lunes, 11 de abril de 2022

DESAYUNO CENA FIN DOMINGO - REVISTA BLANCO Y NEGRO - El condensador de fluzo - Manos a la obra" o construcciones históricas ,. / Las rutas Capone - La novela negra se planta frente a la ultraderecha en Francia ,. / Un país mágico -Con pedigrí nazareno ,. / Diario de un nómada - Las huellas de Gengis Khan - Los lobos de la Raya ,./ Un trío en la cocina - Ocho pizzas extremeñas que no podrás rechazar ,./ Documentos TV - Donetsk, la batalla de Ucrania',.

        TITULO:  DESAYUNO CENA FIN DOMINGO -  REVISTA BLANCO Y NEGRO -   El condensador de fluzo - Manos a la obra" o construcciones históricas   ,.

 DESAYUNO CENA FIN DOMINGO - REVISTA BLANCO Y NEGRO -  El condensador de fluzo -    Manos a la obra" o construcciones históricas ,.    , fotos,.

El condensador de fluzo -  Manos a la obra" o construcciones históricas ,.

Manos a la obra" o construcciones históricas,.



La humanidad ha realizado construcciones para resguardarse de las inclemencias del tiempo. Y detrás de toda gran construcción, hay una gran historia.

Desayuno ,. 


Detrás de toda gran construcción, se esconde una gran historia. 'El condensador de fluzo' pone la última piedra de la temporada con ‘Manos a la obra o construcciones históricas’, en un programa también disponible en podcast.

Cena,.


Miguel Ángel Cajigal viaja hasta el Egipto de mediados del siglo XX para conocer la impresionante presa de Asuán. El arquitecto y divulgador Pedro Torrijos cuenta a los espectadores las razones del bulo que creó el militar ruso Grigory Potemkin, allá por el siglo XVIII: montar todo un pueblo de cartón piedra. Sara Rubayo muestra algunos ejemplos de construcciones históricas, como la Estatua de la Libertad o el Pabellón de Alemania.
Núria Moliner reflexiona sobre el significado que han tenido en la historia las grandes construcciones. Miguel Iríbar se traslada hasta Menorca para conocer la cultura talayótica, una sociedad que dio forma a unas construcciones de lo más particulares. Néstor Marqués aterriza en el 480 a.C. para ser testigo del momento en que los atenienses reconstruyen su ciudad y levantan uno de los complejos arquitectónicos más conocidos del mundo, el Acrópolis. Goyo Jiménez trae de 1989 un objeto muy especial: un cascote que formó parte del Muro de Berlín.

TITULO:   Las rutas Capone -  La novela negra se planta frente a la ultraderecha en Francia ,. 


 La novela negra se planta frente a la ultraderecha en Francia ,. 

Escritores y expertos analizan el papel de la ficción criminal como herramienta para reflejar y contrarrestar el auge de lo que llaman “la peste parda” en Europa. ¿Hasta dónde puede llegar? ¿Es esa su misión?, foto.


Un fantasma recorre Europa, pero no es aquel vaticinado por Marx y Engels. Hoy, domingo, se celebran las elecciones presidenciales francesas, con las opciones de la ultraderechista Marine Le Pen de conseguir un buen resultado intactas. Un Lyon frío, ventoso y nevado acogió el pasado fin de semana el Quais du Polar, el gran encuentro europeo de ficción criminal de Europa. Un clima perfecto para lanzar la gran cuestión: ¿qué puede hacer la novela negra, el género más social y combativo, ante lo que algunos autores coinciden en llamar “la peste parda”? ¿Es ese su papel? La literatura no parece tener la solución, pero puede aportar claves.

