DESAYUNO CENA FIN DOMINGO - Barry White ,. , fotos,.
La voz que introduce la entrada este domingo de Manolo Castro es inconfundible, con ella se enamoraron miles de personas y para algunas como Mavi Aldana es el hombre de su vida, suponemos que se refiere a Barry White y no a su colaborador Manolo Castro, pero ustedes mismo si escuchan el espacio.. Barry Whithe gran cantante y gran hombre literalmente fue la voz del romanticismo en los años 70, está sonando su Love Unlimited, mientras Manolo Castro nos recuerda que son 12 años ya los que han pasado desde que falleciera. Nació en Texas aunque creció en un gueto nego de los Angeles. A los 15 años entró en la cárcel junto a su hermano y el It's now Never de Elvis Presley cambio su vida. Creo que Manolo Castro no cita al rey, no se preocupen pues alguien le recuerda que en todas las selecciones que hace aparece algún Beatle, Elvis o Frank Sinatra, así que quizá por eso pasa por alto el detalle. El caso es que cambia la vida de Barry Wahite que crea su propia productora y con esa voz, que Mavi Aldana quisiera que alguien con ese timbre la despertase con el desayuno en la cama, le dicen que cante y lo hace y a partir de ahi los éxitos. Entonces ya se había trasladado a Hollywood donde comenzó haciendo música de estudio, su madre tocaba el piano. Puso voz a personajes de The Simpson, pero se negó a hacerlo con el cocinero de South Park que le reflejaba perfectamente pero ahí dijo no. Se casa con Viola Wills y consigue a lo largo de su carrera 106 discos de oro y incontrables los discos vendidos, pero Manolo Castro si da la cifra, asi que les aconsejo escucharle y no quedarse con estos pequeños detalles, porque además se podrán deleitar con otros temas de barry White como You're my first, my last, my everything o Let the music play. Pero no terminamos porque hay otra recomendación más escuchar a Bill Withers, si el nombre no les dice nada si lo hará su música porque suena Aint no sunshine. Saben que fue su primer éxito de este hombre que acaba de cumplir los 77 y que se había alistado en el ejército cuando comenzó a triunfar pero como no se fiaba de que el éxito durase estuvo 9 años desempeñando su trabajo en la armada hasta que lo tuvo claro, pueden oir también Lovely Day o Just the Two of us, pero sobre todo a Manolo Castro que es el experto.
TITULO: Las rutas Capone - Nueva derrota del HC Burguillos ,.
HOCKEY SOBRE PATINES,.
foto / Se le sigue resistiendo la primera victoria al Hockey Club Burguillos
en OK Liga Plata y volvieron a caer de manera abultada, en este caso en
la cancha del Sant Just (11-3). Los visitantes no tuvieron opciones de
luchar por el triunfo, ya que el conjunto catalán se pondría con 4-0 en
la primera parte. Pierluigi Amendolagine, Jonathan Fernández y Arkaitz
Lozano acortaban distancias sin inquietar al rival.Nueva derrota del HC Burguillos,.
TITULO: Un país mágico -De merienda con James Rhodes: "España es la típica chica guapísima que se ve fea y gorda" ,.
El sabado -7- Diciembre a las 18:30 por La 2, fotos,.
De merienda con James Rhodes: "España es la típica chica guapísima que se ve fea y gorda",.
Nadie hace más por la 'marca España' que el pianista inglés, cuya cuenta de Twitter desborda entusiasmo por la vida nuestro país
Celebramos su primer año en Madrid con una merienda, la comida que nos hace "superiores"
"Demuestra que, más allá del dinero, entendéis la importancia de las cosas pequeñas", dice
Toc-toc-toc. Una anciana le regaló un pastel y, tímidamente, le hizo una petición: «¿Te importaría tocar más alto? Casi no te oigo desde mi piso».
Toc-toc-toc. Un joven vecino, algo nervioso, le lanzó su confesión: «A veces me quedo sentado en tu puerta al volver del trabajo. Es maravilloso».
Toc-toc-toc. El señor del quinto señaló a su novia, una guapísima argentina, y le dijo: «No sabes la suerte que tienes de salir con un músico tan bueno como él».
En el salón de su casa, Rhodes no puede contener su entusiasmo mientras relata la anécdota: «En Londres, la gente me habría gritado que me callara de una puta vez. Aquí, en cambio, me piden que toque más alto. ¡Este país mola!».
