El lunes 7 de octubre Carlos Iglesias, Roberto Álvarez y Ramón Barea visitan 'El Hormiguero 3.0',.

El martes 8 de octubre Gerard Piqué y David Ferrer visitan 'El Hormiguero 3.0',.

El miércoles 9 de octubre Miren Ibarguren visita 'El Hormiguero 3.0',.
El miércoles 9 de octubre, abrimos el telón en 'El Hormiguero 3.0' para recibir a , foto, la actriz Miren Ibarguren. La popular intérprete acaba de estrenar su nueva obra de teatro, titulada Me gusta como eres, que puede disfrutarse en el Teatro Lara de Madrid. Basada en la obra francesa “J’aime beaucoup ce que vous faites”, que lleva representándose 14 años sobre los escenarios, esta divertida comedia llega ahora a España con el texto adaptado de Jordi Galcerán y dirigida por Gabriel Olivares.El jueves 10 de octubre Santiago Abascal visita 'El Hormiguero 3.0',.

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LA NOCHE ABIERTA
Progroma presentado por Pedro Ruiz, entrevistas por La 2 los martes a las 22:30, un gran espacio de música, foto etc.
Los reyes de la montaña,.
Antes, los españoles solo ganábamos en hockey sobre patines,.
Después había destellos esporádicos en tenis con Santana o en baloncesto con Luyk, Brabender y el Real Madrid. Creo que aún no triunfaba Ángel Nieto. En fútbol, se había acabado la cosecha de copas de Europa por un tiempo y lo único seguro, el equivalente al tenis, al fúbol sala, las motos, el ciclismo, el fútbol, el balonmano y tantos deportes en los que hoy ganamos seguro, era el hockey sobre patines. Es más, en los años centrales de mi infancia y adolescencia, no participamos en dos mundiales de fútbol seguidos, fueron 12 años ayunos de quimeras. Porque entonces, vencer era una quimera excepto si jugábamos a hockey, un deporte minoritario y predominantemente latino que sigue sin ser olímpico.
En el Tour, nuestra especialidad y única aspiración era ser los reyes de la montaña. Se trataba de un título épico: ganábamos donde había que esforzarse más y sufrir el doble, perdíamos en las trampas malditas del pavés y los abanicos, dos engaños inventados por los franceses para humillarnos.
A base de patines, montañas y puñetazos, fuimos forjando una epopeya que narraban con maestría Alcántara o, algo más tarde, Urraburu. Leías aquellas historias de combates y ascensiones alpinas y te embargaban emociones desbocadas, el periodismo deportivo se sintetizaba en adrenalina pura y rematabas las crónicas sintiéndote más protagonista de gestas que lector de prosa.
El año que se cayó Ocaña y perdió un Tour que tenía en la mano, lloré de emoción leyendo la prensa. Y volví a llorar cuando humilló a Merckx al año siguiente y ganó, por fin, el último Tour leído (las siguientes victorias españolas ya fueron televisadas).
El otro día se cayó Contador por la tarde y fue una pena, pero no me exalté ni culpé a la envidia gabacha, solo lamenté, con el egoísmo de quien ya está acostumbrado a ganar, que mis siestas de julio serían más aburridas. Por la noche vi el hockey, pero me acosté en el descanso, aburrido de victorias. Ya en la cama, recordé una final de hockey muy antigua. Se celebró en América, se jugó de madrugada y nos quedamos toda la familia a verla. Era un tiempo gris y necesitábamos ganar a algo, aunque fuera sobre patines.
TITULO: Hora Punta, el programa de TVE de Javier Cárdenas -La voz de los presidentes: el intérprete en la UE de Aznar, Zapatero, y ahora Rajoy,.
La voz de los presidentes: el intérprete en la UE de Aznar, Zapatero, y ahora Rajoy,.
Si Carlos Ameller hablara...Discreto, tímido... Así es el hombre que susurra a nuestros mandatarios,.