En el bullicio del gran vestíbulo del Palace de la Bourse, atestado desde primera hora de lectores en busca de sus autores preferidos, escritores, libreros y editores señalan a Jérôme Leroy como el hombre clave para pulsar el ambiente. El escritor francés (Ruan, 57 años) escribió en 2011 Le Bloc (Gallimard), una novela negra, política y aterradora por su capacidad visionaria, que situaba a una mujer claramente inspirada en Le Pen al borde de la presidencia. “El género negro es, más que nunca, el mejor instrumento para abordar este fenómeno. Es extremadamente pertinente porque no posa su mirada allí donde está la actualidad inmediata del periodismo. El escritor de género puede reaccionar moldeando la realidad a su gusto, algo que el periodista no puede hacer”, asegura. Fruto de la efervescencia cultural de estos días, surgió en anteriores ediciones una colaboración entre el alemán Max Annas y Leroy para elaborar un cadáver exquisito negro, una novela a cuatro manos (Terminus Leipzig) que se mete directamente en la expansión, dentro y fuera del ámbito político y de las fuerzas del orden, de una extrema derecha que cada vez encuentra más formas para extenderse. “No es un fenómeno exclusivo de Francia”, avisa, “ha llegado por ejemplo a España, a pesar de que están vacunados con el franquismo”.

La memoria y la mirada al pasado juegan un papel esencial en este abordaje literario a la actualidad. Frédéric Paulin (Île de France, 50 años) es un orfebre de ese híbrido que junta historia y crimen. El autor de La fabrique de la terreur (Folio Policier) recorre los caminos abiertos por, entre otros, Hervé Le Corre —ganador del Premio de los Lectores 20 Minutes en la edición de este año del festival— para contar historias del pasado reciente cuyas claves resuenan en la actualidad. “Mis novelas dicen que Francia no es tan pura como le gusta presentarse. Es el gran país de los derechos del hombre, cierto, hay un sentido histórico y todo eso, hay que reconocerlo, pero como ciudadano y todavía más como escritor me siento responsable en cierto modo de la memoria de mi país. No tengo la respuesta a todas esas grandes preguntas, pero solo el hecho de cuestionarse ciertas cosas ya es esencial, sobre todo cuando ves cómo están las cosas en Francia y el auge de la extrema derecha. ¿Qué nos puede pasar?”, duda en voz alta.

Dominique Manotti (París, 79 años) es una clásica viva de la novela negra francesa. Ya desde su primera obra, Sendero sombrío (1995), es la mejor representante de la influencia y el alcance del neopolar, movimiento de ultraizquierda dentro del género, iniciado por Jean Patrick Manchette en la década de los setenta. Antigua representante sindical en la industria textil, Manotti no ahorró un solo ataque en sus múltiples apariciones en los tres días del Quais du Polar. ”Francia es un país donde las verdaderas mafias han estado poco desarrolladas porque los mafiosos trabajan estrechamente con el poder político y queda poco espacio para las organizaciones tradicionales. En Francia la historia y la sociología han ignorado esto, no han entendido la simbiosis poder-mafia”, asegura cuando habla de su novela Marsella 73 (Versátil), que sí cumple, a su modo de ver, esa función. El libro cuenta cómo hace casi 50 años hubo en esa ciudad francesa un grupo de ultras que disparó desde coches en movimiento a inmigrantes argelinos, con un considerable número de muertos. Un suceso del que ni las autoridades ni la historiografía quisieron acordarse. “En Francia no hay racistas, así que no hay crímenes racistas”, dice citando con sorna a Pompidou. “Este es el resultado de esa política que consiste en negar. ¿Cómo va a haber racismo en el país de la razón, el laicismo, los derechos humanos? Hay una narrativa nacional, una novela que canta nuestras glorias”. Pero, ¿y la situación actual? “No se hace buena literatura con buenos sentimientos. La literatura, la buena literatura, puede dar voz a los que no la tienen, que no es poco”, lanza para el que quiera entenderlo. “El futuro no está escrito, depende de lo que hagamos”, añade cuando se le pregunta si vivimos una época prefascista que llevará de nuevo al fascismo.