Detalles cómo éste confirmaron al pianista que su pálpito era cierto: que España iba a convertirse en su nuevo hogar. Ya lo intuyó de crío, durante sus vacaciones en Peguera (Mallorca), cuando bebía tinto calentorro y fumaba fortunas a escondidas de sus padres. O, décadas más tarde, cuando su libro de memoriasInstrumental (Blackie Books, 2015) se convirtió en uno de los bestsellers más inesperados de los últimos años. O cuando las entradas de sus recitales de piano empezaron a agotarse en cuestión de minutos...
Pero una cosa es visitar un país y otra instalarse en él. Y ahora, tras su primer año como español en prácticas, Rhodes ya lo tiene claro. No se cansa de enumerar los diminutos placeres que ha ido descubriendo: de las librerías de Malasaña a las parejas de ancianos que pasean de la mano; del Teatro Kamikaze a lo rápido que llega el metro al aeropuerto...
-¡Y qué decir de las croquetas! -exclama- ¡Hasta tenéis un concurso nacional de la mejor croqueta! Que exista un país así es un milagro.
Luego el pianista se frota la barriga y suelta una de sus palabras favoritas en castellano: «Eso sí, me estoy poniento un poco rechonchito». El incipiente michelín que mancilla su anatomía de estrella del rock es el resultado de su principal hallazgo hasta la fecha: la merienda. Tanto le sorprendió esa comida incrustada entre el almuerzo y la cena que le dedicó un artículo -Españoles, la merienda os hace superiores- que arrasó en las redes sociales.
- ¿Por qué te impactó tanto la merienda?
- Porque es una metáfora de todo lo bueno de España. En otros países occidentales sólo se busca el éxito y el dinero. Aquí trabajáis mucho, sí, pero también sabéis disfrutar del momento y entendéis la importancia de las cosas pequeñas, que son el antídoto ideal para la locura del mundo moderno.
Mi objetivo es que os deis cuenta de que vuestro país es mejor de lo que pensáis. Ante cosas que a mí me parecen mágicas, vosotros os encogéis de hombros
A Rhodes se le ve tan entusiasmado que parece que se ha bañado en una marmita de serotonina. Apenas se detecta el rastro de aquel pianista torturado que escribió Instrumental, un estremecedor libro en el que relató los abusos sexuales que sufrió de pequeño y cómo le habían llevado al borde de la locura. «La música clásica me salvó la vida», aseguraba hace tres años, cuando promocionaba su libro en su casa de Maida Vale, al oeste de Londres.
Ahora, ya instalado en Madrid, ha matizado su discurso. Sí, la música le salvó la vida, pero vivir en España le ha enseñado a exprimirla al máximo. Y no le avergüenza proclamarlo cada día, ya sea en artículos de prensa o en una cuenta de Twitter cuyo desbordante alborozo hace más por la marca España que la campaña publicitaria más sofisticada.
- A veces abrumas con tanta felicidad...
- Mi objetivo es que os deis cuenta de que vuestro país es mejor de lo que pensáis. Ante cosas que a mí me parecen mágicas, vosotros os encogéis de hombros. Aquí todo es mejor: la gente, la comida... Hasta el wifi va más rápido. ¡Y lo pronunciáis güifi, que es una palabra preciosa!
- Hay gente a la que le enfada tu entusiasmo. ¿Crees que es porque nos falta autoestima como país?
- Absolutamente. Nunca había pensado que un país en su conjunto podría tener baja autoestima, pero en España sí que ocurre. Muchos decís: «Si algo se nos da bien es contarle al mundo lo mierda que somos». Y eso me pone muy triste. Es como ver a la típica chica guapísima que, sin embargo, se ve gorda y fea. ¡Sólo me gustaría que vierais vuestro país con mis ojos durante un minuto!
No es solo cosa suya. Esta semana, su hijo quinceañero está de visita de EEUU y también está enamorado de Madrid. Su madre, que viene a ver sus recitales, también está emocionada por el éxito de su hijo en un país extranjero. Y Denis Blais, su manager y mejor amigo, se plantea mudarse a España: «Ha visto de primera mano el impacto positivo que ha tenido en mí este país».