«Hace tiempo que tomé la decisión de no hablar de mi trabajo. Lo siento. Cuanto más 'fama' me cae encima más me apetece cuidar de mi anonimato, o lo que pueda quedar de él. Muchas gracias y no te escondo que me siento muy halagado». Ameller, un hombre extremadamente educado y con muy buena prensa entre sus compañeros de profesión, declinó la invitación de este periódico para charlar sobre su trayectoria, su profesión, la Unión Europea... Los estrictos márgenes que impone la ética profesional de este gremio impidieron conocer de primera mano a Carlos, «un tipo muy simpático, algo tímido, pero encantador en el trato», coinciden las numerosas personas contactadas para esbozar su semblante.
Jamás ha dado una entrevista ni efectuado declaraciones públicas. Aspectos en apariencia tan nimios como saber dónde ha nacido son tarea complicada. Tal es su obstinación por la discreción y el anonimato que ha logrado incluso sortear al imbatible Google. Sus únicas referencias proceden de la Asociación Internacional de Intérpretes de Conferencias (AIIC), de la que forma parte desde 1993, y de la Oficina Lingüística Española (OLE), una prestigiosa red de asesores en interpretación a la que pertenece y que trabaja para las instituciones de la UE y en el sector privado.
Carlos Ameller nació en Madrid hace 55 años, aunque de muy pequeño, cuando solo tenía 5, se fue a vivir a Canadá por cuestiones profesionales de su padre, que trabajaba en una multinacional. Un viaje que sin duda condicionó su vida ya que le permitió aprender «un inglés y un francés magníficos al ser prácticamente lenguas maternas». Estudió allí hasta el antiguo COU y ya de vuelta en Madrid, cursó Hispánicas en la Universidad. Por aquel entonces apenas había escuelas de Interpretación en Europa, así que se desplazó con su mujer a Bruselas hace ya más de 25 años, donde entonces se ofrecía un duro curso de seis meses para enseñar la profesión. Los idiomas, eso sí, debían venir de serie.
Más que traducir, interpretar
Ameller, que trabaja de 'freelance' en la UE como un intérprete más, llegó al 'estrellato' de la mano de José María Aznar -el intérprete de Felipe González, que era irlandés, lo dejó-. Estuvo en el lugar adecuado en el momento más oportuno. Su currículo gustó en Moncloa y pasó a convertirse en la sigilosa sombra de Aznar en sus continuos viajes a las instituciones comunitarias. Luego llegó Zapatero, pero el cambio de color político no impidió que la Presidencia del Gobierno siguiera confiando en él.
Su figura, siempre en un discretísimo segundo plano, se ha convertido en un clásico. Así lo atestiguan infinidad de fotos acompañando a todos los jefes de Estado y de gobierno. Riendo, con semblante serio, cercano, distante... Porque él debe interpretar, no solo traducir. Y si Merkel le pregunta a Rajoy por la grave situación de la banca española, Carlos debe saber leer entre líneas para poner la voz adecuada y el tono oportuno. Porque él, al fin y al cabo, es la voz del presidente de España a oídos del resto de líderes comunitarios.
Lo sabe todo. Conoce de primera mano las largas madrugadas bruselenses, las presiones que tanto Zapatero como Rajoy han sufrido para que el país aprobara severas reformas ya que nuestra debilidad ponía en jaque el futuro de la zona euro. Hay infinidad de anécdotas. La última, cuando los micrófonos 'cazaron' a Rajoy hablando con su homólogo finlandés diciéndole que «la reforma laboral le iba a costar una huelga general». Corría el 30 de enero de 2012, la primera cumbre que compartieron el presidente y Ameller. Luego llegaron muchas más. También viajes internacionales. Pero el más sonado no lo hizo con Mariano Rajoy, sino con Zapatero y su familia a la Casa Blanca. -las fotos de sus hijas vestidas de góticas dieron la vuelta al mundo-.
Qué libro se perderán los españoles. Si Carlos Ameller hablara... No lo hará. Los presidentes pueden seguir estudiando inglés tranquilos.
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