Con la autoridad que le otorgan el Cuarteto de Yorkshire, un conjunto de obras con las que revolucionó el género, y GB84 (Hoja de Lata), una de las grandes novelas negras sobre las alcantarillas del poder de los últimos años, David Peace (West Yorkshire, Reino Unido, 55 años), presente también en Lyon, cierra con una frase el debate sobre la pertinencia del carácter político del género: “Leo y escribo ficción criminal para entender lo que ocurre en los sitios en los que vivo y no veo ninguna razón para que el noir no sea buena literatura y tenga además un carácter político”.

El empuje del lector

Hay un factor sin el que la novela negra no sería una eficaz herramienta social, al menos en Francia: una legión de lectores que se aferran a la ficción, un fenómeno del que este festival es la mejor muestra. “Creo que el poder de la novela negra es advertir de este peligro sobre la democracia y nuestras libertades. Pero no impide divertirse y evadirse, depende siempre de cómo trates los temas”, explica el francoespañol Marc Fernández, autor de una trilogía iniciada en 2015 con Mala vida (Les Livres de Poche) y redactor jefe de la publicación especializada Alibi. “No podría tener todos estos lectores si no fuera ficción. Para eso sirve la novela”, comenta Paulin en el mismo sentido. “Por supuesto que tiene que tener su parte entretenida porque es una ficción”, añade Alice Monéger, directora editorial de Éditions Filature(s) -Alibi, uno de los mejores ejemplos de cómo usar el género para analizar la sociedad. “Lo que me gusta cuando leo un polar es leerlo como un reportaje, porque me interesa aprender algo sobre un escándalo, una parte de la sociedad que no conozco, un asunto de droga, el funcionamiento de la justicia”, explica.

Franck Thilliez es un habitual de los primeros puestos en las listas de los más vendidos, posición que consigue con libros siempre muy pegados a la actualidad. “La función del polar”, asegura, “es, ante todo, recoger historias que, además, ocurren en la sociedad de hoy en día. Es una fotografía del mundo en el que vivimos en un momento dado”. En un mundo tan convulso, Thilliez busca “contar el sufrimiento de la gente” y reflejar cómo suben los extremismos de todo signo. Otros, como Benjamin Dierstein, autor de una negrísima trilogía sobre los años de Sarkozy, apunta en todas direcciones: “Hay una tendencia entre ciertos autores franceses contemporáneos a mirar al poder y cómo manipula la opinión y a la población en general, y creo que para eso el género es perfecto”, comenta, cigarrillo en mano, antes de agitar la bandera anarquista: “Si hubiera una nueva corriente neopolar tendría que atacar a la derecha, a la extrema derecha y a la izquierda, y eso es lo que más me interesa. Yo no creo en nada, así que lo que me gusta es mostrar que el problema no son las convicciones políticas, sino el principio mismo de poder”.

De ese poder, en todas sus dimensiones habla, en realidad, la novela negra de corte más político. De ese poder habla también Leroy en su última obra, Les derniers jours des fauves (Los últimos días de las bestias, La manufacture des livres), una ficción política en un futuro próximo en crisis constante que se parece mucho a nuestro presente. “El desafío es tal que hay una especie de pesimismo democrático. Me pregunto cómo van nuestros sistemas a hacer frente a crisis enormes de forma indefinida y seguir siendo democráticos”.

Miren al futuro y tiemblen,.

En los últimos tiempos, un subgénero literario que cruza varias ramas de la ficción se ha afianzado como herramienta para analizar la realidad: la novela especulativa. Su mezcla con el género negro da productos de cierto éxito. “Un thriller tiene un camino que seguir para ir construyendo todo en una espiral, apoyado en un misterio: ¿cómo terminará todo?”, explica Elliot Ackerman, presente en Lyon con 2034, un thriller político que cuenta las consecuencias de una guerra nuclear entre China y Estados Unidos. El éxito de esta primera entrega ha llevado a este antiguo marine a planear una trilogía: 2054 especulará sobre una guerra civil en EE UU y 2074 sobre un desastre ambiental casi definitivo.

