primera vuelta de las elecciones presidenciales. Elegirán entre 12 candidatos. Los dos más votados pasan a la segunda vuelta, el 24 de abril. Los sondeos son unánimes: en la primera vuelta, Le Pen se clasificará junto a Macron y, en la segunda, quedará suficientemente cerca de la victoria para que no se dé nada por seguro.

Desde los despachos del poder en París donde el macronismo tiene su hábitat natural hasta las fábricas abandonadas del norte desindustrializado de Francia que son el caldo de cultivo del populismo y la extrema derecha, se impone la evidencia de dos países que no se entienden, y que en las urnas medirán de nuevo sus fuerzas.



“No me acuerdo de a quién voté en 2017, ni sé a quién votaré ahora”, dice, indiferente ante las discusiones de estos días, François Gorlia, sindicalista de la CGT en Amiens, la ciudad natal de Macron. Gorlia trabajó 26 de sus 56 años en la fábrica local de la empresa estadounidense de electrodomésticos Whirlpool.

La fábrica fue el escenario de uno de los momentos estelares de la anterior campaña cuando ambos candidatos, Macron y Le Pen, se presentaron ahí a pocos días de la elección rodeados de cámaras y periodistas. Hoy está cerrada. “Esta gente”, recuerda Gorlia, “vino hace cinco años aquí a hacer el fanfarrón y nos dijeron: ‘Lo haremos todo por vosotros’. Vemos el resultado”.

“Estoy inquieto”, confiesa Alain Minc, uno de los mentores del presidente y un hombre que se mueve desde hace décadas por las salas de mando del poder político y económico, y lo conoce como pocos. En su despacho del centro de París, en vísperas de la primera vuelta, Minc añade: “Esto me recuerda al Reino Unido antes del Brexit. O la noche de Trump. Vemos cómo sube la ola y no creemos que vaya a ocurrir. Y no digo que ocurra. Pero podemos considerar que hay una opción entre tres, o una entre cuatro, de que ocurra”.

Los prometidos esfuerzos de Macron para frenar a Le Pen han fracasado. Y una buena parte del electorado considera que existen motivos para votar a los candidatos que, en la extrema derecha o en la izquierda populista como Jean-Luc Mélenchon, impugnan el sistema, y propugnan la ruptura de los consensos —sobre la UE, sobre la OTAN o sobre la economía de mercado— que han dominado Francia en las últimas décadas.

Para Arancha González Laya, decana de la Escuela de Asuntos Internacionales de París en Science Po y exministra de Exteriores de España, “se trata de una elección entre dos modelos, y estos modelos no separan a la izquierda de la derecha”. En un coloquio organizado esta semana por la revista Le Grand Continent, González Laya señaló: “La divisoria es entre europeístas y democracia liberal, y nacionalistas y populistas. Esto es la elección. Esto es lo que se juega este país y nos lo jugamos toda la Unión Europea.”

El desafío llega en un momento más complejo que en el año del Brexit y Trump. En plena guerra de Rusia contra Ucrania. Y con una candidata en Francia —Le Pen— que durante años declaró su admiración por el presidente ruso, Vladímir Putin, y cuyo partido está endeudado con un banco ruso. Su victoria marcaría un giro en Europa. Quizá en la guerra.

“Lo que está en juego es si Francia sigue arrimada al barco europeo o no”, declara a EL PAÍS uno de los hombres fuertes del Gobierno de Macron, Gérald Darmanin, ministro del Interior. “La victoria de la señora Le Pen sería el fin de la Europa política tal como la conocemos”.

Era viernes 8 de abril, once de la noche, y faltaba una hora para que se acabase la campaña electoral. Junto a otros ministros, Darmanin habló en un mitin en Hesdin, un pueblo de 2.300 habitantes en la región norteña de los Altos de Francia. Entre el público, abundaban los notables locales: alcaldes de la zona, concejales, empresarios, médicos. Y las personas mayores de 50 años.

Nada que ver con el ambiente juvenil de los mítines de Macron en 2017. Entonces era el candidato disruptivo; ahora es el statu quo. A Hesdin, para empezar, el presidente ni se molestó en venir. Envió un mensaje grabado.