Cuando aterrizó aquí, Rhodes atravesaba una pésima racha personal. La resaca de la publicación del libro resucitó algunos demonios que creía sepultados. Con su historial de drogadicción, autolesiones e intentos de suicidio, su psiquiatra temía por su vida. Sin embargo, la última vez que le visitó, hace unos meses, su diagnóstico fue contundente: nunca le había visto tan estable.
«España me ha salvado la vida literalmente», proclama. «Sé que suena melodramático, pero es así. En Madrid vivo, en Londres sólo sobrevivía. Allí era como vivir un matrimonio de mierda: es un asco, pero tienes una hipoteca, varios hijos... Así que te conformas, aunque no seas feliz. Madrid, en cambio, es como tener una esposa increíble, por la que sientes respeto, admiración, amor... y con la que quieres follar cada noche».
Mi sueño sería tener un pequeño apartamentoen San Sebastián para ponerme gordísimo comiendo pintxos... Y luego tener un piso en Madrid,.
Su amor por España es recíproco. Intrumental ya ha vendido más de 100.000 ejemplares. Su gira de 13 conciertos de este verano se salda con entradas agotadas en cada ciudad. Incluso cuenta con un espacio semanal en A vivir, de la SER, para pinchar su música predilecta: «Es mi sueño: que taxistas, abuelas y panaderos escuchen a Bach y Beethoven como parte de su rutina semanal».
Este programa forma parte de su cruzada profesional: que la música clásica sea accesible para todo el mundo. «La mayoría de los músicos piensan que debe estar reservada para la gente inteligente y cultivada», critica. «Yo pienso lo contrario: que es para todo el mundo. No necesitas entenderla: simplemente, puedes disfrutarla. Y que no me hablen de precios: es más caro ir al fútbol que a un concierto de piano».
- En este año, ¿no has descubierto cosas de España que no te gustan?
- Sí, soy más realista. Pero gracias a eso me fío más. Es como si vas a una cita con una chica muy guapa, muy maja, muy divertida... Piensas que tiene que haber algo oculto, que no todo puede ser perfecto... Pero pasan los meses y todo sigue igual de bien. Tampoco soy idiota ni pienso que éste sea un país mágico: hay pobreza, drogas, cosas malas... Pero eso pasa en todos los países del mundo.
También le apasionan los tacos, e, incluso, presume de haber inventado uno -«Doble coño»- que le salió del alma cuando descubrió la merienda. «El español es como música. Es melódico. Es rítmico. Lo opuesto del alemán o el inglés, que suenan como kkkjjj... Por eso me da tanta rabia no poder dar esta entrevista en castellano».
Ni de coña me voy. No hay un lugar mejor. Eso de «De Madrid al cielo» no es una frase hecha. Es la verdad
- ¿Te consideras ya un madrileño?
- ¡Aún no me he ganado ese derecho! Estoy pagando impuestos, aprendiendo castellano, dando clases de piano... Quizá en cinco o diez años podré serlo. Pero pienso que tengo que ganarme el derecho de considerarme madrileño. Y, claro, conseguir que me guste la tortilla con cebolla.
- ¿Y si tu felicidad actual no fuera más que un enamoramiento pasajero?
- Si pensara eso, no me habría reunido con un abogado esta mañana para convertirme en un residente.
- Así que te quedas...
- Ni de coña me voy. No hay un lugar mejor. Eso de «De Madrid al cielo» no es una frase hecha. Es la verdad.
- ¿Y como vas a evitar convertirte en un español más de los que no aprecian lo que tienen?
- Mira, esto es como un matrimonio. Tienes que trabajar para que funcione. Hay que decir 'te quiero' cada día, hay que comprar flores. Y, en mi caso, el método va a ser seguir diciendo por qué me gusta tanto, aunque la gente me insulte y me llame cursi. Lo siento, españoles: vais a tener que aguantarme.