Otras veces, es la realidad la que atrapa al autor de ficción. Es lo que le ocurrió a Christina Sweeny Beard cuando estaba escribiendo El fin de los hombres (Umbriel). La autora británica terminó el libro sobre un mal que mata sólo al género masculino, poco antes del estallido de la pandemia de coronavirus, lo que hizo su vida y la promoción de su debut literario un poco extraños. Así explica, en un receso de una sesión de firma de libros, su apuesta por el thriller: “Cuando tienes una gran cuestión social entre manos la historia se cuenta mejor a través de las vicisitudes de ciertos personajes y eso implica que te tienes que preocupar por ellos, y la mejor manera de conseguirlo es a través del thriller: pon a alguien ante una experiencia complicada, muy peligrosa o terrible y puedes usar esa experiencia para explorar una idea más amplia de manera mucho más atractiva”.

  • TITULO: Un país mágico -Con pedigrí nazareno ,.

    El sabado -9, 16 - Abril a las 18:30 por La 2, foto,.

Con pedigrí nazareno ,.

La Semana Santa como industria. Julio Camba defendía ya en 1907 el carácter económico de la Pasión,.

Me escribe una lectora entrañable y se define: «Soy antitaurina, me gusta el cine español, no creo en el cambio climático, estoy a favor de la inmigración, no me he vacunado y no soy capaz de matar ni una hormiga, aunque apruebo la caza necesaria». Es difícil encontrar una persona tan inclasificable, un mezcladillo de dogmas de izquierda,.

  • TITULO: Diario de un nómada  -Las huellas de Gengis Khan -Los lobos de la Raya,.

     

    Diario de un nómada - Las huellas de Gengis Khan: De Barnaul al Altair ruso  - RTVE.es

    El domingo-10, 17- Abril a las 19:00 por La 2 , fotos,.

  • Los lobos de la Raya,.

    Un animal político. En la frontera había y hay hombres lobo, 'tombalobos' y saltos del lobo,.



    El lobo se ha convertido en un tema político. Días atrás, escribíamos sobre la división izquierda/derecha en la sociedad española como factor principal a la hora de opinar o tomar posiciones. En ese eje ideológico, defender la existencia del lobo y su valor como elemento equilibrador en la naturaleza sería una postura de izquierdas, .

    • TITULO: Un trío en la cocina - Ocho pizzas extremeñas que no podrás rechazar   ,.

      fotos ,  Un trío en la cocina -Ocho pizzas extremeñas que no podrás rechazar,.

    • Ocho pizzas extremeñas que no podrás rechazar,.
    • Recorremos la región en busca de las mejores pizzas caseras amasadas en el propio restaurante,.

      Hoy echamos mano de esta famosa frase de la película El Padrino para ofrecerles una selección de pizzas artesanales extremeñas que no deberían rechazar porque la masa está bien hecha, los ingredientes son de calidad, el horneado se hace con mimo y al detalle y, sobre todo, están muy ricas.


      Son pizzas de masa fina y de masa gruesa, bases de queso y tomate, combinaciones increíbles de ingredientes finales y una característica fundamental: la elaboración propia, el amasado, el preparado, el horneado… Todo hecho en el propio restaurante, al momento y con sabiduría italiana. Huyan de las pizzas congeladas y sus inconvenientes y recorran con En Salsa esta ruta pizzera por la Extremadura más italiana.

      Dicen que el secreto está en la masa. Puede que sea cierto, pero ojalá fuera así de simple. Eso sí, el secreto a voces de las pizzas de El horno de Crisol es su horno de leña. Es el único de toda Badajoz donde se elaboran pizzas completamente artesanales. Y es que su maestro pizzero, David Diouf Gómez-Landero no utiliza ni siquiera rodillo. Son sus manos expertas las encargadas de crear una pizza perfectamente redonda de masa muy fina y crujiente. También él se ocupa de tener a punto el horno y los leños de olivo. La temperatura óptima son unos 400 grados, por lo que en tres escasos minutos saldrá una deliciosa pizza que llevará impregnado todo el carácter de las brasas.