El mitin ofrecía una estampa de la Francia que va bien —la que vota a Macron— en una región a la que se suele señalar como emblema de la Francia que va mal. Es la vieja Francia minera e industrial, las tierras que durante décadas fueron un bastión inexpugnable de socialistas y comunistas. Estos votantes, a medida que cerraban las minas y las fábricas se trasladaban a países con mano de obra más barata, menos impuestos, y leyes más flexibles, se pasaron en masa al Frente Nacional, antecesor del actual Reagrupamiento Nacional (RN) de Le Pen. “El primer partido obrero de Francia”, como se jactan sus dirigentes.

A una hora de coche hacia el sur, entre campos de batalla de la Primera Guerra Mundial, se encuentra la ciudad de Amiens. Aquí, en una familia de médicos y en un ambiente ilustrado y bienestante de provincias, nació Macron en 1977. Aquí, en la escuela de los jesuitas de La Providence, se enamoró de su profesora de teatro, Brigitte Trogneux. Él tenía 16 años; ella, 40. Un tiempo después, Emmanuel y Brigitte conquistaron París. Y el poder.

En Amiens, también, Macron vivió un episodio decisivo en su carrera al palacio del Elíseo. Sucedió el 26 de abril de 2017 entre la primera y la segunda vuelta de las presidenciales que le enfrentaban a Le Pen. Aquel día visitaba su ciudad en un acto de campaña. Durante una reunión en la Cámara de Comercio le llegó la noticia: Le Pen, sin avisar, lo había contraprogramado y había acudido por sorpresa a la ciudad.

Pero la candidata de la extrema derecha se había dirigido a otro lugar que Macron: a la planta local de Whirlpool, que estaba a punto de llevarse la producción de secadoras a Polonia. Le Pen se hizo selfis con los obreros en huelga que bloqueaban la entrada. “Conmigo, la fábrica no cerrará”, les prometió entre aplausos antes de marcharse.

Macron, al enterarse, cambió de planes y se fue directo a la fábrica. Había tensión y empujones, un tumulto en el que se mezclaban los periodistas, los huelguistas y la comitiva del candidato. Se escuchaban consignas a favor de Le Pen. Y abucheos al joven candidato, quien se lanzó a debatir con los huelguistas en el aparcamiento de la fábrica.

“En mí no encontraréis el comportamiento clientelista que habéis visto con la señora Le Pen”, les dijo. Y les avisó: “El resurgimiento de Francia tomará un tiempo y será difícil”.

Macron ganó la elección, y Whirlpool quedó como un símbolo. De la audacia del nuevo presidente, capaz de meterse de cabeza ante un público hostil. Del choque de modelos. De la desindustrialización de Francia: en 1980 el sector industrial representaba un 24% del producto interior bruto; ahora en torno al 13%.

“No entrar”, ordena ahora un cartel en la valla de acceso a la fábrica. Alguien ha dejado la valla medio abierta. En el aparcamiento crecen las hierbas. No hay nadie en la caseta de recepción. Las puertas se abren sin necesidad de llave ni tarjeta magnética.

Ningún tren circula ya por las vías que llegaban hasta la fábrica y llevaban la mercancía a Francia y a Europa. Ahora los camiones salen sin cesar de plantas como de la del gigante Amazon, cuyo centro logístico, a 15 kilómetros de Amiens, inauguró Macron en el otoño 2017.

Whirlpool parece un buque fantasma, un monumento a las ruinas de la Francia industrial. Dice el sindicalista Gorlia: “Cada vez que vengo me duele. Aquí llegaron a trabajar 1.500 personas”. Su padre había trabajado aquí. Su hijo ya no: a los 21 años es conductor de autobuses. Otros se han marchado.

“Esto es el símbolo del fracaso industrial de Macron”, escribe en un mensaje telefónico desde el centro de Francia, donde está haciendo campaña, François Ruffin, diputado del partido de Mélenchon. Ruffin es el más íntimo rival de Macron: ambos son de Amiens; ambos estudiaron en La Providence. “Whirlpool es el símbolo”, añade, “de su abandono de las clases populares, de una mundialización que él no regula”.