James Rhodes actuará en el Auditorio de San Lorenzo del Escorial (3 de agosto), los Jardines de Terramar de Sitges (5 de agosto) y Porta Ferrada en Sant feliu de Guixols (11 de agosto)
FELICIDAD... Y UNA MALA EXPERIENCIA
Cuenta James Rhodes que le ha sorprendido la calurosa acogida que ha recibido en España, tanto como escritor, pianista, divulgador musical y tuitero. Sólo en una ocasión se sintió personalmente agredido: fue en un artículo publicado en la web de este diario en el que se aludía con cierto desprecio a los abusos sexuales que sufrió de niño: "A Rhodes lo violaron repetidamente durante su infancia y Bach lo salvó, pero ni siquiera esa experiencia límite lo convirtió en un músico excepcional", escribió David Torres.El pianista aprovecha la entrevista para responder a aquel texto que tanto le incomodó: "Primero, es estúpido vincular la creatividad con el trauma, porque no hay ninguna conexión. Y, sobre todo, si alguien ha sufrido abusos y está pensando contarlo en público, al leer eso se darán cuenta de que la gente puede usarlo en su contra, así que se quedará callado. Si algo dicen todos los pederastas a sus víctimas es 'ssshhh, no digas nada'. Por eso, ese tipo de mensajes me resultan intolerables. Los periodistas tienen una gran responsabilidad y no pueden ir por ahí escribiendo esas cosas",.
TITULO: Diario de un nómada - ¡Un pa amb oli en Moscú!,.
El domingo -8- Diciembre a las 19:00 por La 2 , foto.
DIARIO NÓMADA
|,.
¡Un pa amb oli en Moscú!,.
J.C. Castresana
La noche antes de coger el Transiberiano rumbo a Omsk, Alexey me
comentó que había llamado a una amiga suya, "la embajadora de los
hispanohablantes en Moscú", me dijo.
Quedamos con ella para tomar una cerveza y así conocí a Ekaterina, una chica rusa profesora de español en una de las universidades de Moscú.
Ha sido una sensación realmente extraña y a la vez muy interesante. He hablado sobre la URSS, la transición y la actualidad de Rusia con una persona que ha vivido en primera persona todo el proceso. Una opinión de primera mano, sin interferencias.
Me ha explicado que en Rusia existen dos tipos de mentalidades muy distintas. Están quienes aún añoran URSS, gente que todavía hoy cree que estaba mejor con el régimen comunista, y gente que lo ve como si fuese la prehistoria, algo muerto que, además, no debería volver. Es muy chocante.
Al rato aparece Oscar, un valenciano que trabaja en Moscú desde hace dos años. Se dedica a la promoción turística de España en Rusia. Para mí, como mallorquín, la visión del turismo en España, y sobre todo en Mallorca, desde aquí es un tema muy interesante y que durante este viaje va a estar muy presente.
Hace pocas semanas que Oscar volvió de Irkutsk, la ciudad a orillas del Lago Baikal en Siberia a la que yo voy en una semana. Hablando con él no puedo evitar lamentar el altercado que tuve para conseguir el visado, creo firmemente que me faltarán días en Rusia.
Tras algunas cervezas más, Ekaterina, Oscar, Alexey y yo decidimos irnos al piso de Alexey, y que cada uno ayude a cocinar algo de su tierra. Yo estaba preparado para la ocasión, ya que, el primer día que llegué, compré los ingredientes para poder hacer un pa amb oli en condiciones. Bueno, lo más parecido posible, porque aquí las lonchas de jamón te las cortan del tamaño de un bistec por mucho que lo pidas fino. Y siempre te dicen lo mismo, que la maquina no les deja cortar más fino. Yo creo que la verdad es que no quieren darle tantas veces a la maquina para sacar mas lonchas, pudiendo llegar al mismo peso con cuatro.
Mientras devorábamos el pa ambo li, en el que tengo que reconocer, todos colaboraron para prepararlo, estuvimos hablando del Couch Surfing y las experiencias de cada uno en esta red de viajeros. Incluso hemos pensando en organizarnos algún viaje conjunto.
Quedamos con ella para tomar una cerveza y así conocí a Ekaterina, una chica rusa profesora de español en una de las universidades de Moscú.
Ha sido una sensación realmente extraña y a la vez muy interesante. He hablado sobre la URSS, la transición y la actualidad de Rusia con una persona que ha vivido en primera persona todo el proceso. Una opinión de primera mano, sin interferencias.
Me ha explicado que en Rusia existen dos tipos de mentalidades muy distintas. Están quienes aún añoran URSS, gente que todavía hoy cree que estaba mejor con el régimen comunista, y gente que lo ve como si fuese la prehistoria, algo muerto que, además, no debería volver. Es muy chocante.
Al rato aparece Oscar, un valenciano que trabaja en Moscú desde hace dos años. Se dedica a la promoción turística de España en Rusia. Para mí, como mallorquín, la visión del turismo en España, y sobre todo en Mallorca, desde aquí es un tema muy interesante y que durante este viaje va a estar muy presente.