      Tienen 29 referencias, siendo la extremeña y la de rúcula y jamón las preferidas por los pacenses. Hacer una pizza en un horno de leña es más complicado que en un horno eléctrico, ya que hay que estar pendiente de la temperatura y es necesario girar la pizza. Pero David se desenvuelve con soltura, ya que, además de la formación en Cocina que recibió en el IES San Fernando, acumula muchos años de experiencia a sus espaldas. Por lo que el secreto de las pizzas de El horno de Crisol también está en sus manos.

      En el bar La Bola lo mismo te ofrecen unas patatas revolconas que una pizza artesana. Y es que hace varios años, cuando decidieron dedicarse al bonito oficio de la hostelería, tenían claro que querían servir comida tradicional extremeña, y de la Vera en concreto, pero sin cerrarse a otras delicias. Así fue como abrieron las puertas (del horno) a las pizzas caseras. Y es precisamente una con su mismo nombre –pizza La Bola– la más llamativa: lleva una mezcla de quesos extremeños, rulo de cabra, tomate cherry y pimentón de la Vera agridulce. Y es que han conseguido integrar el producto estrella de la zona, el pimentón verato, a sus pizzas. Además, están revisando la carta y se prevén nuevas incorporaciones próximamente.

      Ferri's Bistrot tiene claro que lo que quiere es sorprender al comensal. En su carta hay una pizza negra, otra de croquetas, otra a la que le prenden fuego... Todas amasadas al 70% de hidratación y con 24 horas de fermentación. Pero, según su propietario Luca Ferri, hay una que es «imposible de copiar».Se trata de la pizzata, una conjunción de dos masas muy finas elaboradas en un cuenco de cobre. «Ose sabe hacer y dispones de los ingredientes, o es imposible imitarla», asegura. La pizzata está rellena de queso stracchino y por encima lleva una salsa de tomate casera, anchoas del Cantábrico, aceitunas taggiasca –provenientes de la región italiana de Liguria–, alcaparras y orégano.

      Otro restaurante que también importa el 90% de sus productos (y suele trabajar con denominaciones de origen) es Capriccio Italiano. Su dueño es siciliano, por lo que aquí es posible degustar auténtica comida italiana. Todas las pizzas son al estilo de Sicilia, con la masa muy fina. Además, las cocinan en horno de leña. Una de sus pizzas estrella es la caravella. Está rellena de queso stracciatella y gorgonzola, cubierta de mortadela de Bolonia, pesto de pistachos y escamas de grana padano.

      En La Cosa Nostra utilizan harina de trigo tierno tipo 00, que le aporta mayor elasticidad y sabor a pan a la pizza. La receta de esta masa tiene más de 200 años, ya que procede de un abuelo siciliano que fue panadero en Siracusa. Juan Carlos, dueño y pizzero, conserva la esencia, pero ha ido añadiéndole algunas mejoras, como un poco de harina de espelta y también masa madre. Su pizza favorita es la casareccia. Es decir, la casera, la que hace un guiño a cuando las familias hacen pizza y le echan «lo que hay por casa». Lleva cebolla, jamón york, champiñones, mozzarella, alcaparras, que le aportan un toque agridulce, y anchoas, que la impregnan de sabor a mar.

      En La Tahona podríamos pedir una pizza diferente cada día durante un mes y todavía nos sobrarían varias sin probar, ya que tienen 34 en total. Además, dan la opción de hacerlas por mitades (solo en los tamaños mediano y familiar, en la mini no). También tienen masa integral. Son muy versátiles, ya que, así mismo, dan la opción al comensal de añadir o quitar ingredientes. De hecho, algunas de sus pizzas tienen nombre de persona (Marcos, Damaris, Boby...) porque se han quedado así después de que el cliente la haya configurado. Por ejemplo la Cuco, una de las más demandadas, lleva calabacín, beicon, pimientos y gambas al ajillo. Su logo de cocinero sonriente es un buen resumen de este rincón trujillano que, desde su nacimiento en 1996, ha visto crecer a varias generaciones de niños que hoy siguen reuniéndose allí cuando retornan al pueblo.