“El voto populista crece sobre los desperfectos de la globalización mal controlada”, comentaba, al terminar el mitin en Hesdin, la ministra de Industria, Agnès Pannier-Runacher. Pero aquí terminan las coincidencias con Rufifn. “Una fábrica que cierra”, sostiene a propósito de Whirlpool, “suele ser una fábrica a la que se ha llegado demasiado tarde”. Y añade: “Hay muchas fábricas que cierran, y se habla mucho de ellas, pero no se habla suficientemente de las que abren”.

Los macronistas defienden que Francia se está reindustrializando, que se abren el doble de fábricas de las que se cierran, que el desempleo ha caído a un nivel que acerca el objetivo del pleno empleo, que el poder adquisitivo —pese a la inflación actual— aumentó durante el quinquenio, y que la combinación de reducciones de impuestos y ayudas masivas del Estado ha sacado la economía francesa del marasmo.

Minc, el veterano consejero de presidente, resume: “Queda algo muy importante de Macron: ha hecho que Francia sea business-friendly”. Es decir, un país para hacer negocios. Y argumenta: “Ha creado la convicción colectiva de que no hay que aumentar impuestos. Ha creado más flexibilidad. Nos hemos convertido en el país de Europa más acogedor para las inversiones extranjeras”.

Hace cinco años, Minc decía que su éxito o fracaso se mediría por los siguientes baremos: “Más Europa, menos desempleo, menos Frente Nacional”. Ahora hace balance, y es imperfecto: “¿Más Europa? Sí: ha sido fiel a su compromiso europeo y ha tenido un papel capital en los avances de Europa. ¿Menos desempleo? Sí, a causa de un acontecimiento que es la política keynesiana mundial para responder a la covid. ¿Y menos Frente Nacional? No, puesto que el Frente Nacional le puede derrotar. Esto es un fracaso político”.


TITULO: EL JUEGO LA PERA - EL JUEGO RELOJ -   Universo Valdano - Joselu mantiene vivo al Alavés ,.

  EL JUEGO LA PERA - EL JUEGO RELOJ -  Universo Valdano -  Joselu mantiene vivo al Alavés,.   fotos,.


Joselu mantiene vivo al Alavés,.

ALAVÉS -1 - RAYO -0- Resultado Final ,


El ariete fue el gran protagonista con un disparo al palo y con el gol 

de la victoria. Tras marcar, hizo un gesto de rabia. Lleva 

13 de los 25 goles babazorros.

Josean Querejeta, propietario del Alavés, señaló a tres jugadores durante la semana en un comunicado con el que pedía más implicación. Pina jugó los últimos minutos, Duarte casi toda la segunda parte y Joselu, como no, fue el gran protagonista de la tarde con un disparo al palo y con el gol de la victoria. Tras marcar, hace un gesto de rabia reivindicando su ascendencia en este equipo. Lleva 13 de los 25 goles del conjunto albiazul.

Se enfrentaban dos equipos en estado depresivo. Los vitorianos, últimos en la tabla, y con una racha lamentable y un Rayo que no ganaba desde el 18 de diciembre, lo que le colocaba como el peor equipo de la segunda vuelta ya que no conoce la victoria en 2022. Los vitorianos metieron a Jason por Manu Vallejo como novedad y los madrileños apostaron por Fran García en la defensa y Nteka en la delantera en detrimento de Óscar Trejo.

El Rayo pasó por encima del Alavés en la primera mitad. Tenaglia era un coladero, circunstancia que aprovechaba Álvaro que llegó a la línea de fondo en infinidad de ocasiones. Isi también percutió por la de Ximo Navarro sin piedad. Ocho saques de esquina botó el conjunto franjirrojo por uno sólo del Alavés. Y es que el 64 % de la posesión, en la primera mitad, fue para el conjunto de Iraola. Pacheco le sacó un remate peligrosísimo a Guardiola y Dimitrievski hizo lo propio con una intentona de Joselu. El equipo de Madrid mereció irse por delante al descanso.

TITULO: El país de  El reloj leonés que marca el año nuevo,.  