Hace pocas semanas que Oscar volvió de Irkutsk, la ciudad a orillas del Lago Baikal en Siberia a la que yo voy en una semana. Hablando con él no puedo evitar lamentar el altercado que tuve para conseguir el visado, creo firmemente que me faltarán días en Rusia.
Tras algunas cervezas más, Ekaterina, Oscar, Alexey y yo decidimos irnos al piso de Alexey, y que cada uno ayude a cocinar algo de su tierra. Yo estaba preparado para la ocasión, ya que, el primer día que llegué, compré los ingredientes para poder hacer un pa amb oli en condiciones. Bueno, lo más parecido posible, porque aquí las lonchas de jamón te las cortan del tamaño de un bistec por mucho que lo pidas fino. Y siempre te dicen lo mismo, que la maquina no les deja cortar más fino. Yo creo que la verdad es que no quieren darle tantas veces a la maquina para sacar mas lonchas, pudiendo llegar al mismo peso con cuatro.
Mientras devorábamos el pa ambo li, en el que tengo que reconocer, todos colaboraron para prepararlo, estuvimos hablando del Couch Surfing y las experiencias de cada uno en esta red de viajeros. Incluso hemos pensando en organizarnos algún viaje conjunto.
TITULO: Un trío en la cocina - Ricard Camarena: "Si solo tengo diez minutos para cocinarme, abro una bolsa de ensalada y tiro una pechuga a la sartén" .
fotos,. Un trío en la cocina -Ricard Camarena: "Si solo tengo diez minutos para cocinarme, abro una bolsa de ensalada y tiro una pechuga a la sartén" ,.
Ricard Camarena: "Si solo tengo diez minutos para cocinarme, abro una bolsa de ensalada y tiro una pechuga a la sartén",.
Con
dos Estrellas Michelín y tres Soles Repsol, su cocina es de las más
reconocidas del país. El valenciano ha recibido esta semana el Premio al
Mejor Jefe de Cocina 2018,.
Fue trompetista y picapedrero antes de decidir que su vida estaría entre fogones. Ricard Camarena
(Barx, 1974) se lanzó a la cocina sin más pretensión que hacer
disfrutar a la gente. Eternamente insatisfecho, ha aprendido a canalizar
su inquietud permanente para engrandecer su cocina, que conquista en
cada una de sus propuestas. Su buque insignia es el Ricard Camarena, en
el complejo modernista de la antigua fábrica valenciana de munición
Bombas Gens, hoy centro de arte. Allí luce dos Estrellas Michelín y tres Soles Repsol. El 2018 fue su año, y aún recoge su fruto. Esta semana ha recibido el Premio Nacional al Mejor Jefe de Cocina 2018.
- ¿Tanto premio debilita, hace bajar la guardia?
- ¿Por qué? No, que va. Al revés, te hace subirla. Los premios suponen mayor exposición y, por lo tanto, tienes que afinar más.
- ¿Qué queda del Ricard Camarena del bar de la piscina de Barx?
- Queda bastante. Los valores que tenido siempre, que no han cambiado, la manera diferente de entender la vida, cómo me gusta tratar que me traten. Pero es verdad que han pasado 20 años, los más intensos y los más productivos, donde todo lo que tenía que pasar, ha pasado.
- ¿En la cocina 20 años cuántos son?
- En mi cocina han sido 20 vidas. De un año para otro miro con recelo lo que hacía el año anterior. Veo los platos del año pasado y me digo: ¿de verdad esto lo hacíamos? Ahora estaba mirando el menú de un clientes que ya viene a cenar y que ya vino el año pasado, es algo que siempre hacemos, y me parecía chino, como si no lo hubiera hecho yo. Y solo hace un año. Es curioso. En la cocina la vida va más deprisa.
- ¿Su cocina ha evolucionado a fuego lento o a golpes de calor?
- Evoluciona rápido, pero a la vez lento. Vienes a mi restaurante año tras año tienes la sensación de que sigues viniendo a comer la cocina de Ricard Camarena, notas muy bien la personalidad, la manera de concebir los platos... Pero como estés dos o tres años sin venir, te parecerá un restaurante totalmente diferente. Si ves la evolución paulatina, parece que sea poca, que hay un hilo, pero con dos años parece diferente porque siempre evolucionamos un poquito la manera de ver los productos, de trabajarlos... Hay platos que son inamovibles, pero es porque los hicimos en un momento en que no era su contexto. Estaban más avanzados a su época y por eso ahora sigue vigentes.