      36 años lleva la pizzería Venecia ofreciendo pizzas artesanales cuajadas de ingredientes naturales. Tienen una llamada Extremadura con jamón serrano, tomate, mozzarella, champiñones y hasta chorizo. Además no ocultan el secreto de su masa: harina de trigo, levadura, agua, aceite de oliva, sal... ¡y huevo!,.

      En el Complejo Roma tienen un enorme horno de leña en el que cocinan varias pizzas a la vez. Es llamativa la americana, con tomate, mozzarella, salchicha de frankfurt y patatas fritas. Además, dispone de un parque infantil para que los más pequeños de la familia se entretengan mientras que los mayores disfrutan del placer de la gula. ¡Buen provecho!,.

      • TITULO:  Documentos TV -Donetsk, la batalla de Ucrania',.


        Documentos TV,.

        Documentos TV' -   Donetsk, la batalla de Ucrania',.

        Martes -19 -Abril a las 00:00 horas en La 2, foto,. 

      • Donetsk, la batalla de Ucrania',.

      • Enmarcado en la una programación solidaria que RTVE ofrece por Ucrania, 'Documentos TV' estrena ‘Donetsk, la batalla de Ucrania’. El documental explora los orígenes y la evolución de la autoproclamada República Popular de Donetsk, desde sus esperanzadores inicios hasta la destrucción desde dentro, por el odio, las luchas intestinas y la corrupción de los nuevos oligarcas que se hicieron con el poder en el nuevo estado que ni Rusia ni Europa reconocen.

        En la primavera de 2014, separatistas prorrusos de la región de Donetsk proclamaron su independencia de Ucrania tras un referéndum ilegal de secesión.

        Donetsk, el autoproclamado estado al que nadie reconoce

        Obreros y mineros se unieron a los rebeldes de la insurgencia en las barricadas hasta que las promesas de la revolución social se desvanecieron al mismo tiempo que surgían las luchas internas de los nuevos oligarcas por el poder.

        Después de la caída de la URSS, Ucrania pagó su independencia con 23 años de capitalismo salvaje. La región industrial del Donbás, rica en carbón, terminó en manos de unos pocos oligarcas y la corrupción arrasó con las infraestructuras. El desempleo se disparó y con él, el descontento social. Los sentimientos de dignidad y grandeza perdidos desde el final del imperio soviético afloraron entre los habitantes de la región del Donbás, donde se encuentra Donetsk. Ahí, la mayoría de su población es de origen ruso.

        Meses antes de su levantamiento, en Kiev, la capital ucraniana, la revolución del Maidán había derrocado al presidente ucraniano, el oligarca Viktor Yanukovic, cercano al Kremlin. En respuesta, Moscú se anexionó la península de Crimea y apoyó a los separatistas prorrusos en Ucrania. “Nosotros los comunistas llevamos mucho tiempo esperando que llegara este momento”, declara Boris en ‘Donetsk, la batalla de Ucrania’. Junto a él, muchos obreros y mineros, desempleados y sin futuro, apoyaron la insurrección en las barricadas atraídos por las promesas de los separatistas de la revolución social que estaba por llegar.

        Los separatistas deseaban anexionarse a Rusia, pero Moscú no estaba por la labor. La única vía para conseguir la independencia era un referéndum. “Necesitamos 1.800.000 votos a favor”, señala Boris. “Usaremos el viejo método de rellenar las urnas”, añade como solución uno de sus colaboradores. Con la declaración de independencia estallaba una guerra de baja intensidad entre el ejército ucraniano y los separatistas que se ha extendido a lo largo de los últimos años.

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