El Martes- 26 - Abril 22:00 por la Sexta,foto,.

El reloj leonés que marca el año nuevo,.

Esta noche todos mirarán al reloj de la Puerta del Sol, pero no muchos sabrán que fue construido por un cabreirés | Tres años tardó el Maestro Losada en crear la máquina que se estrenó en el cumpleaños de Isabel II,.

Tal y como decía Mecano en los 80: «Hacemos por una vez, algo a la vez». Y ese 'algo' no es otra cosa que mirar al reloj de la Puerta del Sol, en Madrid, cada 31 de diciembre para tomar 12 uvas al son de las 12 campanadas del reloj de manufactura leonesa, en concreto procedente de La Cabrera.

Fue José Rodríguez Losada, el conocido como 'Relojero Losada' quien regaló este reloj a la ciudad de Madrid con motivo del cumpleaños de la Reina Isabel II. La leyenda, las historias boca a boca y la realidad se entremezclan en la vida de este cabreirés que se convirtió en uno de los relojeros más famosos de la historia; desde Iruela hasta Londres.

En esta pedanía de Truchas nació José Rodríguez en 1797 con el nombre de José Rodríguez Conejero (cambió su segundo apellido adoptando el de su valle de origen). Y aunque su año de nacimiento y su nombre exacto están en estudio, si se sabe que partió desde las faldas del Teleno, según la leyenda, tras perder una ternera y para evitar la posible reprimenda. La historia popular lo sitúa después en Puebla de Sanabria, en Extremadura y de ahí vuelve a aparecer en Madrid como oficial del ejército durante el Trienio Liberal -1820 y 1823-.

Londres

Precisamente sus ideas liberales le llevaron a huir de España y desembarcar en Londres donde consiguió trabajo como mozo de un relojero. Comenzó a trabajar con las piezas desechadas y a conocer el oficio hasta que se alza como oficial relojero.

Su prestigio profesional llegó a tal extremo que el gobierno británico le encargó reparar el reloj de la torre del palacio de Westminster, que no marcaba bien las horas. Losada consigue equilibrar el Big Ben y hacer que funcione correctamente, hito que marcará el despegue de su taller de relojería.

Así, bajo el nombre de J.R. Losada London abre sucursales en Europa, Iberoamérica y Filipinas. Su local en Londres se hace famoso, sobre todo por 'La Tertulia del Habla Española' en la que solo se podía hablar español y nunca de política. En ella se dan cita el poeta Zorrilla, de quien se hace gran amigo, Ramón Cabrera, Juan Manuel de Rosas, Luis Altamirano o el General Prim.

Reloj Puerta del Sol

Fueron varias veces las que el Maestro Losada regresó a España. En una de ellas cayó en la cuenta de que el reloj de 'la Casa de Gobernación' no funcionaba con precisión. Por eso decidió realizar uno. Tardó tres años en construirlo y fue inaugurado, el 19 de noviembre de 1866, por la reina Isabel II con motivo de su cumpleaños.

Pero Losada se hizo conocido por otras creaciones suyas como el cronómetro marino, imprescindibles para el cálculo de la longitud geográfica durante la navegación, y las llamadas sabonetas, uno de los modelos de reloj en que se especializó, y que alcanzaron gran fama.

Relojes de colección

Sus relojes no solo se pueden ver en Inglaterra o en Madrid sino a lo largo y ancho del mundo, de hecho son unos de los más codiciados por coleccionistas y en subastas. Así otra leyenda dice que envió a su aldea natal un reloj de torre que por problemas logísticos (y con subasta de por medio) acabó en el pueblo maragato de Santiago Millas, donde todavía se puede ver.

«Losada es un gran mecánico que alcanzó inmenso renombre, y, no obstante, vale el hombre más que su reputación. Aunque seco, cejijunto y algo brusco en sus modales, leal entre los leales, tiene de oro el corazón», decía de él Zorrilla.

Esta noche todos los españoles volverán a comenzar un año nuevo lleno de esperanzas y deseos después de que los cuartos y campanadas de Losada hayan marcado el inicio del año nuevo.


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