- ¿Qué fase de su creatividad podemos encontrar en cada una de sus propuestas?
- En el Central Bar hay poca (se ríe), porque queremos reflejar fielmente el entorno donde está y lo que esperarías comer en un lugar que está dentro de un mercado. El Canalla es otra cosa. Allí todo vale porque intentamos mezclas nuevas en un mismo plato, mirando el producto de aquí desde un prisma de fuera. Además, quiere ser desinhibido, que no haya reglas, que esté rico y que sea disfrutón. Y Habitual es el hermano pequeño de Ricard Camarena. Es la visión de la cocina de producto de aquí bajada a un nivel posibilista, y a un lugar que quiere dar 100 cubiertos por servicio, que funcione y que se pueda pagar. Pero recrea muy bien los sabores de Ricard Camarena.
- ¿Los sabores y los productos de calidad y proximidad siguen siendo sus grandes obsesiones?
- Sí, y el día que no sea así no seré yo. Lo llevo en el ADN, incluso antes de dedicarme a la cocina. Cuando te metes en ese camino, no hay vuelta atrás. Ya no sabes hacer las cosas de otra manera y te atrapa cada vez más. Me siento muy comprometido, llevo muchos años y no sé qué tendría que pasar para que eso cambiara.
- Sus propuestas contemplan también el entorno donde se encuentran y el interiorismo como parte del disfrute de su cocina..
- Tampoco puede ser de otra manera. A un restaurante vas a comer, y vas por la cocina, pero cuando estás allí también pretendes encontrar otras cosas. Que todo sea armonioso, que el local esté concebido a partir del tipo de cocina que vas probar, que esté bien iluminado, bien climatizado... Porque cuando sales no puedes abstraerte y decir qué bien he comido, pero qué mal me han tratado o qué frío he pasado. Te vas con una sensación global y la decisión de si vas a volver o no ya está creada cuando sales. Y no se basa solo en que el atún esté excelente. Por eso hay que cuidar todo eso.
- ¿Bombas Gens es un regalo?
- Es un regalo a la ciudad. Y por añadidura para mí, porque no hubiera podido acceder a un espacio así de ninguna manera si José Luis Soler no lo hubiera rehabilitado y me hubiera propuesto montar un restaurante allí. La obra que él ha acometido no la hubiera podido hacer, porque había muchísimo trabajo e inversión antes de poder meter un restaurante allí. Más allá de mi regalo, afirmo que es un regalo para la ciudad.
- ¿Las estrellas pesan, restan libertad?
- No, no. ¿Por qué? No tengo esa sensación. Las estrellas te trae gente, que viene a buscar un perfil de restaurante con estrella, y lo que creo es que hay que estar a la altura. Y entiendo que si te las dan es porque estás.
- Decía hace unos años que su nombre era conocido pero su cara no. ¿Eso lo ha cambiado un programa de televisión?
- No. Cuineres i cuiners es casi un programa de culto y su audiencia no es masiva, porque la de la televisión autonómica valenciana no lo es. Mi cara sigue a salvo.
- ¿Hay algo que le haya descubierto este contacto televisivo con tantos compañeros y compañeras?
- No me ha sorprendido nada excesivamente porque conocía la historia de casi todos. Conozco muy bien el sector e intuyo lo que hay detrás de cada proyecto. Lo que más me ha gustado es que la gente lo pueda ver, porque es totalmente desconocido lo que hay entre bastidores. Se ve esta profesión como algo casi frívolo, que si un restaurante, ser cocinero, Masterchef... Creo que hay un compromiso increíble en todos los proyectos que hemos ido mostrando. Ser cocinero es una manera de vivir la vida, un compromiso con una profesión, con el cliente. Se vive para satisfacer. Nadie se mete en esto para ganar dinero, porque las inversiones que acometemos, los riesgos, los costes de personal y de materia prima, te dejan un margen ridículo. Es porque te encanta ver cómo sale el cliente contento. Porque te apasiona.
- ¿Tanto programa de cocina contribuye a esa visión frívola?
- No creo. Siempre que hay una sobrexposición se genera un punto de vista que no del todo realista, porque al final la imagen que tiene la gente puede ser la de una profesión glamurosa. Los hay, como peluqueros glamurosos o periodistas glamourosos. Pero el día a día de la profesión es exigente. Nunca diré sacrificado, porque un sacrificio es hacer algo que no te gusta, pero sí muy exigente. Pero que haya interés por la cocina y por los cocineros a todos nos viene bien.
- ¿Existe rivalidad o es una leyenda?
- Hay muy buena relación. Claro que todos queremos que nos vaya bien, pero nunca hemos deseado que le vaya mal al otro. Hay una rivalidad sana, porque debe haberla. Si hay dos clientes en la calle y tienen que decidir si entran en el restaurante de Quique [Dacosta] o en el mío, claro que prefiero que entren en el mío. Pero ya está. Ahí termina. Soy amigo de Quique y de otros y quiero que les vaya super bien. Eso también nos pica y nos ayuda a mejorar. Corporativismo como el que hay en esta profesión, la manera en que compartimos casi a diario hasta recetas o referencias de personal, es complicado encontrarlo en otras.
- ¿Se 'roban' personal?
- Hay de todo (sonríe). Yo tengo por norma que si alguien no viene libre, no lo cojo. O por lo menos le digo que arregle su situación donde está y luego que venga o hablo yo directamente...
- Como en el fútbol, primero con el club...
- Sí (sonríe) porque si no esto sería el salvaje oeste. Creo que hay que tener un poco de respeto. Cuando alguien quiere salir de tu casa, lo mejor es que salga. Pero las cosas hay que hablarlas de cara. Hacer movimientos a espaldas, en este sector está mal visto. Ycuando alguien lo hace, le señalamos.
- ¿Algún vez pensó que además de cocinero sería empresario con este volumen de negocio?
- No. Cuando me matriculé en la escuela de hostelería pensaba que era para cocinar, ni siquiera pensaba tener un restaurante. Sabía que iba a cocinar, que haría buenas comidas que a la gente le gustarían, o eso pretendía. Lo demás no estaba en mis planes. Pero vengo de familia emprendedora. Mis padres tenía un pequeño supermercado en el pueblo, mi abuelo era muy, muy negociante. Lo llevaba dentro, pero esto no me lo imaginaba.
- ¿Ha tenido que pagar un precio por la independencia de no tener socios?
- Sí, y ha sido alto. Cuando los tuve me equivoqué. Me di cuenta de que no valía para tener socios. Porque no tengo la paciencia para sentarme y convencer a alguien de las cosas que veo. Parte de mis decisiones son intuitivas y me cuesta mucho explicarlas. Y en una sociedad, si no hay una buena comunicación, las cosas no funcionan. He tenido buenos socios, pero el que no valgo para tener socios soy yo.
- El riesgo solo lo asume usted...
- Tomo decisiones día a día muy intuitivas y la gente que tengo a mi alrededor muchas veces sólo me cuestiona una parte. Porque saben que si estoy viendo eso, probablemente va a salir bien. O razono un poquito y ya está. Pero a un socio le tienes que convencer, que presentar un plan de negocio, empaquetarle el proyecto para que lo imagine... y cuando has hecho todo eso, ya has perdido el coste de oportunidad. Lo que te hacía ilusión, ya no te hace.
- ¿Pesa la responsabilidad de tener un equipo tan grande detrás?
- No lo pienso. Trabajamos juntos y cada uno es responsable de su puesto de trabajo. Yo solo cojo el dinero del cliente y se lo doy a mis empleados. Soy un intermediario. Si alguien piensa que le pago yo está equivocado. Vivimos todos del cliente.
- ¿Tampoco lo piensa a la hora de embarcarse en proyectos?
- Nunca he dejado colgado a nadie ni lo voy a hacer. Si me equivoco lo hago con mi dinero y tomo riesgos medidos, que si salen mal nos dejen tocaditos pero que podamos salir adelante. No pongo en riesgo nunca el planteamiento general de la empresa porque sería un loco. Ni mi socia, que es mi mujer, me dejaría. Las inversiones que hacemos es porque podemos, porque creemos en la reinversión en los negocios para que sigan funcionando, no en comprarnos un yate. Y todo es razonable. No hacemos locuras de millones de euros porque ni podemos ni somos tan ambiciosos. Vi CocaLoka hace cuatro meses y tenía que hacerlo. Le dije a Mari Carmen que íbamos a hacer una cosa con cocas, compramos un horno, un amasador, contratamos a una persona que nos ayudó con las masas, hicimos pruebas... Eso es razonable, porque si no salía bien los reubicábamos y no hay problema. Pero salió bien.
- ¿Hay ser un cocinero total, pendiente de todo: cocina, producto, sala, cliente, proyectar imagen...?
- Hay que tener una visión total, pero no ser un cocinero total. Cuando pensé Habitual, pensé en la vajilla que iba a usar porque pensaba en el concepto entero. Y eso hay que trasladarlo y tener equipo para hacerlo. Hay que contar cómo te imaginas el servicio, si habrá servilleta, mantel... En Habitual, por ejemplo, hace año y medio que hay mantel, porque vi que la cocina subía de rango y que los platos que estábamos construyendo se expresaban mejor con un mantel. Vas construyendo el relato a partir de la cocina y se traduce en muchos pequeños detalles. Hay que tener la capacidad para ver eso, pero también tener capacidad para ejecutarlo. Y ahí entra el equipo, que son guardianes cada día del concepto e incluso lo mejoran. Tienes que tener la visión y muy buena gente alrededor.
- ¿Eso cuesta de encontrar?
- Sí, porque requiere de muchísima confianza por las dos partes. Tú tienes que saber que van a intentar hacerlo muy bien y ellos confiar plenamente en lo que les dices. Y también debes tener la confianza de que si no funciona, te lo dicen. Porque al final ellos son los que manejan el día a día.
- ¿Está más cerca de dejar de sentirse insatisfecho?
- Me voy conociendo cada día más y aprendo a gestionar esa insatisfacción para que sea productiva y no sea un desasosiego. Con eso no se puede vivir. Ahora la canalizo para que aporte valor a lo que hago.
- Dice que no cocina en casa...
- Solo cuando tengo tiempo. El día a día, no. El domingo pasado hice la comida para la familia porque tenía la mañana libre y me apetecía recrearme. Si tengo diez minutos, abro una bolsa de ensalada y tiro una pechuga a la sartén.
- Dígame un plato y un producto que nunca dejaría de cocinar
- Un producto serían las verduras en general. Y un plato, el hervido valenciano. Tan sencillo pero tan bueno. Me encanta. Es fácil de preparar y muy rico.
TITULO: Documentos TV -'La lucrativa ruta del hachís,.
Documentos TV,.
'Documentos TV' estrena 'La lucrativa ruta del hachís',.
- Martes 3 de diciembre, a las 00:00 horas, en La 2, / foto .
Documentos TV’ profundiza en el negocio del cannabis y se fija en Marruecos. El primer exportador de hachís del mundo produce un millón de kilogramos al año, en su mayoría destinados a los coffee shops de Ámsterdam. La creciente demanda del hachís en Europa alimenta a un ilícito negocio.
La lucrativa ruta del hachís condena a los agricultores marroquíes al miedo y a la pobreza. Más de 40.000 hectáreas de las montañas del norte de Marruecos están dedicadas al cultivo del cannabis, de las que se vienen obteniendo un millón de kilogramos, destinado en su gran mayoría a los coffee shops de los Países Bajos. Sin embargo, para los agricultores de siempre que trabajan esas tierras, no todo el monte es orégano. Una cuarta parte de ellos se enfrenta a cargos, porque el gobierno marroquí los sanciona por cultivar cannabis.
A pesar de que cultivar hachís en Marruecos es ilegal, en los últimos tiempos inversores occidentales han comenzado a suministrar semillas genéticamente modificadas, dada la creciente demanda del hachís en Europa. Esto ha contribuido a hacer del Reino Alauí el primer país exportador mundial de cannabis.
Buena parte de esa extensa producción va destinada a los más de 200 coffee shops de Amsterdam, la cara amable de este ilícito y lucrativo negocio, que genera beneficios a vendedores y narcotraficantes, ante la cómplice y permisiva mirada de las autoridades.
‘La lucrativa ruta del hachís’ esclarece el despropósito jurídico que rodea al negocio del cannabis, desde el origen en Marruecos, donde los agricultores pueden cultivar la hierba aunque tengan prohibido exportarla y hasta llegar a los Países Bajos, cuya normativa les permite vender hachís pero no importarlo.
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